sábado, 18 de noviembre de 2023

Especial (Crónica): Visita a la Exposición “Silencios” de Marcela Sánchez González en el CFCE


 

Márcela Sánchez es una excelente fotógrafa, pintora, artista visual y una gran amiga, por eso me emociona particularmente escribir en esta ocasión sobre su próxima exposición, titulada “Silencios”, que tendrá su inauguración el próximo Martes 21 de Noviembre en el Centro de Formación de la Cooperación Española (CFCE) en Cartagena de Indias. En esta exposición Marcela hace un recorrido a través de su propia psiquis, desde sus propias preocupaciones internas, pasando por su trabajo como fotógrafa etnográfica/paisajística, hasta las distintas experiencias de vidas que ha nutrido y recolectado a través de su vida. Logrando con ello extrapolar todos esos temas en estas obras pictóricas unidas por la forma, el color, la luz y el silencio, a través de una técnica mixta que recuerda por momentos a la obra del pintor inglés, John Everett Millais (especialmente con su obra “Ofelia”), quien también experimentó y jugó en sus obras con distintas técnicas, con la teoría del color, las texturas, la naturaleza y el dibujo. Y no puedo dejar de mencionar la evocación que me genera a la obra de Marc Chagall, especialmente en sus retratos que juegan con la forma, el color, orientándose muchas veces al surrealismo.





La exposición contó con la curaduría de Patricia Giraldo Berrocal, quien pienso hizo un trabajo muy acertado en la selección y posición de las obras, pues además de la evidente separación por colores, observo una división por épocas (edades) de las mujeres, que se encuentran implícitas en la obra de la artista. Así que pueden realizar su recorrido, ya sea por el inicio o el final, por la juventud o la vejez. Pero sin dudas el primer espacio para ver debería ser la primera pared en donde se encuentra una obra acompañada de un texto de la misma artista, y la que ella menciona fue la obra que inició todo este proceso. Es un autorretrato donde Marcela se imagina como una anciana. Observamos la mirada perdida de esa mujer, quien parece que mirase al vacío o a un costado, pero en realidad se encuentra mirando hacia su interior, escarbando entre sus pensamientos y recordando. La mujer se encuentra envuelta en una bruma de color azul, que para muchos representa el color de la tristeza, la nostalgia o la depresión; y me parece que en esa primera obra Marcela hizo una especie de marco general para todas las posteriores creaciones. 

Yo inicié mi recorrido por el lado de la vejez, en donde podemos encontrar sombras y colores oscuros cubriendo a las figuras femeninas con algunos reducidos espacios de luz (representados en el color blanco), y que todo en conjunto representan para mí a un temor incipiente hacia una pérdida de la vitalidad y de los sentidos, que se manifiesta a la vez en una leve transformación o trasmutación de la materia del cuerpo físico a la degradación o su misma extinción. Entre los detalles que llaman la atención y ayudan a armar ese mapa mental y psicológico podemos ver la misma manifestación de la mutilación en algunas escenas o la ausencia de un miembro vital.   





Sigo mi recorrido hacia el que me parece es el espacio de la madurez, en donde vemos retratos de mujeres cubiertas aún de sombras, pero con una mayor presencia del color. Labios y trajes coloridos, pero la parte de la cabeza/cabello sigue siendo una bruma. Esa bruma en esta etapa me trasmite vitalidad, pero también conflictos, nostalgias y añoranzas; mientras navega a través del rostro o lo atraviesa de forma brusca, afectando a algún órgano vital que representa algún sentido, como la vista, el olfato o el habla (la mutilación simbólica que mencioné antes). Dentro de este mismo espacio me llama la atención uno de los retratos en donde una de las mujeres mantiene la vista oculta con la bruma, y a la vez, ella misma se lleva un dedo a la boca en señal de silencio. Un sello. Una resignación. Y esto nos lleva a pensar en los casos de tantas mujeres que han vivido algún tipo de represión de su ser o de algún tipo de violencia. También me lleva a ahondar en un detalle que mencioné al inicio, y es el que la artista se mira a sí misma y explora su psiquis, pero a la vez eso la lleva a agudizar su mirada del mundo y sobre otras mujeres, que seguramente representarán conocidas o simplemente historias de mujeres que salieron en alguna noticia y lograron conmoverla, ampliando su percepción sobre la condición de la mujer, sobre lo que callan y su particular enigma. Y en esta parte no puedo dejar de recordar la obra fotográfica de Marcela y sus retratos a mujeres en distintos oficios y entornos, como campesinas o indígenas, porque incluso en esas fotografías se evidencia el dolor en el semblante y muchas cosas más. A propósito de esto, me parece muy curioso que la exposición se vaya a inaugurar a pocos días del Día Internacional de la Eliminación contra el Maltrato de la Mujer, que se celebra el 25 de Noviembre. Así que la obra se me hace importante y pertinente para tener ese tipo de reflexiones y discusiones alrededor.       





Pero continuando mi recorrido por la exposición, llego a un espacio intermedio en la sala, en donde podemos encontrar mujeres evidentemente más jóvenes que las anteriores y con nuevos detalles: la bruma sobre sus cabezas es más leve y sutil, pero a la vez son mujeres duales, que se dividen, que se duplican y viven en dos universos, alternando en ocasiones también en el mismo género, masculino y femenino. En alguna de esas obras los dos seres conviven en un mismo espacio, y en otra, una mira de reojo a la otra con aparente incomodidad, representando un conflicto, una complicidad o un secreto. Dentro de este grupo también resalto una de las obras que me gustó mucho, y es de las dos mujeres que se encuentran de espalda, y una es más joven que la otra. Esa imagen me hace pensar en un encuentro, en un sueño, en un recuerdo o una proyección. 





Sigo avanzando en la sala, ya girando hacia la otra pared y noto que la bruma en las cabezas sigue reduciéndose, mientras la luz (el blanco) ocupa un mayor espacio. Al mismo tiempo, el semblante de las mujeres, que siguen siendo más jóvenes que las primeras, reflejan una paz y una palpable tranquilidad. Mientras camino recuerdo una historia que Marcela me contó sobre uno de los cuadros que acabo de pasar hace unos instantes, y es el de la mujer que sale con una mariposa en la mejilla entre una bruma verde, que fue inspirada en la historia de una mujer líder social que fue asesinada, y esa foto con una mariposa en la mejilla recorrió distintos medios. Y reafirmo ese espíritu empático dentro de esta exposición, que se atreve a mirar sin censura a sí misma y a sus pares, pero también con afecto, consideración y hermandad. 





Y finalmente, ya llegando al último grupo, que para otros será el inicio, encontré un grupo de mujeres más jóvenes envueltas con una luz dorada, en donde se evidencia la plenitud, la auto satisfacción, la seguridad y la consciencia de la belleza. Y así se cierra un bello recorrido vital por la vida de una mujer, que creo es quizás lo que Marcela hizo y concibió en estas obras. Y llego nuevamente al cuadro inicial que inició todo, el autorretrato donde la artista se imagina anciana, y leo lo que ella misma describe, sobre esa mirada interior permanente que se agudizó durante el tiempo en pandemia, y por un momento intento ponerme en el lugar de la artista creadora en tiempos de confinamiento, donde la vida de todos se volvió por momentos más frágil, y reconozco las entrañas y la humanidad expuestas y plasmadas en cada cuadro, en cada trazo dibujado sobre el lienzo. Las correcciones, las distintas versiones, los errores y los aciertos que iluminan y consuelan el alma de los artistas.





Solo me queda invitarlos a la inauguración de la exposición, el próximo Martes 21 de Noviembre 6:30 P.M., en donde iré a ver la obra nuevamente. Y espero que hayan disfrutado este recorrido o crónica que intenté hacer sobre esa visita, o que lo disfruten más después de verla. La artista aunque es una buena amiga no ha leído este texto con mis percepciones, así que se enterará junto con ustedes, y puede que quizás acierte en algunos elementos de su creación, y en otros muy seguramente no, pero lo importante es lo que cada uno sienta o le lleve a reflexionar al ver la exposición completa, porque afortunadamente eso es lo que permite el arte.


Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B.)




Marcela y yo




No hay comentarios :

Publicar un comentario