jueves, 19 de enero de 2012

El Poeta Maldito: Charles Baudelaire


Sin duda, uno de los personajes de la historia de la literatura más interesante que he leído. Sobre Baudelaire, leí un poco y su propia historia es muy interesante y tormentosa al mismo tiempo. Fue conocido como uno de los hombres refinados y elegantes, que tenían una actitud de desgana, aburrimiento, falta de deseo y desprecio por los gustos del vulgo, llamados Dandys, como luego fue conocido también Oscar Wilde. También es interesante que las dificultades emocionales de su vida, junto con la crisis espiritual de la sociedad, hace que Baudelaire a diferencia de otros dandys de la época aborrezca la ciudad y la hipocresía de las nuevas clases sociales, con una doble moral que esconde un individualismo y gran egoísmo (podríamos decir que no es un tema viejo ni desconocido hoy en día). Es por esto, que sus excentricidades y su comportamiento de rechazo a los convencionalismos de la época, hay que entenderlas como una protesta a esa sociedad que aborrece. Esto confirma a Baudelaire como uno de los pilares de la poesía moderna, con muchos tonos existencialistas.

En este punto, encontré una palabra muy curiosa “spleen”, en esa nueva necesidad de los escritores de convocar el mal y desvelarlo. El spleen representa el estado de melancolía sin causa definida o de angustia vital de una persona. La utilización del Spleen en una de sus obras más famosas: “las Flores del Mal” de Baudelaire, se puede observar inicialmente en su texto titulado “Al lector”, donde prácticamente insulta al lector. “Las Flores del Mal”, es una colección de poemas de Baudelaire, donde encontraremos la siguiente estructura:

1. En primer lugar hay un poema dedicado al lector, en el que introduce la noción del spleen.

2. Continúa con la sección de spleen en el ideal, 85 poemas en los que se relata la inevitable oposición entre el ideal espiritual del hombre y su atracción irresistible por el Mal.

3. Cuadros parisinos, la tercera sección, trata el tema de la ciudad moderna, que agudiza el hastío vital del poeta, que se refugia en su dandismo.

4. El vino, cuarta parte, describe los ambientes nocturnos, llenos de personajes que se dejan ver por el alcohol y la droga, único modo de liberarse de las angustias vitales que produce la modernidad y el spleen.

5. Las flores del mal, siguiente parte, que da título al libro, aborda el tema de la sensualidad a través de la relación de dos lesbianas. (Según el libro completo iba a llamarse “Las Lesbianas”)

6. Rebelión, es el ejemplo máximo de satanismo. En esa parte el poeta se rebela contra toda la tradición y la moral, negando los principios más básicos del cristianismo, como protesta por el estado en que ha quedado el hombre contemporáneo.

7. En la última sección, la muerte, sólo resta la única esperanza, la de realizar el último viaje, haya lo que haya después, sea cielo o infierno. Cualquier cosa con tal de superar el tedio.


¿Por qué Maldito?

En realidad el tema de los “Poetas Malditos”, fue difundido inicialmente por Paul Verlaine, un poeta francés que escribió un libro de ensayos titulado: “Los Poetas Malditos”, en donde homenajeaba a distintos poetas, entre ellos: Arthur Rimbaud y Stéphane Mallarmé. En donde además reconoce al llamado padre de la poesía moderna: Baudelaire y el gran Edgar Allan Poe. El mismo Verlaine confesó que el término de “Poeta Maldito” fue inspirado en un poema de Baudelaire. El poema se llama “Bendición”, que se encuentra en su libro: “Las Flores del Mal”. Y lo comparto a continuación:

Bendición (Charles Baudelaire)

Cuando, por un decreto de las potencias supremas,
El Poeta aparece en este mundo hastiado,
Su madre espantada y llena de blasfemias
Crispa sus puños hacia Dios, que de ella se apiada:

-"¡Ah! ¡no haber parido todo un nudo de víboras,
Antes que amamantar esta irrisión!
¡Maldita sea la noche de placeres efímeros
En que mi vientre concibió mi expiación!

Puesto que tú me has escogido entre todas las mujeres
Para ser el asco de mi triste marido,
Y como yo no puedo arrojar a las llamas,
Como una esquela de amor, este monstruo esmirriado,

¡Yo haré rebotar tu odio que me agobia
Sobre el instrumento maldito de tus perversidades,
Y he de retorcer tan bien este árbol miserable,
Que no podrán retoñar sus brotes apestados!"

Ella vuelve a tragar la espuma de su odio,
Y, no comprendiendo los designios eternos,
Ella misma prepara en el fondo de la Gehena
Las hogueras consagradas a los crímenes maternos.

Sin embargo, bajo la tutela invisible de un Ángel,
El Niño desheredado se embriaga de sol,
Y en todo cuanto bebe y en todo cuanto come,
Encuentra la ambrosía y el néctar bermejo.

El juega con el viento, conversa con la nube,
Y se embriaga cantando el camino de la cruz;
Y el Espíritu que le sigue en su peregrinaje
Llora al verle alegre cual pájaro de los bosques.

Todos aquellos que él quiere lo observan con temor,
O bien, enardeciéndose con su tranquilidad,
Buscan al que sabrá arrancarle una queja,
Y hacen sobre El el ensayo de su ferocidad.

En el pan y el vino destinados a su boca
Mezclan la ceniza con los impuros escupitajos;
Con hipocresía arrojan lo que él toca,
Y se acusan de haber puesto sus pies sobre sus pasos.

Su mujer va clamando en las plazas públicas:
"Puesto que él me encuentra bastante bella para adorarme,
Yo desempeñaré el cometido de los ídolos antiguos,
Y como ellos yo quiero hacerme redorar;

¡Y me embriagaré de nardo, de incienso, de mirra,
De genuflexiones, de viandas y de vinos,
Para saber si yo puedo de un corazón que me admira
Usurpar riendo los homenajes divinos!

Y, cuando me hastíe de estas farsas impías,
Posaré sobre él mi frágil y fuerte mano;
Y mis uñas, parecidas a garras de arpías,
Sabrán hasta su corazón abrirse un camino.

Como un pájaro muy joven que tiembla y que palpita,
Yo arrancaré ese corazón enrojecido de su seno,
Y, para saciar mi bestia favorita,
Yo se lo arrojaré al suelo con desdén!"

Hacia el Cielo, donde su mirada alcanza un trono espléndido,
El Poeta sereno eleva sus brazos piadosos,
Y los amplios destellos de su espíritu lúcido
Le ocultan el aspecto de los pueblos furiosos:

-"Bendito seas, mi Dios, que dais el sufrimiento
Como divino remedio a nuestras impurezas
Y cual la mejor y la más pura esencia
Que prepara los fuertes para las santas voluptuosidades!

Yo sé que reservarás un lugar para el Poeta
En las filas bienaventuradas de las Santas Legiones,
Y que lo invitarás para la eterna fiesta
De los Tronos, de las Virtudes, de las Dominaciones.

Yo sé que el dolor es la nobleza única
Donde no morderán jamás la tierra y los infiernos,
Y que es menester para trenzar mi corona mística
Imponer todos los tiempos y todos los universos.

Pero las joyas perdidas de la antigua Palmira,
Los metales desconocidos, las perlas del mar,
Por vuestra mano engastados, no serían suficientes
Para esa hermosa Diadema resplandeciente y diáfana;

Porque no será hecho más que de pura luz,
Tomada en el hogar santo de los rayos primitivos,
Y del que los ojos mortales, en su esplendor entero,
No son sino espejos oscurecidos y dolientes!"

Posteriormente, el término “malditismo” fue generalizado para referirse a cualquier poeta o escritor, que no fue reconocido en vida por su talentos, y al contrario fueron marginados por el estilo de vida que llevaban.

Jean Genet, Exponente del Malditismo

Uno de los escritores que posteriormente acuñó con bastante propiedad ese término, fue Jean Genet. Genet, quién ya falleció en los años 80, tuvo una vida bastante perturbadora, que le inspiro en sus obras. Actualmente, salió un libro de Genet llamado: “El Niño Criminal”. Que aún no he podido conseguir, pero mientras comparto este interesante artículo sobre Genet como exponente del malditismo.

Jean Genet, Exponente del Malditismo

Y finalmente, comparto tres interesantes textos de Baudelaire:

La Filosofía Oculta de Charles Baudelaire

Piezas Condenadas de Baudelaire

Letanías a Satán (Charles Baudelaire)


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