Fragmento
de una posible futura novela…
“Cuando
una persona recibe una pequeña señal de afecto o de contacto humano, ya sea de
la forma más efusiva y sincera, como un abrazo, una mano en el hombro o de la
forma más distante, como un pequeño roce accidental. Justo en ese momento, el
tiempo se detiene. La memoria empieza a trabajar de forma automática, se pierde
y se nubla, como si estuviese buscando información en otro plano en milésimas
de segundo, hasta que encuentra un resultado. Ese resultado puede ser una
pequeña luz o una sombra, que te hace recordar: contactos anteriores o la total
ausencia de ellos” (A.S.B)
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