En los
últimos años, cuando las religiones más populares en el mundo han empezado a
mostrar una gran disertación en el número de fieles o creyentes, hemos sido
testigos del nacimiento de nuevas religiones y movimientos ideológicos.
El año
pasado se estrenó un filme que trata de cierta forma el tema. La película The
Master de Paul Thomas Anderson (Magnolia, There Will Be Blood), que aborda los
inicios de la cienciología. Una iglesia y una religión prácticamente nuevas, en
la que los seguidores pudieron observar e interactuar directamente con su
maestro y su líder. Un honor no muy común en las religiones tradicionales, en
donde nunca se tuvo la oportunidad de hablar a su maestro, de escucharlo y
mucho menos de confrontarlo y cuestionarlo directamente sobre nuestras dudas e
incertidumbres.
Toda esta
introducción para comentar uno de los casos recientes que me ha llamado la
atención. Con la muerte del presidente de Venezuela Hugo Chavez.
No voy
a hablar sobre política, ni a satanizarlo ni glorificarlo. Sólo haré énfasis en
algo que me llamó mucho la atención, y es el proceso de santificación o
beatificación que se le ha querido dar al ex presidente, por sus fieles y
sucesores.
Son
muchas las noticias que escuchamos al respecto, sobre exhumar su cuerpo, las
personas rezándole o las comparaciones con la figura central del cristianismo
Jesús de Nazaret. Incluso, uno de los más recientes pronunciamientos fue su
manifestación física como un pajarito. En lo que se podría ver como una alusión
al espíritu santo.
Aunque
todos estos casos nos den risa y hagamos bromas al respecto, sobre todo con las
terribles redes sociales, que han puesto a los famosos a pensar antes de
publicar algo, hay muchas personas que creen fervientemente en toda esta
información. Por distintos motivos, por convicciones personales o por el mismo
entorno en que se encuentran.
Por lo
tanto, estos casos recientes de glorificación, deben servirnos de ejemplo para
hacer un sencillo ejercicio de visualización, recordando y remitiéndonos a los
mismos cimientos de otras organizaciones o movimientos ideológicos. Como por
ejemplo, puede ser nuestras mismas creencias, nuestra misma religión. Porque todas
ellas, desde las antiguas hasta las más recientes, fueron procesos y
movimientos que nacieron en sus respectivas épocas y han sobrevivido a nuestros
días.
Pensemos
que quizás hace muchos años, cuando hablaban de un tal Jesús, de los milagros,
de las enseñanzas, del espíritu santo en forma de paloma, un gran grupo de
profanos se burlaban, se bufaban, pensaban que lo que hacían y en lo que creían
era ridículo, y también es posible que pensaran que nunca caerían en algo
parecido.
Pero las
técnicas de control mental, de las masas y los lavados de cerebros son los que
han contribuido a formar nuestra actual civilización. Y junto con los avances
de la ciencia, también han avanzado los estudios sobre la mente. Lo que es una
gran arma contra la población. Puede ser algo positivo, pero también negativo,
todo depende de cómo se utilice la información. Y la información en estos
tiempos es poder, y ya sabemos de los terribles estragos del poder en el ser
humano.
Entonces,
actualmente podemos ser testigos de muchos cambios o nuevas versiones de viejos
procesos o movimientos (el inevitable eterno retorno). Así que antes de
burlarnos y decir que nunca caeríamos en algo parecido, deberíamos hacer un
repaso del pasado y el presente, y además recordar una frase lapidaria del
mismo filme de Thomas Anderson:
“… Pues, si descubres una forma de vivir sin servir a ningún
maestro, sea cual fuere, cuéntanos a los demás cómo lo lograste. Pues serías el
primero en la historia de la humanidad”.
Bravo Alejandro, muy sugestivo tu artículo.
ResponderEliminarPienso en Siddartha (Buda)como uno de esos excepcionales "primeros" (sin maestros).
RPE
Gracias por tu comentario Robe. De acuerdo en el apunte sobre Siddartha.
EliminarY gracias por pasarte.
Saludos!