viernes, 15 de febrero de 2013

The Bully Project (Lee Hirsch)




Hace tiempo tenía ganas de ver este documental, desde que vi su promoción en el 2011. Ya que el tema me interesa, sobre todo por el especial que hice el año pasado sobre la Violencia en las Aulas en el Cine. 

Al fin he podido verlo, y aunque me ha parecido un documental valiente y que trata el tema desde distintos puntos de vista (como debe ser) e internándose en cada uno de los agentes que intervienen en el conflicto: Familia, Escuela y Sociedad, los pilares en la educación de los niños. 

A pesar de que me ha gustado el tratamiento y lo que muestra el documental, me ha faltado algo de contundencia, crítica directa y acciones sobre el problema, que como bien se encargan de decir la mayoría de los adultos entrevistados en el documental “es un problema complejo”. Desde ese punto de vista, de enviar un mensaje contundente y directo, el documental me ha decepcionado un poco. 


Sin embargo, tiene muchos detalles positivos, que me encargaré de resaltar a continuación:

El la sinopsis del filme se enuncia, que en año 2011 más de cinco millones de niños estadounidenses serán intimidados en la escuela, online, en el autobús, en sus hogares, a través de teléfonos móviles o redes sociales y en las calles de la ciudad. 

Este documental tiene el precedente de ser uno de los primeros que trata el tema desde distintos puntos de vista de interés, y no sólo de un afectado. Para lograr esto, el documental se divide en varias historias.

En una de ellas, tenemos el caso de un joven que se ha suicidado por los continuos acosos, y sus padres reclaman y empiezan a movilizarse para hacerse escuchar y que tomen conciencia del problema en la escuela y el estado.

En otro vemos a una chica lesbiana que vive en un pequeño pueblo, y que se ha atrevido a salir del closet públicamente. A pesar de la marginación, no sólo de sus compañeros sino de los adultos, los profesores y las personas del común, ella decide quedarse en la escuela, porque piensa que puede cambiar algo en ese lugar. Sólo piensa que si se va, ellos ganarán, y que a veces solamente hace falta persistir. La chica reconoce que ha sobrevivido por los amigos que no la han abandonado y su novio, pero al final de dará cuenta de la realidad y el alcance de su lucha, desde un pequeño pueblo conservador.

En otra de las historias vemos el caso de una joven afroamericana, que tras los acosos de sus compañeros en el autobús y ver como lastiman a sus otros compañeros, decide tomar el revólver de su madre para asustar a sus compañeros, lo que tiene como consecuencia que sea encerrada en una correccional, sin haber emitido ningún disparo. 

Y finalmente, tenemos otra muy interesante, la historia de un niño que es acosado a diario por sus compañeros en el autobús y la escuela. Este caso es especial, porque es el único al que la cámara sigue en su rutina diaria, y somos testigos de todos los abusos que padece, sus sentimientos de tristeza por no tener amigos y su deseo de convertirse en acosador. El espectador se siente impotente frente a los maltratos del chico, y la cámara nos hace participar como los espectadores pasivos, que tanto daño hacen en estos casos. Al final, le mostrarán los vídeos a los padres del chico, que nunca se imaginaron que esto le estuviese pasando a su hijo.

En todas estas historias observamos distintos casos, y dentro de ellos como se desprenden algunos. Los problemas dentro de casa, la indiferencia de los adultos, la de los profesores y directivos, que se niegan a afrontar el problema. Cómo la escuela le echa la culpa a los padres, los padres a la escuela, y ambos a la sociedad. Y en una reunión de padres, es una de las madres la que lo menciona, ninguno de estos entes es el total responsable, cada uno de ellos aporta en algo y tiene relativa mayor incidencia en lo que ocurre con los chicos.
La comunicación es importante, y el hecho de que no veamos a veces daños físicos o golpes, no quiere decir que el alma de esos chicos y su espíritu no esté golpeado. La educación no es fácil, los chicos y los jóvenes asimilan todo, cuando los regañan por hacer algo, y los mayores lo hacen unas horas después, aunque crean que no los ven o no tiene importancia. El chico que creía que los otros compañeros que lo molestaban y lo golpeaban eran sus amigos, porque era único contacto que tenía con otros niños. Lo que hacía del dolor, algo sin importancia o pasajero. 

Son muchas cosas, y me ha gustado que el documenta se haya atrevido a aventurar en varios de los casos, haciendo algunas críticas sin mencionarlas, sólo dejando a la cámara correr y dejando que el espectador vea las respuestas de los adultos, los padres, los directivos y los mismos jóvenes. Me gusta que en esos momentos, no salga una voz en off explicando o dando su versión de lo que ocurre, sino que la dejan corriendo un momento, en el aire. En ese momento donde el espectador está esperando que pase algo o que alguien diga algo, pero es inútil, porque así son las cosas en realidad y es la actitud de muchas de las personas. 

Pero la comunicación es importante, de los padres con sus hijos, al mismo tiempo que darles confianza para que puedan confiar y ejemplo. Comunicación entre los mismos estudiantes, que sepan que todos tienen problemas, que todos sufren en algún momento rechazo, y que no es el fin del mundo cuando eso pasa. Sonreír a la otra persona, al chico nuevo que acaba de llegar al colegio, así como conseja uno de los padres al final a un grupo de jóvenes. 

Todos estos detalles importantes y relevantes me gustaron, pude ver muchos de los temas que abordé en mi especial sobre el tema. Pero aún así me faltó algo de fuerza y contundencia, o un poco mayor compromiso con la causa. Espero que este sea el primero de muchos documentales, que vayan documentando el desarrollo y superación del problema poco a poco. Porque como bien lo dicen en el documental, todo inicia desde pequeños, es lo que traza nuestra personalidad a futuro. Y necesitamos trabajar en generar conciencia, dar apoyo a los que estén siendo víctimas y decirles que deben ser fuertes. A veces sólo falta una palabra de apoyo o un abrazo, sentirse comprendido y no sufriendo solo. Y capacitar a los mismos adultos, profesores, padres a detectar los síntomas y todo lo que causa este problema, tanto del acosador como acosado. Muchas veces ellos son los que principalmente necesitan la orientación. No podemos cambiar el mundo en el que vivimos, la tecnología y que toda información de expanda de forma rápida en apenas segundos, pero si se necesita educación para utilizar estos medios. Y no sólo compromiso de una de las partes y de los agentes, sino de todos. 

Mientras tanto, sólo espero que los chicos que sufren de cualquier tipo de abuso, físico o psicológico encuentren en estas experiencias y en la de los filmes que traté en el especial, fortaleza, las causas y el origen de estos comportamientos, y que después de saberlo y analizarlo, puedan utilizarlos a su favor, canalizarlo e irlo superando poco a poco. Muchos se ven obligados a madurar a temprana edad y consiguen una motivación o una fortaleza para salir adelante, y eso es lo que espero que por el momento se pueda lograr. Y que no repitamos esos errores en el futuro, enfrentemos los prejuicios, la publicidad, la sociedad de consumo, los fantasmas de nuestro pasado y el de los adultos que nos rodean, y tratemos de crear algo diferente para nuestro futuro. Es la única forma de ir combatiendo estos problemas tan “complejos” para los adultos de hoy en día.

En síntesis, el documental aunque no cumplió todas mis expectativas, me parece un buen trabajo, que aborda varios temas importantes sobre el tema. Tiene sus virtudes cinematográficas y cumple con su intención y envía un mensaje. Por todo esto.

7/10


Frases del documental





















Para ver mi especial sobre "Violencia en las Aulas en el Cine"

Enlace











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