De obras como A Sangre Fría, ¿Qué más se puede decir? Es uno de esos casos donde uno pienso que ya se ha dicho de todo. Sin embargo hablaré de mi experiencia con el libro y su autor. Fue el primer libro que leí de Capote hace unos años atrás, el impacto en la primera lectura fue grande, recuerdo que me sorprendieron las descripciones, tanto de los personajes, como de los mismos sucesos que acontecían. Hace poco volví a hacerle una nueva lectura, debido a un ciclo dedicado al autor y los escritores del sur de los Estados Unidos en el Club de Lectura al que asisto, y la nueva lectura ha sido muy fructífera.
A Sangre Fría, nació de una noticia en un periódico, donde se informaba el terrible asesinato de una familia en Kansas. Capote, un periodista y escritor ya reconocido en ese momento (ya había publicado Desayuno en Tiffany´s, su segunda novela más famosa), se interesó por la noticia y en compañía de su mejor amiga, la escritora Harper Lee, se trasladaron al pueblo de Holcomb, en donde Capote pretendía escribir un artículo sobre los efectos del asesinato en la pequeña población. Al poco tiempo, los asesinos son rastreados y capturados, Capote los conoce más de cerca, y nace en su mente la idea de hacer una novela. No cualquier novela, sino su obra maestra, que él mismo se encargó de publicitar como inauguradora del género de la novela de no ficción.
A Sangre Fría, que desde las primeras páginas nos sumerge en un estilo narrativo rico en descripciones y con un recurrente tono testimonial, se divide en cuatro extensos capítulos, en donde a través de un imponente narrador en tercera persona, se empieza a relatar y hacer un cuadro de cada uno de los 4 miembros de la familia Clutter. En cada una de esas 4 descripciones iniciales, se nota el riguroso trabajo del escritor en ahondar en la vida de las primeras 4 víctimas de aquella noche… De forma ágil, pronto nos familiarizamos con los personajes y los sentimos cercanos. Anteriormente dije que las primeras 4 víctimas de aquella noche, porque según el mismo Capote hubo otras dos víctimas: Perry y Dick, los dos hombres acusados del asesinato de la familia.
Si en la primera parte se describía la familia, posteriormente hay un salto en el tiempo hasta el momento después del asesinato, Capote no muestra detalles específicos de cómo sucedieron los asesinatos, muestra el resultado y pasa inmediatamente, luego de la inmersión con algunos vecinos y miembros de la policía, hacia los dos personajes que más dedica páginas en el libro. Dick, pero en especial Perry, son desnudados por Capote de forma magistral, logrando lo que se proponía inicialmente, mostrarlo como seres humanos con problemas, traumas, frustraciones, dolores y tristezas… así como el mismo Capote se sintió muchas veces en su vida.
Con todo esto, debemos empezar a esbozar, que a pesar del explícito título del libro, “A Sangre Fría”, más que la descripción de un asesinato y los eventos alrededor, es una bajada a los infiernos de la psicología y la naturaleza humana. Quizás para Capote los monstruos dejaron de ser ficción y se convirtieron en algo real, no sólo por los dos asesinos, sino por la cercanía e identificación que sintió con ellos, que precisamente lo llevó a reflejarse a sí mismo como un espejo en la imagen de ellos.
El mismo Capote contaba que al llegar por primera vez al pueblo, la gente no lo quería por su evidente amaneramiento y por su misma prepotencia, pero poco a poco, y en parte gracias a Harper Lee, fueron siendo aceptados por la población, hasta que en un momento dijo a la prensa, que era ya tan popular, que incluso podría ser elegido como alcalde.
“A Sangre Fría” es una fantástica novela, sin duda una obra maestra, por su estilo, por su estructura, por sus descripciones, por su ahondamiento en los personajes y en el ser humano… por su prosa, tan precisa y detallista como lo requiere el relato testimonial, pero a la vez tan poético y cuidado, que evidencian la característica de Capote como un observador nato y de una enorme sensibilidad, que le permitió apasionarse por su obra, su trabajo y su ego, a expensas de su propia persona. Casi que al leerlo, podemos sentir la presencia del escritor e imaginarnos cuando lo estaba escribiendo… el tiempo real en que fue escrito se nota en cada frase y cada palabra, y eso en parte es lo que la engrandece aún más.
Y finalmente, hablamos mucho de Capote porque más o menos conocemos al escritor, hemos visto entrevista y películas sobre su vida y obra… pero al leer A Sangre Fría por primera vez, ya sea que hayas leído o no sobre el autor, es difícil reconocerlo a primera vista… aunque realizó todas esas entrevista a los habitantes del pueblo y los policías, a las que iba sin grabadora para no intimidar, y porque tenía una gran memoria que le permitía recordar casi al pie de la letra las conversaciones, su presencia no se hace tan evidente… sólo hasta el final cuando se menciona a ese periodista que se le permite interactuar con los presos… Ese era Capote, se veía así mismo tan lejano, pero en realidad era el esqueleto y la base de esa obra. Esa obra que contiene pasajes tan poéticos, filosóficos, tensionantes, terroríficos, entre muchos otros aspectos, que en realidad sorprenden, y nos acercan un poco más al fondo que alcanzó Capote con su novela, que fue rozar las fibras sensibles de la "américa" profunda, y la "américa" del sur... entre comillas, porque muchas veces se usa la palabra américa para simbolizar a los Estados Unidos. Y ese final, después de tanto drama, tensión y terror, cierra ciertamente con un final esperanzador… una calma que no logró alcanzar el autor… en vida real.
10/10
A.S.B
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