El día
de ayer el Club de Lectura continúo con el homenaje a nuestro escritor
colombiano más representativo: Gabriel García Márquez (Gabo). Este homenaje
empezó hace una semana con la lectura y socialización de una de sus mejores
obras: “El coronel no tiene quien le escriba”. Para esta semana teníamos la
socialización de otro de sus cuentos más famosos “La increíble y triste
historia de la cándida Erendira y su abuela desalmada”, y otros cuentos. Afortunadamente
tuvimos un sorpresivo cambio en la agenda, con dos invitados especiales que
ambientaron una noche increíble y productiva.
Los
invitados fueron: Fernando Jaramillo e Iván Coello.
Fernando
Jaramillo, un gabólogo, administrador del Blog “Memorabiblia GGM”, en donde
desde hace años registra todas las noticias que salen en el mundo sobre la vida
del Nobel colombiano, desde su primer entrevista cuando había publicado su
primera novela. Fernando publicó el libro “Para que no se las lleve el viento”,
en donde destaca 120 entrevistas realizadas a Gabo a lo largo de su vida.
Fernando
empezó contando la historia de su afición y pasión hacía Gabo, historias y
anécdotas que ha recogido y se sabe de memoria, sobre la vida de Gabo,
historias detrás de sus famosas obras, sobre donde vivió, lugares que
despertaron su creatividad, el significado de Macondo, algunas obras donde
manifiesta su posición política, algunas de sus amores, aspectos sobre la
relación de su obra con el cine y otros medios, hasta el proceso de la
publicación de su libro recopilatorio con las 120 entrevistas, en fin, es una
fuente inagotable de información, que te sorprende y te contagia.
Su
blog es muy interesante, y si quieren visitarlo y de paso suscribirse, en el
siguiente enlace pueden hacerlo:
En su
blog pueden leer todo lo que ha recopilado a través de los años y contactarlo
para hacerle preguntas sobre la obra de Gabo y de su vida en general.
Todos disfrutamos
de su intervención, y sencillamente 2 horas no alcanzan para poder abordar si
quiera un mínimo porcentaje de toda la información que Fernando maneja.
Posteriormente,
y ya cuando habíamos quedado empapados por el momento de la magia de Gabo,
cerramos la noche con la excelente actuación de Iván Coello, quien es
reconocido como uno de los mejores intérpretes de la armónica en América
Latina.
Inicialmente
Iván, quien siempre carga sobre sus hombros un pesado bolso, bajó su bolso y
empezó a sacar cada uno de los estuches en donde se encontraban sus diferentes
instrumentos de trabajo. Lo hacía de una forma tan delicada, ordenada y
cuidadosa, que parecía que estuviésemos asistiendo a la iniciación de un
ritual.
Luego,
cuando abrió dos de los estuches, todos nos encontrábamos absortos en descubrir
ese tesoro tan preciado, que necesitaba de tanta destreza y sutileza. Todo ese
procedimiento fue en sí, muy poético. Y desde ese momento, me di cuenta del
amor que sentía y siente Iván en lo que hace. Y esa relación especial que
siempre tienen los artistas con los instrumentos que tocan o con que trabajan.
Una relación misteriosa y silenciosa, que incluso trasciende en muchas otras
ocupaciones. Recordemos en el deporte a Yelena Isinbayeva, la súper campeona en
la modalidad de salto con garrocha, que siempre conversaba con su pértiga antes
de ejecutar el salto. Y así abundan los ejemplos, en literatura, etc.
Cuando
ya los tesoros de Iván estaban expuestos al curioso público, pudimos observar
distintas armónicas, algunas muy parecidas y otras de distinto tamaño y
textura. Fue increíble observar toda esa variedad de armónicas, pero sobre
todo, la conexión de ellas con su ejecutor, quien en su importancia las dotaba
de gran vida.
Finalmente,
Iván prosiguió a interpretar distintas canciones, empezando por la famosa
“Siboney” de Ernesto Lecuona, entre otras. En cada una de las interpretaciones
observamos ya el resultado de esa complicidad entre Iván y sus armónicas, la
agilidad y la destreza en manejarlas, intercalarlas, generar distintos sonidos
y mezclarlos, y al mismo tiempo girar hacía las distintas direcciones para dar
importancia a cada uno de los espectadores presentes. Verlo en vivo fue algo
genial e increíble. Todo el público quedó encantado y con muchas ganas de
seguir escuchándolo.
Ya
llegadas casi las 9:00 p.m. y luego de 3 horas de la extendida sesión del Club
de Lectura, el público sobreviviente fue altamente recompensado. Las melodías
de las armónicas se habían apagado, pero seguían resonando en el interior de
todos los presentes, tanto personas como libros y objetos. Y seguro siguió
acompañándonos hasta los últimos momentos de conciencia de la noche. Esa noche,
nutrida por la magia de Gabo y de Iván y sus armónicas, quedará para el
recuerdo. Y ábaco, nuevamente ha capturado la magia de otro momento
inolvidable, y lo ha mezclado con ese inherente que ya posee.
De
paso, quedan invitados a un concierto especial que realizará Iván nuevamente en
Ábaco, el jueves 8 de Noviembre a las 6:00 p.m.
Y por
último, ya de anexo, sólo quiero contar que el especial con la armónica de
Iván, me gustó mucho y lo disfruté, porque la armónica es uno de los
instrumentos que siempre me han gustado. Desde que lo escuchaba como
acompañante de canciones de Rock, Jazz o Blues, siempre me ha parecido uno de
los mejores acompañantes musicales, y en sí mismo, un estupendo instrumento.
Por eso, disfruté mucho de la interpretación, y sobre todo de esa conexión con
su preciado instrumento.
A continuación, pueden ver en el enlace un vídeo con la interpretación de Iván Coello en la armónica de la famosa canción "Siboney":
Algunas fotos:
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