Este es un post bastante simple, sólo un pequeño comentario. Hace poco volví a leer la biografía de Ernest Hemingway que escribió el autor de La Naranja Mecánica: Anthony Burgess. Me dieron ganas de volver a leerla, luego de ver el filme “Hemingway and Gellhorn”.
Como la había leído hace años, ya que forma parte de la biblioteca de la casa, no la había apreciado mucho. Pero ahora que la leí nuevamente, me pareció fantástica. Y la he leído muy rápidamente. Burgess de gran forma va repasando la vida de este escritor tan importante, que tenía un temperamento difícil, y tenía la necesidad de constantemente estar demostrando su virilidad, tal vez por sus propias inseguridades.
Como la mayoría de los escritores de su época, vivió muchas experiencias, la mayoría fuera de los Estados Unidos, por eso fueron reconocidos como la Generación Perdida, término usado por Gertrude Stein, amiga de Hemingway que leyó varios de sus textos (si, como vimos en la película Midnight in Paris de Woody Allen).
Además de la personalidad de Hemingway y todas sus múltiples experiencias, que sirvieron de inspiración a sus novelas, encontramos sus relaciones amorosas, sus cuatro esposas. Siendo precisamente Martha Gellhorn, una de las que Hemingway sintió una verdadera rivalidad, ya que fue una estupenda reportera de guerra, aventurera, que estuvo en tantos frentes como él, por lo que a veces se burlaba bastante de su esposo.
Conociendo su vida, podemos tener una idea más clara de la creación de sus libros, ya que todo lo que él escribe, lo vivió. Y esa fue una de sus grandes virtudes, que marcó ese nuevo estilo narrativo en la literatura norteamericana.
Sin duda, una gran historia de un gran escritor. Y una excelente biografía.
Algunas de las frases a destacar:
Hemingway y Joyce mantuvieron una generosidad mutua a lo largo de sus vidas, cosa rara en ambos. Joyce diría más tarde:
"Es un buen escritor, Hemingway. Escribe tal como es. Nos gusta. Es un campesino grande y poderoso, tan fuerte como un búfalo. Un deportista. Y listo para vivir la vida sobre la que escribe. Nunca la hubiera escrito si su cuerpo no le hubiera permitido vivirla. Pero los gigantes de esta clase son verdaderamente modestos; hay mucho más detrás de la forma de Hemingway de lo que la gente cree".
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