Las tres películas que reúno acá las he visto en distintos tiempos desde el 2018, pero como me di cuenta que ninguna la había reseñado en alguno de mis dos blogs, decidí hacer este especial con tres de sus últimas películas, de uno de los directores más originales, brillantes y prolijos del cine contemporáneo, no solamente de Corea del Sur, que es un país con muchos grandes directores.
El cine de Hong Sang-soo, y en las siguientes tres películas lo podremos evidenciar, se encuentra lleno de minimalismo, sensibilidad, diálogos, emociones, tensiones, tristezas, soledades, desamparo, entre muchos más sentimientos sutiles y profundos, en donde el espacio en que se desarrollan es muy importante. Ya sea un hotel, un café o el interior de una casa, cada espacio aunque se encuentre filmado en su mayor parte de forma estática (con variantes de zoom y tomas de primer plano), tiene un enorme protagonismo y atención en los objetos y detalles alrededor, como las ventanas, el paisaje, la vegetación, quienes sirven de catalizadores de las emociones expresadas y reprimidas por los personajes. Son pequeños cuadros de cotidianidad, de arte, filosofía y humanidad.
Hotel by the River (Hong Sang-soo) - 2018 / Corea del Sur
Segunda película estrenada por el maestro coreano Hong Sang-soo en el 2018, uno de los más prolíficos del medio. La película sigue la tendencia del director en su estilo, sus formas, sus temas y obsesiones. La exploración de las relaciones humanas, en esta oportunidad, con la del padre con los hijos mayores. También está la constante de que son artistas, solitarios, y hay dos mujeres con sus dramas personales, que sirven de contrapunto al drama de los tres hombres. La película, como todas las de Hong Sang-soo, es minimalista, detallista, llena de diálogos en los que se esconden y se alcanzan a atisbar los dramas humanos y las dinámicas de las relaciones; con una dirección y una fotografía que resaltan y refuerzan el trabajo de los actores y de la narrativa. El padre, quien tiene la impresión de morir pronto, llama a sus dos hijos mayores para que vayan a verlo en un hotel donde se hospeda. Y una de las mujeres es engañada por su pareja y se va a refugiar al mismo hotel, mientras llama a una amiga para que la acompañe. El hotel une los sufrimientos, y el director logra hilarlos y contrastarlos con maestría, como es habitual.
Grass (Hong Sang-soo) - 2018 / Corea del Sur
“Grass” es la otra película que estrenó el maestro en el 2018, y es otra delicia de película. El director sigue con su inconfundible estilo, y en esta ocasión sitúa el espacio de la acción en su mayor parte dentro de un café. A las afuera del café pasa la gente, salen los clientes a fumar y crece la hierba en una maceta. Dentro del café observamos a una serie de personajes distintos, parejas, amigos y conocidos que se sientan en cada mesa y hablan en intimidad de sus problemas cotidianos. Crisis de creatividad, inseguridad, intento de suicidio, desamparo, amor, entre muchos otros temas. La cámara se detiene en cada mesa, casi siempre estática y nos sumergimos por unos minutos en cada una de las historias. Pronto nos damos cuenta que hay una espectadora adicional y activa, junto con nosotros. La cámara se mueve para mostrarnos a quien no es otra que Kim Minhee, la gran musa del director, quien es una cliente habitual que va al café para escribir y escuchar las conversaciones de los demás. O al parecer eso es lo que aparentemente ocurre. Porque la escritura de la protagonista se mezcla con las acciones de los personajes a su alrededor, incluso ella misma participando en el desarrollo, lo que nos hace pensar si quizás todo lo que ocurre es producto de su propia ficción, o una mezcla de realidades alternantes en un mismo espacio. El formato de la película no nos hace pensar en alguna variante de ese estilo, pero simplemente puede suceder, lo que nos habla muy bien de la dirección y el genio de Hong Sang-soo. El café también tiene una particularidad, y es que ponen especialmente música clásica, por lo que cada escena, charla y mirada están acompañadas con una banda sonora grandilocuente y a veces sutil. Con una presencia marcada de Wagner. Es simplemente otra joya preciosa, minimalista y evocadora del director.
The Woman Who Ran (Domangchin yeoja) de Hong Sang-soo - 2020 / Corea del Sur
Película más reciente del maestro Sang-soo. En comparación a otras producciones, el cine del director siempre es ejemplo de sencillez y sustancia. Planos fijos con algunos acercamientos en zoom, llenos de diálogos aparentemente banales y cotidianos pero que entre sus bordes dicen y gritan muchas cosas. Miradas, gestos, silencios y de nuevo un zoom. En esta ocasión, sigue con su musa, la gran Kim Min-hee, quien interpreta a Gamhee, una mujer que aprovecha un viaje de negocios de su esposo para visitar a tres viejas amigas, con quienes tiene largas conversaciones que develan detalles de la vida de sus amigas y de ella misma y sus pasados. Las mujeres siguen siendo el centro del cine del director, sus relaciones, sus insatisfacciones, sus dudas y sus pasiones, entre tantas más. Y el enigmático título enuncia a una mujer que corrió, que huye, que corre y sigue huyendo. Cambios, búsquedas y descubrimientos que se mezclan entre las voces femeninas, sus silencios y suspiros. El paisaje sigue inalterable. Hay algo estático siempre. Pero también algo siempre en movimiento y apunto de explotar. Otro excelente, sutil y mininalista trabajo de este gran director surcoreano. Ganó el premio a Mejor Director en el Festival de Berlín 2020.
Hong Sang-soo y su musa Kim Minhee
(su protagonista en las 3 películas anteriores y muchas más)
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