Finalmente he visto la nueva película del talentoso director y animador japonés, Mamoru Hosada, el fundador del Studio Chizu, otro gran estudio de animación nipón. En esta película Hosada ha vuelto a varios de sus temas recurrentes en películas anteriores y ha hecho un homenaje al gran clásico de la animación "La Bella y la Bestia" pero es sólo un detalle en la historia, pues no es una emulación a la historia. De sus películas anteriores me recordó inmediatamente a otro de sus grandes clásicos (y una de sus mejores películas): "Summer Wars" (2009), que se sumerge en un universo virtual donde las personas son capaces de introducirse por medio de avatares a un mundo virtual donde interactúan con otras personas; y también, por la mención a las bestias y la animalidad, que es otro referente en su cine, me recordó a la estupenda "El niño y la bestia".
Pero entrando a "Belle" debo decir que me ha encantado y ha firmado otra de sus mejores películas (y aunque aún debo meditarlo, podría ser fácilmente mi película favorita del 2021), pues es una obra de arte. En "Belle" cuenta la historia de Suzu, una joven de 17 años, quien pierde de niña a su madre, dejándola en un permanente estado de melancolía y tristeza. Lo único que logra animarla un poco es cuando descubre la aplicación "U", donde puede crear un avatar que desarrolla sus potenciales y la convierte en una cantante muy popular en el universo virtual, llamada Belle. En medio de eso, descubren a una bestia en el espacio virtual cargado de furia y que pelea con todo el mundo, lo que genera curiosidad en Belle y busca acercarse para conocerlo, y lo que descubrirá será muy duro pero le hará descubrir cosas de sí misma que le cambiarán. Me gusta mucho la historia de la película porque mezcla ese universo idealizado de fantasía donde todos pueden ser aquello que les gustaría ser o parecer, y a la vez nos da un acceso a los dramas que ocurren tras de cámara, en la vida real de esas personas que buscan un escape.
Hay temas de tristeza, pérdida de autoestima, violencia intrafamiliar, entre muchos otros temas que se mezclan de muy buena forma y conforman un bello, duro, y un luminoso retrato de la juventud en esta nueva época del Internet y la virtualidad. La estética y la animación es preciosa e impecable, con una mezcla de animación en 3D hechas por ordenador y dibujos hechos a mano de la forma más clásica, que a la vez aporta a ese contraste entre virtualidad y realidad, que es parte de las preocupaciones fundamentales del cineasta. A la vez que las secuencias de las escenas están muy bien armonizadas y medidas, y la música también cumple un papel importante, dando por momentos el toque de un musical.
Dentro de todo me hizo pensar también en la importancia de los íconos, de las máscaras que uno utiliza en sociedad, y que es tan común en la cultura asiática, a través del maquillaje y el cambio de color de pelo, como ocurre en las bandas de K-Pop, a los cuales se les suele atacar por ese aspecto superficial, pero la película me hizo ver este aspecto de otra forma, y no sólo como una ocultación de una identidad, sino como una posibilidad múltiple de existir, llegar y comunicar. Pues aunque sus historias tengan una apariencia futurista y retratatan un futuro y presente del universo digital, siempre apelan a la humanidad, y acá toma en consideración un tema como el del sacrificio. Por este y otros temas, porque en realidad trata temas muy complejos, me ha parecido una gran película, una joya y de las mejores películas del 2021. Y otro gran logro de Hosada.
No se pierdan la oportunidad de verla en Colombia en carteleras de cine (en Cartagena en Procinal: La Plazuela/Sao o San Fernando) porque en pocas oportunidades se puede ver en pantallas de cine las mejores películas de animación extranjeras.
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