Segundo
largometraje del director Joachim Trier, familiar lejano del gran director
danés Lars Von Trier. No había visto aún la ópera prima del director, que se
llama “Reprise”, pero luego de ver este filme, quedé con muchas ganas de ver
sus otros trabajos.
“Oslo,
31. August”, es uno de los retratos más fieles, reales, tristes y hermosos, que
se han realizado (y que he visto) sobre el tema de la adicción a las drogas.
Dirigida
y escrita por Joachim Trier, el filme cuenta la historia de Anders, un joven de
34 años, que se encuentra en un centro de desintoxicación en proceso de
rehabilitación. Anders, es un joven inteligente que se ha sumergido
terriblemente en el mundo de las drogas y ha perdido gran parte de su juventud
por esos problemas. Anders, ya se encuentra a punto de salir del centro y como
parte del proceso de rehabilitación, se le permite visitar la ciudad para
asistir a una entrevista de trabajo. En esa visita, además de la entrevista,
visita y merodea por la ciudad, lo que le traerá distintos recuerdos y lo
enfrentará a la realidad.
El
filme es visto desde el punto de vista de Anders, somos observadores de todo lo
que ocurre a su alrededor, y al mismo tiempo de los que pasa en su interior. El
director te sumerge en las profundidades del joven y su drama interior.
Entiendes y sufres con él, gran trabajo además del actor Anders Danielsen Lie,
que vive, siente y se mete de lleno en su personaje. Parece incluso, que
estuvieses viendo en momentos un documental muy bien dirigido.
El
trabajo de dirección es muy sobresaliente, no parece que fuese su segunda
película. Encuadres y tomas muy buenas, y es de esos directores que juegan con
la cámara para involucrar al espectador, causarle intriga, curiosidad, entre
muchas otras emociones.
Otro
de los elementos notorios del filme, es su realismo. Hemos visto muchas
películas en donde manejan el tema de forma muy superficial, con algunas
mínimas excepciones. Pero en esta, el director logra trasmitir el drama interno
del personaje, sus dudas, sus frustraciones, su agonía y su visión del mundo.
Porque
además del tema de la drogadicción, la película aborda muchos temas sobre la
vida misma. Y deja entrever un poco esa idea, del estado de drogadicción en que
posiblemente nos encontramos la mayoría de personas en el mundo, al vivir bajo
una falsa ilusión, bajo imaginarios, bajo sombras y mentiras. Esta se puede
hacer evidente en la primera visita que realiza Anders a uno de sus amigos.
Quien precisamente al final no le da un panorama positivo de la vida en
familia. Al dialogar sus problemas, ambos se dan cuenta de sus desgracias. Así
que hay que prestar mucha atención a muchas escenas, porque este filme también
es una lección de vida, y lamentablemente no con una visión muy positiva.
Hay muchas
escenas que quedaran grabadas en mi memoria, por su profundidad, acompañadas de
una excelente fotografía.
En
síntesis, una película muy importante, que el mismo tiempo se encargará de
darle su verdadero valor. Un ejercicio magistral de cine con un final
excelente. Una de las mejores películas del año.
9/10
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