La primera vez que vi "Spencer" recuerdo pensar en muchas cosas. Empiezo con la peor: ¿qué ando viendo esto? y ¿qué aporta de nuevo esta película?
Es inevitable la comparación con "Jackie", también de Larraín, y me hace pensar en estas dos películas en fila del director chileno, que más que biopics, parecen estudios psicológicos de dos mujeres, que a la vez fueron íconos de la cultura popular. Una desde el duelo y la otra (y que nos compete ahora) desde la melancolía, la tristeza y la impotencia.
La película se centra en tres días en la vida de la princesa Diana, justo en un fin de semana de vacaciones de Navidad a principios de los 90, en donde Diana, sumergida en su drama familiar y trastornos de salud se da cuenta que su matrimonio y su cuento de hadas es una pesadilla. Larraín es un gran director y logra componer y exponer una radiografía psicológica y emocional de una mujer infeliz e insatisfecha, al borde del colapso. La cámara y el centro de la historia es Diana, siendo la familia real confinada a ser representada como meros entes de presión, conflicto y como una sola fuerza conjunta de opresión.
Ya he dicho anteriormente que me gustan en los "biopics" estos retratos de momentos específicos de una vida, y creo que Larraín logra un muy buen retrato, aunque no tan fino como fue el de Jackie o Neruda. Porque aunque tiene una excelente fotografía, escenas magistralmente filmadas y una actriz (Kristen Stewart) que cumple con creces y realiza una excelente interpretación (aunque al inicio me tenía dudando con el acento y algunos gestos), no puedo evitar pensar por momentos que estoy viendo un extenso anuncio publicitario de moda (y hay una escena especial donde se hace más evidente), y también que el filme es sólo un vehículo para el lucimiento de una actriz.
Así como algunos elementos de dudosa elección para la narración (como lo de Ana Bolena y su tratamiento o comparación con el personaje) y otras escenas o momentos que se extienden y hacen de relleno en una película que se me hizo también muy larga innecesariamente. Así que mantengo emociones encontradas con la película, aunque debo decir que disfruté mucho de varias escenas y de la actuación. Veremos cual es la siguiente "princesa moderna" a la que Larraín decide homenajear.
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