Hace poco vi la última película de Stephen Daldry, quien se convirtió en uno de mis directores predilectos gracias a sus tres únicas películas que han sido excelentes, me refiero claramente a Billy Elliot, The Hours y The Reader. Por lo tanto, estaba muy emocionando y con muchas expectativas con su cuarta película. Al hacer la lista de predicciones a mitad de año, no la incluí en la lista porque pensaba que se iba a estrenar en el 2012, pero al final se decidió estrenarla casi a finales de año, entrando a última hora a la temporada de premios, en donde ha conseguido un gran logro, al alcanzar la nominación al Oscar a Mejor Película.
Ya entrando en materia con su último filme, como siempre mi primera impresión cuando la terminé de ver fue que aunque claramente tiene unos excesos sentimentalistas, me pareció sobre todo un retrato muy humano, desde la perspectiva de un niño “especial”, frente a la pérdida de la única persona que él creía que lo entendía. Y para hacer el panorama más trágico, como telón de fondo se presenta el atentando del 11 de Septiembre.
Extremely Loud and Incredibly Close (Tan fuerte, tan cerca), es un filme basado en el libro del joven escritor de raíces judías Jonathan Safran Foer. Jonathan es un escritor interesante, ya que su propia historia tiene mucho que ver con lo que escribe. Su anterior obra publicada en el 2002 “Everything is Illiminated” (Todo está iluminado), de la cual también se realizó una adaptación al cine de la mano de Liev Schreiber, es una historia un poco intimista donde relata la búsqueda de un joven (con las mismas características del autor) a una mujer que aparece en una fotografía junto con su abuelo.
En cambio, en Extremely Loud and Incredibly Close, Safran Foer narra la historia de Oskar Shell, un niño “especial”, muy inteligente y con muchos temores a la vez, que es inventor, diseñador de joyas, astrofísico y pacifista (como él mismo le dice a su padre que ponga en su tarjeta personal). Oskar, que en el libro tiene 9 años y en la película 7, pierde a su padre en los atentados de las Torres Gemelas el 11 de Septiembre de 2001. Luego de la muerte de su padre, encuentra una llave en las pertenencias de su padre con una curiosa inscripción, y el mantiene la ilusión de buscar el contenido que pueda abrir esa llave con la esperanza de recibir un mensaje de su padre.
Además de esta pequeña sinopsis, que es el argumento general del libro y la película también, hay que tener un dato en cuenta para identificar la coherencia narrativa del escritor Safran Fear. Los abuelos del niño Oskar, lograron escapar de los bombardeos sobre Dresde durante la Segunda Guerra Mundial. Podemos observar que es otro elemento importante en esta otra novela aunque sea pequeño, y si se analiza a mayor profundidad el filme, también podemos obtener datos interesantes.
Ya despegándonos un poco del escritor Safran Fear y entrando a la película de Stephen Daldry, el filme de Daldry atrapa la esencia del libro y hace algo muy importante. El mismo Daldry ha dicho que hay muchas historias anexas que faltan por contar sobre los atentados, y en lo personal ese carácter de “historia anexa” que viene desde el libro, me encanta. ¿Por qué? Pues porque sobre los atentados del 11 de Septiembre, sus orígenes, causas y otras cosas más, se han mostrado algunas versiones, alguna más creíble que otra, que si fue un montaje, Osama Bin Laden, etc. No voy a entrar a esas discusiones, porque la película tampoco lo hace. Lo verdaderamente significativo tanto del libro como de la película, es mostrar esas historias anexas, esas historias que no tuvieron nada que ver con lo orquestado, y que como en todas las guerras, son los más perjudicados. Esas vidas que cambiaron abruptamente.
En este sentido, para mí fue una película muy humana (ya dejo de hablar del libro), y sobre todo porque vemos la historia a través de Oskar, sentimos su frustración y todas sus emociones, que no hubiese sido posible sin la excelente actuación del joven Thomas Horn, que acapara todo el filme y le aporta una fuerza increíble cada vez que sale en escena. Toda una grata revelación y otro a tener en cuenta.
La película tiene momentos y escenas brillantes, la dirección de Daldry es notable y en muchas tomas de puede ver claramente su estilo. La fotografía es notable, el montaje y la excelente música de Alexandre Desplat también es muy notable.
Siguiendo con las actuaciones, la mejor es la del chico Horn sin dudas, también se destaca Sandra Bullock, que esta correcta. El veterano actor Max Von Sydow hace una interpretación sobresaliente sin articular ninguna frase, solamente con sus gestos y su presencia, que en sí son muy expresivos. Y además Viola Davis, que hace un pequeño papel, pero ella como siempre lo engrandece, a mí siempre me place verla en pantalla, es una actriz con una gran presencia.
A pesar de todas las cosas positivas que he dicho sobre el filme, creo que si bien algunos excesos son comprensibles y aceptables, en unos momentos sentí muy forzados algunos momentos. Y eso no sólo me da criterio para decir que se excede en lo sentimentalista, sino que me molesta un poco, porque creo que la película tenía mucho material para convertirse tal vez en una obra maestra que representara el dolor y las secuelas de una fecha oscura en la historia reciente de los estados unidos. Aunque claramente, debo admitir que sería pretensioso, ya que iría más allá del libro, pero Daldry pudo haberse arriesgado, o tal vez me esperaba más de él.
Aún así, debo de admitir que la película me gustó y me conmovió. Vale mucho la pena verla, por su historia y gran parte de ella y por la excelente actuación principal del chico Thomas Horn. Además de ver otro filme destacado (aunque menor) de uno de los directores contemporáneos más interesantes. Y que le gusta adaptar libros muy buenos.
Mi puntuación, por todo lo que me gustó y lo que no me gustó:
6.5/10
Trailer de Extremely Loud and Incredibly Close
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