sábado, 26 de septiembre de 2020

Reseña del libro: Memorias de Adriano (Marguerite Yourcenar)

Crítica del libro Memorias de Adriano


Marguerite Yourcenar es de mis escritoras favoritas y en la adolescencia descubrí sus libros, que me fascinaron y me hicieron admirarla eternamente. Había leído las Memorias de Adriano, pero las he vuelto a leer recientemente en una bella edición con traducción de Julio Cortázar, y me he vuelto a sumergir en el Siglo II, siguiendo los recuerdos del Emperador Adriano, y este increíble ejercicio de reconstrucción que realiza la escritora con detalle y grandeza.

El libro se considera dentro del género de la novela histórica, aunque también se describe como una biografía novelada. Al final en las notas del libro la misma escritora comparte sus reflexiones sobre este tema con sus lectores. 

Su primer capítulo se titula “Animula Vagula Blandula”, en alusión al inicio de los versos fúnebres de Adriano, que el emperador escribió en su lecho de muerte. Según la traducción de Cortázar dicen: “Mínima alma mía, tierna y flotante”. Y el título nos remite inmediatamente a la muerte y la nostalgia de la vida que se va. Luego como en forma de misiva inicia: “Querido Marco”, que nos describe inmediatamente el texto como una larga carta dirigida a Maro Aurelio, su nieto adoptado y futuro sucesor. Y es interesante que incie con esta referencia, pues nos traslada a la misma infancia de Adriano, y a su misma condición, el del sobrino adoptado por el emperador Trajano para sucederlo en el trono. 


Crítica del libro Memorias de Adriano

Foto: Emperador Adriano


"Los litigantes impudentes me delegaban sus mujeres, si sabían de mi aventura con la esposa de un senador, o sus hijos, cuando yo proclamaba alocadamente mi pasión por algún joven mimo. Confundir a esas gentes con mi indiferencia me resultaba un placer. Los más lamentables eran los que me hablaban de literatura para congraciarse conmigo."

(Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar)


Ni Trajano ni Adriano tuvieron descendencia biológica. Aunque sí tuvieron esposas, pero también muchas amantes y muchos amantes jóvenes, siguiendo esa tradición helena del pre adolescente que tiene un mentor o maestro que le hace descubrir el mundo y la sexualidad. Cada uno tuvo sus distintas relaciones con mujeres y hombres, pero era claro que tenían su preferencia por los hombres jóvenes. De hecho, se menciona que Trajano admiraba a su sobrino y heredero, confiaba plenamente en él, pero muchas veces tuvieron desencuentros, en algunos casos porque Adriano tenía preferencia por los mismos jóvenes amantes de Trajano. Afortunadamente para el joven sucesor, contaba con el apoyo de la esposa de Trajano, Plotina Pompeya, quien tuvo un papel muy importante en la llegada de Adriano al trono. Ya me voy adelantando un poco con detalles, pero en esta primera parte Yourcenar compone este retrato de Adriano escribiendo sus memorias, como en efecto lo hizo en la vida real, pero esa autobiografía o diario se perdió en el tiempo. Y desde ese instante nos lleva de la mano a recordar el universo y la época con un rigor histórico increíble en ese ejercicio de reimaginar el mundo, la historia, los datos y la vida. 


                                                          Crítica del libro Memorias de Adriano

Foto: Plotina Pompeya


En el siguiente capítulo, "Varius Multiplex Multiformis/ Colector de Varias y complejas formas", sigue la carta y el narrador en primera persona se impone en la voz de Adriano, quien recuerda su vida, su infancia, su ascendencia, sus pensamientos y reflexiones desde la distancia de la adultez, su vida privada y las dinámicas sociales de la época. Los primeros enamoramientos y una de las primeras menciones a Antínoo, el joven y gran amor de su vida. También en este capítulo nos habla de su enseñanza y aprendizaje, con influencia en las ideas de Heráclito y Platón. Pero la narración no es totalmente cronológica, pues en la misma función de los recuerdos, se entrecruzan épocas más tardías, como su gran influencia en la política y en la vida militar como joven, ya habiendo sido acogido por el emperador Trajano. También tenemos la mención a algunas de sus obras más importantes y recordadas, como “El muro de Adriano”, que es esa gran construcción de un muro de piedras que señalan el límite del imperio romano en Britania (actual Gran Bretaña), que lo dividía de la zona de las tierras altas, que nunca pertenecieron al imperio. Al mismo tiempo, se amplía la influencia del joven Adriano por la cultura helena, los griegos y su cercanía a las fronteras del sur del imperio, en parte por su puesto como Gobernador de Siria y Antioquía. Sin olvidar las excelentes descripciones de las fiestas romanas, los ensueños de juventud y su excelente relación con Plotina Pompeya, la esposa de Trajano, quien tenía gran influencia en el imperio y en su esposo. Y quien además para ir sellando la vinculación de Adriano a la familia real, le presentó a su futura esposa, Sabina, cercana a la familia. 


"Como todo el mundo, solo tengo a mi servicio tres medio para evaluar la existencia humana: el estudio de mí mismo, que es el más difícil y peligroso, pero también más fecundo de los métodos; la observación de los hombres, que logran casi siempre ocultarnos sus secretos o hacernos creer que los tienen; y los libros, con los errores particulares de perspectiva que nacen de entre sus líneas. He leído casi todo lo que han escrito nuestros historiadores, nuestros poetas y aún nuestros narradores, aunque se acuse a estos de frivolidad; quizás les debo más informaciones de las que pude recoger en las muy variadas situaciones de mi propia vida. La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida me aclaró los libros."

(Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar)


Crítica del libro Memorias de Adriano

Foto: El muro de Adriano


Dentro de ese capítulo, además del desarrollo intelectual de Adriano, su cercanía y apoyo a las ciencias, el arte y la arquitectura, se nombra uno de los temas que quizás hacen más sombra a la figura del emperador: la relación con los judíos, que se ahondará más adelante. La primera mención es a las Incursiones sármatas (Guerras Dacias), que en realidad fueron anteriores a Adriano, ésta principalmente fue una de las grandes luchas del emperador Trajano, la conquista y el mantenimiento del control sobre Dacias, que es el territorio donde hoy están Rumania, Serbia y Moldavia. Adriano heredó de Trajano parte de este conflicto y los intentos por seguir ampliando las colonias del imperio, pero éste como parte de sus primeras decisiones como emperador decidió detener el crecimiento del imperio hacia esa zona, en donde ya se caldeaban muchos otros problemas. 

Menciona en esta parte al que él consideraba su enemigo: Lusio Quieto, quien fue un fiel general de Trajano, y se consideraba que era la alternativa a suceder a Trajano frente a Adriano en la cabeza del imperio. Esta parte es muy interesante porque Trajano no decidió su testamento hasta casi estar a punto de morir. Y las constantes tensiones con Adriano hacían dudar si le legaría finalmente el imperio. Al final lo determinante fue la palabra de Plotina Pompeya, quien guardó las últimas palabras de su esposo, afirmando que se había decidido por Adriano antes de morir, y también influyó las mayorías militares fieles a Adriano, por la que nadie se atrevió a poner en duda las palabras de Plotina. Sin embargo, el fiel maestro de Adriano le contó acerca de una traición fraguada por algunos generales que intentaban favorecer a Lusio. Es por esto, que Adriano manda a ejecutar a cuatro generales, incluido Lusio, para acabar esta amenaza. Esto hizo, que el reinado de Adriano empezara con mucho miedo y desconfianza del pueblo, pero poco a poco fue instaurando distintas medidas en pro de la gente y del estado que le hizo ganar mayor aceptación. 



Crítica del libro Memorias de Adriano

Foto: Emperador Trajano



Reitero que Yourcenar no narra estos hechos de forma cronológica, sino que se mete en la piel del fantasma o del ya anciano Adriano, y te menciona un lugar, un nombre o un hecho sin el contexto que quizás yo voy dando en este texto. Con una prosa muy fluida, pues ya anteriormente la escritora nos demostró su destreza en este género epistolar. 

Y dentro de este capítulo, también se desarrolla más un tema muy interesante que ya había mencionado anteriormente: la relación del emperador Adriano con los judíos. Dentro del libro él se refiere al “Problema de Oriente”, en donde menciona como partes de este conflicto, el gran desarrollo en la ruta comercial con los intercambios con la India, además de los misterios del país de la seda, porque recordemos que durante mucho tiempo el país de origen de la seda fue un gran misterio que se guardaron muy bien los mercaderes judíos y los exportadores árabes.

Sobre estas complicaciones con el mundo asiático en una parte del libro dice:
“Pasado el Éufrates, empezaba para nosotros la región de los riesgos y los espejismos, las arenas devorantes, las rutas que no terminan en ninguna parte”

Para poder comprender mejor esta parte recomiendo leer un poco sobre la historia del medio oriente, al tiempo que se leen estos pasajes para entender mejor las referencias que utiliza. Porque la autora sigue manteniendo la distancia de la acción y la evocación del recuerdo, que le funcionan de forma increíble en la narración y de verdad te da la impresión de estar leyendo el diario íntimo de Adriano, que nunca se llegó a conocer.


Crítica del libro Memorias de Adriano

Foto: Diáspora judía



Y llegados al conflicto con los judíos, hay que mencionar que Judea era una provincia romana, que durante muchas décadas realizó diversas rebeliones para lograr la independencia del imperio. Varios emperadores intentaron controlarlos pero fue Adriano el que le puso punto final a estas rebeliones. Liderando uno de los momentos más oscuros dentro de la historias de los judíos. Reunió un gran ejército, legiones en todo su imperio e invadió Judea, llegando a un terrible saldo de aproximadamente 600.000 judíos muertos, quien no sólo invadió y masacró a su población, sino que intentó borrar la identidad judía, prohibiendo el Torá, quemando sus libros sagrados, y en el antiguo templo sagrado instaló dos estatuas: una de Júpiter y otra de él mismo. Alimentando el odio de los judíos contra el emperador y el imperio. Pero también fueron expulsados de Judea los que sobrevivieron y durante mucho tiempo se les prohibió la entrada a Jerusalén a los judíos (no sería hasta el siglo IV, en el reinado de Constantino I, quien volvería a permitir a los judíos regresar a Jerusalén, una vez al año para lamentar su derrota, en el lugar que se conoce como el Muro de las lamentaciones). Pero Adriano fue implacable, siguió con la persecución de los judíos, impulsó lo que se conoce como la gran diáspora judía, y además eliminó el nombre de Judea, cambiándolo por Siria Palestina, nombre de los filisteos, enemigos de los judíos. Y se dice que a la entrada de la ciudad puso la estatua de un cerdo. Es por esto que se dice que dentro del Talmud, el nombre Adriano aparece junto a una maldición. El mensaje era que nadie se revelaba contra el imperio romano.  

Este pasaje no está tan detallado como lo expongo acá por Yourcenar, pero me parece interesante conocer varios de estos detalles. Fue así como este hecho se unió a lista de los lamentables hechos tristes para la comunidad judía que se celebra en su Tisha b'Av, el principal día de ayuno y abstinencia. 


Crítica del libro Memorias de Adriano

Foto: Villa de Adriano


En el siguiente capítulo, “Tellus Stabilita/Estabilidad del territorio”, Yourcenar nos narra precisamente la estabilidad del mundo heredado, y por supuesto, las grandes reformas de Adriano. “Roma ya no está en Roma”, diría, en referencia a la amplitud del imperio, llegando a sentirse como un Dios, por el poder alcanzado. Al tiempo que se nos muestra su apoyo a las ciencias, a los astrónomos, a la expansión de la influencia griega (como dejarse la barba, algo que él puso de moda), e iniciar un período muy próspero y estable que llevaría al título del siguiente capítulo. 


Crítica del libro Memorias de Adriano
Foto: Antínoo


Saecvlvm Avrevm/Edad de Oro
En este capítulo el emperador nos cuenta de la gran organización del estado, no teniendo que estar presente siempre en Roma, sino con la confianza de sus delegados y los senadores para llevar las riendas y asumir las responsabilidades. También la diversidad de las religiones y cultos cristianos, el porvenir de Alejandría, y la presencia de magos y oráculos. Pero también es en este capítulo y época donde se nos cuenta más sobre su relación con el joven Antínoo, la descripción del amor, la pasión, la juventud, para pasar de forma abrupta pero natural a la enfermedad, la vejez y la muerte. Primero con la muerte de Antínoo, que muere ahogado en su presencia desde la orilla, lo que precipita su decaída y su eterna tristeza. Pero también la gran labor que inició para que su eterno amor nunca fuese olvidado, levantando monumentos en todo el reino (algunos reposan hoy en importantes museos) y nombrando poblaciones con su nombre. Sobre la muerte de Antínoo hay muchas especulaciones al respecto.

Luego de la Edad de Oro y la muerte de Antínoo, llegan los dos últimos capítulos: Disciplina Avgvsta, en donde se trata el tema de Asia Menor, el regreso a Grecia del emperador, más efectos del drama con los judíos, y la creciente ola de rumores, secretos e intrigas alrededor del emperador. Es importante mencionar también que al momento de morir Antínoo tenía un poco más de veinte años, ya era un hombre adulto, pero seguía manteniendo su relación con Adriano, lo que no era bien visto por la sociedad. Ya que recordemos que las relaciones con los jóvenes pre adolescentes, adolescentes y jóvenes era bien visto como parte del desarrollo de los hombres, y el tardío derecho a estar con mujeres, que precisamente no tenían la mayor libertad en ese tiempo. Entonces al seguir con el joven Antínoo despertaba las críticas de sus contradictores y por supuesto de su esposa, Sabina, que muere en esta etapa y se dice que murió odiando a su esposo. 


Crítica del libro Memorias de Adriano

Foto: Sabina



Y en "Patientia", ya nos enfrentamos de forma directa a los temas de la muerte, la vejez y la sucesión. Dice:  

“La meditación de la muerte nos enseña a morir, y no facilita la partida; pero ya no es facilidad lo que busco.”


El emperador nos habla desde su deterioro físico, los preparativos de su tumba, los sueños recurrentes que tuvo, y la convocatoria a sacerdotes, filósofos y astrólogos para que interpretasen sus sueños. Y por supuesto, la búsqueda de su sucesor, que fue muy planeada, ya que escogió y adoptó al sucesor más cercano y a la vez hizo que éste adoptase al nieto que le sucedería en dos generaciones, que serían Antonino Pío y Marco Aurelio respectivamente. 


"Te conocí desde la cuna, pequeño Annio Vero, que por obra mía te llamas hoy Marco Aurelio. (...) Vero, el que dice la verdad: me gustaba jugar con tu nombre; tú eres quizá el único ser que jamás me ha mentido. (...) Creo dar a los hombres la única posibilidad que tendrán jamás de realizar el sueño de Platón: ver reinar sobre ellos a un filósofo de corazón puro".

(Memorias de Adriano)


Así llegamos Marco Aurelio, quien fue ese otro gran emperador, y al que desde el inicio del libro se menciona como destinatario de esta larga misiva de Adriano. 


Luego de esta gran historia que Yourcenar cuenta con tanta precisión, pasión y rigor, aunque sé que a muchos les ha costado leer el libro, precisamente por las tantas referencias históricas, pero recomiendo que cuando decidan embarcarse en esta aventura, también estén abiertos a irse documentando ante la más mínima mención, porque disfrutarán como nunca y además se darán un gran banquete de historia. Pero decía que luego de esta historia, Yourcenar comparte con los lectores su “Cuaderno de notas” al final del libro, que es también fascinante y literario. Desde las notas escritas al gran escritor Gustave Flaubert, y toda la concepción e investigación de esta obra que escribió durante una década. Encontrarán las ideas y los bocetos con respecto a la estructura, el tipo de narración y la construcción de la voz de Adriano. El concepto de la voz del emperador como ente narrador, la serie de diálogos que también contempló y la relación con el emperador  con ella misma en todo este proceso. 

“Reconstruir desde adentro lo que los arqueólogos del siglo XIX habían hecho desde afuera”


Así como la erudición y magia que la autora impregna dentro de este proceso de transportarse al interior de otro. La elección de la primera persona para evitar cualquier intermediario, incluso el de ella misma, y dotar a su personaje de personalidad propia para hablar con firmeza y  sutileza.

Junto con sus conceptos sobre el tiempo, la vida y los hechos históricos, mientras justifica su perspectiva y las decisiones al elegir los momentos de la historia que aparecen en el relato, el análisis de los hechos y todo el proceso de documentación, que aparece en su biografía.

Es interesante también cuando cuenta del proceso de escritura, en donde menciona que muchas veces reescribió episodios, y sintió por momentos que al final sentía que el emperador mentía, pero ella al final le dejó mentir. Y cuando se encontró tan metida de lleno en el proceso de escritura que sus amigos le decían que ella era Adriano. 


“Toda vida narrada es ejemplar; se escribe para atacar o defender un sistema del mundo, para definir un método que no es propio”


En su cuaderno de notas, Yourcenar describe la vida no como una sucesión de líneas horizontales y verticales, sino como tres líneas sinuosas infinitas. Y explica más su análisis histórico, su interés en el Siglo II, al que consideraba como la época de los últimos hombres libres; y ahonda en las diferencias entre el Hombre construido y el Hombre comprendido, desde la figura de su personaje principal. 

Finaliza confirmando la existencia de la ficción dentro de su obra y dentro de la historia general en sí. Pero reafirma el exhaustivo trabajo histórico e investigativo tras esta monumental obra de la literatura y de la historia. Una maravilla de obra que siempre recomiendo enormemente pero siempre recuerdo  que no es la primera lectura para descubrir para esta brillante escritora, porque es una obra compleja y densa que necesita de tiempo y madurez. Y esperar el momento preciso donde se esté preparado para embarcar esta gran aventura que propone y exige. Y dejo una frase final de tantas:


"Las palabras engañan, puesto que la palabra placer abarca realidades contradictorias, comporta a la vez las nociones de tibieza, dulzura, intimidad de los cuerpos, y las de la violencia, agonía y grito".

(Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar)



Crítica del libro Memorias de Adriano

Foto: Marguerite Yourcenar



Otra reseña de una obra de Marguerite Yourcenar:

Reseña de "Alexis o el tratado del inútil combate"




Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)










 

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