domingo, 7 de octubre de 2018

Especial: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes Saavedra). Reto #Cervantes2018 (A.S.B)


Miguel de Cervantes Saavedra



Luego del éxito del reto y lectura colectiva de #Dante2018, del 1 de enero al 10 de abril del 2018, bajo el hashtag #Dante2018; y del siguiente, #Ovidio2018 para leer la famosa obra de Ovidio: Las Metamorfosis, desde el 1 de Mayo hasta el 3 de Agosto. Pero el 1 de Junio empezaba un reto más grande, por su extensión y complejidad, la lectura de la obra cumbre de las letras españolas: “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra (que se peleó el honor de suceder a #Dante2018 junto con #Boccaccio2018 y #Ovidio2018 entre otras, al final decidimos leerlas todas); de hecho, en estos momentos ya tenemos bastante adelantada la lectura de “El Decamerón” de Boccaccio, e iniciada la de #Virgilio2018 con “La Eneida”. 

Para los interesados, dejo el post general que hice sobre mis publicaciones diarias de #Dante2018 y #Ovidio2018, como espero hacer con todas las lecturas:

Especial: La Divina Comedia (Dante Alighieri) Reto #Dante2018
Especial: Las Metamorfosis (Ovidio) Reto #Ovidio2018

Las publicaciones diarias las hacía por mi cuenta personal de Facebook, o la página de Facebook de mi blog A.S.B Virtual Info, y el grupo de Facebook con el nombre “#Cervantes2018 – Lectura Colectiva”. Pero sobre todo, y la esencia de estos retos y lecturas colectivas nació de la interacción en Twitter, donde también a diario compartía y comparto mis posts de cada lectura. Si en Dante era un canto al día, y en Ovidio, un poco diferente, fue la división de 15 grandes libros, aunque en cada uno de los libros hay pequeños subcapítulos. #Cervantes2018 siguió el esquema también de un capítulo al día 
Del 1 de Junio al 6 de Octubre, un conjunto de lectores curiosos, primerizos, expertos, ilustradores, y hasta algunos famosos (como en Colombia, la actriz Margarita Rosa de Francisco), nos sumergimos en esta aventura épica. En el camino hubo varias bajas, debido a lo extenso del conjunto de las dos partes que conforman al Quijote, pero varios persistieron y otros decidieron ir a su propio ritmo, y otros estuvieron como espectadores constantes y fieles.

Desde #Dante2018 mi papel activo, constante y diario, fue el de realizar textos diarios en todas mis redes sociales, que muchas veces eran resúmenes, otras veces eran reseñas, otras análisis, otras selección de fragmentos, y en el mejor de los casos, una mezcla de todas las anteriores. Cada texto dependía de lo que me generara cada capítulo. Y en el camino me fui enterando que muchas personas seguían y esperaban atentas mis textos para seguir el ritmo de la lectura colectiva. 


El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
(Foto: Esta fue la versión que leí de Punto de Lectura. Excelente)


En el Club de Lectura Sícalo, que funciona en la Librería Ábaco, y tenemos en la ciudad de Cartagena de Indias, interrumpimos nuestra programación de lectura para unirnos a la lectura colectiva. El grupo decidió que llegáramos hasta la primera parte y que en la segunda parte cada uno hiciese la lectura personal y retomáramos la programación. Como estábamos en un ciclo de “Escritoras (mujeres) Latinoamericanas”, y veníamos leyendo escritoras seleccionadas desde Argentina, Brasil, Uruguay, etc. Para seguir el ritmo del Quijote, y seguir el esquema de lectura colectiva dividida en pequeños capítulos por semanas, decidí adelantar en la programación la lectura de “La Otra Mano de Lepanto” de la escritora mexicana Carmen Boullosa, que actualmente estamos disfrutando y nos recuerda constantemente al Quijote y a Cervantes.    


Club de Lectura Sícalo


A “Don Quijote de la Mancha” lo había leído por capítulos pero creo que nunca lo había leído completo. Por eso aproveché esta ocasión, bajo este esquema tan fascinante de “lecturas colectivas” para leerlo todo finalmente en forma secuencias y diaria. Y las ideas de hacer un texto diario, siempre ha sido para al final de cada reto recopilar todos los textos y publicarlos en un post general, como hice en Dante y en Ovidio. Y este ejercicio como algo personal, donde yo pueda ir nuevamente a mis textos y recordar lo que decidí recordar de cada capítulo. Y por supuesto, muchas más personas disfrutaran de ese trabajo. 

“Don Quijote de la Mancha” es sin dudas una Obra Maestra, y como verán en varios de mis comentarios diarios, si hay algo que me fascinó desde el principio fue la narración. Los juegos de narradores, los cambios, las voces narrativas, todos esos aspectos me parecieron fascinantes, y entendí completamente por qué es considerada la primera novela moderna, porque en sus páginas hizo absolutamente todo lo que muchos escritores modernos hicieron después. Esa incursión de capítulos apartes e independientes, como lo menciono en uno de los capítulos, me recordó a la otra magna obra, “Moby Dick” de Herman Melville, y muchos grandes escritores que trabajaron en renovar la parte de la narración. Cervantes ya se había adelantado a todos, y de una manera sorprendente. La separación del libro en dos partes, que en la segunda parte el personaje se encuentre con que la primera parte fue publicada y es famoso, y además que alguien escribió una segunda parte apócrifa, distinta a la que estamos leyendo. Sin dudas son muchos aspectos fascinantes que fui señalando en cada capítulo. Y la segunda parte del Quijote apócrifo de Avellaneda, que también ha tenido su fama propia, tiene su propia historia, y engrandece lo hecho por Cervantes. Muchos, como Nabokov, dicen que fue el mismo Cervantes el autor de esa segunda parte falsa, otros que su rival Lope de Vega… en fin, cada teoría es tan fascinante como la anterior. 

Como toda novela, y especialmente en este formato de dos partes que sumados dan más de 1.000 páginas, es normal que haya momentos que se extiendan innecesariamente. En el caso de la segunda parte debo confesar que me pasó con los episodios de los Duques, que abarca muchos capítulos de más. Su incursión fue interesante, pero creo que se extiende mucho, y en este punto sé que varios abandonaron la lectura. Tampoco creo que los personajes sean malos, tienen momentos muy buenos, pero creo que Cervantes pudo recortarle un poco más. Pero además de la historia de los Duques, todos los personajes secundarios que aparecen a lo largo de la trama, varios de ellos con sus historias propias, y otros que nos presentan otros personajes dentro de sus historias, sin dudas la mayoría son fascinantes. Pero creo, que siempre el lector está esperando que la trama regrese a Don Quijote y Sancho, donde sin dudas pasan de los mejores momentos de la novela. El ya mítico contrapunteo y contraste entre estos dos personajes que se complementan perfectamente, y sirvió de inspiración para construir las relaciones entre personajes en el futuro. Los dos son importantes, los dos son valiosos, y no hubiesen llegado tan lejos sin el otro. La suspicacia de Sancho, sus refranes, su practicidad, y su sentido común, junto con la imaginación de Don Quijote, su locura controlada y desfasada, su cordura y discursos que dejaban a todos con la boca abierta, su inocencia, su sentido de justicia, su amor por las historias, por los libros, por la narración y por la literatura. Es una relación que se va construyendo ante nuestros ojos, vemos como cada uno aprende algo del otro, asume características del otro, en especial Sancho, quien en momentos copia varios aspectos de su querido amo; y como se forma este bello vínculo de amistad, donde al final se vuelven inseparables y sueñas sus proyectos futuros juntos. Durante toda la novela pasan juntos, y hay como 2 o 3 veces donde se separan por corto tiempo, y vemos como cada uno extraña al otro, lo recuerda y lo hace presente con sus acciones.    

Y ya no me quiero extender mucho, porque lo que se viene es suficientemente extenso, jeje. Comparto mis últimas palabras al finalizar la lectura colectiva:


"Adiós Sancho, Adiós Quijote, Adiós Cervantes"... Gracias por 128 días mágicos, de risas, dramas, melodramas, reflexiones, dudas, amistad, locura, cordura... y sobre todo de pura literatura y eterno homenaje al arte de narrar, a los libros y la literatura. Pronto publico mi post recopilatorio de todas las reseñas y resúmenes de los 128 días y un comentario general. Y "vale". #Cervantes2018


Nota: Para entender, si quiere saber el capítulo a que corresponde cada texto:
(D.Q 1.8) #Cervantes2018 (Significa Don Quijote Parte 1, Capítulo 8) y (D.Q 2.5) #Cervantes2018 (Significa Don Quijote Parte 2, Capítulo 5)




EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA



Día 1:

Día 1 #Cervantes2018: Hoy se lee la Tasa, el Prólogo y los Poemas:
Diálogo entre Babieca y Rocinante (Caballo del Cid y de Don Quijote):
B: ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R: Porque nunca se come, y se trabaja. 
B: Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?
R: No me deja mi amo ni un bocado.
B: Andá, señor, que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R: Asno se es desde la cuna a la mortaja. ¿Queréis ver? Miraldo enamorado.
B: ¿Es necedad amar?
R: No es gran prudencia.
B: Metafísico estáis. 
R: Es que no como.
B: Quejaos del escudero. 
R: No es bastante. ¿Cómo me he de quejar en mi dolencia, si el amo y escudero o mayordomo son tan rocines como Rocinante?
Bienvenido Cervantes. Bienvenido Quijote


Día 1: Prólogo 
"Desocupado lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse"...
#Cervantes2018

"Salve otra vez, ¡oh Sancho!, tan buen hombre, que sólo tú nuestro español Ovidio con buzcorona te hace reverencia".
(Gandalín, escudero de Amadís de Gaula, a Sancho Panza, escudero de Don Quijote)
#Cervantes2018 #Ovidio2018


Tres cosas para tener en cuenta en la lectura del Prólogo:

1- Bajo el tópico de la falsa modestia (tópico de rigor en prólogos de la época) Cervantes arranca presentando su historia como un hijo avellanado y seco, pero, atención! "aunque parezco padre soy padrastro de Don Quijote", sostiene. Esta afirmación inaugura dos niveles de lectura que se van a sostener a lo largo de la obra: por un lado el nivel de la historia de los personajes y sus aventuras. Y por otro, el nivel de la enunciación que se ficcionaliza y se multiplica hasta el paroxismo. Cervantes finge haber encontrado la historia del Quijote en los anales de la Mancha y limita su responsabilidad a la de mero transcriptor. El verdadero autor es un interrogante. Tengamos esto en cuenta porque al llegar al capítulo 9 el juego de los narradores se multiplica y el relato que leemos se desperdiga en una multiplicidad de voces.
2- El prólogo es, además, el proceso de escritura de un prólogo y una crítica a los prólogos y aparatos paratextuales eruditos.
3- Para hacer esta crítica se desdobla como narrador (siempre se desdobla, siempre es dialógico Cervantes) y aparece un su amigo que le explica cómo hacer un prólogo ¡ficcional! 
Todo es cierto y nada es cierto desde el mismo prólogo, y no podemos atribuir a nadie las palabras porque el autor se nos esconde y se nos multiplica en un juego de espejos barroco.
Mañana seguimos

(Compartido en el grupo de Facebook "#Cervantes2018 - Lectura Colectiva)


De Fernando Casanova, a propósito de #Cervantes2018:
Los tres latinismos del Prefacio:
1.- Non bene pro toto libertas venditur auro.
La libertad no se vende ni por todo el oro del mundo
2.- Pallida mors aequo pulsat pede pauperum tabernas, regumque turres.
La muerte hiere con el mismo pie las tabernas de los pobres y las torres de los reyes.
3.- Donec eris felix, multos numerabis amicos,
tempora si fuerint nubila, solus eris.
Mientras seas feliz, contarás muchos amigos; cuando sean nublados los tiempos, estarás solo.



Día 2: Comienzo con uno de los inicios más famosos de la historia de la literatura. "En un lugar de la mancha"... en el capítulo introductorio se describe a Alfonso Quijano, su físico, su estado, su entorno. Y desde el inicio la narración muestra un papel especial, al presentar al personaje como una leyenda y un personaje famoso real, y al narrador confesar que se trata de un cuento con varias versiones a escuchar. También se habla de la afición de este hombre a leer libros de caballería, tan perdido en la lectura que olvida administrar su hacienda. En cambio, decide comprar más y más libros, para vivir en esa ficción. Y se menciona cómo lo frustraba a veces los juegos de lenguaje de los escritores de esos libros, que lo dejaban confundido en sus interpretaciones, que ni el mismo Aristóteles podría. Don Quijano era un lector voraz, hasta el punto que se le olvidaba dormir. Un bello homenaje al acto de leer y a los lectores. Tanto le afectó la ficción, que no empezó a distinguir de la realidad y la ficción. Por lo que empezó a buscar vivir esas aventuras que había leído. Fue a ver a su caballo e inició con él. Necesitaba nuevos nombres: Rocinante, y Don Quijote para él. Don Quijote de la Mancha... así como el Amadís de Gaula, donde el nombre y la ficción se inmortalizó. Listo el caballo y el caballero, sólo faltaba buscar de quien enamorarse... el móvil y la razón de todo caballero. También nombró a su ideada doncella: Dulcinea se debía llamar, Dulcinea de Toboso. Y como todas las grandes creaciones universales, Don Quijote inicia nombrando las cosas, poniendo un nombre... y con ello creando un universo. Y asistimos al primer día de la creación. Ya no hay vuelta atrás. Bienvenido Quijote.

(Capítulo 1) #Cervantes2018

"La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura" (...)
Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mismo Aristóteles, si resucitara para sólo ello.

(Don Quijote de la Mancha, Capítulo 1) #Cervantes2018


De Margarita Inés:
Primera Parte . Capítulo 1
LA MESA DE DON QUIJOTE
Es interesante advertir que el narrador recurre a la comida –entre otras cosas- para caracterizar a su personaje.
Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda”. Ésta es la segunda frase de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, y aunque a ojos del siglo XXI no parezca más que la mera descripción de una dieta bastante aburrida, en 1605 aportaba mucha información acerca del carácter del protagonista. La novela de El Quijote fue escrita para un público contemporáneo que entendía perfectamente el lenguaje y el humor de Cervantes y era capaz de apreciar los diferentes significados que tenía entonces la alimentación.
En el Siglo de Oro la comida era símbolo de clase social, cultural, económica y religiosa. La minuciosa descripción del menú de don Quijote no era algo superfluo sino básico para que los lectores entendieran rápidamente a qué estamento de la sociedad pertenecía el personaje.
Si nos detenemos en la mencionada dieta del hidalgo y la pasamos por el filtro del siglo XVII podemos sacar de ella varios datos. El principal, que don Quijote era un hombre con tierras propias pero de modesta fortuna. Un hidalgo humilde, puesto que comía olla o cocido todos los días y hecha principalmente de vaca, que era carne más barata y menos apreciada que la de carnero. El salpicón de cena también habla del menguado nivel adquisitivo de don Quijote y de su afán de ahorro, ya que es una receta hecha con restos de carne aliñados en vinagreta. Es decir, las sobras de la comida del mediodía.
De los palominos dominicales los lectores del siglo XVII sacaban en conclusión que el personaje tenía heredad propia y casta de hidalguía venida a menos. Poseer un palomar era privilegio de aquella clase social, pero Cervantes se preocupa de dejar claro que don Quijote sólo comía estas aves ocasionalmente. Las lentejas hablan de un aspecto diferente de Alonso Quijano, más importante aún en su época que el nivel adquisitivo: la religión. Como buen cristiano, Alonso Quijano observaba los preceptos católicos de vigilia y abstinencia y por eso los viernes comía legumbres. Los domingos, para santificar la fiesta, hacía un esfuerzo extraordinario y añadía los palominos al menú. El misterio, hasta hace no tanto, estaba en los “duelos y quebrantos”.
Este plato típicamente manchego consiste en huevos revueltos con jamón, panceta o chorizo. Su mención en El Quijote y la procedencia de su nombre ha llenado miles de páginas escritas por académicos, filólogos e ilustres estudiosos que llegaron a hacer con ellos toda clase de conjeturas, incluyendo la del posible origen converso de Cervantes. Hasta 1748, en Castilla los sábados se hacía una vigilia aliviada que prohibía comer las partes magras de cualquier animal pero no sus pies, grasa, cabeza y asaduras u otros despojos. En los llamados “sábados de grosura” era habitual comer pepitoria, casquería y por supuesto, huevos con torreznos. Pero durante años, las notas al pie en este pasaje de El ingenioso hidalgo indicaron que los duelos y quebrantos eran una tortilla de sesos o una sopa hecha con huesos quebrantados de oveja.

https://cvc.cervantes.es/artes/gastronomia/recetario/default.htm
https://www.elespanol.com/reportajes/20160422/119238275_0.html


Día 3: En la primera salida de su tierra, y sin perder tiempo para cumplir la ardua tarea de deshacer los agravios del mundo; salió sin que nadie lo viese o se enterara. Se armó, cabalgó a Rocinante y salió al campo, con una inmensa felicidad de ejecutar sus deseos. Aunque sintió las primeras dudas sobre su empresa, al recordarse no armado, pero pudo más la locura que razón alguna. Ya se armaría de otro caballero en el camino, como lo hacían en los libros de caballería. Don Quijote inició un monólogo mientras cabalgaba; imaginando cómo se contaría su historia y su primera salida a la aventura. Narra y describe un bello amanecer, con mezcla de estilos y alusiones griegas y locales, contrastados con su propia figura. Y pide a ese narrador futuro que no se olvide de su Rocinante. Aprovecha para soltar versos de amor, como si de verdad estuviese enamorado, a su Dulcinea. El narrador se refiere al Quijote como un personaje histórico, hablando sobre la discusión sobre cuál fue su primera aventura, entre varios historiadores... Pero el 1er día, cansados y con hambre, no hubo tal aventura. Se encontraron con una posada con dos prostitutas en su entrada. Don Quijote, inició mezclando la ficción con la realidad, se imagina llegando a un castillo con dos doncellas en su entrada. Las doncellas se asustaron con el disfrazado caballero y se rieron al verse llamadas doncellas; y no lograron entender una palabra de lo que decía, con ese lenguaje barroco, lleno de retóricas. Parodiando, en efecto, las novelas de caballería. El encargado de la posada, que el Quijote confundió en su ficción con el alcaide del castillo, no vieron más que seguirle la corriente. Y luego viene una divertida cena en la posada, donde la comida vuelve a ser clave para entender detalles, y el caballero resalta la importancia de comer para su aventura.

(Don Quijote de la Mancha, Capítulo 2) #Cervantes2018


Día 4: Don Quijote, luego de la cena, llamó al posadero y le imploró de rodillas que le cumpliese lo que quería. El posadero confuso aceptó. Le pidió que le armara como caballero. El posadero le siguió la corriente y se explayó en la palabra, entrando y creando su propia ficción. Al preguntarle si llevaba dinero, Don Quijote dijo que no, que en las novelas no había leído tal necesidad. El posadero le explicó la necesidad del dinero en su aventura. Esa noche velaron las armas. El posadero se burló y contó a los demás inquilinos las locuras del convencido caballero. Un arriero llegó más tarde con sus mulas al lugar donde se velaban las armas, y tuvo que moverlas por intromisión. Don Quijote alarmado confrontó al arriero, imaginando que era un atrevido caballero, pidió fuerzas a Dulcinea y con su lanza lo golpeó en la cabeza varias veces. Luego, llegó otro arriero a dar de beber a sus mulas, y Don Quijote lo volvió a atacar con su lanza, abriendo la cabeza y cayendo desplomado. El posadero y amigos de los arrieros se dieron cuenta y le cayeron encima al Quijote. El posadero lo protegió alegando la locura. Y aceleró darle la orden de caballería y la velación de sus armas antes que ocurriese otra tragedia. Hizo el respectivo ritual, dando los pequeños golpes con la espada, y las prostitutas ciñieron su espada e hicieron oraciones por él, aguantando la risa. Al final las interrogó, les agradeció y les concedió el título de doñas. Se despide del posadero, quien le despide con afecto y alivio de su partida. Don Quijote partió ya armado y bendecido como caballero. La aventura sigue...

(D.Q 1.3) #Cervantes2018


Día 5: Don Quijote salió de la posada orgulloso y contento, viéndose finalmente caballero armado. Pero recordó las recomendaciones del posadero, y regresó a su casa para aprovisionarse de ropa, dinero, y además de un escudero. Pensó en su vecino, un labrador muy pobre. Cabalgó con Rocinante hacia su aldea, quien al reconocer el camino de vuelta a casa se sintió feliz. En el camino escuchó una voz de ayuda. Contento por la situación y el llamado del deber, se desvió hacia la voz clemente. Encontró a una yegua atada y a un muchacho también atado que gritaba, mientras un labrador lo azotaba con una correa. Al ver la injusticia, Don Quijote retó al labrador a un duelo. El hombre al verlo tan armado se vio muerto. Pero le explicó la situación; que el joven era su criado encargado de cuidar su rebaño, pero cada día perdía una. Don Quijote obligó a que lo soltara y le pagara. Le preguntó al joven cuanto le debía, y el joven dijo que 9 meses a 7 reales cada uno. El Quijote o Cervantes sacan mal la cuenta y le dice que 73 reales en total. Obliga a que le pague. El labrador dice que no tenía el dinero con él, y que el chico debe acompañarlo a su casa. Andrés, el joven, dice que ni loco iba con él. Don Quijote lo persuade, y le dice que lo obligará a jurar por la ley de la caballería que ha recibido. El joven le dice que su amo no es caballero, ni ha recibido orden alguna, que es Juan Haldudo. El amo prometió y juró por la orden de caballería cumplir su palabra. Don Quijote partió tranquilo y orgulloso por 'deshacer agravios' y su hazaña. Pero nada más partir, el amo volvió a atar a su criado y terminó de azotarlo sin paga alguna. Don Quijote siguió el camino, y a lo lejos vio un tropel de gente. Se imaginó una nueva aventura. Que los mercaderes eran caballeros andantes. Se puso en posición de ataque y cuando llegó donde ellos pidió reverencia hacia su amada Dulcinea, la más hermosa (actitud habitual en las historias). Los mercaderes identificaron al chiflado pero uno de ellos, burlón, le siguió la corriente y dijo que no podía afirmar si era tan bella si no la había visto. Don Quijote ofendido y puesto a atacar con su lanza, cayó en el camino por un tropiezo de Rocinante. El mercader amenazado se vengó moliendo a palos al indefenso caballero. Sin embargo, Don Quijote estaba contento porque esas eran cosas normales de los caballeros andantes, y la culpa fue de Rocinante. Y siguió en el suelo, incapaz de levantarse.

(D.Q 1.4) #Cervantes2018

(Don Quijote defiende al criado del maltrato de su amo, y evidencia su alto sentido de justicia)
"Bien está todo eso, pero quédense los zapatos y las sangrías por los azotes que sin culpa le habéis dado, que, si él rompió el cuero de los zapatos que vos pagaste, vos le habéis rompido el de su cuerpo, y si le sacó el barbero sangre estando enfermo, vos en sanidad se la habéis sacado; así que por esta parte no os debe nada".
(D.Q 1.4) #Cervantes2018


#Cervantes2018




Día 6: 
"¿Dónde estás, señora mía,
que no te duele mi mal?
O no lo sabes, señora,
O eres falsa y desleal".
Parafraseaba Don Quijote un pasaje de una de las novelas de caballería, mientras se revolcaba en el piso sin poder levantarse. 
Pasó un labrador vecino por el lugar y se acercó a socorrerlo. En sus visiones, Don Quijote lo confundió con el marqués de Mantua. El vecino le quitó la visera aporreada y lo reconoció como el señor Quijana. Lo ayudó, y nuestro caballero seguía metido en su historia. Cuando el labrador lo ayudó a levantarse, Don Quijote recordó otra historia del moro Abindarráez, cuando fue cautivo por el alcaide Antequera. El labrador fastidiado del parloteo y locuras del Quijote, le dijo, que ni era don Rodrigo Narváez, ni el marqués de Mantua, sino Pedro Alonso, su vecino. Y que él no era ni Valdovinos, ni Abindarráez, sino el honrado hidalgo del señor Quijana.
"Yo sé quién soy, y sé que puedo ser, no sólo los que he dicho, sino todos los 12 pares de Francia, y aún los 9 de la Fama", fue su sorpresiva respuesta.
El labrador esperó que oscureciera para que en el pueblo no viesen el estado maltrecho del Quijote. Al llegar a la casa, estaban el cura, el barbero con la preocupada ama de llaves, que decía que su señor llevaba desaparecido con sus armas tres días. Echó la culpa a los libros que leía, y asumió la culpa por no quemarlos a tiempo. Apenas lo vieron llegar, su ama lo llevó al cuarto, mientras él decía que sus heridas se las hizo combatiendo con 10 gigantes. El cura alarmado, hizo mil preguntas, pero no respondió ninguna y se durmió. El labrador contó como lo había encontrado, y el cura y el barbero se citaron para hablar con él el día siguiente.

(D.Q 1.5) #Cervantes2018


Día 7: Mientras el Quijote dormía, el cura pidió las llaves a la sobrina del aposento donde guardaba los libros. Cuando entraron vieron más de 100 volúmenes de grandes libros, muy bien ordenados y encuadernados. El ama corrió y regreso con agua bendita para bendecirlos. El cura ordenó al barbero que le pasara los libros uno a uno, porque depronto alguno no merecía el castigo del fuego. La sobrina y el ama opinaron quemarlos todos, pero el cura insistió en leer los títulos. Y el primero que le pasaron fue "Los cuatro de Amadís de Gaula". El cura dijo: "Parece cosa de misterio ésta, porque, según he oído decir, este libro fue el primero de caballerías que se imprimió en España, y todos los demás han tomado principio y origen de éste; y, así, me parece que, como dogmatizador de una secta tan mala, le debemos sin excusa alguna condenar al fuego". El barbero alegó que era el mejor del género, y como único en su arte se debía perdonar. El cura aceptó. El siguiente, fue a la hoguera, los arrojaban desde la ventana para hacer bulto. Y así poco a poco van repasando todos los libros famosos de caballería. También se hace crítica de algunos títulos, la defensa de otros, como el de Joanot Martorell, por su realismo inusual en ese género. Y luego hasta pasan a hablar de los libros de poesía, y a criticar la magia y el romanticismo reinante en ellos. Es Cervantes hablando de libros, de clásicos, y por supuesto, también de sí mismo. Ven una recopilación de poemas, donde hay dos de Cervantes, y ven La Galatea de Miguel de Cervantes, libro del que dan un modesto comentario sobre la obra y el autor... y por supuesto, está en los libros salvados del fuego. Y el cura se lo recomienda al barbero. Es un capítulo muy literario de análisis y crítica a los libros de caballería y clásicos de la literatura, mientras se fragua el pecado de su quema en la hoguera, cuál tribunal inquisitorial. Curiosamente el último libro que ven en el capítulo, son Las Lágrimas de Angélica.

(D.Q 1.6) #Cervantes2018


Día 8: Se levantó Don Quijote la primera vez, aún con el recuerdo del último enfrentamiento con los mercaderes, y pasó por donde se encontraban sus libros quemados pero no los distinguió, y confundió a los cómplices amigos con personajes de novela, y se volvió a dormir. Mientras el ama terminaba de quemar los libros. Para que no se diese cuenta el caballero, sellaron la puerta del aposento. Cuando Don Quijote se levantó el día siguiente, se dirigió directamente a sus aposentos, pero no logró hallarlo. Su ama le dijo que ya no había aposentos ni libros porque el diablo de los había llevado. Y su sobrina corrigió diciendo que había sido el mago Fristón. Don Quijote reconoció al mago de los libros como un antiguo enemigo, por lo que aceptó ligeramente la historia y estuvo con sus amigos durante unos días, entre bromas e historias... hasta que mandó a llamar a su vecino, el labrador, que había pensado para escudero. Su vecino, Sancho Panza, tras ruegos de Don Quijote y promesas de aventuras, tierras y su misma sucesión como caballero, aceptó ser su escudero, dejando a su mujer e hijos. Sancho le ayudó a recoger dinero, vendiendo varias cosas, y le dijo que cabalgaría en un asno muy bueno. Don Quijote no recordó ningún asno en las historias, pero no le dio importancia. Y una noche salieron, sin que nadie los viese y sin despedirse de nadie. Al ir cabalgando, ya lejos de casa, Sancho le recordó al Quijote que no se olvidara de la tierra prometida, porque por grande que fuese él sabría gobernarla. Don Quijote se lo prometió, con un discurso de esperanza y ánimo, que el inocente Sancho aceptó y confirmó su confianza en su señor.

(D.Q 1.7) #Cervantes2018


Día 9: Iban cabalgando Don Quijote y Sancho, cuando descubrieron 30 o 40 molinos de viento en el campo. Don Quijote, en la famosa escena, los confunde con gigantes y decide atacar, sin escuchar a Sancho, que le dice que sólo son molinos. El Quijote se lanza al ataque y cuando su lanza hizo impacto con una de las aspas, Don Quijote y Rocinante salieron volando, arrastrados. Sancho fue a ayudarlos. Y siguieron el camino, cuando empezaron a hablar del dolor, el Quijote dijo que a los caballeros andantes no les es dado quejarse, mientras Sancho respondía que él sí se quejaba por todo. Mostrando el contrapunto entre los discurso y pensamientos de ambos personajes, la emoción y la racionalidad. Don Quijote sonrió por la simplicidad de su escudero, quien además en poco tiempo lo atacó el hambre, mientras el Quijote se sustentaba con sabrosas memorias, sin pegar ojo en la noche. Al día siguiente, siguieron camino de Puerto Lápice, y vieron a lo lejos a 2 frailes de San Benito en caballo, custodiando un coche con otros caballos, y dentro del coche una señora camino a Sevilla. Don Quijote se imaginó como en sus novelas, a una princesa secuestrada en el coche y decidió enfrentar la aventura, a pesar de la recomendación de Sancho. Don Quijote sorprendió y atacó al primer fraile, tirándolo del caballo. Sancho aprovechó para saquear al caído, mientras Don Quijote fue a hablar con la señora. Los otros mozos atacaron a Sancho y lo dejaron en el suelo. Luego Don Quijote es confrontado por un escudero vizcaíno (vasco), que venía con el grupo (en estos diálogos juegan con el lenguaje vasco). Al verse amenazado seriamente por los ataques del escudero con la espada, el Quijote pide ayuda a Dulcinea. En plena batalla, la narración se interrumpe, como el final del capítulo de una serie... se menciona que por falta de documentación de los hechos no se pudo seguir... pero ingeniosamente plantea que se continuará la historia en una segunda parte. Ese es el juego del Quijote y Cervantes, con la historia, la literatura, el lenguaje, la narración, y la vida misma.

(D.Q 1.8) #Cervantes2018


Día 10: Continúa la batalla entre Don Quijote y el escudero vizcaíno. Pero antes, el narrador la introducción de la 2da parte consciente de la interrupción en una parte tan jugosa y emocionante en la historia. Podemos entrever que el narrador puede ser Cervantes, transfigurado en uno de los historiadores que recogían las historias de los caballeros andantes, quedando ésta inacabada. El misterioso narrador vuelve a referirse a Don Quijote, como el famoso caballero español, y puede dar los primeros indicios de la teoría de Sancho como narrador, ya que en ese momento que se interrumpe la historia estaba golpeado por el ataque de los mozos... De igual forma, nuestro narrador/historiador nos cuenta la historia de cómo se enteró de la continuación de la historia del Quijote, y se remontó al recuerdo de un risueño lector, que al preguntarle sobre lo que leía, mencionó a una tal Dulcinea de Toboso... el narrador atónito se encontró con que el hombre leía la historia de Don Quijote, escrita por el historiador arábigo, Cide Hamete Benengeli. Le compró los papeles con la historia y llevó a traducirlos al castellano. Llevó el traductor hasta su casa, quien terminó de traducirlo en poco más de mes y medio. Al terminarla, nuestro narrador (un brillantes Cervantes en todo este capítulo) nos sigue contando la historia, ya no como idea original sino como editor, comentarista y crítico de la versión árabe de otro historiador, hasta con ilustraciones. Sigue la historia, justo en el momento donde había quedado, y describe los dibujos de Don Quijote, Rocinante y Sancho. Antes de seguir, comenta, para poner objeción y duda en esta versión y cuestionar su verdad, que los árabes tenían fama de mentirosos... y crítica la falta de descripciones en las buenas virtudes del caballero, le parecían sospechosamente muy escazas. Y continúa una pequeña crítica a los historiadores. Dicho todo esto, con sus respectivas advertencias y reservas a esta versión, siguió la narración. El escudero, con el impacto de su espada, dejó descubierto medio cuerpo del Quijote, quien reacciona violentamente e impacta la cabeza del escudero, quien cae. "Las señoras del coche" (porque en el capítulo anterior sólo se hizo mención a una sola) se bajaron rogando por la vida del escudero. Lo hizo con la condición de que el hombre buscara en un lugar de Toboso a su Dulcinea y se pusiera a su servicio. Ellas sin comprender bien, aceptaron sin rechistar. Todo el capítulo me parece una obra maestra y un prodigio insólito en la narración.

(D.Q 1.9) #Cervantes2018

"Si a ésta (versión) se le puede poner alguna objeción cerca de su verdad, no podrá ser otra sino haber sido su autor arábigo, siendo muy propio de los de aquella nación ser mentirosos; aunque, por ser tan nuestros enemigos, antes se puede entender haber quedado falto en ella que demasiado. Y así me parece a mí, pues cuando pudiera y debiera extender la pluma en las alabanzas de tan buen caballero, parece que de industria las pasa en silencio: cosa mal hecha y peor pensada, habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y nonada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rencor ni la afición, no les haga torcer del camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir".

(D.Q 1.9) #Cervantes2018



Día 11: Sancho se levanta maltratado pero alcanza a ver la hazaña y el triunfo de Don Quijote, y se alegra porque con ese triunfo podrá cumplir su promesa de hacerlo gobernador de una ínsula. Don Quijote le dice que tenga paciencia, que estas aventuras eran encrucijadas y ya vendrían las que traerían riqueza. Sancho le manifestó temor por las acciones de venganza por parte de la Santa Hermandad, la especie de justicia que se ocupaba de los delitos fuera de las poblaciones. Don Quijote lo tranquilizó diciendo que jamás había visto o leído de un caballero que fuese juzgado por homicidio alguno, por más que comentiese sendos. Don Quijote le preguntó si conocía o había leído de un caballero tan valeroso como él. Sancho respondió que nunca había leído una historia porque no sabía leer ni escribir, sin embargo, si era el amo más valiente que había tenido. Sancho le curó las heridas, y el Quijote se lamentó de no acordarse de hacer el bálsamo de Fierabrás, una sustancia milagrosa que hasta podía unir un cuerpo partido en dos. Sancho impresionado dijo que si ese bálsamo existía renunciaba a su ínsula por la receta. Don Quijote trae de nuevo a conversación la historia del marqués de Mantua, y discutió con Sancho sobre ese y otros temas mundanos de comida y sobre el albergue de esa noche... al final tuvieron que pasar la noche al aire libre, para desgracia de Sancho y felicidad del Quijote, que así como no comía por ser parte de los libros de caballería, también al aire libre disfrutaba más de la aventura.

(D.Q 1.10) #Cervantes2018


Día 12: Debieron Melville y Joyce leer al Quijote y a Cervantes... el primero, por ese detalle y capacidad de introducir varios temas a la narración, de salirse del tema y ahondar otros, de incluir canciones, términos y todo una enciclopedia en su historia, sin afectar la trama. Y Joyce también, por esa capacidad de analizar y explorar perspectivas, puntos y focos de narración. Y fueron de los grandes escritores modernos. El capítulo XI es particular y a la vez de los más bellos. Don Quijote y Sancho, tras decidir dormir al aire libre, se encuentran con unos cabreros, pastores de cabras, quienes cocinaban unas delicias. Invitaron a que los acompañaran, y ofrecieron a Don Quijote sentarse en un dornajo, quedando Sancho de pie para servirle la copa. Don Quijote convencido de que esas muestras de respeto era por su condición de caballero andante, le vuelve a recordar las virtudes de la caballería a Sancho y lo invita a sentarse también y comer de su plato, diciendo: "Quiero que aquí a mi lado y en compañía de esta buena gente te sientes, y que seas una misma cosa conmigo, que soy tu amo y natural señor; que comas en mi plato y bebas por donde yo bebiere, porque de la caballería andante se puede decir lo mismo que del amor se dice: que todas las cosas iguala". Sancho al inicio no acepta con respeto la invitación, hablando en su mismo lenguaje de caballero, pero Don Quijote obliga diciendo: "Con todo eso, te has de sentar, porque a quien se humilla, Dios le ensalza", aludiendo a un pasaje bíblico. Los cabreros no entendían aquella jeringoza y seguían comiendo. Cuando terminó de comer, satisfecho Don Quijote tomó unas bellotas y mirándolas atentamente empezó un bello discurso donde rememoraba los años dorados... los tiempos pasados... ese mito del paraíso perdido o la idea de que todo tiempo pasado fue mejor, que trata Woody Allen en su película "Midnight in Paris" también. Don Quijote sigue esta idea y la mezcla con alusiones a Ovidio y la añoranza de los orígenes de la caballería andante. Finalizando su larga arenga con agradecimientos a los cabreros por las atenciones. Uno de los cabreros le dijo que para que vieran que el agasajo era con pronta y buena voluntad esperasen a un amigo que no tardaría en llegar, un músico de rabel (instrumento de 3 cuerdas) que sabía leer y escribir. Al poco tiempo llega el joven músico tocando el rabel, y pidieron que cantara a sus invitados. Antonio, el músico, se sentó en un tronco y empezó a cantar un bella canción de amor... que el mismo lector puede tararear... así como los himnos y óperas en Moby Dick... Don Quijote estaba tan encantado al finalizar, que pidió otra canción. Pero Sancho perdió permiso para dormir. Don Quijote le dijo que fuese a dormir pero que antes le curara de nuevo la oreja que le dolía. Uno de los cabreros vio la herida y tomó unas hojas de romero, con saliva y sal, se la puso y le vendó la oreja... porque no había menester otra medicina.

(D.Q 1.11) #Cervantes2018



#Cervantes2018



Día 13: Aún en el campamento de los cabreros, llegó otro mozo que traía provisiones... y también chismes... le contó a los que aún quedaban despiertos, entre ellos el siempre despierto Quijote, sobre la muerte del famoso pastor estudiante llamado Grisóstomo... y se rumoreaba que había muerto por los amores de la bella Marcela, hija de Guillermo el rico. En este punto, Cervantes marca referencia y narra en medio del diálogo otra historia aparte, a la vez que recrea dentro de su novela otro tipo de literatura... ya no hablamos de caballería sino de la novela pastoril y la égloga, muy del corte de su primer libro, "La galatea", antes mencionada. Cervantes en el transcurso de la novela volverá a meter otras historias... y hace parte de su genio. Entonces la mayoría del capítulo transcurre en el cuento/chisme que el mozo cuenta a Don Quijote sobre el joven pastor y la bella heredera. Al inicio DQ corrige constantemente a Pedro por errores de pronunciación de palabras y vocablos en su narración... pero al final decide dejarlo contar la historia tranquilo. Marcela era hija de un hombre muy rico (Guillermo). Al morir su padre, Marcela quedó al cuidado de su tío sacerdote, quien velaba por su fortuna. La niña creció con una belleza sin igual, y cuando llegó a la edad de los 14 y 15, llamó mucho más la atención de los hombres y jóvenes, quienes caían enamorados de ella, y conociendo su fortuna, representaba el partido ideal. Su tío le decía que esperara, que no había prisa, también guardando sus intereses. Por lo que Marcela no se vio presionada, y tenía muchos pretendientes, pero a ninguno correspondía, alegando no sentirse preparada para llevar la carga del matrimonio. Uno de los enamorados fue Grisóstomo, quien como muchos cayó enamorado por su belleza, pero su desdén y desengaño los conducía a términos de desesperarse y suicidarse. Pedro invitó a DQ a asistir a su entierro el día siguiente, porque en el camino podían conocer más historias sobre Marcela y sus amantes. DQ satisfecho con el cuento aceptó la propuesta. Mientras Sancho no podía conciliar el sueño por el parloteo del cabrero, y llamó a su señor a dormir. DQ se fue a dormir... y esa noche soñó con su Dulcinea imitando los amores de Marcela.

(D.Q 1.12) #Cervantes2018


Día 14:
"A la mitad del viaje de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto"
(Inicio La Divina Comedia) #Dante2018
"... corrió tras el viento, dio voces a la soledad, sirvió a la ingratitud, de quien alcanzó por premio ser despojos de la muerte en la mitad de la carrera de su vida"
(D.Q 1.13) #Cervantes2018

Día 14: Al amanecer, los cabreros levantaron a DQ para ir a ver el entierro de Grisóstomo. Partieron entusiasmados y a lo lejos vieron venir a 6 pastores vestidos de luto. Al cruzarse, intercambiaron palabras; DQ preguntó sobre la historia del pastor y Marcela, y le contaron lo que ya había escuchado. La muerte por amor. Uno de los caminantes, Vivaldo, preguntó a DQ por qué iba tan armado en tierras pacíficas. DQ le habla largo y tendido de su profesión, de la caballería. Enseguida lo trataron de loco pero le siguieron la corriente preguntando más detalles de los caballeros andantes. DQ se explayó, preguntando primero si no habían leído sobre los anales de la historia de Inglaterra... les habló del rey Arturo y la reina Ginebra. Vivaldo, entretenido siguió el juego, ahora cuestionando algunos aspectos de la caballería y las historias que también había leído. En uno de los cuestionamiento, le dijo que le parecía mal que en momentos de gran peligro, antes de acordarse de Dios se encomiendan a sus damas... DQ manifestó que no podía ser de otra manera, y habló de su Dulcinea de Toboso, sobre quien Vivaldo decidió indagar de más, preguntando datos específicos y hasta su linaje... los cuales DQ dio sin duda alguna. Aunque Sancho, quien le creía todo a su amo, si dudaba que existiera tal doncella en Toboso. Luego vieron llegar de lejos a 20 pastores de luto que traían al muerto. Al pasar cerca de ellos los escucharon hablar sobre el lugar donde iban a enterrar al pastor, que era el lugar donde había querido descansar, ya que fue el lugar donde vio por primera vez a Marcela, se le declaró y sufrió el desengaño. Sobre el muerto iban los papeles que había escrito. Los pastores discutían si debían quemarlos o guardarlos, y al final se los repartieron, Vivaldo alcanzó a coger uno. Al revisarlo luego Vivaldo, vio que tenía por título su papel: Canción desesperada. Ambrosio, uno de los que llevaban al muerto y depositario de los papeles le dijo que ese era de sus últimos escritos, y pidió que lo leyera ante todos para conocer sus desventuras y desesperación. Y todos se pepararon a escuchar... sin dudas Neruda también leyó el Quijote.
(D.Q 1.13) #Cervantes2018



Día 15: 
"¡Oh en el reino de amor fieros tiranos celos!, ponedme un hierro en estas manos.
Dame, desdén, una torcida soga.
Más, ¡ay de mí!, que con crüel victoria vuestra memoria el sufrimiento ahoga".
"Canción desesperada, no te quejes 
cuando mi triste compañía dejes; antes, pues que la causa do naciste con mi desdicha aumenta su ventura, aun en la sepultura no estés triste".
Así decían algunos versos de la Canción desesperada de Grisóstomo. Al intentar leer otro de los papeles del muerto, apareció de repente la bella pastora Marcela, encima de la peña donde se cavaba la sepultura. Todos se alarmaron, y Ambrosio le reclamó su presencia, diciendo que el muerto estaría sangrando por la presencia de su asesina. Y acá empieza un extenso y magistral alegato de Marcela en defensa de sí misma... sobre la elección libre de la mujer de amar, sobre la belleza... que muestra al Cervantes más feminista y adelantado en la causa, como siempre lo fueron en sus obras y lo que falta del Quijote. Todo el alegato es genial, rescato apartes:
"Este general desengaño sirva a cada uno de los que me solicitan de su particular provecho; y entiéndase de aquí en adelante que si alguno por mí muriere, no muere de celoso ni desdichado, porque quien a nadie quiere a ninguno debe dar celos, que los desengaños no se han de tomar en cuenta de desdenes. El que me llama fiera y basilisco déjeme como cosa perjudicial y mala; el que me llama ingrata no me sirva; el que desconocida, no me conozca; quien cruel, no me siga; que esta fiera, este basilisco, esta ingrata, esta cruel y esta desconocida ni los buscará, servirá, conocerá ni seguirá en ninguna manera".
Marcela continuó su alegato, aludiendo la impaciencia y el arrojado deseo del pastor, y recordando que ella poseía riquezas y no albergaba codicia alguna. Y recordó: "... en ese mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad...". "Pero no me llame cruel ni homicida aquel a quien yo no prometo, engaño, llamo ni admito".
Al terminar el alegato, Marcela no dio oportunidad de réplica y se marchó al instante. Al ver que algunos querían seguir su belleza, DQ dijo que ninguno se atreviese, porque ya la bella había dado suficientes razones de su inocencia. Se quedaron y su amigo Ambrosio dijo el texto que llevaría su epitafio:
"Yace aquí de un amador
el mísero cuerpo helado,
que fue pastor de ganado, 
perdido por desamor.
Murió a manos del rigor
de una esquiva hermosa ingrata,
con quien su imperio dilata
la tiranía de amor".
DQ se despidió de los cabreros, quienes iban a Sevilla. DQ dijo que tenía que seguir despejando esas sierras de los ladrones acechantes. Al final pensó en ir a buscar a Marcela y ofrecer sus servicios, pero al parecer no salió como él pensaba. O al menos eso dice el narrador, quien nuevamente toma voz activa, diciendo que al menos eso se cuenta en el discurso de esta verdadera historia... y dando fin a la segunda parte de la primera parte del libro.
Magistral!!!
(D.Q 1.14) #Cervantes2018


Día 16: Sigue la narración, en la 3ra parte de la 1ra parte, diciendo: "Cuenta el sabio Cide Hamete Benengeli...", que DQ y Sancho se despidieron y siguieron el camino por el que la pastora Marcela se había ido. Sin éxito de hallarla se detuvieron a descansar en el extenso campo. Pasaban en ese momento unos yagüeses (naturales de Soria y Segovia) con unas "señoras facas" (yeguas). Rocinante al verlas se acercó a ellas galante, aunque se vio ignorado, y además los yagüeses lo espantaron con golpes y palos. DQ dice a Sancho que tomaran venganza por tal agravio en sus narices. Sancho alude que ellos eran más de 20, y ellos sólo 2 o 1 y medio. Y DQ dice que él vale por 100, y se lanza al ataque, Sancho tuvo que seguirlo. Ambos fueron vapuleados por los hombres, quienes huyeron dejándolos abatidos. Sancho pidió a DQ el brebaje de Fierebrás, quien aún no lo había recordado hacer. DQ dijo que era su culpa por meterse con hombres no armados como él, que la ley de la caballería lo había castigado. Por lo que le dijo a Sancho, que la próxima que un canalla atacase, Sancho tomase la delantera en el ataque y él le secundaría. Sancho manifestó su natural pacifismo y DQ le recordó que esa no era la actitud de un hombre que aspiraba a gobernar tierras. Sancho propuso ayudar al golpeado Rocinante, aunque recordó que había sido su culpa, y preguntó a DQ si estas aventuras violentas eran muy a menudo o menguaban con el tiempo. DQ respondió que la vida de los caballeros estaba llena de peligros, y le recordó algunas de las historias de caballería. Al final, se levantaron con dolor, y remolcaron a Rocinante con el asno. En el camino encontraron una venta, que DQ volvió a confundir con castillo. Y Sancho le refutaba que ningún castillo había, sólo una venta. Al final, llegaron.

(D.Q 1.15) #Cervantes2018


Día 17: Otro divertidísimo episodio. Estando DQ y Sancho en la venta confundida con castillo, el ventero preguntó la causa de su mal estado, y ambos alegaron que había sido una caída y no una golpiza. La mujer del ventero empezó a curar a DQ, y llamó a su hija para que curase a Sancho. Junto a ella servía también en la venta una moza asturiana de nombre Maritornes. La ventera curando las heridas afirmó que esas no parecían de caída sino de golpes. Y Sancho siguió defendiendo su versión. Maritornes al escuchar como se refería a DQ, preguntó como se llamaba el caballero, y Sancho dio la introducción a su amo y a los principios de la caballería andante, que la moza parecía desconocer. DQ que escuchaba todo, finalmente intervino agradeciendo nuevamente a las mujeres, quienes quedaron confundidas con su extraño lenguaje y su referencias a ellas como doncellas. Esa noche, un arriero había concertado con Maritornes para escabullirse y yacer juntos, cuando los dos nuevos huéspedes estuviesen durmiendo. Estando en el establo, DQ, Sancho y el arriero en sus respectivos lechos, el narrador hace una nueva irrupción para referirse a esta versión de la historia del historiador árabe, diciendo que hace alusión especial al arriero, que al parecer conocía y era acaudalado. También el narrador crítica la versión de Cide Mahamate Benengeli nuevamente, por su descuido en el detalle y en lo sustancial de la obra. Pero continúa la historia... entrando Maritornes a cumplir su cita en el establo. Sancho, dormido. DQ, despierto como liebre. Y el arriero, atento en la espera. Al escuchar ruidos, DQ se imaginó lo peor, que una de las doncellas del castillo había quedado enamorada de él, y esa noche iba a tentarlo a serle infiel a Dulcinea. Apenas escuchó el ruido, se sentó en la cama y abrió los brazos para recibir a la doncella. Maritornes en la oscuridad iba buscando con las manos adelante a su amado, se topó con los brazos de DQ, quien la acogió en su lecho y empezó a entonar las razones por las que nada entre ellos podía suceder. El arriero, atento a la situación, se lanzó de golpe hacia DQ, que cayó tendido. El ventero escuchó ruido y bajó a ver lo que pasaba. La moza escuchando que el amo la llamaba y se acercaba al establo a verificar, se asustó y se lanzó a escabullirse a la cama donde dormía profundamente Sancho, quien al sentir el bulto encima empezó a dar golpes. Entonces estaba Sancho peleando con Maritornes, el arriero corrió en su ayuda, y el ventero al ver la situación también se acercó a la pelea a castigar a su moza. Esa noche también se alojaba en la venta un cuadrillero de la Santa Hermandad, quien fue a ver la trifulca, y gritó para poner orden, pero fue al ver a DQ tendido en el piso cuando se alarmó y ordenó: ¡Ciérrese la puerta de la venta! ¡Miren no se vaya nadie, que han muerto aquí a un hombre!
Al escuchar esto, todos dejaron de pelear. Cuando buscó para encender la luz y apresar a los delincuentes, la lámpara había muerto, así que se encendió la chimenea.

(D.Q 1.16) #Cervantes2018


Día 18: Se levantó DQ de su parasismo y fue a ver a Sancho, quien estaba vapuleado y lleno de impotencia. DQ le dijo que ese castillo estaba encantado, y le pidió que no contara nada a nadie de los allí sucedido, por temor a su posible engaño a Dulcinea. Sancho aceptó a regañadientes, y dijo que lo callaría hasta su muerte, que ojalá no tardara tanto. DQ le preguntó por qué le guardaba tanto rencor que lo quería ver muerto pronto. Sancho respondió: "No es por eso, sino porque soy enemigo de guardar mucho las cosas, y no quería que se me pudriesen de guardadas". DQ le pidió a Sancho que pidiese al alcaide aceite, vino, sal y romero para hacer el bálsamo. DQ creía estar sangrante mal herido, pero sólo tenía dos chichones, y la sangre que corría por su rostro era sudor. DQ hizo el bálsamo de Fierebrás, y al inicio vomitó, fue a dormir y luego se levantó mejorado. Sancho viendo la mejoría del amo, pidió beber el bálsamo, y le cayó fatalmente, vomitó todo y mucho más, hasta pensó que le había llegado la hora, e insultó a la bebida y a DQ, quien le dijo que sería porque no era caballero andante. DQ se despidió del ventero, agradeciendo su recepción en el castillo, y el ventero dijo que sólo quería su paga por la estancia. DQ se enteró que estaba en una venta y no en un castillo, y dijo que no pagaba, porque los caballeros nunca pagaban porque se les debe fuero y derecho. Salió de insultos con el ventero, y abandonó la venta. El ventero corrió a cobrar a Sancho, que aún seguía adentro. También se negó, acogiendo la idea de su amo, pero este no corrió con tanta suerte, ya que otros inquilinos lo golpearon nuevamente. DQ quiso socorrerlo pero no alcanzó a entrar. Maritornes socorrió con pena a Sancho, dando agua y vino en su partida. DQ le dijo que bebiera el bálsamo, y Sancho le dijo que ni se le ocurriera... y salió al menos contento de no pagar.

(D.Q 1.17) #Cervantes2018


Día 19: DQ se disculpa con Sancho al verlo maltratado y adolorido, aludiendo al castillo encantado y los fantasmas que lo atacaron, que no permitieron ir en su auxilio. Sancho dice que niega la existencia de la fantasía, y propuso a DQ que regresaran a casa y dejaran de desventuras más que aventuras. DQ trató de animarlo, que vendrían tiempos mejores. Y en ese momento a lo lejos se veía una polvareda, y DQ dijo que esa era la oportunidad, que se acercaban 2 ejércitos, se inventó los protagonistas, las historias de sus conflictos, revuelto con geografía, mitología, Homero... en fin, nos dimos cuenta de los culto que es DQ. Sancho dijo que no veía nada, sólo escuchaba balidos de ovejas y carneros. DQ no hizo caso y fue al ataque sobre Rocinante, y Sancho le gritaba que iba a embestir a carneros y ovejas. Los pastores y ganaderos vieron venir al demente armado contra sus rebaños y lo atacaron a piedras. Impactando a DQ y dejándolo tendido, creyéndolo muerto. Sancho fue a socorrerle, y al revisarlo DQ vomitó el brebaje que había alcanzado a tomar al verse abatido. Sancho al darse cuenta que no era sangre sino el fatal brebaje volvió a vomitar el alma y prometió abandonar a su amo. DQ le dijo que no había mal que durara mucho, y que ya se acercaba el bien. Sancho le dijo que debió ser predicador en lugar de caballero andante. DQ dijo que los caballeros debían saber de todo. Pero hizo caso a Sancho y le dijo que guiara él el camino, que él lo seguiría. Sancho quería decirle algo al verlo tan abatido para animarlo... y lo dirá en el próximo capítulo. Así termina Cervantes burlando.

(D.Q 1.18) #Cervantes2018


Día 20: Lo que le dijo Sancho a DQ tratando de animarle y seguirle la corriente, fue que todas sus desventuras se debían al incumplimiento de la orden de caballería, y enumeró varias de las acciones que lo comprobaban. DQ pensó que tenía razón, y siguieron andando en plena noche con Sancho a la cabeza, cuando de repente observaron unas lumbres que se acercaban. 20 encamisados a caballo con hachas de fuego, y detrás una litera de luto con otros 6 hombres. Sancho estaba asustado y DQ imaginó una de las aventuras de sus libros, corrió y se interpuso en el camino y ordenó que se identificaran. Ante la negativa, DQ se acercó amenazante y la mula de uno de los hombres se asustó y cayó al piso con su jinete. DQ empezó a atacar a los otros hombres que iban desarmados, quienes empezaron a correr creyéndolo un demonio. Sancho admirado con la valentía de su amo empezó a saquear las provisiones del enemigo. Al final los sacerdotes inofensivos y asustados dieron la información de que llevaban el cuerpo de un caballero muerto en Baeza hacia Segovia para dar sepultura. Pidió ayuda de paso para que lo sacaran debajo de su mula. DQ llamó a Sancho para ayudarle, y Sancho les dijo que si les preguntaban dijesen que se habían encontrado al famoso Don Quijote de la Mancha, conocido como el Caballero de la Triste Figura. DQ preguntó a Sancho por qué le llamó de esa manera, y éste contestó:
"Yo se lo diré, porque le he estado mirando un rato a la luz de aquella hacha que lleva aquel maladante, y verdaderamente tiene usted la más mala figura que jamás he visto; causado por el cansancio o la falta de muelas y dientes".
DQ lo corrigió y le dijo que no era por eso sino que al sabio que escribiese su historia tomase inspiración de los caballeros pasados como la Ardiente Espada, y mencionó otras referencias de caballeros con nombres conocidos, y dijo que ese sabio ya le había puesto en la lengua y el pensamiento que lo llamase de esa forma, como se pensaba llamar desde ese momento. El sacerdote bachiller le dijo a DQ que quedaba descomulgado por atacar violentamente a un miembro de la iglesia. DQ se defendió diciendo que los creía fantasmas. Sancho apuró a que cada uno retomara su camino... "Váyase el muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza". Partió y DQ lo siguió. Pararon a comer en un valle, y tanto comieron que olvidaron que no tenían líquido alguno... muertos de sed dijo Sancho... lo que dirá en el próximo capítulo.

(D.Q 1.19) #Cervantes2018


Día 21: Al ver unas yerbas se alegraron porque debía haber agua cerca. Caminaron un poco y escucharon un gran ruido de agua, pero al tiempo escucharon unos estruendosos golpes, con hierros y cadenas, que los hicieron temer. Era de noche aún, y DQ dijo a Sancho que él iría a enfrentar la nueva aventura y que él lo esperara en ese sitio, pero Sancho lo convenció de que fuera al amanecer, ya que la noche guardaba peligros, sobre todo por la posición de la bocina (la Osa Menor), y viendo su terquedad tuvo que negar el andar de Rocinante. Finalmente DQ aceptó esperar con tristeza. Sancho dijo que no había que llorar, ya que lo alegraría contándole cuentos, al menos que prefiriera dormir. DQ enojado dijo que no estaba hecho para dormir, entonces Sancho prosiguió a contar su cuento... y acá sigue de las partes más bellas y magistrales que tiene toda la obra, que es ese juego con la narración. Sancho inicia su historia, repitiendo en exceso detalles, por lo que DQ le llamó la atención. Sancho dijo que esa era la forma que sabía contarla como en su tierra, y a DQ le tocó aceptar y ordenó seguir. Sancho contaba la historia del pastor Lope Ruiz y la pastora Torralba, de quien hizo una descripción precisa como si la estuviese viendo... DQ preguntó si la conoció en realidad... y así le fue interrumpiendo en ocasiones... en apuntes del amor, que DQ le dio la razón diciendo que esa era la condición natural de las mujeres, desdeñar a quien las quiere y amar a quien las aborrece. Sancho siguió su historia hasta llegar un punto donde dijo: "Tenga vuestra merced cuenta en las cabras que el pescador va pasando, porque si se pierde una de la memoria, se acabará el cuento, y no será posible contar más palabras de él". Entonces Sancho siguió y llegó al punto donde el pescador va pasando las cabras, una y otra y otra... y DQ desesperado le dijo que hiciera cuenta que las había pasado todas y siguiese porque no iba a acabar nunca. Sancho le preguntó, ¿Cuántas han pasado hasta ahora?; ¿Yo qué diablos sé? dijo DQ. Y Sancho contento le dijo, pues se acabó el cuento. DQ alarmado e impresionado por la idea del cuento, volvió a preguntar si en realidad se había acabado. Sancho dijo, "tan acabada es como mi madre". Claramente era un juego narrativo, y el cuento no tenía fin. DQ seguía atónito y finalmente le dijo que había contado una de las ideas más originales que nadie pudo pensar en el mundo. Al terminarlo, DQ volvió a mover a Rocinante para ver si podía levantarse, pero seguía bien atado por Sancho. Esa noche Sancho, por el banquete, le dieron ganar de ir al baño y evacuar... lo hizo con silencio, tratando de no hacer ruidos, pero DQ escuchó y preguntó, "¿Qué rumor es ése, Sancho?... y como tenía el sentido del olfato tan desarrollado, también reprochó a Sancho su acción, y le dijo que tomara distancia. Al amanecer, seguía el ruido de la noche anterior, y DQ dijo a Sancho que él iría a explorar la aventura del ruido y él lo esperara si no quería ir. Y si no regresaba, no se preocupara por su paga, porque ya figuraba en su testamento, antes de salir de casa. Sancho decidió ir con él. Cuando fueron a explorar se dieron cuenta de que eran 6 mazos de batán (máquinas hidráulicas) los que hacían el ruido. Sancho se empezó a burlar de su amo y lo que había dicho sobre los ruidos el día antes, creyendo eran una nueva aventura. DQ se enojó y lo reprendió con dos golpes en la cabeza. Sancho aceptó que se pasó pero también recalcó que había sido gracioso el temor que tenían de los ruidos. Hicieron paces, y DQ recordó que nunca en los libros que leyó, el escudero habló tanto con su señor. Y DQ remató, porque después de a los padres, a los amos se ha de respetar como si lo fuesen.

(D.Q 1.20) #Cervantes2018


Día 22: Empezó a llover y DQ no quiso resguardarse en los batanes por las burlas de Sancho. Siguieron andando y a lo lejos vieron a un hombre a caballo que llevaba un objeto en la cabeza que relucía como el oro. DQ contento dijo a Sancho, que donde una puerta se cerraba, otra se abría; y la fortuna les sonreía porque si no se equivocaba, estaban frente al Yelmo de Membrino, sobre el que él había hecho su juramento. Sancho replico de inmediato y le dijo que él sólo veía a un hombre sobre un asno pardo, como el suyo, que llevaba sobre la cabeza una cosa que relumbraba. DQ no le hizo caso y dijo que iba a hablar con el hombre. Era un barbero, que por la lluvia se había puesto una palangana de azófar para que no se mojase el sombrero. DQ asustó al hombre, que al verlo armado salió corriendo, dejando tirada la palangana. Pidió a Sancho que alzase el Yelmo y se lo pasara. Al instante lo instaló en su cabeza, tratando de encajarla. Sancho soltó una risa. DQ preguntó la razón de su burla, y empezó un discurso sobre el Yelmo, y la posibilidad de que el barbero hubiese fundido una parte del oro. Que ya lo aderezaría al encontrar un buen herrero, y que mientras le serviría de protección. Sancho preguntó sobre el caballo abandonado del barbero, y preguntó si lo podía cambiar por su viejo asno. DQ al inicio dijo que no acostumbraba a despojar a los vencidos, pero terminando dando licencia a Sancho. Partieron nuevamente, y en el camino Sancho le propone a DQ que sirviesen a un emperador o príncipe que estuviese en guerra para que mostrase su valentía, que remuneraran según sus méritos y hazañas. DQ le respondió con referencias a otras historias y caballeros, de algunos que no fueron muy reconocidos e imaginó y narró a Sancho la situación de un caballero, su recepción, y el reconocimiento de sus méritos, y de paso contó el relato de sus hazañas que algún día escribiría un sabio, y como éste rastrearía su linaje y parentela, que remontaría a antiguos monarcas. DQ le explica a Sancho los dos tipos de linaje: los que descienden directamente de reyes, y el tiempo los deshace; y los que al contrario van subiendo hasta lo alto de la pirámide. "Unos fueron, que ya no son, y otros son, que ya no fueron". Siguieron hablando del linaje, y Sancho terminó diciendo a DQ "... procurar venir a ser rey y el hacerme conde". Y al alzar los ojos vieron algo... que conoceremos el próximo capítulo.

(D.Q 1.21) #Cervantes2018


Día 23: Inicia la narración nuevamente con "Cuenta Cide Hamete Benengeli", en alusión al autor árabe de esta versión del Quijote. DQ alzó los ojos y vio que se aproximaban 12 hombres encadenados por los cuellos. Junto con ellos 2 hombres a caballo y otros a pie, armados. Sancho dijo que eran galeotes condenados a servir al rey en las galeras por algún delito. DQ dijo que debía intervenir, ya que su oficio era deshacer agravios. Sancho dijo que recordara que era la justicia, y tales personas habían cometido delitos. DQ igual se acercó a hablar con los hombres, y preguntó por el crimen de los condenados. Éstos no respondieron pero le permitieron acercarse a preguntarle a ellos mismos. Y así lo hizo, fue preguntando de uno en uno, por robar, por cantar un tormento, por alcahuete... y detrás venía uno más encadenado que los otros. Uno de los guardas dijo que era el famoso Ginés de Pasamonte o Ginesillo de Parapilla (acá Cervantes hace alusión a su conocido y colega de Lepanto, Jerónimo de Pasamonte, también propuesto como autor de la 2da parte apócrifa del Quijote, bajo el seudónimo de Avellaneda). Los guardas conversan con Ginés, diciendo que él mismo había escrito su propia historia, que estaba empeñada en la cárcel. DQ se interesó y preguntó si el libro era tan bueno. Ginés dijo que único en su género, incluso que el Lazarillo de Tormes. "Lo que sé decir a voacé es que trata verdades y que son verdades tan lindas y tan donosas que no pueden haber mentiras que se le igualen", decía Ginés. Y preguntó DQ el título, "La vida de Ginés de Pasamonte", respondió. Y está terminado, preguntó DQ, "¿Cómo puede estarlo, si aún no está acabada mi vida?... DQ viendo lo bien que se expresaba le dijo: "Hábil pareces", y Ginés respondió: "Y desdichado, porque siempre las desdichas persiguen al buen ingenio". El comisario intentó golpear a Ginés por un agravio y DQ se interpuso, que era normal que quien tiene atadas más manos tuviese suelta la lengua. DQ hizo una intervención, tratando de convencer que soltaran a los galeotes, o lo haría a la fuerza. Entonces atacó al comisario, que cayó al piso. Todos quedaron estupefactos ante inesperada acción y se volvió un caos. Los galeotes ayudaron a defender su libertad, mientras huían los guardas. Sancho inmediatamente temió que fueran con la Santa Hermandad. Mientras, DQ llamó a los galeotes y ordenó que fueran a Toboso a contar a la bella Dulcinea su hazaña. Ginés dijo que no podían ir juntos porque la Santa Hermandad iría por ellos. DQ se enojó y le dijo "don hijo de puta" que debía ir él solo. Ginés, hizo ojos a sus colegas, y levantaron a piedras a DQ y Sancho, terminando robando y despejando de sus pertenencias, hasta la bacía de la cabeza (Yelmo). Quedaron desdichados en el piso, al verse ofendidos por los mismos a quienes tanto bien habían hecho.

(D.Q 1.22) #Cervantes2018


Día 24: DQ se quejaba en el piso al no haberle hecho caso a Sancho. Sancho le reclamó y advirtió de la Santa Hermandad que podría buscarlos, y recomendó ocultarse por un tiempo. "Señor, que el retirar no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza", dijo Sancho y ordenó que lo siguiera. DQ aceptó, y entraron a Sierra Morena, que pensaban atravesar para llegar al Viso o Almodóvar del Campo y esconderse. En el camino encontraron una maleta abandonada, en donde encontraron ropa, dinero y un librillo de memoria. Pensaron que el dueño había sido asaltado y asesinado por asaltantes. DQ empezó a leer el librillo, y encontró un soneto que leyó. Sancho preguntó si también le gustaban las trovas. Y DQ respondió que más de lo que él pensaba, que todos los caballeros andantes del pasado eran grandes trovadores y músicos. Sancho pidió que siguiera leyendo, y DQ se encontró con la prosa, que confirmó que el autor era un amante diseñado. En ese momento vieron a un hombre saltando con ligereza y lo siguieron pensándolo el dueño de la maleta. En camino encontraron a un cabrero anciano con sus cabras, quien les contó un suceso del posible dueño de la maleta que él también había encontrado y decidido no rebuscar. El hombre que saltaba con ligereza, había llegado hace tiempo a la Sierra y había enloquecido, quedándose deambulando alrededor. El cabrero y otros amigos estaban buscándolo para ayudarle y llevarlo a Almodóvar. Finalmente el hombre desnudo llegó a donde estaban hablando los caballeros. El narrador propone, que al hombre se podría llamar "El Roto de la Mala Figura", quien estuvo mirando a DQ, y dijo lo que se dirá en el próximo capítulo.

(D.Q 1.23) #Cervantes2018


Día 25: DQ estaba atento escuchando al caballero de la Sierra, al "Roto de la Mala Figura", y al otro loco, que se expresó de buenas maneras. DQ se sorprendió y expresó que su mayor deseo era ayudarle. El Roto les pidió algo de comida, y Sancho y el cabrero les dieron de sus provisiones. Al acabar de comer pidió que lo siguieran hacia un verde pradecillo donde se tendió en el suelo sobre la yerba, invitando a que hicieran lo mismo. El Roto les dijo que si querían que les contase su historia y desventuras, deberían prometerle ninguna pregunta e interrupción, ya que si lo hiciesen, se acabaría la historia. DQ pensó en el cuento sin terminar de Sancho y siguió escuchando, y le prometió en nombre de todos que no habría interrupción. Empezó diciendo: "Mi nombre es Cardenio, mi patria, una ciudad de las mejores de esta Andalucía; mi linaje, noble; mis padres, ricos; mi desventura, tanta, que la deben de haber llorado mis padres y sentido mi linaje, sin poder aliviar con su riqueza, que para remediar desdichas del cielo poco suelen valer los bienes de fortuna". Empezó hablando del origen de sus males y alegrías, Luscinda (al fin si era un enamorado, según el librillo encontrado por DQ). Luscinda fue su gran amor, ambos eran de buena familia, y crecieron juntos, así como el amor de ambos. Cardenio decidió pedir su mano, pero el padre de Luscinda dijo que eso correspondía a su padre. Encontró a su padre con una carta en la mano, y antes de que pudiese decirle algo, éste le informó que el duque Ricardo lo había solicitado para ser compañero de su hijo mayor. Su padre dijo que era una gran oportunidad. Cardenio pidió a Luscinda y su padre que lo esperasen. Al llegar donde el duque Ricardo, fue muy bien recibido pero enseguida levantó envidias de empleados, y sobre todo de un hijo segundo del duque, Fernando, quien se hizo pasar por su amigo. Para ganar su confianza, Fernando no se guardó ningún secreto con Cardenio, y hasta confesó su amor por una labradora. Al escuchar la confesión de amor, Cardenio también le habló de Luscinda. Fernando propuso que pidieran al duque ir a la casa del padre de Cardenio, diciendo al duque que irían a feriar algunos caballos. Cardenio aceptó con la ilusión de ver a Luscinda de nuevo, mientras el mismo Fernando aprovechó el tiempo con la labradora. Cuando Fernando vio a Luscinda quedó enamorado perdidamente de ella. Cardenio se empezó a sentir inseguro con Fernando en medio de la relación, quería leer las cartas que se mandaban, y en una de ellas le pidió un libro de caballería... En ese momento, DQ al escuchar libros de caballería intervino diciendo que Luscinda debía ser la mejor mujer del mundo y no necesitaba seguir describiendo sus virtudes. Dándose tarde cuenta que había interrumpido a Cardenio, quien se encontraba cabizbajo, pidió que continuara la historia. Cardenio retomó haciendo referencia a una de las historias de caballería, sobre el amor de Elisabat a la reina Madasima. DQ alarmado se vio obligado a replicar tal afirmación, defendiendo el honor de la reina Madasima. Viéndose Cardenio interrumpido e insultado, porque DQ le dijo mentiroso y bellaco, y estando ya loco, alzó un guijarro y dio un golpe fuerte a DQ, tirándolo de espaldas. Sancho intentó defender a su amor, y también llevó golpes, hasta el cabrero. Sancho furioso dijo al cabrero que le hubiese avisando que los brotes de locura le venían con tiempo, pero DQ dijo que no tenía la culpa y pidió al cabrero la información de donde encontrar a Cardenio porque tenía muchas ganas de escuchar el final de su historia. El cabrero le dijo que buscara por aquellos contornos, y lo hallaría, o cuerdo o loco.

(D.Q 1.24) #Cervantes2018


Día 26: DQ y Sancho se despidieron del cabrero y fueron a buscar a Cardenio. Sancho le dijo que prefería irse a casa, que tener que guardar silencio ante el loco. Si pudiese hablar con los animales, como en Esopo, hablaría con su asno, pero andar recibiendo golpes, y tras de eso tener que callarse, era el límite. DQ lo entendió y le dijo que sería sólo mientras estuviesen en la sierra. Sancho le recriminó que peliase por una reina de novela. DQ dijo que no podía entender la pureza de la reina Madasima, para proteger su honra. Sancho suelta a continuación una retahíla de refranes seguidos, que abruma a DQ: (De mis viñas vengo, no sé nada, no soy amigo de saber vidas ajenas, que el que compra miente, en su bolsa lo siente etc). DQ pidió a Sancho que se calmara, y le dijo que su interés no era sólo hallar el loco sino hacer una hazaña. En su discurso, en donde dice imitar a Amadís de Gaula, realiza un sesudo análisis de la imitación a través del arte y la literatura, desde Ulises, Homero, Virgilio, Eneas, etc. Y confiesa de paso, que es su intención imitarlo por su valor, valentía, sufrimiento y amor, y no pretender matar gigantes y serpientes como otros. Sancho escuchando atento entonces pregunta: ¿Qué es lo que vuestra merced quiere hacer en este remoto lugar? Imitar a Amadís, ya te he dicho, respondió. Sancho le dice que los caballeros tuvieron sus razones para volverse locos, pero ¿cuál era la causa de DQ? O pensaba que Dulcinea de Toboso había hecho alguna niñería con moro o cristiano. DQ le dice que ese es el punto y remata: "Sancho amigo, no gastes tiempo en aconsejarme que deje tan rara, tan felice y tan no vista imitación. Loco soy, loco he de ser hasta tanto que tú vuelvas con la respuesta de una carta que contigo pienso enviar a mi señora Dulcinea".
Sancho pide a DQ que adelante su plazo de 3 días para llevar la carta a Dulcinea, que él le hablará maravillas de sus hazañas y regresará a sacarlo de ese purgatorio. "¿Purgatorio le llamas, Sancho? Mejor hicieras de llamarle infierno, y aún peor, si hay otra cosa que lo sea". (Ecos Dantianos). Buscaron entonces para escribir la carta, DQ recomendó no llevarla a ningún escribano, que hacen letra procesada y no la entendería ni Satanás. Y que firmase como "Vuestro hasta la muerte, el Caballero de la Triste Figura". Y que no importaba la letra, porque Dulcinea no sabía leer ni escribir, porque nunca se habían enviado carta alguna, y el amor de ambos había sido siempre platónico (Ecos Dantianos Dante/Beatriz). DQ empieza a hablar de Dulcinea, menciona sus padres, Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales. Sancho reconoce los nombres y dice que Dulcinea es entonces Aldonza Lorenzo. DQ lo afirma. Sancho empieza a describirla como una mujer fuerte e inusual, lejos del ideal de princesa y doncella. DQ percibiendo la burla de Sancho, le contó un cuento sobre un caso similar, para concluir que el linaje importa poco en el amor. DQ dicta la carta a Sancho, y se despiden, dejándolo en la Sierra, donde él lo esperará. Pero antes de irse se desnudó e hizo malabares para que Sancho llevará una locura más a su Dulcinea.

(D.Q 1.25) #Cervantes2018


Día 27: DQ sigue haciendo su penitencia en Sierra Morena, dando vueltas desnudo y pensando en imitar las locuras de Roldán y Amadís. Desesperado por no tener interlocutor empezó a escribir en las cortezas de los árboles, versos de tristeza y alabanza a Dulcinea. En estos versos podemos incluso cierta intención de antipoemas, al incluir el "Toboso" al final de cada estrofa, sin que esta ayudase a la rima. DQ buscaba yerbas y frutos para comer mientras Sancho volvía, tras días y tres semanas. El caballero de la Triste Figura quedaría tan desfigurado que no le conocería ni la madre que lo parió. Mientras Sancho llegó al pueblo y se encontró con el Cura y el Barbero, los quema libros, que preguntaron alarmados por DQ, al ver a Sancho sobre su Rocinante. Sancho dijo que su amo estaba haciendo penitencia en la montaña, y él iba a entregar una carta a la hija de Lorenzo Corchuelo, de quien estaba enamorado. El cura exigió leer la carta, y cuando Sancho fue a buscarla se dio cuenta que no la llevaba (DQ se había quedado con el librillo). Sancho se enojó consigo mismo y se golpeó. El cura dijo que tenía papel, y Sancho se animó porque se sabía la carta de memoria. Algo no muy cierto, porque al dictarla al cura no soltó más que disparates. El cura y el barbero le dijeron a Sancho que entraran a la venta (la 1ra de la aventura), y Sancho se negó rotundamente, y que después les contaba por qué no entraba, pero que le consiguieran algo de comer. Luego armaron un plan para traer a DQ de regreso, se disfrazaría de doncella, fingiendo ser Dulcinea, y le pedirían regresar a casa. Y luego le llevarían a algún lugar donde hubiese remedio para su extraña locura.

(D.Q 1.26) #Cervantes2018


Día 28: Estaban el cura y el barbero preparando los disfraces para traer de vuelta a DQ. En la venta se enteraron de que intentaban ayudar al infortunado inquilino, y les ayudaron en su empresa, hasta la buena Maritornes. Al salir de la venta, el sacerdote iba disfrazado de Dulcinea, y se dio cuenta de lo indecente que lucía, y pidió al barbero cambiar de roles, y que le diese el de escudero. Sancho llegó y se burló de ambos, y el barbero aceptó el intercambio. Decidieron ponerse el disfraz hasta llegar a la Sierra y partieron, mientras Sancho les contaba la historia con el loco de la Sierra. Al llegar a donde Sancho había dejado las señales, y dijo que le esperasen mientras él iba adelante a buscarlo. Estando el cura y el barbero esperando disfrazados, escucharon una voz cantante entonando hermosos versos:
"¿Quien menoscaba mis bienes?
Desdenes.
¿Y quién aumenta mis duelos?
Los celos.
¿Y quién prueba mi paciencia?
Ausencia. 
De ese modo, en mi dolencia 
ningún remedio se alcanza,
pues me matan la esperanza 
desdenes, celos y ausencia".
Era Cardenio quien entonaba los versos, y luego soltó un soneto, que tenía encantados al cura y el barbero. Al verlo a la distancia, notaron que se parecía al loco de la historia de Sancho. El cura decidió acercarse y pedirle que abandonara esa miserable vida. Cardenio, que se encontraba cuerdo, vio con desconfianza a los dos disfrazados, y le impresionó que conocieran sus desventuras. Entonces decidió contarles su historia para que desitieran de persuadirlo. El cura y el barbero estaban felices de conocer el final de la historia, de boca de su protagonista. Cardenio contó todo desde el principio, y retomó en la parte donde había quedado, hablando de cartas y de novelas de caballería... Cardenio le dice a Fernando, que no se atreve a pedirle a su padre que le ayude a pedir la mano de Luscinda, por creerlo muy joven. Fernando le propuso que él hablaría y convencería a su padre, mientras me pedía el favor de ir donde su hermano para pedirle unos dineros. Mientras Cardenio estuvo por fuera en el encargo, que duró más 8 días, Fernando aprovechó para adelantarse y pedir él la mano de Luscinda, impresionando al padre de ésta por su parentela con el duque Ricardo. De esto se enteraría por una carta de la misma Luscinda, que le hizo llegar con un buen cristiano. Corrió Cardenio de vuelta, y vio a Luscinda ya vestida de novia, y diciendo que llevaba una daga presta a dar fin a su vida. Y Cardenio le dijo que él llevaba su espada. Entró en la casa y desde un rincón observó la ceremonia. En el momento definitivo Luscinda se desmayó en el altar, alborotando a la gente. Cardenio confundido y triste pensó en acabar con todos los presentes, incluso con la desmayada traidora, pero decidió salir de ese lugar, subió en una mula y salió de la ciudad hasta encontrarse solo en el campo. Poco a poco se fue adentrando a la montaña, su mula murió y él desmayado fue encontrado por unos cabreros, que dijeron que había perdido el juicio. Y desde ese entonces vive en la sierra y el campo, donde a veces pierde el juicio y los cabreros le recuerdan las locuras que hace. Así terminó su historia diciendo a los presentes que no inentaran aconsejarle mejorar su vida, que ya estaba destruida sin Luscinda. Justo cuando el cura pensaba decirle algo, se escuchó una voz a lo lejos. La voz decía... lo que se conocerá en la próxima parte de esta narración, que a este punto dio fin a la tercera el sabio historiador Cide Hamete Benengeli.

(D.Q 1.27) #Cervantes2018


Día 29: Inicio de la 4ta parte de la 1ra parte de DQ. Cuando el cura iba a consolar a Cardenio escucharon una voz con tristes acentos. A primera vista un mozo vestido de labrador quejándose por su suerte. Pero al ver más atentamente se dieron cuenta que era una doncella vestida de hombre. Sólo comparable a la belleza de Luscinda. Al verse vigilada intentó correr pero cayó en el intento y el cura se adelantó a decir que no era necesario huir, sólo querían ayudar y escuchar sus desgracias. Era Dorotea, quien intentaba ocultarse en la Sierra, y se animó a contarles su historia. Empezó la historia hablando de un gran duque que tenía dos hijos, y del cual su padre era vasallo, unos humildes labradores. Describió sus funciones laborales, y mencionó que fue solicitada por uno de los hijos del duque, un tal Fernando. Cardenio se puso pálido al escuchar el nombre, pero siguió atendiendo. Contó como Fernando la buscaba y estaba tras ella, hasta le prometió casarse con ella, y ella se sentía halagada y cayó enamorada. Y una noche, Fernando entró en su aposento y la engañó prometiendo el cielo, y le arrebató su virginidad y dignidad. Cardenio se dio cuenta de que era la misma Dorotea, la labradora y amante de su "amigo" Fernando, pero siguió escuchando. Al lograr Fernando su objetivo, se olvidó de Dorotea, y ella sufría la indiferencia. Hasta que se enteró que se había casado con una tal Luscinda. Al enterarse, decidió huir con uno de los criados de su padre hacia la ciudad donde estaba Fernando. Al llegar a la ciudad, le dijeron que después de que Luscinda se desmayó en el altar, Fernando encontró en su vestido una nota de papel donde decía que su amor era Cardenio, y que se quitaría la vida al casarse. Fernando estaba tan furibundo que la hubiese apuñalado con la daga si sus padres no lo evitaban. Dorotea sintió un leve alivio, pero luego se enteró de que sus padres la estaban buscando y ofrecían recompensa, el anuncio decía que había sido sacada de la casa por el mozo que la acompañaba. Decidió salir de la ciudad con el criado, y cuando estaban adentrando al bosque el mozo intentó abusar de ella físicamente. Afortunadamente Dorotea logró defenderse y atizarle un golpe. Decidió quedarse en el bosque y la sierra y huir de su padre y los que la buscaban. Decidió vestirse de hombre y consiguió refugio con un ganadero que le dio trabajo, pero tuvo que huir de nuevo al enterarse el ganadero de que era mujer, e intentó propasarse también. Y así como la encontraron, vagando y desconsolada.

(D.Q 1.28) #Cervantes2018


Día 30: ¿La Locura? El Teatro y la Mentira.
En este capítulo, se ven reflejados notables ejemplos de cada uno de estos temas. Iniciando con la cuestionada ¿Locura? de DQ, que ya nos ha dado muestras de sobra que no es una locura inconsciente, sino que es muy consciente de todo. Puede que hasta ahora se engañe a sí mismo en ocasiones, o acepte su propia realidad, y la trate de imponer a los demás. Pero el teatro y la mentira cobran gran protagonismo en este capítulo, y desde el pasado, por el cura y el barbero (inquisidores de libros), que convencen a Sancho, y luego a Cardenio y a Dorotea, para que todos juntos monten un teatro para sacar a DQ de la sierra y vuelva a casa. El cura es el más hábil, elocuente y audaz, y eso no es gratuito. El mismo Sancho se come el cuento del título inmobiliario de la recién creada princesa Micomicona de Etiopía (Dorotea, que los libera del travestismo), mientras imagina su suerte futura, aunque preocupado por los súbditos negros. Es bonito el momento en que Dorotea y Cardenio se reconocen como amantes vencidos, y al saber la verdad comparten sueño de regresar con sus amores. Pero antes deben ayudar al cura y al barbero, que encuentran primero a Cardenio y luego a Dorotea, mientras Sancho buscaba a DQ. Y arman todo el plan, el teatro. El encuentro de Dorotea con DQ es muy bueno, y el regreso de DQ, sentimos que una parte del mundo muy importante regresa. Sancho como había contado las aventuras a los demás, todos lo llenaban de elogios por sus hazañas... como la liberación de los galeotes, y otras, que ruborizaron a DQ. Así bien, con el teatro andante, todos parten juntos, y el cura remata diciendo que Dios perdone a los ladrones que los despojaron de su ficticio atraco. Cervantes nuevamente sorprende con todo un acto teatral, donde leemos hasta el maquillaje, vestuario y decorado. Y seguirá.

(D.Q 1.29) #Cervantes2018


Día 31: Sigue el teatro. Siguen DQ y Sancho hablando acaloradamente de la historia de los galeotes, y Dorotea interrumpió, recordando su compromiso de ayudarla a recuperar su reino. DQ le dijo que se calmaría por ella y que la ayudaría, pero quería que le contase en pago su historia y la de los malvados que debía vencer. Dorotea se preparó para inventar una nueva historia, la de la princesa Micomicona, y todos los demás se acercaron a escuchar cómo fingía su historia. Al inicio no recordó el nombre que le inventó el cura, quien se vio obligado a intervenir, y luego dejó que Dorotea siguiera. Y brevemente narró la historia de la princesa, gracias a su conocimiento de los libros de caballería. Dorotea dijo que su padre "Tinacrio el Sabidor" había predicho que el salvador sería alto de cuerpo, seco de rostro, y en el lado derecho, debajo del hombro izquierdo, tendría un lunar. DQ dijo a Sancho que le ayudara a desnudarse para comprobar si él era el caballero que profetizó el sabio rey. Sancho dijo que no era necesario, ya que él se lo había visto, y se lo había dicho a Dorotea. DQ preguntó otro detalle incoherente en la historia de Dorotea, sobre cómo desembarcó en Osuna, si no era puerto de mar. Aquí el cura se adelantó a precisar la información y la confusión en el discurso. Dorotea también agregó que su padre dejó dicho que después de derrotar al gigante, si el caballero quisiese casarse con ella, ella aceptaría sin réplica y diese posesión de su reino. Sancho y DQ se emocionaron ante tal anuncio. DQ luego agradeció a Dorotea, pero dijo que para él no era posible casarse. Inmediatamente Sancho saltó enojado con su amo, en donde habló mal de Dulcinea, quien no se compara ni llegaba a los talones de Micomicona. DQ enojado le dio dos palazos en la cabeza. Dorotea intercedió en la trifulca, y pidió reconciliación entre los dos. DQ aprovechó para decirle a Sancho que tenían que hablar sobre el encuentro con Dulcinea, y Sancho aceptó. Mientras Cardenio, Dorotea y el cura hablaban sobre DQ y la facilidad con que creía las historias, aunque Cardenio apeló al ingenio. DQ interrogó a Sancho sobre la carta, y Sancho aceptó que la carta no la llevó consigo sino en su cabeza, porque el cuadernillo se había quedado. DQ confirmó que el poseía el cuadernillo con la carta, y pensó que en algún momentos se devolvería por él. Sancho explicó que la llevaba en la memoria y la trasladó a un Sacristán, que le ayudó a ponerla en papel y a dar forma a las ideas. DQ preguntó si aún la tenía en la cabeza, y Sancho dijo que ya no, pero recordaba lo de "soberana señora" y el final con su firma "Vuestro hasta la muerte, el Caballero de la Triste Figura". Y en medio de estas dos cosas le puse más de trescientas almas y vidas y ojos míos, remató Sancho.

(D.Q 1.30) #Cervantes2018


Día 32: DQ siguió pidiendo a Sancho detalles de su encuentro con Dulcinea. Sancho hizo volar su imaginación pero sin dejar de poner pequeños defectos a la doncella. Que inmediatamente DQ se encargaba de enmendar y arreglar. Le preguntó qué hacía, y Sancho brusco le dijo que limpiando trigo en un corral. El ingenioso y brillante DQ, en otra muestra de que su locura es muy consciente y controlada (un teatro), le dice que se imagine que los granos de trigo son granos de perlas. DQ invita a todos a entrar en su juego, en su universo, y por el momento los tiene a todos dentro de una multi ficción, creyendo que lo están engañando. Cuando le preguntó sobre lo que hizo con la carta, Sancho dijo que la puso sobre un costal porque no podía leerla hasta acabar el trabajo. DQ dijo: "¡Discreta señora! Eso debió de ser por leerla despacio y recrearse con ella". Así siguieron hablando de los olores y la estatura de Dulcinea, de la penitencia de DQ, y lo que le mandó a decir de respuesta. Y al preguntarle sobre qué joya le dio al despedirse, como acostumbraban las damas andantes a sus caballeros. Sancho dijo que sólo le dio pan y queso, que se comió. Y DQ: "Es liberal en extremo", y si no le había dado joya sería por no tenerla cerca. DQ le comentó que fue muy rápido a Toboso en sólo 3 días, que quizás lo ayudó el sabio nigromante. Y le pidió a Sancho consejo sobre lo que debía hacer, si responder a los ruegos de verle de Dulcinea o ayudar a la princesa Micomicona. Sancho sin dudar dijo que cumplieran a la princesa, con la promesa de desposarla. DQ le dijo que cumpliría con su promesa, y en cuanto a lo de casarse, le dijo que no era necesario el matrimonio, sino que cuando matara al gigante reclamaría su parte del reino y se la cedería a Sancho. Se detuvieron en una fontecilla y Sancho ya estaba preocupado por las preguntas de DQ sobre Dulcinea, temiendo le pillase en la mentira. En ese momento pasó por ese lugar un joven que arremetió a DQ y lo abrazó por las piernas. Le dijo que era Andrés, el joven mozo que había ayudado cuando se encontraba atado recibiendo azotes de su amo. DQ lo reconoció y vociferó ante todos la historia de su hazaña, y pidió al joven que confirmara los hechos. Andrés dijo que todo era cierto pero el final sucedió al revés. Contó como el amo lo volvió a amarrar y azotar hasta dejarlo casi muerto, y apenas se seguía recuperando. Y le echó la culpa a DQ, diciendo que si no se hubiese metido habría recibido azotes pero le habrían pagado. Pero al DQ ofender al amo se desquitó más fuerte y no le pagó. DQ se lamentó y aceptó la culpa por no esperar a que le pagase, pero dijo que cumpliría su promesa y fueran a buscar a su amo. Dorotea le recordó su promesa de no entrar en otra empresa hasta acabar la suya, y él lo reconoció y dijo a Andrés que debería esperar. Andrés dijo que no creía juramentos, y que mejor le diera algo de comer para poder seguir su camino. Sancho le dio pan y queso. Andrés aceptó y al ver que era muy poco soltó injurias, que no se atreviera a defenderlo nunca más y maldijo a DQ y a todos los caballeros andantes del mundo. DQ se quedó muy avergonzado y enojado, que nadie se atrevió a decirle una palabra ni reírse.

(D.Q 1.31) #Cervantes2018


Día 33:
¡Regresa el Inquisidor! Y Oda a la Ficción 
En otro capítulo MAGISTRAL en mayúsculas, siguen en la venta donde todo empezó. Estaban el ventero, su esposa, su hija y Maritornes, quienes contaron a los demás el problema con el arriero. Cardenio y Dorotea se quitaron los disfraces, y DQ dormía, y le dejaron dormir. El cura les contó que los libros de caballería le habían enloquecido a DQ. El ventero inmediatamente salió en defensa de los libros de caballería, y contó el hábito de la venta de leer estos libros junto a los huéspedes, que hacía bien a tanta gente y a ellos. Todos lo apoyaron, la ventera, Maritornes también. Y la hija del ventero fue un poco más profunda en su argumento, aludiendo aspectos distintos a los ya manifestados. E inició un diálogo con Dorotea sobre la naturaleza de los hombres. Inmediatamente la madre dijo que callara, que no convenía a una doncella saber ni hablar tanto. El cura pidió que le trajeran los libros que tenían en la venta, y al verlos miró al barbero, quien dijo que él podía llevarlos a la chimenea y quemarlos. El ventero ofendido dijo que sobre su cadáver le quemaban sus libros. El cura insistió que al menos dos de ellos merecían la hoguera, por ser mentirosos, y los personajes nunca existieron. El ventero le dijo: "¡Tomaos con mi padre!" ( ¡Y a mí qué me importa!), y empezó una diatriba a favor de los libros de caballería, y a favor de la ficción. Dorotea susurró a Cardenio que poco le faltaba para igualar a DQ. Acá se trata un tema interesante, y es que la novela de ficción no existía, por lo que muchas personas pensaban que todo texto escrito era verdadero. Y es que los requisitos legales para la publicación de una obra, como el mismo Cervantes parodia al inicio del libro, permitía tener esa certeza. El cura se da por vencido, y sólo le dice que espera no le hagan daño como a DQ. El ventero dijo que no eran tan loco como para ponerse de caballero andante. Cuando iba a guardar sus libros, el cura pidió al ventero que le mostrara unos papeles sueltos. Se los acercó, y de título en grande decía al inicio: "Novela del Curioso Impertinente". Le llamó la atención el título y pidió leerla. El ventero dijo que un huésped dejó los papeles, y desde entonces las leen en las lecturas conjuntas y gusta mucho a la gente. Al todos estar de acuerdo en escucharla, se inició la lectura. Aquí es interesante porque la Novela del Curioso Impertinente, es de los más famosos relatos dentro del Quijote, y el término de novela aún no era muy utilizado o aceptado, como se conoce hoy, por lo que Cervantes se enorgullecía, como lo dice en el prólogo de sus "Novelas ejemplares", en ser el primero en "novelar en lengua castellana". Y vaya que lo fue. Otra muestra de su grandeza.

(D.Q 1.32) #Cervantes2018


Día 34: Inicia la novela del "Curioso Impertinente", que seguirá dos capítulos más. Es uno de los textos más famosos dentro de la estructura de la historia de Don Quijote de la Mancha, una novela dentro de otra, otro de los grandes recursos narrativos de Cervantes, que ya había alternado con pequeñas historias narradas por sus mismos personajes. En el 'Curioso Impertinente" encontramos la historia de dos amigos, y un día uno de ellos se casa con una bella mujer. Con el matrimonio, vio que la relación de amistad con su amigo cambió. Las visitas ya no eran tantas y su tiempo compartido se vio afectado. Anselmo, el amigo casado le reclamó a Lotario, quien respetando la nueva condición de casado de su amigo, había sido más prudente en sus visitas. Trataron de seguir las cosas como antes, pero en una de esas Anselmo le pide un favor vil a Lotario. Quiere comprobar la fidelidad de su mujer, haciendo que Lotario la cortejase, y comprobar si le es tan fiel como cree. Lotario se niega rotundamente a prestarse a semejante juego, y da un gran discurso de argumentos. Pero Anselmo se mantiene en su posición y obliga a su amigo a aceptar. Lotario al inicio le sigue la corriente pero en realidad no insinúa nada a Camila, pero Anselmo descubre que no está cumpliendo su palabra, por lo que Lorario promete que ahora si cumplirá su misión. Y con la sorpresa, que Lotario se empieza a enamorar realmente de Camila.
"Pues sí tú sabes que tienes mujer retirada, honesta, desinteresada y prudente, ¿qué buscas? Y si piensas que de todos mis asaltos ha de salir vencedora, como saldrá sin duda, ¿qué mejores títulos piensas darle después que los de que ahora tiene, o qué será más después de lo que es ahora? O es que tú no la tienes por la que dices, o tú no sabes lo que pides... Más si es tan buena como crees, impertinente cosa será hacer experiencia de la misma verdad..."
"Es de vidrio la mujer,
pero no se ha de probar
si se puede o no quebrar,
porque todo podría ser.
Y es más fácil quebrarse,
y no es cordura ponerse
a peligro de romperse
lo que no puede soldarse.
Y en esta opinión estén 
todos, y en razón la fundo:
que si hay Dánes en el mundo,
hay pluvias de oro también".
La visión de Cervantes sobre las mujeres, en este cuento particular causa división, porque se piensa que va en contra de las otras versiones de mujeres fuertes e independientes. Más no creo que sea totalmente así, y en el reflejo que da sólo es un retrato de la sociedad. La visión de la mujer, como "animal imperfecto" de Aristóteles.
La novela seguirá en los dos siguientes capítulos. Cervantes sigue sorprendiendo.

(D.Q 1.33) #Cervantes2018


Día 35: Sigue la novela del "Curioso impertinente". Lotario envía una sincera carta de amor a Camila, quien al principio se perturba pero finalmente cae ante los encantos de Lotario, que hace creer a Anselmo que sigue persistiendo, y su mujer rechazando. Esta pequeña novela, entra en una etapa donde la narración de Don Quijote venía llevando un estilo teatral. Pues en esta parte, sigue la teatralidad, sigue la ficción, siguen las mentiras, y la tragedia. Camila, Lotario y Leonela arman un acto teatral, cuando saben que Anselmo los está viendo por la cerradura de la puerta. Un acto lleno de drama, donde hacen creer a Anselmo, que Lotario sigue insistiendo con Camila, y que ella le desprecia y amenaza con matarse si no la deja. Quedando Anselmo al final del acto, como el hombre más sabrosamente engañado del mundo. Pero en el siguiente capítulo sabremos cómo termina la historia. Es interesante la inclusión de varios refranes por parte de Leonela y Camila, cuando tienen una charla interesante.

(D.Q 1.34) #Cervantes2018


Día 36: En este capítulo termina la novela del "Curioso Impertinente". Pero cuando ya el cura estaba por terminar la novela, interrumpió Sancho alborotado pidiendo ayuda a DQ, que se encontraba en el cuarto luchando con el gigante enemigo de la princesa Micomicona, que hasta la sangre corría por el piso. Todos corrieron a ver, y DQ estaba dando cuchilladas a los cueros de vino tinto del ventero, que chorreaban el preciado líquido. Luchaba dormido con los ojos cerrados insultando al gigante, y soñando haber llegado al reino de Micomicón. El ventero se enojó tanto que le cayó a golpes a DQ, teniendo que ir a separarlos Cardenio y el cura. El barbero trajo un caldero de agua fría que despertó de golpe a DQ. Sancho repetía que era cierto, que ya había matado al gigante y él lo había visto con su ojos (pensando en su recompensa). DQ tomó de las manos al cura, creyéndolo la princesa, diciendo que había cumplido su promesa y ya era libre de su palabra. Sancho lo apoyaba. El ventero enojado, fue apaciguado por el cura, quien prometió pagar por todo los daños. Llevaron a DQ a dormir de nuevo, y Dorotea consoló a Sancho, diciendo que no se preocupara, y como parecía que ya había cumplido su promesa DQ, ella le daría su mejor condado. Ya pasado el drama, el cura dijo que terminaría de leer el cuento del Curioso Impertinente, y todos escucharon: Camila y Lotario seguían fingiendo indiferencia, y Anselmo ingenuo se prestó a intermediar. Mientras con complicidad de Leonela se reunían a espaldas del amo. Una noche, Anselmo escuchó un ruido en el cuarto de Leonela, y al intentar entrar encontró resistencia. Apenas entró vio como una sombra se escapaba por la ventana. Anselmo amenazó a Leonela que le contara quien era. Ella decía que era un amante suyo, pero Anselmo no le creía. Finalmente Leonela le convenció que al amanecer le diría toda la verdad. Anselmo enojado fue a su cuarto y le contó a Camila el encuentro, y enseguida se alarmó. Aprovechó cuando su marido dormía para robar joyas y escaparse de la casa. Fue a donde Lotario, quien la llevó a un monasterio, y él fue hacia otro lado. Leonela también aprovechó a escaparse por la ventana. Cuando Anselmo despertó no encontró a Leonela, ni a su esposa, ni luego a su amigo cuando fue a verle. Se imaginó lo peor y se enteró por un ciudadano que el mejor amigo del rico Anselmo se había fugado con la esposa, según le había contado la criada de Camila, que también se había escapado. Miserable y triste regresó a su casa, y sintiendo cercana su muerte dejó una carta que decía:
"Un necio e impertinente deseo me quitó la vida. Si las nuevas de mi muerte llegaren a los oídos de Camila, sepa que yo la perdono, porque no estaba ella obligada a hacer milagros, ni yo tenía necesidad de querer que ella los hiciese; y pues yo fui el fabricador de mi deshonra, no hay para qué..."
Hasta allí llegó su aliento. Camila se enteró en el monasterio, donde se quedó por siempre, porque luego le llegó la noticia que Lotario había muerto en una batalla. Ese fue el fin que tuvieron todos, nacido de un tan desatinado principio. El cura terminó de leer y dijo que le gustó la novela, más no podía creer su veracidad, y no podía imaginar un marido tan necio. Pero en general le gustó.

(D.Q 1.35) #Cervantes2018


Día 37: Al terminar de leer la novela escucharon que se acercaba una tropa de huéspedes. El ventero contento dijo que eran 4 hombres armados con antifaces y una mujer de blanco con el rostro cubierto. Dorotea ocultó su rostro y Cardenio se escondió. Cuando entraron el cura se acercó a conocer a los recién llegados. Los mozos no pudieron dar mucha información porque al parecer no habían hablado en el camino. Dorotea se acercó a la mujer de blanco, que sólo suspiraba, para conocer su tristeza. El líder de los caballeroso enmascarados se acercó y le dijo a Dorotea que no perdiera el tiempo que ella no hablaría, y si lo hiciese serían mentiras. De repente la mujer de blanco respondió, y Cardenio desde su escondite reconoció su voz, y dijo que no podía creer lo que oían sus oídos. En ese momento los cuatro personajes sorprendidos se reencontraron: Dorotea y Cardenio con sus respectivos amores, esposos y origen de desventuras: Fernando y Luscinda. Primero Luscinda rogó a Fernando que la dejara ir, y luego Dorotea dio su discurso de amor a Fernando. Se pusieron un poco al día de las desventuras de cada uno, y Fernando aceptó a Dorotea de nuevo, y dejó libre a Luscinda de ir com Cardenio. Todos en la venta empezaron a llorar por el reencuentro de los amantes, y hasta Sancho, que lloraba más al enterarse de que Dorotea no era ninguna princesa Micomicona. Y todos llorando y suspirando llegaron a aquella venta, que para ellos era como llegar al cielo, donde rematan y tienen fin todas las desventuras de la tierra. Cervantes acá nos ilustra un estilo más romántico y entrelaza un hilo de la historia que había quedado suelto.

(D.Q 1.36) #Cervantes2018


Día 38: "Las metamorfosis en DQ, sigue el Teatro, y el Discurso de las Armas y las Letras"
Otro excelente capítulo, con varios temas. Mientras Sancho abatido entra a contar las noticias a DQ, el perspicaz cura avisa a Fernando y Luscinda sobre la particularidad de DQ y la historia armada de la reina Micomicona. Fernando acepta seguir el juego hasta llevar a casa al caballero. Sancho le dice a DQ que la reina resultó siendo una tal Dorotea y que el gigante que había matado era una gran despensa de vino tinto, y la cabeza cortada era la puta madre que le parió. DQ dice que se calme, se alista con armadura y todo y sale para conocer la situación. Se dirige inmediatamente a Dorotea, pidiendo explicaciones. Dorotea en su mismo lenguaje adornado le contesta aclarando que sigue siendo la misma, con el mismo objetivo para su ayuda. DQ se enojó con Sancho por sus mentiras y se disculpó. Sancho viendo que todo había vuelto a ser como antes, estuvo tranquilo. El teatro continua y con más actores. Luego intervino Fernando, en el mismo lenguaje alabando la figura de DQ y ansioso de ver sus hazañas. Fueron interrumpidos por nuevos visitantes a la venta, un hombre y una mujer con rostro cubierto y con la impresión de ser cristianos recién venidos de tierra de moros. El cautivo y Zoraida, ella una bella mora, que al quitarse el velo deslumbró con su belleza. Todos se sentaron en la mesa, y fue DQ quien tomó la palabra. Da inicio a un magistral discurso, lúcido, político, social y humanista sobre las armas (guerra) y las letras y la paz. "¿cuál de los vivientes habrá en el mundo que ahora por la puerta de este castillo entrara y de la suerte que estamos nos viere, que juzgue y crea que nosotros somos quien somos?".
"Es el fin y paradero de las letras (no las literarias sino la de la justicia), entender y hacer que las buenas leyes se guarden. Fin por cierto generoso y alto y digno de grande alabanza, pero no de tanta como merece aquel a que las armas atienden, las cuales tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida"
Hablando con tanta lucidez, todos en la mesa no pensaron en que era loco, sino que lo escucharon atentos y con respeto. DQ siguió su discurso.
"Esta paz es el verdadero fin de la guerra, que es lo mismo decir armas que guerra. Prosupuesta, pues, esta verdad, que el fin de la guerra es la paz, y que en esto hace ventaja al fin de las letras, vengamos ahora a los trabajos del cuerpo del letrado y a los del profesor de las armas, y véase cuáles son mayores".
Siguió hablando de la pobreza y su mal... y termina el capítulo con una comparación entre los más pobres y la condición afortunada de quienes gobiernan... y sobre el trabajo de los guerreros. Que conoceremos como sigue el discurso en el próximo capítulo.

(D.Q 1.37) #Cervantes2018


Las metamorfosis, como las de #Ovidio2018 es el cambio de Dorotea nuevamente a la princesa Micomicona. Y la constante metamorfosis de todos los actores de este teatro, su suma cada vez más protagonistas. (A.S.B)

#Cervantes2018


#Cervantes2018



Día 39: Sigue DQ en su Discurso de las Armas y las Letras. La comparación entre el joven estudiante y el joven soldado. Las dificultades que los acechan desde el inicio de sus vidas productivas hasta cuando se graduan de dicho oficio. La diferencia entre el nivel de riesgo y la remuneración de cada uno.
"¿cuán menos son los premiados por la guerra que los que han perecido en ella?"
Este análisis sobre la condición de lo jóvenes en la guerra le es muy cercano a Cervantes, quien siendo muy joven aún, junto con su hermano menor, Rodrigo, militaron en 1571 en Italia, en la compañía de Diego de Urbina. Y el 7 de Octubre de ese año participa en la batalla de Lepanto, donde es herido en el pecho y en la mano izquierda.
También en su discurso DQ que sin las letras no se pueden sustentar las armas, porque la guerra también tiene leyes y están sujetas a ellas, y que las leyes caen debajo de lo que son letras y letrados. Con las armas se defienden las repúblicas, se conservan reinos, se guardan ciudades, se aseguran caminos, de despejan los mares de corsarios... y si no fuese por las letras, todas las anteriores estarían sujetas a la confusión que trae consigo la guerra. A la vez maldice al inventor de las armas, que debe estar en el infierno. Y como un inocente es cortado en un instante, en su pensamiento y vida, por una vil bala. Al final se refiere a su condición de caballero andante, y haber tomado el oficio en edad tan tardía en los tiempos que vivían, porque aunque el miedo no lo albergaba, todavía le ponía en recelo pensar que la pólvora y el estaño (material balas) le han de quitar la vida en su empresa. En esta parte es bueno recordar que la aparición de las armas de fuego marcó un declive en la caballería y de forma paralela con profundos cambios en las estructuras sociales. La destreza y el valor de los caballeros nada podían hacer frente a la nueva artillería.
Luego de terminar el discurso, todos seguían sorprendidos y maravillados por el entendimiento y la sabiduría de DQ, que ni habían probado bocado alguno. El cura dijo que estaba de acuerdo en todo lo manifestado. Fernando rogó al cautivo que les contara su historia, aprovechando ese ocasión de reunión especial, y luego de tan inspirador discurso. El cautivo inició su historia, que seguirá en el próximo capítulo.

(D.Q 1.38) #Cervantes2018


Día 40: En el capítulo donde inicia la historia del cautivo. En este capítulo Cervantes mezcla la historia con la ficción, y con su misma biografía, ya que hace referencia a su propia vida, cuando fue soldado, en la referencia al capitán Diego de Urbina, que como comenté en el capítulo anterior era el capitán en Lepanto. Pero antes de empezar con todos estos detalles históricos y la experiencia de guerra, el cautivo inicia con una particular historia, donde su padre tenía 3 hijos, ya todos en edad de hacer su propia vida. Por lo que decidió vender su hacienda y dividir en 4 partes iguales los beneficios, 3 para sus hijos y uno para él, para que cada uno hiciese su vida, pero siguiendo los caminos que él les diría. Se los hizo saber a través de un refrán: "Iglesia o mar o casa real" (Quien quisiere valer y ser rico siga o a la Iglesia o navegue, ejercitando el arte de la mercancía, o entre a servir a los reyes en sus casas). Y así lo hicieron, el cultivo, que era el mayo, decidió el ejercicio de las armas, sirviendo a su padre, a Dios y al Rey. El segundo hermano se fue a las Indias. Y el tercero, el menor, siguió a la Iglesia. Así continuó su historia, saliendo hacia Alicante, luego a Génova, y desde allí a Milán, donde se acomodó a las armas. Habla un poco de historia, los dominios de los turcos, las flotas, la batalla de Lepanto, del famoso corsario Barbarroja, entre otros más. Dentro de la historia, hace mención al final del capítulo del único personaje ficticio: Pedro de Aguilar, quien se encontraba en el fuerte en Túnez, y era hábil en la poesía. El tal Pedro resultó siendo hermano de uno de los hombres de Don Fernando, quien confirmó que se encontraba bien. El cultivo pensó en recitar algunos de sus poemas, que se aprendió de memoria, como la Goleta, pero le pasó el honor a su hermano.

(D.Q 1.39) #Cervantes2018


Día 41: Sigue la historia del cautivo. En este, el hombre de Fernando recita el poema de la Goleta, de su hermano Pedro de Aguilar:
Almas dichosas, que del mortal velo
libres y exentas, por el bien que obrastes,
desde la baja tierra os levantastes
a lo más alto y lo mejor del cielo...
El cautivo siguió la historia luego de que recitara también el soneto del Fuerte... Cervantes continúa la exploración histórica hablando sobre Argel, los moros y cristianos, y hace una mención en esta parte de la historia a un soldado español, un tal Saavedra (nuevamente Cervante incluyéndose en la historia). Dentro de la historia inicia la lectura de unos papeles, y también introduce por primera vez a su dama acompañante, Zoraida, a la historia. Nos habla de los amores entre una princesa mora y un cristiano cautivo, que era un tema utilizado en las leyendas medievales en España. El mismo Cervantes estuvo preso junto a una casa donde residía la hija de Agimorato, personaje histórico que aparece en Los Baños de Argel, donde Cervantes vuelve a mezclar los datos reales, con rumores y elementos novelescos de ficción. Y siguió en la historia en cómo conoció y terminó ayudando a Zoraida. Fue cuando encontró dineros y un papel con un mensaje escrito en árabe con una gran cruz al final. El cautivo le pidió a un amigo de Murcia quien entendía el árabe a que lo tradujera. El mensaje era de una mujer mora que decía que cuando era niña, su padre tenía a una esclava cristiana que le enseñó a rezar. La mujer era Zoraida y le dije que le iba a enviar dinero suficiente para comprar su libertad y escapasen. La historia seguirá en el próximo capítulo.

(D.Q 1.40) #Cervantes2018


Día 42: En este capítulo sigue y finaliza la historia del cautivo. Cuenta cómo consiguió la libertad gracias a Zoraida, hija de Agimorato, hombre rico, y obsesionada con ser cristiana y la virgen María. Zoraida, muy hermosa, también se enamora del cautivo, quien promete liberarla a ella también de su padre y escapar a tierra cristiana. Cuando están apunto de partir, el padre los descubre, por lo que deben amordazarlo y llevarlo con ellos parte del camino. Trata de convencer a su hija de dejarles el dinero y volver con él, pero ella se niega y aferra al cautivo. En el camino los asaltan unos corsarios, quienes le roban el dinero. Y finalmente llegan a España, donde se dividieron y el cautivo partió con Zoraida? Y el dinero que les habían dejado los corsarios, camino de vuelta la casa de su padre. El cautivo vuelve con su padre, mientras Zoraida escapa del suyo. Y termina su historia, disculpando por extenderse.

(D.Q 1.41) #Cervantes2018


Día 43: Luego de la historia del cautivo, todos quedaron complacidos, y Don Fernando ofreció su ayuda. El cautivo agradeció pero no aceptó ningún ofrecimiento. Esa misma noche llegaron nuevos huéspedes. La ventera dijo que no había espacio para nadie más, pero los hombres dijeron que al menos encontraran espacio para el señor oidor (juez/magistrado) que los acompañaba. Los venteros inmediatamente pusieron a disposición hasta sus propios aposentos para el letrado. El oidor llevaba a su pequeña hija con él. DQ los recibió con un gran discurso, sobre la bienvenida a las armas y las letras (en relación a su anterior discurso), y más cuando era acompañada de la belleza. El cautivo vio al oidor de lejos y su corazón dio saltos. Preguntó a uno de los criados el nombre del oidor, y le dijeron que era el licenciado Juan Pérez de Viedma, quien era de las montañas de León. El cautivo confirmó sus corazonadas, era uno de sus hermanos, el que había seguido las Letras, por consejo del padre. El cautivo le contó al cura y a Cardenio la noticia, y dijo que temía de cómo lo recibiría su hermano al verlo en su estado. El cura se ofreció a servir de intermediario, y dijo que se escondiera hasta que él le avisase. Fueron todos a cenar, menos el cultivo y Zoraida, que estaba con las damas y la niña. Así fue como el cura inventó una historia donde se había encontrado a valiente capitán cautivo de nombre, Ruy Pérez de Viedma, natural de las montañas de León. Y contó toda la historia que les había contado el cautivo, y haciendo mención a la historia del padre que dividió su hacienda y la repartió a sus hijos, habiendo Ruy elegido las armas y la guerra. Cuando terminó la historia, el oidor reconoció a ese cautivo como su hermano mayor, y expresó su felicidad y nostalgia por saber de él, y de cómo su otro hermano, vivía en el Perú, como un hombre rico, y su padre se encontraba bien pero extrañando noticias de su hijo mayor. En ese momento el cura pidió a Ruy que entrase y fue a abrazarse con su hermano. DQ miraba la emotiva escena en silencio, atribuyendo todo a la quimera de la andante caballería. Los hermanos se pusieron al día, y acordaron que se devolverían juntos a Sevilla, donde avisarían las noticias al padre, y que llegase a tiempo a la boda y bautizo de Zoraida. El oidor debía seguir su camino para servir como oidor en la Nueva España. DQ se ofreció a prestar guardia afueras del castillo/venta. Cuando todos dormían escucharon una bella voz cantar. Dorotea y Cardenio se levantaron a escuchar, y escucharon lo que se conocerá en el próximo capítulo.

(D.Q 1.42) #Cervantes2018


Día 44: Dorotea encantada por la voz cantante despertó a la niña Clara, la hija del Oidor, para que escuchase. Al Clara escuchar la voz, lamentó que la hubiesen despertado para escuchar a ese desdichado músico. Dorotea dijo que era el mozo de mulas, y Clara dijo que no, que era un señor de lugares (noble con jurisdicción sobre aldea), que estaba enamorado de ella y la había seguido en todo su camino. Y luego de escuchar otro canto del enamorado, le pidió que le contara su historia. Clara se acercó al oído de Dorotea para que nadie más escuchase su historia. Contó que el padre del músico era un caballero de Aragón, que vivían cerca de su casa. El joven apenas la vio se enamoró de ella y hasta desde su ventana se lo hacía saber. Hasta que la convenció. Y mantuvieron su comunicación desde lejos, sin nunca haber estado cerca el uno del otro ni cruzado palabra. Cuando al padre de Clara le tocó partir, ella no pudo avisarle. Pero a los dos días de partir, vio al joven a las afueras de una posada vestido como mozo de ventas. Y la iba siguiendo en su camino, incluso abandonando a su rico padre. Dorotea dijo que dejara todo en sus manos, que ella trataría la mañana siguiente de intervenir a su favor. Dorotea se reía de cómo se expresaba y hablaba Clara. Mientras tanto, DQ hacia la guarda sobre Rocinante, y Maritornes y la hija del ventero lo veían con la intención de hacerle una broma. Mientras DQ hablaba en la noche a su Dulcinea de Toboso, las mujeres le hablaron en la oscuridad llamando su atención. Pidiendo que les diera tan siquiera la mano. DQ le alargó su mano y ellas lo amarraron, dejándolo apresado en plena noche. Al amanecer, escucharon la llegada de 4 hombres a caballo, quienes mantuvieron intercambio con DQ amarrado, hasta que Rocinante se movió y DQ quedó tendido separado a pocos centímetros del piso.

(D.Q 1.43) #Cervantes2018


Día 45: Todos asistieron a los gritos de DQ, y la Maritornes fue enseguida a soltarlo de la cuerda. DQ empezó a hablar y los nuevos caminantes estaban confundidos por lo que decía. El ventero les dijo que no le prestaran atención. Los caminantes preguntaron si habían visto a un joven de 15 años vestido de mozo de mulas. El ventero dijo que no, pero los hombres que acompañaban al oidor dijeron que si lo habían visto. Los caminante hallaron al mozo, que llamaron Don Luis, y trataron de llevarlo a la fuerza con ellos, eran criados de su padre. Dorotea y Clara contaron a Cardenio sobre quien era Don Luis, y Cardenio les dijo que fueran a sus aposentos que él se encargaría. Dentro de la venta los criados intentaban convencer a Don Luis que fuera con ellos, ante la negativa de éste. El oidor intervino, y enseguida los criados le preguntaron si no reconocía al hijo de su vecino. El oidor se dirigió a Don Luis, preguntando sobre su actitud, y enseguida le confesó su amor por su hija Clara. Mientras tanto, aprovechando el caos en la venta, varios huéspedes intentaron salir sin pagar, pero el ventero los retuvo, aunque algunos lo enfrentaron y pelearon con él. Maritornes solicitó la ayuda de DQ, que se encontraba escuchando la disputa por Don Luis. DQ sacó excusas, que necesitaba la autorización de la princesa Micomicona, o que sería su escudero quien debía enfrentar esta situación. En ese momento, Cervantes se hace presente en la narración y dice: "Pero dejémosle aquí, que no faltará quien le socorra, o si no, sufra y calle el que se atreve a más de a lo que sus fuerzas le prometen, y volvámonos atrás 50 pasos, a ver qué fue lo que Don Luis respondió al oidor".
Don Luis confiesa su amor y pide la mano de Clara. El oidor sorprendido, dijo que debía pensarlo, pero pensó en la buena fortuna del joven. 
Mientras tanto, del otro lado, inició un pleito por el yelmo y la albarda, que el barbero había encontrado en posesión de Sancho en el establo, y los acusó de ladrones de caminos. Sancho ofendido confrontó al barbero ante la mirada orgullosa de DQ, quien finalmente intervino, recordando como lo habían obtenido en una aventura en buena guerra. Y continuaron la discusión... porque el barbero parecía ser el mismo asaltado capítulos atrás...

(D.Q 1.44) #Cervantes2018


Día 46: Continúa el pleito del Yelmo y la Albarada, con los cuadrilleros y el barbero asaltado. Todos inician una discusión sobre si el Yelmo era en realidad Yelmo o bacía, y la albarada en realidad jaez de caballo. Los amigos de DQ, animados por el barbero y el cura, se ponen de acuerdo para darle la razón, en un nuevo teatro. Mientras los cuadrilleros y los que no conocían la historia de DQ, como Don Luis y sus criados no podían entender la situación. Uno de los cuadrilleros se reafirmó en su posición de llamar mentiroso a DQ, y éste se le lanzó con su lanza, y todos empezaron a pelear en la venta. Unos contra otros, como en la aventura pasada. El ventero, miembro de la Santa Hermandad, fue a buscar su vara y pidió orden, y dictaminó para paz de todos que todo era como DQ lo veía: la bacía, Yelmo. La albarada si fue jaez. Y la venta, en castillo. Don Luis convino con sus criados y Don Fernando, que tres fueran a darle noticias a su padre, mientras uno lo acompañaría hacia donde Don Fernando, que lo acogería. Mientras uno de los cuadrilleros recordó que entre algunas órdenes que llevaba para prender a delincuentes, había una orden contra DQ, a quien la Santa Hermandad había mandado a prender por dar libertad a los galeotes. Todos revisaron el papel y vieron que era verdad. Los cuadrilleros pidieron darle prisión a aquel robador de caminos, a lo que DQ respondió con otro discurso sobre su papel como caballero andante, y pidió el nombre del que firmó la orden.

(D.Q 1.45) #Cervantes2018


Día 47: Mientras DQ seguía en su discurso, el cura intentaba convencer a los cuadrilleros de la falta de juicio de DQ. El cura logró apaciguarlos y a la vez resolvió el conflicto entre el otro barbero y Sancho, pagando 8 reales por la bacía (Yelmo). Los criados de Don Luis aceptaron la propuesta de Don Fernando. Zoraida no entendía mucho de lo que pasaba, pero se alegraba de ver a su amado Ruy. Por un momento, todo fue felicidad en la venta, y todos estaban contentos. Hasta el ventero, que recibió el pago por los daños pasados de DQ, por parte de Don Fernando y el Oidor que se ofrecieron. Pero ante tanta felicidad, DQ pensó que ya era tiempo de partir y seguir la aventura, e incitó a Dorotea a continuar para cumplir su promesa. Sancho saltó, y como buen escudero dijo que era absurdo seguir con la farsa, porque la tal Dorotea no era princesa alguna, y la había visto besarse a escondidas con Don Fernando. DQ lo reprendió y se disculpó con Dorotea, quien le siguió el juego. Pero todos intermediaron para que hiciese las pases con Sancho. Pasaron dos días más felices en la venta y Don Fernando, Dorotea, el cura y el barbero idearon un plan para ayudar a DQ volver a su casa y le curasen la locura. Hicieron una jaula donde cupiese DQ, y luego todos se disfrazaron. Mientras DQ dormía lo tomaron a la fuerza y lo amarraron, mientras Sancho observaba a lo lejos. El barbero amigo le dio ánimos a DQ, de que era por su bien, y se casaría con su Dulcinea, y Sancho recibiría su pago y promesas, como una profecía. DQ se quedó también en la expectativa, esperando a donde iba a parar su destino, y le dijo al profeta disfrazado, que pidiese al sabio encantador que no le dejase perecer en esa prisión donde lo llevaban, hasta cumplir todas esas promesas. Y con respecto a Sancho, que nunca le dejaría en mala suerte, porque ya se encontraba en su testamento. Sancho se acercó y le besó las manos atadas a su amo. Luego, los disfrazados alzaron la jaula en sus hombros y la acomodaron en el carro de los bueyes.

(D.Q 1.46) #Cervantes2018



Día 48: DQ enjaulado y confundido se lamentaba de su situación, y preguntó a Sancho qué pensaba. Sancho dijo que no era sabido de las escrituras andantes, pero afirmaba que esas personas no debían ser muy católicas, especialmente por el olor de piedra azufre y otros malos olores, aunque uno en particular olía a ámbar (se refería a Don Fernando). Todos los enmascarados se asustaron porque vieron que Sancho estaba cerca de descubrirlos. Entonces ordenaron que Sancho subiera a su mula y llevara a Rocinante, para alejarlo. Salieron de la venta, se despidieron prometiendo escribirse y partieron por su camino. El ventero le dio al cura los papeles del Curioso Impertinente y uno que decía Novela de Rinconete y Cortadillo (obra de Cervantes). Iban el cura y el barbero con sus máscaras en una caravana: primero el carro donde iba enjaulado DQ, a los lados los cuadrilleros, luego Sancho sobre su asno y Rocinante, y al final el cura y el barbero. Cuando se disponían a descansar, vieron a lo lejos acercarse 6 o 7 hombres a caballo. Quienes se acercaron a los cuadrilleros preguntando por qué llevaban enjaulado a ese hombre. DQ preguntó que si eran versados en la caballería andante, les contaría sus penas. Sino, no perdería el tiempo explicando. El cura y el barbero se adelantaron a hablar a los hombres. Uno de los hombres, canónigo de Toledo, dijo que sabía de libros de caballería. DQ explicó que iba encantado en esa jaula por envidia y fraude de malos encantadores. El cura inmediatamente siguió la corriente diciendo que no iba enjaulado por castigo sino por protección, y los presentó como el caballero de la Triste Figura. Sancho se acercó y dejó en evidencia y al descubierto las identidades del cura y el barbero, y a cada uno les cantó su tabla, jeje. Ninguno fue capaz de rebatir a Sancho, pero el cura pidió a los hombres que le acmpañaran para contarles al detalle el problema de DQ, que empezó con los libros de caballería. El canónigo pareció comprenderle, y siguió con un largo discurso sobre los libros de caballería, entre ellos menciona algo muy importante, especialmente en el estilo de Cervantes: la literatura busca provocar el interés del lector con ficciones sorprendentes e incluso maravillosas, pero manteniéndolas en el terreno de lo razonable, de modo que vayan de la mano la fantasía y la verosimilitud. Además de las virtudes de la lectura. En el próximo capítulo seguirá su disertación sobre los libros de caballería.

(D.Q 1.47) #Cervantes2018


Día 49: Sigue la conversación entre el canónigo y el cura sobre los libros de caballería. Disertaciones muy interesantes sobre historia, filosofía y teoría literaria, que reflejan también al Cervantes sesudo y gran crítico. Hablan de la comedia, de la prosa y el verso, y de lo que ya se había tratado anteriormente del auge de la ficción, en tiempos donde todo lo que se escribía debía llevar sello verídico. "Si estas que ahora se usan, así las imaginadas como las de historia, todas o las más son conocidos disparates y cosas que no llevan pies ni cabeza, y, con todo eso, el vulgo las oye con gusto, y las tiene y las aprueba por buenas, estando tan lejos de serlo, y los autores que las componen y los actores que las representan dicen que así han de ser, porque así las quiere el vulgo, y no de otra manera, y que las que llevan traza y siguen la fábula como el arte pide no sirven sino para cuatro discretos que las entienden, y todos los demás se quedan ayunos de entender su artificio..." también enumeran otras obras dramáticas y comedias, hasta otra obra del mismo Cervantes. Se habla de la intención de Cervantes, como otros escritores de su generación, de crear un género de teatro popular, que a la vez tuviese la perspectiva clásica de la Poética de Aristóteles. "Entró luego el monstruo de naturaleza, el gran Lope de Vega, y alzose con la monarquía cómica" (Cervantes)
Y así prosiguen la tan interesante disertación hasta que deciden parar a descansar. Decidieron unir camino y descansar juntos ambas caravanas, mientras seguían hablando. Sancho aprovecha y se acerca a DQ para contarle lo que estaba pasando, y que los que los llevaban eran sus conocidos, el cura y el barbero. DQ siguió imaginando que quizás los espectros habían adquirido identidades conocidas. Así que Sancho le dijo que le iba a hacer una pregunta para comprobar que no mentía. Y le preguntó si en la jaula no le habían dado ganas de hacer aguas mayores y menores. DQ dijo que si, y en ese momento tenía ganas, y pidió que lo sacara de ese peligro porque ya no andaba todo limpio.

(D.Q 1.48) #Cervantes2018


Día 50: Sancho discute con DQ sobre su estado de encantamiento, tratando de convencerlo de la mentira, y DQ, como siempre, responde con una plena consciencia de su condición: "Yo sé y tengo para mí que voy encantado, y eso me basta para la seguridad de mi conciencia, que la formaría muy grande si yo pensase que no estaba encantado y me dejase estar en esta jaula perezoso y cobarde, defraudando el socorro que podría dar a muchos menesterosos y necesitados que de mi ayuda y amparo deben tener a la hora de ahora precisa y extrema necesidad".
Sancho pide al cura y al canónigo que dejen salir a DQ para hacer sus necesidades. El cura desconfiado pensando que la huída, pero el canónigo acepta y pide su palabra de caballero. El canónigo miraba admirado a DQ, porque se expresaba muy bien, y le preguntó directamente sobre si los libros de caballería le afectaron el juicio. Y en su larga intervención le dice que leyera mejor gestas reales e históricas, y menciona distintos ejemplos. DQ le responde que está equivocado, y en otra extensa réplica le explica las bases históricas de cada una de la a historias de caballería. El canónigo terminó admirado de escuchar la mezcla de verdades y mentiras de DQ... y siguieron discutiendo sobre ficción y realidad.

(D.Q 1.49) #Cervantes2018


Día 51: Siguió la charla y los discursos de DQ y el canónigo entorno a los libros de caballería. DQ seguía en su intervención, demostrando la importancia y verosimilitud de los libros y sus historias. Termina haciendo preguntas al canónigo, y recomendado que lea y disfrute de los libros de caballería, que han de causar gusto y maravilla a quien los leyere, y destierran la melancolía, si acaso la tiene. Y dijo que él era un caballero andante valiente, comedido, liberal, bien criado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de trabajo, de prisiones y de encantos, como el que lo tenía en esa jaula. Pero que sólo esperaba que cuando la fortuna le alcanzase pudiera hacer bien a sus amigos, especialmente a Sancho, el mejor escudero, y el mejor hombre del mundo, dijo DQ. Y hablaron de cómo gobernaría. El canónigo quedó impresionado al escucharlos hablar. Y llegaron los criados del canónigo con provisiones, y se sentaron todos a descansar y comer. De repente escucharon un ruido entre los arbustos, y se asomó una bella cabra de piel manchada, y detrás de ella venía un Cabrero rogando que regresara. Y cuando la alcanzó la tomó por los cuernos y la insultó. El canónigo le dijo que no tuviese prisa, y se sentase a comer con ellos mientras esperaba a la cabra, que seguro regresaría con él. El Cabrero aceptó y se disculpó por sus malas palabras y tratos. El cura lo disculpó diciendo, que ya sabía de experiencia que los montes crían letrados y las cabañas de pastores encierran filósofos. El Cabrero agradeció y para comprobar que lo dicho por el cura era cierto, dijo que le contaría una historia. DQ contento se acomodó a escuchar. Sancho sacó el cuerpo y dijo que iba a comer a otro lado. Y todos los demás se acomodaron. El Cabrero dio dos palmadas a la cabra, diciendo que se recostara junto a él, que tenían tiempo antes de volver. La cabra como si le hubiese entendido se tendió junto a su dueño mirándole al rostro, dando a entender que estaba atenta.

(D.Q 1.50) #Cervantes2018


Día 52: El Cabrero contó su historia, de un labrador muy honrado que tenía una hija muy bella, que a la vez tenía muchos pretendientes. Muchos pidieron su mano, entre ellos el Cabrero, que tenía credenciales para ser el elegido: ser del mismo pueblo, en edad floreciente, limpio de sangre con hacienda rica y mucho ingenio. Pero también se presentó otro candidato del mismo pueblo. El padre estaba confuso entre los dos candidatos, y le dejó la decisión final a su propia hija, Leandra. Algo no muy habitual de la época, dejar a la mujer escoger. Anselmo se llamaba el contrincante, y nuestro Cabrero, Eugenio. En ese mismo tiempo llegó al pueblo un tal Vicente de la Roca, hijo de un pobre labrador del mismo lugar, que venía de Italia de ser soldado. Con sus coloridos trajes militares, y su habilidad como músico y en tocar la guitarra, atrajo la atención de Leandra. Un día Leandra desapareció con el soldado, y su padre y sus pretendientes se alarmaron y salieron con una cuadrilla en su búsqueda. Hasta que encontraron a Leandra en una cueva, desnuda en camisa, y sin el dinero y las joyas que había sacado de casa. Contó después, que el soldado había prometido se casaría con ella y la llevaría a Italia. Ella engañada se le entregó totalmente. Su padre la desapareció y encerró en un monasterio. Los dos pretendientes tristes, pero finalmente decidieron trasladarse al valle a apacentar ovejas y cabras, y pasan la vida entre los árboles desahogando sus pasiones y cantando a la hermosa Leandra. Entonces el Cabrero explicó, por eso insultaba a su cabra por ser una hembra, por la sombra de Leandra, que le dejó mala imagen de las féminas. Y terminó su historia.

(D.Q 1.51) #Cervantes2018


Día 53: El Cabrero terminó su historia a los presentes, a quienes les gustó mucho. DQ le ofreció sus servicios para deshacer agravios y encantamientos. El cabrero preguntó si el hombre estaba mal de la cabeza, y DQ enojado se lanzó sobre él. Insultos y golpes venían de lado y lado, los demás sólo se reían de verlos. Sancho era el único preocupado en ayudar a su amo, pero uno de los criados del canónigo no lo dejaban. De repente escucharon una trompeta y un grupo que se acercaba. DQ le pidió al Cabrero tregua porque se avecinaba una nueva aventura. Montó a Rocinante y se prestó a atacar a los intrusos, que traían cautiva a una doncella. Sancho intentó contenerlo, y le dijo que era una procesión de disciplinantes, y que esa señora que veía era la misma Virgen. DQ llegó ante los disciplinantes y se enfrentó con uno de ellos que salió a su encuentro amenazante, tirando a DQ al piso. Sancho corrió a ver a su amo y creyéndolo muerto lloró y se lamentó. DQ se despertó y pidió a su escudero que lo ayudase a levantar. Sancho advirtió que lo ayudaría, pero deberían volver a casa en compañía del cura y el barbero, y luego de reponerse harían otra salida de más provecho y fama. DQ aceptó. La caravana se armó de nuevo, y así llegaron finalmente a la aldea de DQ. Toda la gente se los quedaba mirando, y el ama y la sobrina de DQ lloraron por su regreso, y la esposa de Sancho también salió a recibirlo, preguntando por qué regalos le había traído. Sancho describió a Juana, las virtudes de ser escudero de caballero andante, las desventuras y aventuras, los paisajes, y que la recompensa vendría en la nueva aventura. Mientras a DQ lo acostaron en su antiguo lecho, y el cura recomendaba a sus cuidadoras que no dejasen que se volviera a escapar, luego del drama para traerle. Ellas volvieron a renegar de esos malditos libros de caballería, y temieron de cuando el abatido mejorara. Cervantes finaliza la primera parte del Quijote, con referencias a su narrador, el autor, que según buscó lo que DQ hizo en su tercera aventura pero no la había podido encontrar. Aunque un antiguo médico había hallado en los cimientos derribados de una antigua ermita unos pergaminos con letras góticas. En ellos se describían nuevas hazañas de DQ, daban noticia de Dulcinea del Toboso, de Rocinante, de la fidelidad de Sancho y la sepultura del mismo DQ. Las primeras palabras que encontraron en dichos pergaminos eran éstas... acá se hace una nueva introducción con poemas, epitafios y sonetos, en referencia a cada personaje. En el epitafio de DQ, se menciona a Argamasilla, como aquel lugar de la Mancha, y en referencia también a la famosa 2da parte del Quijote apócrifo de Avellaneda. Y se menciona también un epitafio en honor a Dulcinea.
Estos versos y pergaminos fueron entregados a un académico para que los sacase a la luz. La tercera aventura de DQ.

"Forse altro canterà con miglior plectro" (Quizás otro cantará con mejor plectro)
Finis (Fin)

El final de la obra de 1605, da claramente una luz y anuncio explícito narrar en un nuevo volumen la 3ra salida de DQ. La cita final de Ariosto, es una pista, y no un estímulo, como se interpretó, para las tantas versiones falsas que salieron de esta segunda parte por otros escritores, entre ellos la más famosa: El Quijote falso y continuación apócrifa, firmada por el misterioso Alonso Fernández de Avellaneda.

(D.Q 1.52) #Cervantes2018

FIN PARTE 1




#Cervantes2018






EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA 

PARTE 2


(10 años)
PARTE 2

Día 54: 10 años después de publicada la 1ra parte (1605), llega la 2da parte en el 1615, con la polémica de la 2da parte apócrifa de Avellaneda, publicada un año antes (1614). Cervantes se despacha en la introducción y prólogo de su original 2da parte. Como iniciaba su 1ra parte, también observamos en la 2da, los textos de la Tasa, y los permisos y aprobaciones eclesiásticas de la época, que enfrentaban cada texto publicado. Y en uno de esos menciona el Licenciado Márquez Torres, amigo de Cervantes, la anécdota con el embajador de Francia, quien le preguntó sobre los libros de ingenio que tenían más éxitos. Y apenas el licenciado mencionó a Cervantes, lo reconocieron por Galatea y las Novelas. Le preguntaron por el escritor, y él respondió que era viejo, soldado, hidalgo y pobre. Uno respondió: "¿Pues a tal hombre no le tiene España muy rico y sustentado del erario público?", y otro respondió: "Si necesidad le ha de obligar escribir, plega a Dios que nunca tenga abundancia, para que con sus obras, siendo él pobre, haga rico a todo el mundo". (Se dice que Cervantes participó en esta redacción). Además del texto del Rey. En el Prólogo al Lector, Cervantes inicia y mantiene una constante diatriba contra la 2da parte apócrifa de Avellaneda, quien además en su edición y prólogo dedica insultos a Cervantes. Se refiere a cada adjetivo y frase, y al indagar sobre la posible identidad del tal Avellaneda, alude a Lope de Vega, que era familiar del Santo Oficio. Y a continuación relata dos pequeños cuentos, donde ambienta y responde a los que piensan que es poco trabajo hacer un libro. Agradece al incondicional Conde de Lemos, que lo patrocinó en su oficio siempre, y le hace dedicatoria final, donde comenta otra graciosa anécdota donde el Emperador de China le manifiesta por carta su interés de enseñar el español en su país, y de que lean el Quijote. Y finaliza diciendo, y para poner punto final a otros usurpadores, que en esta 2da parte ofrece la misma esencia y calidad de la 1ra, y nos da un Quijote ampliado... Y finalmente muerto y sepultado, para que nadie se atreva a levantarle nuevos testimonios. Cervantes nos da spoiler de su personaje principal. Y cierra diciendo que esperemos a Persiles (se publica en 1616, un 19 de abril, 4 días antes de su muerte), y la 2da parte de la Galatea (no la logró hacer). ¡Que empiece la 2da parte del verdadero y único Quijote! El del gran Cervantes.

(D.Q 2.1) #Cervantes2018

"Como casi es comedia toda la historia de don Quijote de la Mancha, no puede ni debe ir sin prólogo; y así, sale al principio desta segunda parte de sus hazañas éste, menos cacareado y agresor de sus letores que el que a su primera parte puso Miguel de Cervantes Saavedra y más humilde que el que segundó en sus Novelas, más satíricas que ejemplares, si bien no poco ingeniosas".
(Prólogo del Quijote de Avellaneda)


Día 55: Cervantes inicia oficialmente su 2da parte y 3ra salida de DQ, haciendo mención al narrador y su versión, Cide Hamete Benengeli. El cura y el barbero estuvieron casi un mes sin ver a DQ, para no recordarle las viejas aventuras, pero visitaban a su sobrina, quien les decía que su tío había recobrado el juicio. Finalmente decidieron visitarlo, y todo transcurría normalmente hasta que el cura para probar el juicio de DQ decidió preguntarle sobre política y un posible ataque de el Turco. DQ mencionó que su majestad debería una prevención, aunque dudara que pensara en esa opción. El cura inmediatamente pensó que seguía en alta cumbre de su locura hasta el profundo abismo de su simplicidad. El barbero siguió indagando, que mencionara cual prevención. Al inicio DQ no quería decir, pero finalmente mencionó a reunir a todos los caballeros andantes que vagan por España. La sobrina se lamentó de escucharlo. Y DQ dijo que había de morir como caballero andante. Aprovechó el barbero para contarles un cuento sobre un loco de Sevilla, en notable burla y ofensa a DQ. Al finalizarlo DQ lo insultó, al atreverse a compararlo con tal personaje, y dijo que no se creían ningún Júpiter o Neptuno, sino la preocupación por dar a entender el error en no renovar los tiempos de la orden de la andante caballería. Y sigue con un nuevo discurso en pro de la caballería. El cura intervino posteriormente, diciendo que esos caballeros no existieron y eran mera ficción. DQ como ya lo había hecho anteriormente, empezó a enumerar las bases históricas de la caballería y sus personajes. El barbero preguntó sobre el tamaño del gigante Morgante; y DQ le explicó la tesis sobre las pistas de la existencia de gigantes, descubiertas por investigadores. Siguieron preguntando a DQ, y éste les respondía con lucidez y argumentos. Interrumpieron la charla porque escucharon y acudieron a los gritos de la sobrina de DQ.

(D.Q 2.1) #Cervantes2018


Día 56: Cervantes inicia el 2do capítulo con el tradicional: "Cuenta la historia...", típico de historias medievales y novelas caballerescas. Los gritos de la sobrina y la ama eran contra Sancho, a quien no dejaban entrar a ver a DQ, por distraer y sonsacar a su tío por esos andurriales. Sancho les decía que el sonsacado era él, y que le debía una ínsula prometida. El cura y el barbero escuchaban, pero DQ mandó a llamar a Sancho y que lo dejasen pasar. El cura y el Cabrero salieron abatidos y resignados, diciendo que en algún momento volvía a salir de aventuras. Se fueron tranquilos, pensando que las damas escucharían la conversación y luego les pondría al día. Estando en su aposento con Sancho, DQ le dijo que le pesaba mucho que dijera que él lo había sonsacado, si juntos habían partido y recorrido cada aventura. Pero dijo que después hablarían de esos temas, por lo pronto DQ quería saber qué se decía de él en el vulgo, en los hidalgos y los caballeros. Sobre su valentía, sus hazañas y su empresa de resucitar la ya olvidada orden caballeresca. Y que no omitiera detalle, aunque fuese malo. Sancho le dijo que no tenía buenas noticias. Le dijo que a él lo tenían por grandísimo loco, y a Sancho por mentecato. Los hidalgos, le reprochaban el haberse puesto el "don" y caballero, sin que le correspondiese. Y con respecto a la valentía y hazañas, variaban los comentarios, unos que loco, otros valiente pero desgraciado, otros cortés pero impertinente, etc. DQ no le dio importancia a tales comentarios y le dijo a Sancho que todos los grandes hombres habían sido difamados, desde Julio César hasta Alejandro Magno. Y preguntó DQ, si había más. Sancho dijo que lo peor estaba por decir. Pero que traería a otra persona para que se las contara, porque otro día el hijo de Bartolomé Carrasco, Sansón, que viene de estudiar en Salamanca, le dijo que ya su nombre andaba en libros, con el título de "Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha", donde también aparecía Sancho, Dulcinea y varias aventuras vividas por ellos, y Sancho no podía entender cómo el historiador las habría conocido. DQ dijo que debía ser un sabio encantador autor de su historia. Y Sancho dijo que Sansón le reveló el nombre del autor, un tal Cide Hamete Berenjena! Nombre de moro, dijo DQ. Y Sancho dijo que iría en búsqueda de Sansón, para que él mismo contase los detalles.

(D.Q 2.2) #Cervantes2018


Día 57: Llegó Sancho a la casa de DQ con el joven bachiller Sansón Carrasco, quien se refirió a DQ en alabanzas por su fama y sus hazañas, plasmadas ya en libros. DQ le preguntó si era verdad que su historia había sido contada por un moro sabio. Sansón confirmó y añadió, que pensaba que debían estar impresos más de 12 mil libros, y distribuidas por Portugal, Barcelona y Valencia, y al parecer en Amberes también. DQ contento preguntó a Sansón cuáles aventuras suyas salían en el libro. Sansón mencionó la de los molinos, la de los batanes, la de los carneros confundidos con ejércitos, la del muerto que llevaban a Segovia, la libertad de los galeotes, que aventajada a las otras historias, los gigantes benitos y la del valeroso vizcaíno, hasta las cabriolas de Sancho en la manta. DQ se adelantó a decir que no hay historia humana en el mundo sin altibajos. Sansón mencionó que hay personas que dicen que al autor se le olvidó mencionar los infortunios de palos recibidos por DQ. DQ enseguida dijo que quizás lo callaron por equidad, pues hay acciones que no aportan mucho a la historia. Y así lo habían hecho anteriormente, porque no fue tan piadoso Eneas como Virgilio le pinta, ni tan prudente Ulises como le describe Homero. También discutieron y preguntaron sobre la descripción que hace el autor tanto de Sancho como de DQ. Toda esta parte es magistral porque es la teoría literaria en plena práctica y uso por medio de unos personajes. Y Sansón mencionó que Sancho no era muy crédulo al creerse lo de la ínsula. DQ dijo que aún tenían tiempo. También mencionaron la inclusión de la historia del Curioso impertinente, que no tenía que ver con la historia principal. Sansón también mencionó que la historia gusta a todos, a niños, adultos, mozos y viejos. Tan trillada y leída que apenas alguien ve a un rocín flaco, dicen: "Allí va Rocinante". (Esto fue real, y muestra el gran impacto que tuvo en España la primera parte del Quijote de 1605). 
DQ siguió mencionando la importancia de escribir historias, y para ello es menester un gran juicio y maduro entendimiento. Aunque algunos no lo hacen así sino que componen y arrojan libros como si fuesen buñuelos. "No hay libro tan malo que no tenga algo bueno", dijo Sansón. Sansón mencionó también que hay algunos detalles que no se mencionan, como el ladrón que hurtó a Sancho, y también se olvidó decir lo que hizo Sancho de aquellos 100 escudos de oro que encontró en la maleta en Sierra Morena, que nunca más se nombran. Sancho dijo que se tenía que ir donde su esposa, y luego regresaba a decirles lo que quisieren sobre la perdida de su jumento y el gasto de los 100 escudos. DQ invitó a Sansón a que lo acompañase a cenar y siguiese contando. Hasta que Sancho regresó a retomar la plática.

(D.Q 2.3) #Cervantes2018



Día 58: Regresó Sancho a donde DQ y Sansón, y les contó lo sucedido con su jumento y los 100 escudos. Con el jumento, dijo que fue hurtado tras la aventura de los galeotes y la del difunto de Segovia, que entraron a dormir entre una espesura, y al levantarse no lo encontró. Y días después habían visto con la princesa Micomicona a su asno hurtado y al vil Ginés de Pasamonte. Sansón le corrigió que eso no decía la historia, sino que antes de ser robado el jumento dice el autor que iba a caballo en el mismo rucio. Sancho dijo que el historiador se había equivocado o se había engañado o sería error del impresor (en este punto es bueno decir, que varios detalles de la novela de corrigieron o anotaron al pie de página en posteriores ediciones, porque no se sabe si quizás Cervantes las hizo a propósito). Y sobre los 100 escudos, Sancho confesó gastarlos con su esposa e hijos, y justificó su acción diciendo que si le pagaran por cada golpe recibido en la aventura, no alcanzarían ni 100 escudos. Sansón prometió que si veía al autor, recordarle lo dicho por el buen Sancho. Hablaron luego de la posibilidad de una 2da parte, y Sansón dice que si promete continuación, aunque dice que el autor aún no la ha hallado ni sabe quién la tiene. Sancho se adelantó a insinuar que continuarían sus aventuras, para que el autor moro no sólo componga 2da parte sino cientos. Antes de despedirse pidió DQ a Sansón que compusiese unos versos a su Dulcinea, donde en el principio de cada verso debería tener una letra de su nombre (un poema acróstico). Sansón dijo que él no era gran poeta, y aún así la composición sería difícil a causa del número de letras del nombre de Dulcinea (10-7) y si hacía 4 coplas octasílabas sobraría una letra y a distinta también. Pero que igual lo intentaría. Se despidieron y DQ le pidió al joven bachiller que mantuviese en secreto su salida, para que ni su ama, sobrina, cura y barbero se enterasen. Sansón pidió que le avisasen de sus aventuras. Sancho fue a poner orden lo necesario para partir.

(D.Q 2.4) #Cervantes2018


Día 59: Llegó Sancho feliz a su casa por la nueva aventura, y su mujer, Teresa Panza, lo interroga. En este capítulo es interesante porque inicia con una nota del traductor, donde dice que estuvo apunto de no incluir este capítulo en su traducción y dejarlo apócrifo, porque Sancho se expresa de otro estilo que no resulta creíble. Habla como DQ en un momento y se expresa con todo el lenguaje caballeresco. Se lo hace saber Teresa, quien dice que no lo entiende y que hablaba de tan rodeada manera. En ese lenguaje le dice que volverá a partir con DQ en una nueva aventura, donde espera conseguir otros 100 escudos y hasta más, hacerse gobernado de su ínsula. Teresa trata de ponerlo polo a tierra diciendo que están bien en su humildad. Y se reniega cuando Sancho propone casar a Mari Sancha con algún conde. En el discurso de Teresa prevalece la idea de que siempre que cambien abruptamente de vida, la gente los verá como lo que eran antes. Siguen discutiendo sobre el casamiento de Mari Sancha y el escalamiento social, Teresa como lo hace Sancho normalmente, hablando con varios refranes que refuerzan su idea. El nuevo léxico de Sancho incluso lo lleva a corregir la forma en que habla su mujer, corrigiendo cuando dice revuelto por resuelto. Al final le toca a Teresa aceptar todo lo que Sancho propone y se queda llorando. Aunque Sancho le dice que tratara de alargar el compromiso. Sancho vuelve donde DQ para partir.

(D.Q 2.5) #Cervantes2018


Día 60: Mientras Sancho se despedía de Teresa, DQ se enfrentaba a la negativa de su ama y su sobrina para que saliese a una nueva aventura. El ama le decía si no podía ser de esos caballeros que se quedan en casa o en la corte con su majestad sin los peligros de la aventura. DQ le respondió que no todos los caballeros podían ser cortesanos, ni todos los cortesanos caballeros pueden ni deben ser caballeros andantes. Y le explicó la diferencia de cada uno. Entró la sobrina y le dijo que todos esos cuentos eran mentira, y que todas merecían ser quemadas por infames y destructora de las buenas costumbres. DQ le dijo que si no fuese su sobrina, hija de su propia hermana, le daría un castigo ejemplar por las sandeces y blasfemias que decía. Y cómo era posible que una joven que sólo manejaba palillos para hacer encajes se atreva a censurar las historias de los caballeros andantes. Y le hizo una introducción sobre éstos. La sobrina le respondió que era absurdo y de grande ceguera que fuese por las calles creyéndose valiente, siendo viejo; que tiene fuerzas, estando enfermo, y que endereza tuertos, estando agobiado por la edad. Y sobre todo, que es caballero, no siéndolo, porque aunque lo podían ser los hidalgos, no lo eran los pobres. DQ escuchó atentamente a su sobrina, y dijo que tenía razón en parte, y siguió a darle un discurso sobre los linajes, y sus clasificaciones y excepciones. Finalizó diciendo que los hombres tienen varios caminos para ser ricos y honrados: el de las letras y las armas. Que él era de armas, y hasta nació bajo la influencia del planeta Marte (dios de la guerra), y hasta recitó un poema al final. La sobrina y el ama se lamentaban, y DQ les calmó. En ese momento tocaron la puerta. Era Sancho. El ama corrió a esconderse para no verlo, porque lo odiaba. Y al abrirle la sobrina, DQ lo recibió con un abrazo y se encerraron en su aposento a preparar todo.

(D.Q 2.6) #Cervantes2018


Día 61: Al verlos reunidos en su aposento a DQ y Sancho planeando la 3ra salida, el ama salió a buscar al joven Sansón Carrasco, reciente amigo, para que ayudase a persuadir a desistir del propósito. Él la acompañó gustoso. Mientras Sancho le contaba a DQ, que ya había hablado con su mujer, y hablaba con adornos y refranes populares, finalmente le dijo que no era tan ingenuo de esperar su ínsula, que al menos concretase un salario mensual a sus servicios como escudero. DQ decía que le ofrecería salario si lo hubiese visto en los libros, pero nunca se menciona, sino que en la aventura, con las ganancias de ella, se ofrecía al escudero parte de la ganancia, ínsula o algún equivalente. Así que si quería volver a acompañarlo y servirle, bien podría, pero que dijese a Teresa que seguía siendo la misma condición. Y si decidiera no venir, no habría problema porque no faltarán otros escuderos más obedientes. A Sancho se le cayó el corazón al escuchar que DQ saldría igual sin él. Y en ese momento llegó Sansón, que contrario a lo que prometió a la ama, animó a DQ a salir a su aventura sin contratiempos. La ama enojada lo insultó y arañó. Hasta se ofreció de servirle de escudero. DQ le restregó a Sancho el ofrecimiento del joven. Y Sancho dijo que él sí quería ir, si mencionó el pago fue por presión de Teresa. Sansón estaba admirado escuchando la charla entre DQ y Sancho, que reflejaba perfectamente lo que había leído en la historia. DQ y Sancho se abrazaron y quedaron de amigos nuevamente. Duraron 3 días para salir, en que convencieron a sus familias con ayuda de Sansón, quien les acompañó en el inicio del trayecto. DQ sobre Rocinante y Sancho sobre su antiguo rucio. Llevaban alforjas, provisiones y dinero. Sansón pidió que le avisasen de su buena o mala suerte. Salieron hacia la ciudad del Toboso.

(D.Q 2.7) #Cervantes2018


Día 62: Iban DQ y Sancho camino a Toboso. "¡Bendito sea el poderoso Alá!", dice el narrador Hamete Benengeli, celebrando el inicio de la aventura. DQ estaba emocionado de ir a ver a Dulcinea, mientras Sancho estaba asustado, porque como se sabe, mintió cuando dijo que le había llevado su carta. Por lo que le dijo a DQ, que era corto de memoria y no recordaba la morada de Dulcinea. DQ dijo que no importaba. Recordaron lo que Sansón les contó sobre su historia en el libro, e iniciaron una interesante charla sobre el tema de la Fama. Realizan un recorrido histórico, DQ iniciando con un cuento sobre un poeta de esos tiempos que hizo una maliciosa sátira sobre las damas cortesanas, y no nombró en ella a una, porque dudaba si lo era o no. La dama mencionada al no verse en la lista, se quejó con el poeta. El poeta corrigió y la incluyó, y ella quedó feliz, por verse con fama, aunque infame. Y siguió el recorrido por la fama, desde los dioses mitológicos, hasta los emperadores de Roma, y el mismo Hernán Cortés en su expedición al Nuevo Mundo. Diciendo que todas esas hazañas fueron obras de la fama. Y recordó a Sancho la importancia de sus obras. Sancho preguntó que ahora mismo donde estaban esos Julios o Agostos, caballeros hazañosos y famosos, que ya estaban muerto. DQ respondió, recordando a #Dante2018 la clasificación del universo del florentino. Sancho siguió en la discusión con DQ sobre la fama y los personajes famosos y la muerte. Se sigue notando la mejoría en el habla de Sancho, aunque él siempre ha comprendido a DQ, y hasta es capaz por eso de bufarse de su discurso, se nota que se ha apropiado del léxico, y ahora la discusiones entre los dos son muy medidas e igualadas. Sancho finalizó diciendo que han de ser santos para alcanzar más fácilmente la fama. Recordando que hace poco a beatificaron a dos frailes descalzos, ceñidos con cadenas de hierro, que la gente ahora besaba para recibir buena ventura. Por lo que valía más ser humilde frailecito, que valiente y andante caballero. DQ dijo que no todos podían ser frailes, y que caballeros santos hay en gloria. Sancho dijo había oído decir que hay más frailes en el cielo que caballeros andantes. DQ dijo que porque era mayor el número de religiosos. Siguieron en la discusión esa noche y el día siguiente, hasta que llegaron a Toboso y entraron.

(D.Q 2.8) #Cervantes2018


Día 63: Llegando a Toboso, DQ pidió a Sancho que guiara hacia el castillo de Dulcinea. Sancho dijo que cuál castillo, si él recordaba una pequeña casa. DQ pensó que debía ser un pequeño apartamento del palacio. Buscaron casa por casa, y dieron con una iglesia. Sancho dice que si mal no recuerda, la casa de la señora queda en una callejuela sin salida. DQ se enojó y exigió a Sancho hablar con respeto de las cosas de su señora. Sancho dijo que cómo podría hallar la casa él, al haberla visto sólo una vez, y no DQ, que seguramente la habrá visto muchas veces. DQ enojado le dijo que si acaso él no había escuchado que él tampoco nunca había visto a Dulcinea, sino que su amor era de oídas y de la gran fama de su hermosura. Sancho entonces aprovechó a decir que él tampoco la había visto. DQ alarmado le cuestionó por la carta de respuesta que le llevó, y Sancho respondió que esa visita había sido también de oídas. DQ confundido por la respuesta de Sancho, lo reprendió. En medio de la discusión vieron pasar a un mozo, cantando una canción de novela, a quien preguntaron por el palacio de Dulcinea. El mozo dijo que no la conocía, ni princesa alguna, pero que en alguna de esas casas seguro habría alguna. Y recomendó que preguntaran al cura y el Sacristán del lugar, que vivían en casa cercana. Sancho propuso a DQ, como era tan tarde ya, que salieran afuera de la ciudad, y el volvería temprano a preguntar al cura y el Sacristán, y hablaría a la doncella. DQ aceptó.

(D.Q 2.9) #Cervantes2018


Día 64: Fue Sancho nuevamente a Toboso a buscar a Dulcinea. Al ver que DQ ya no lo veía se detuvo a pensar sobre lo que haría. Mientras se decidía, vio venir desde Toboso a 3 labradoras. Al verlas, Sancho se devolvió donde DQ, y le dijo que montara a Rocinante, porque ya venía en camino Dulcinea con otras dos doncellas a su encuentro. DQ se sorprendió y se apresuró a ver, pero sólo vio a 3 labradoras. Sancho aún más impresionado por la vista selectiva de su amo, trató de convencerlo de que eran doncellas finísimas. Pero DQ se negaba. Cuando ya estaban cerca Sancho salió a recibirlas como reinas, y presentando a su amo con sus títulos. Una de las mujeres dijo que se quitaran del camino porque tenían prisa. Sancho se refería a ellas como princesas y hablando como DQ, las alababa. Las mujeres ofendidas de que se estuviesen burlando de ellas tales señoritos. DQ ordenó a Sancho levantarse del suelo, y empezó a referirse a una de las labradoras, como Dulcinea vestida de harapos. Las mujeres echaron a correr sobre sus yeguas. DQ culpó a los encantadores que venían siguiendo su aventura en transformar a su Dulcinea en aquella fea aldeana. Y se lamentó profundamente de su Dulcinea encantada e irreconocible. Finalmente siguieron el camino a Zaragoza. Curioso que DQ ve las cosas como realmente son.

(D.Q 2.10) #Cervantes2018


Día 65: Excelente capítulo, donde DQ y Sancho se encuentran de cara al mismísimo Teatro andante: Las Cortes de la Muerte. Todo el teatro que hemos visto en capítulos anteriores de la 1ra parte, acá tiene un significado especial. Porque representa la misma idea de DQ, que era un amante al teatro, y su tan discutida locura, al final no es más que una representación y papel consciente de un buen actor en escena. Adelantándose al método Stanislavski. En el capítulo, va DQ triste por el embrujo a Dulcinea y Sancho lo anima a seguir buscando aventuras. De repente ven llegar una carreta con diversos y extraños personajes. Guiando la carreta un feo demonio, la misma muerte iba adentro, Cupido y muchos más. DQ se adelantó y preguntó quienes eran, y el demonio respondió que la compañía Angulo el Malo, una compañía de teatro. DQ les deseó buen camino. Uno de los teatreros empezó a hacer un show, que asustó a Rocinante y tiró a DQ al piso. Cuando Sancho fue a ayudarle, uno de los teatreros aprovechó a tomar su rucio. DQ dijo que lo recuperaría, pero Sancho lo detuvo, diciendo que ya volvía el rucio. Aún así DQ se sentía ultrajado y decidió atacar a la compañía. Cuando lo veían llegar de lejos, los teatreros disfrazados se bajaron y tomaron piedras, dispuestos a atacar. En este punto, me gustaría decir que es una de las imágenes más bellas y potentes del Quijote, tan bien descrita, pero puedo verla en mi mente, y lo que veo me asombra. Al final DQ se detine y reflexiona un poco antes de seguir, pero es Sancho quien lo convence de no hacer nada, ya que ellos son farsantes, no son contrincantes verdaderos, y que mejor fueran a buscar mejores aventuras. DQ lo vio razonable y aceptó. Los teatreros siguieron su camino en paz.

(D.Q 2.11) #Cervantes2018


Día 66: Pasaron DQ y Sancho la noche, tras el encuentro con los teatreros, descansando bajo unos árboles altos. Hablando de las aventuras, del teatro y la comedia. DQ diciendo a Sancho que le gustaba la comedia y le tuviese respeto a ella y los actores: "Todos son instrumentos de hacer un gran bien a la república, poniéndonos un espejo a casa paso delante, donde se ven al vivo las acciones de la vida humana, y ninguna comparación hay que más al vivo nos represente lo que somos y lo que habemos de ser como la comedia y los comediantes". En esas y otras pláticas transcurrió la noche, y el autor compara la amistad de DQ y Sancho con la de Rocinante y Rucio, que también habían alcanzado gran afecto. Al casi quedarse dormidos, escucharon un ruido, un caballero cerca de ellos, se tumbaba al suelo y con su instrumento se preparaba para cantar una canción. El Caballero del Bosque, sintió el cuchicheo y ordenó a los intrusos que se mostraran. DQ y Sancho se presentaron, y se reconocieron entre sí los dos caballeros andantes. El Caballero del Bosque cantaba a su amor, como todos los caballeros andantes enamorados. Y empezaron a hablar. El Caballero del Bosque se sorprendió que el escudero se atraviese a hablar donde hablaba su señor. Entonces el otro escudero se llevó a Sancho a hablar a otro lado, y dejaron a sus señores hablando y discutiendo entre ellos.

(D.Q 2.12) #Cervantes2018


Día 67: Los dos escuderos se apartaron para comer y hablar lejos de sus amos. Hablaron sobre las penurias de los escuderos, sobre las comidas, las promesas de ínsula, sobre sus caballos y sus familias. En este punto, el escudero del caballero del bosque preguntó a Sancho sobre su mujer y su edad, Sancho respondió que 15 años, dos más a menos. El del Bosque soltó alabando la tierna edad: "Oh hideputa, puta y qué rejo debe tener la bellaca!". Sancho indignado ordenó no soltar puterías encima a su mujer e hijos. El del Bosque explicó que era un decir, una forma de hablar del vulgo, y se le hizo raro que Sancho no entendiese. Pero por poco tiempo, mientras iban tomando más vino, Sancho se fue soltando, y se fue olvidado del lenguaje caballeresco y volvió a su lenguaje habitual, soltando puterías al tiempo. Al hablar sobre los enamoramientos de sus amos, y sus características, Sancho confesó que su amo no era bellaco pero tenía un alma como un cántaro, que no hacía mal a nadie, sino pretendía el bien a todos, ni tenía malicia alguna, y hasta un niño le haría entender que es de noche en la mitad del día, y por todo eso le quería con todo su corazón y no se atrevía a abandonarle. Después de terminar su productiva charla volvieron a donde sus amos.

(D.Q 2.13) #Cervantes2018


Día 68: Estaban DQ y el Caballero del Bosque hablando sobre sus doncellas y aventuras, cuando de repente del caballero del Bosque dice que su triunfo más preciado fue el que tuvo contra Don Quijote de la Mancha, haciéndole confesar que su Casildea era más hermosa que Dulcinea. DQ se aguantó a que terminara de hablar para decirle que era un vil mentiroso. Y se reveló como el verdadero caballero de la triste figura. El caballero le dio datos personales de DQ, para convencerle. Y DQ cayó en cuenta de que quizás los magos que le atomentaban habían tomado su figura y manchado su nombre. Por eso, los caballeros conciliaron en tener una nueva batalla al amanecer. Fueron a buscar a sus respectivos escuderos. Al amanecer la armadura del caballero del Bosque quedó al descubierta, por lo que pasa a llamarse el Caballero de los Espejos. Apunto de chocar, advierten que el perdedor quedará a merced del otro. Sancho pide a DQ que antes lo ayude a subir sobre un alcornoque para ver mejor. DQ lo hace, sabiendo que es para alejarse de la situación. El caballero de los espejos ya había partido al ataque y tuvo que detenerse al ver a DQ ocupado con Sancho. DQ aprovechó y sin esperar orden fue al ataque de su adversario, quedando postrado en el piso. DQ fue a revisar si estaba muerto y le descubrió la armadura, y quedó sorprendido al ver que el Caballero de los Espejos era igual a él bachiller Sansón Carrasco, y llamó a Sancho para que lo viera, pensando que tenía que ver con los encantadores que lo perseguían. Llegó el escudero en su ayuda, y también se reveló como Tomé Cecial, amigo y vecino de Sancho, quien pidió perdón al atrevido y mal aconsejado bachiller. DQ lo amenazó antes, ordenando que confesase que Dulcinea era más bella que Casildea, y que fuera a Toboso a ponerse a la orden de su dama, y que rectificara que nunca lo había vencido. Simón Carrasco repitió y aceptó todas las peticiones. Lo ayudaron a levantar. DQ y Sancho partieron bajo el engaño de que los encantadores hicieron la magia, y siguieron a Zaragoza. En el próximo capítulo se cuenta más sobre el de los Espejos.

(D.Q 2.14) #Cervantes2018


Día 69: En este capítulo, el autor nos cuenta cómo se convirtió el bachiller Sansón Carrasco en el Caballero de los Espejos. Y retrocedemos cuando Sansón fue a animar a DQ que volviese a salir en una nueva aventura. Antes de eso, el bachiller había sido contactado por el cura y el cabrero para que lo animase a salir, y un vez salido, equiparon a Sansón con los trajes de caballero y dieron de escudero a un vecino de Sancho, a quien le pusieron nariz falsa para que no lo reconociese. La idea era que Sansón batallase con DQ y acordasen que el perdedor sería sometido por el otro. Como Sansón era más joven, se supone que ganaría y ordenase a DQ devolverse y quedarse en su casa por dos años. Aunque todo no salió de buena forma según los planes. Y DQ seguía su camino, ahora con más confianza por su victoria. El bachiller Sansón, dolido hasta los huesos juró venganza contra DQ. Y dijo sobre DQ y Sancho: "La diferencia que hay entre esos dos locos es que el que lo es por fuerza lo será siempre, y el que lo es de agrado lo dejará de ser cuando quisiere". El autor advierte que Sansón regresará a su momento, y mientras disfrutemos la victoria de DQ.

(D.Q 2.15) #Cervantes2018


Día 70: Iban DQ y Sancho celebrando la victoria, y planteando hipótesis sobre el accionar del bachiller Sansón Carrasco, si él le tenía estima. Al final le concedió la culpa a los artificios de los magos malignos que lo seguían. De repente detrás de ellos los alcanzó un hombre que venía sobre una yegua, vestido de un gabán de paño fino verde. DQ le invitó a que los acompañara en el camino. El de gabán verde se quedó detallando a DQ y su figura, y al verlo DQ decidió presentarse voluntariamente ante el caballero, y le hizo un pequeño resumen de su aventura y su misión como caballero andante. El de gabán verde agradeció la presentación y se preguntó cómo existían aún los caballeros andantes, y también dudó de la veracidad de las historias de caballería. Pero DQ le preguntó sobre su identidad. El de gabán verde le explicó que era un hidalgo natural y acomodado, llamado Diego de Miranda, que pasaba la vida con su mujer e hijos, llevando una vida normal. En este punto se hace un contraste con la vida de hidalgo del de gabán verde y la de DQ, que eligió una forma de vida distinta. DQ siguió preguntándole sobre su familia e hijos, y el de gabán verde contó sobre sus hijos, y la leve decepción de que su pequeño hijo se decantara por las letras latina y griega y la poesía, y no por las leyes o la teología. De respuesta DQ da otro de sus magistrales discurso sobre la labor del padre y los hijos:
"Los hijos, señor, son pedazos de las entrañas de sus padres, y, así, se han de querer, o buenos o malos que sean, como se quieren las almas que nos dan la vida. (...) la poesía, señor hidalgo, a mi parecer es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias. (...) Ella está hecha de una alquimia de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá e oro purísimo de inestimable precio; hala de tener el que la tuviere a raya, no dejándola correr en torpes sátiras ni en desalmados sonetos; no ha de ser vendible en ninguna manera, si ya no fuere en poemas heroicos, en lamentables tragedias o en comedias alegres y artificiosas; no se ha de dejar tratar de los truhanes, ni del ignorante vulgo, incapaz de conocer ni estimar los tesoros que en ella se encierran".
Sigue su estupenda disertación, donde además habla de la naturaleza de los poetas, que ellos nacen del vientre de la madre. El Caballero de Verde Gabán quedó admirado por el discurso de DQ, y de repente vieron un carro lleno de banderas reales. DQ llamó a Sancho, que preparara su caballo, porque se avistaba una nueva aventura.

(D.Q 2.16) #Cervantes2018


Día 71: DQ se preparaba para el ataque, y el caballero de Verde Gabán le decía que eso era sólo un carruaje con la bandera real, indicando que era propiedad del rey. Pero DQ no escuchó, decía que era una gran aventura. Después de un problema con el yelmo, que al ponérselo le cayó comida en la cabeza, DQ se acercó al carretero, quien le dijo que llevaba dos bravos leones que el general Orán enviaba al rey, diciendo que eran una pareja y estaban hambrientos por lo que no podía distraerse. DQ se emocionó y dijo: "Leoncitos a mí?", y ordenó que le abriera las jaulas para enfrentar a las bestias. Sancho se alarmó y el caballero de Verde Gabán dijo que trataría de convencerlo de semejante atrevimiento, más no locura. DQ seguía firme en su empresa, a pesar de los ruegos de Sancho, el caballero y el mismo carretero. Al abrir la jaula finalmente, salió el imponente león con una calma imperturbable, se desperezó y volvió a entrar tranquilamente a su jaula. DQ presionó de que golpeara con un palo la jaula para que salieran feroces, a lo que el carretero se negó rotundamente. DQ aceptó que cerrase la jaula y que fuese testigo de su hazaña, que al abrir la jaula esperó al león que nunca salió. DQ hizo seña a Sancho y el caballero que estaban huyendo, y éstos se sorprendieron de la aparente victoria. DQ mandó a Sancho que diera 2 escudos de oro al carretero por haberle hecho esperar, y éste a la vez exageró la hazaña de DQ con los leones. Siguieron sus caminos, y el de Verde Gabán iba acompañando a DQ y Sancho, pensando en que se trataba de un cuerdo loco. Viendo que el caballero lo analizaba, DQ empezó a hablarle sobre los caballeros andantes y su aparente locura. El caballero dijo que lo entendía y dijo que dieran prisa para llegar a su aldea. Y llegaron a la aldea y la casa del Caballero de Verde Gabán.

(D.Q 2.17) #Cervantes2018


Día 72: Llegando a la casa de Don Diego, el caballero de Verde Gabán, éste presentó a su esposa e hijos, entre ellos el joven poeta. El narrador dice que en esta parte el autor describe la casa de Don Diego, que era la casa de un caballero labrado y rico, pero el traductor de esta historia pasa estas descripciones en silencio porque no venían bien con el propósito de la historia. Mientras esperaban la mesa, fue Lorenzo, el hijo poeta a entretener a DQ, y preguntó a su papá detalles. Don Diego le dijo que lo probara de forma discreta, aunque el lo tenía por más loco que cuerdo. DQ le dijo al joven que su padre le dijo que era un gran poeta. El joven dijo que poeta si, más no grande aún. DQ dijo que no había problema porque no hay poeta que no sea arrogante y piense de sí que es el mayor poeta del mundo. El joven Lorenzo pensó que por ahora no podía considerarle loco, más bien lúcido. Lorenzo ahora siguió preguntando y probando a DQ, y le preguntó sobre las ciencias estudiadas en la escuela. DQ respondió que la ciencia de la caballería andante. Lorenzo se mostró confundido sobre esa ciencia y DQ se la explicó detalladamente de forma muy lúcida, diciendo todo lo que se necesitaba para serlo, desde jurisperito, teólogo, médico y herbolario especialmente, astrólogo, matemático, también ha de saber de caballos, casto, fiel y mantenedor de la verdad. Lorenzo quedó impresionado porque esa ciencia de aventajaba de todas, aunque dudaba que existiesen. Terminó pensando que DQ era loco curioso. Así terminaron y los llamaron a la mesa. DQ insistió en la mesa que el joven Lorenzo dijese sus versos, y el joven declamó. Al terminar DQ alabó el poema del joven con entusiasmo, y quiso ponerlo a prueba, pidiendo si podía complacerlos con versos mayores. Lorenzo prosiguió con un soneto, al que DQ alabó igualmente. Estuvo 4 días DQ en la casa de Don Diego hasta que vio tiempo de partir, porque los caballeros no pueden dedicar mucho tiempo al ocio, sino buscar nuevas aventuras. Don Diego y Lorenzo lo despidieron con afecto, Sancho triste por dejar la abundancia de la casa. Al final DQ dio últimos consejos a Lorenzo, y material final para que juzgaran su juicio. Padre e hijo quedaron admirados por la lucidez de DQ.

(D.Q 2.18) #Cervantes2018


Día 73: En el camino se encontraron DQ y Sancho con dos clérigos o estudiantes y con dos labradores sobre 4 asnos. Los 4 jóvenes se sorprendieron de la vestimenta de DQ y se vieron interesados en saber más de él. DQ los saludó y pidió que bajaran el ritmo para acompañarlos y pudiesen ir hablando. DQ se presentó con su profesión, nombres y apelativos. Los jóvenes entendieron la locura de DQ pero a la vez lo miraban con admiración y respeto. Los jóvenes propusieron a DQ, si buscaban aventuras, que fueran con ellos y fuese testigo de una de las mejores y más ricas bodas que se ha celebrado en la Mancha. DQ preguntó si eran príncipes, y los jóvenes dijeron que eran dos labradores de ricas familias. Y contaron la historia de Quiteria, Basilio y Camacho. Basilio era un joven humilde que desde pequeño estuvo enamorado de Quiteria, la labradora, pero el padre de la doncella se opuso a esa relación y decidió casarla con el rico Camacho. DQ y Sancho hablaron sobre la naturaleza del matrimonio arreglado y su tradición e historia. Y uno de los jóvenes dijo que desde entonces Basilio era un fantasma miserable, y que cuando Quiteria dé el sí, sería su sentencia de muerte. Sancho y DQ iniciaron una discusión sobre el caso, y DQ terminó corrigiendo la forma de hablar de Sancho, a lo que éste alegó que no era ningún estudiado y podía equivocarse. Los jóvenes participaron en la discusión dando sus argumentos, y se enfrascó una discusión entre el bachiller estudiante y el licenciado, hasta retarse a un duelo de espadas y esgrima. A lo cual DQ pidió ser el árbitro. En el emocionante duelo, el licenciado venció al bachiller. Sancho aconsejó al bachiller que la próxima no desafiase a nadie a la esgrima sino a los golpes, que por su juventud llevaría ventaja. Corchuelo, como se llamaba el bachiller se levantó y abrazó con el licenciado, quedando más amigos. Y siguieron a la gran boda.

(D.Q 2.19) #Cervantes2018


Día 74: DQ despierta a Sancho con unos versos, que Sancho ignora. A lo que DQ le dice que se apure para ver la esperada boda y ver lo que hace el desdeñado Basilio. Fueron llegando y quedaron admirados de lo ostentosa de la boda de Camacho, pasando la vista y descripciones por todos los platos y adornos. El cocinero los invitó a comer, beber y disfrutar. Siguió el baile, música y canto. Hasta una representación teatral musical con Cupido y las ninfas del amor de protagonistas. DQ y Sancho disfrutaban de todas las atenciones e indagaban sobre Camacho y Basilio. Y siguieron discutiendo mientras iban al tiempo comiendo y bebiendo.

(D.Q 2.20) #Cervantes2018


Día 75: De repente, en medio de la suntuosa boda, escucharon llegar a la novia, y Sancho describe con detalle todos los detalles que ella lleva. La hermosa Quiteria llegaba y escucharon unos gritos a sus espaldas. Era Basilio, quien rogó a Quiteria que desistiese de casarse con Camacho. Viendo que sus ruegos no surtían efecto, sacó una daga y se la clavó hasta quedar tendido. Y estando agonizante, pidió a Quiteria que fuese su esposa; mientras el cura insistía en confesarlo. DQ manifestó que la petición de Basilio era justa, y que el señor Camacho quedaría honrado de desposar a la viuda del valeroso Basilio. Todos los asistentes a la boda también le pedían a Quoteria aceptar. Ésta se mostraba indecisa, y Camacho observaba en silencio. Quiteria finalmente se acercó a Basilio ofreciendo su mano, pero ya al pobre Basilio no le quedaban fuerzas, pero alcanzó a decir que aceptaba y se entregaba como esposo. Y Quiteria que ella se entregaba honestamente como su esposa. Sancho dijo que estaba hablando mucho el herido, y que atendiese pronto a su alma. De repente, Basilio se levanta y saca un cañón hueco escondido en su pecho. Todos dijeron: Milagro, milagro. Y Basilio dijo: ¡No milagro, milagro, sino industria, industria! Los había engañado a todos. Camacho ofendido junto con sus hombres atacaron a Basilio, quien tenía otros a su defensa también armados. DQ se puso del lado de Basilio, y poniendo orden a los presentes dijo que el amor y la guerra eran la misma cosa, y a veces se usaba la estrategia y engaños. Basilio y Quiteria se pertenecían y quien no estuviese de acuerdo tendría que pasar por su lanza. Todos quedaron sorprendidos. Camacho finalmente decidió aceptar la situación y desistir de Quiteria. Ordenó que la fiesta siguiera, para demostrar que no guardaba rencor. Basilio, su esposa y su gente no aceptó la oferta y partieron a su aldea. Se llevaron a DQ con ellos, y Sancho triste y desahuciado de abandonar la boda también los siguió.

(D.Q 2.21) #Cervantes2018


Día 76: La pareja agradeció a DQ por su defensa y lo llenaron de agasajos y cumplidos. DQ dio consejos a Basilio para tener en cuenta de ahora en adelante en su matrimonio, sobre la pobreza y el amor, sobre la fama y la hacienda, entre otros temas. Sancho murmuraba que su amo sabía de todo, y ojalá hubiese escuchado sus sabio consejos antes de casarse. "¿Tan mala es tu Teresa, Sancho?", le preguntó DQ. Y Sancho dijo que no tanto pero no tan buena como quisiera. DQ lo recriminó por hablar mal de su esposa. Tres días estuvieron con los novios, hasta que DQ pidió a uno de los licenciados que los acompañaban, que le encaminase a la cueva de Montesinos, para comprobar las maravillas que se decía tenía. El licenciado le dijo que lo acompañaría un primo suyo, amante de los libros de caballería, que lo guiaría con gusto. Llegó el primo y partieron DQ y Sancho con él, con provisiones y se despidieron de todos. En el camino, DQ iba preguntando al primo sobre sus preferencias en los libros y sobre sus estudios. El primo contestó que su profesión era ser humanista, y entre los libros de su preferencia mencionó Las metamorfosis de Ovidio, Suplemento a Virgilio Polidoro, que trata de la invención de las cosas, entre otros. Y siguieron hablando en el camino hasta llegar a la cueva de Montesinos.

(D.Q 2.22) #Cervantes2018


Día 77: DQ describe en detalle todo lo visto en la cueva de Montesinos, luego de sumergirse hasta el fondo, y salir nuevamente. Prácticamente la narración pasa a la primera persona de DQ, quien como si nos contara un relato y de lo que vio, se dirige al lector (y a Sancho y el primo), recordando cada detalle (y claramente como parte de un sueño profundo que da rienda suela a su imaginación): Desde el palacio, el prado, hasta el encuentro con el mismo Montesinos (personaje del Romancero y épica castellana). En su relato cuenta la historia y el drama de Montesinos y su primo Durandarte, con personajes como el mago Merlín, Belerma, y el mismo DQ dentro de la mitología montesina. En las interrupciones que Sancho y el primo hicieron a la narración, preguntaron que no se imaginaban como en tan poco tiempo pudo ver tantas cosas. DQ preguntó el tiempo que demoró abajo en la cueva, y le respondieron que poco más de 1 hora. Y DQ alarmado dijo que era imposible, porque abajo anocheció y amaneció 3 veces, por lo que él contaba 3 días en la cueva. Sancho pensó que quizás por el encantamiento que le perseguía hacía percibir distinto el tiempo. El primo acusó a DQ de mentiroso, Sancho salió en su defensa diciendo que él no creía que su señor mintiese. "Si no, ¿qué crees?", le preguntó DQ a Sancho. Sancho echó la culpa a Merlín el mago por los encantamientos. DQ siguió diciendo que incluso vio a su bella Dulcinea, con las otras dos doncellas con quien la vieron en Toboso. Acá Sancho se convenció de la locura y mentira de su señor, porque él se había inventado que esa señora era Dulcinea. DQ al verlos incrédulos, dijo que les contaría varias cosas vistas en la cueva que los convencería de su veracidad.

(D.Q 2.23) #Cervantes2018


Día 78: Cervantes vuelve a meter a su narrador, el traductor escribió que el primer autor, Cide Hamete Benengeli, escribió en los márgenes de este capítulo de las cuevas de Montesinos unos comentarios al respecto, diciendo que no podía creer todo lo que le había pasado a DQ, y se dirige al lector directamente diciendo que le corresponde juzgar y creer lo que le parezca; y además menciona que al momento de su muerte dicen que se retractó de haberla escrito y confesó haberla inventado por parecerle convenía y cuadraba con las aventuras de sus libros. Retoma la narración con Sancho y el primo impresionados e incrédulos con la historia de DQ. Sancho en apoyo agradeció a su amo por la historia, por conocerlo, por conocer lo que había al interior de la cueva, que le serviría para el "Ovidio español" que traía entre manos (otra nueva referencia a Ovidio), y también menciona otro libro entre manos 'Suplemento de Virgilio Polidoro en la invención de las antigüedades". Al final fueron a buscar sitio para pasar la noche, y el primo recomendó una ermita cercana donde vivía un ermitaño que fue soldado. En el camino a la ermita se encontraron a un hombre que cargaba armas, lanzas y alabardas. DQ le preguntó inmediatamente a donde iba, y les respondió que tenía prisa pero si querían saber fueran a la venta que estaba más arriba de la ermita. Llegaron a la ermita a recoger vino pero no había nadie, así que siguieron a la venta. El mozo que llevaba las armas dijo en el camino que iba a la guerra. DQ siguió interrogado al mozo, interesado en su campaña. Y luego DQ y Cervantes a la vez, da un nuevo discurso anti bélico, sobre la guerra y su naturaleza, la Fama y los hombres de la guerra. Invitó al mozo a cenar en la venta antes de partir el día siguiente. Luego del discurso, el autor pone que "dicen que Sancho dijo" que ¿cómo era posible que un hombre que sabe tanto del mundo y cosas buenas, diga que ha visto los disparates de la cueva de Montesinos? Llegaron a la venta, y Sancho contento de que DQ viera la venta como venta y no como castillo.

(D.Q 2.24) #Cervantes2018


Día 79: Encontraron al mozo en la venta y DQ pidió que le contara lo que le prometió. El mozo pidió ayuda para sus labores con su caballo, y luego todos se sentaron prestos a escucharlo: el primo, el paje, Sancho y el ventero... nuevamente la venta sirve como espacio para narrar historias. El mozo les contó la historia de los dos alcaldes. Al final de la historia, interrumpieron nuevos inquilinos, presentándose como el mono adivino y el retablo de la libertad de Melisendra (teatrillo con marionetas). El ventero lo recibió afectuosamente, y lo llamó don Pedro. DQ preguntó sobre quién era ese Don Pedro, y qué retablo y mono traía. El ventero le dijo que era un famoso titiritero, con un mono curioso que le dice al oído las respuestas a todas las preguntas. Al ver Don Pedro a DQ se postró a su pies, llamándolo por su nombre y su profesión de caballero andante; también reconoció a Sancho, diciendo que era el mejor escudero del mundo. Todo al parecer por obra y gracia del mono. DQ y Sancho dudaban del mono adivino y discutían sobre su naturaleza. Sancho propuso preguntar al mono sobre lo vivido por DQ en la cueva de Montesinos. El mono dice que parte eran ciertas y parte de las vivencias en la cueva, falsas. Y luego Don Pedro se preparó para contar más historias.

(D.Q 2.25) #Cervantes2018


Día 80: Sigue la aventura con el titiritero. Se cuenta parte de la historia de "El retablo de Melisendra", recordando que el retablo era un teatrillo portátil para marionetas y otros títeres. Y Melisendra fue hija de Carlomagno, protagonista de un romance en el que se cuenta cómo la rescata su marido, don Gaiferos, de la prisión donde la retiene Almanzor. DQ se alarma e interrumpe la narración, al escuchar que se está ultrajando al caballero de la historia, atrevido y enamorado, don Gaiferos; y empieza a atacar con su espada a la titiritera, derribando a unos y descabezando a otros, y acabando con el retablo en el piso. El maese Pedro, triste por perder a su mono y ahora a su retablo de títeres. Sancho lo consoló diciendo que apenas DQ vea el daño que le hizo, lo recompensaría. DQ vuelve a echar la culpa a los encantadores que le perseguían, diciendo que tomaron la forma de esas figuras titiriteras, pero prometió pagar el daño. Pedro iba revisando con DQ los personajes del retablo y el daño a cada uno, e iba poniendo precio a cada uno, envolviendo a DQ con la historia de cada uno. Terminaron en 40 reales y 3 cuartillos, y pidió 2 más por el mono. Todos terminaron en paz y cenaron juntos. Al día siguiente se despidieron.

(D.Q 2.26) #Cervantes2018


Día 81: Cervantes vuelve a jugar con los narradores y sus personalidades y creencias... diciendo que Cide Hamete inició el capítulo diciendo: "Juro como católico cristiano...". Y el traductor corrige enseguida, porque Hamete era moro. Y el narrador nos recuerda un personaje de la primera parte del libro, Ginés de Pasamonte, uno de lo galeotes liberados por DQ, y que les robó posteriormente. Ginés, escapando de la justicia, se fue a Aragón, se cubrió el ojo izquierdo, se hizo titiritero y se compró un mono. Este recuerdo para decirnos que el Maese Pedro era el mismo Ginés. Y pasa inmediatamente a DQ y Sancho, quienes siguieron su camino, luego de pagar destrozos a Pedro y al ventero. Iban en el tranquilo camino hasta que escucharon un gran rumor; DQ subió la loma y vio más de 200 hombres armados. DQ revisó las banderas e insignias, y pensó que debían ser del pueblo del rebuzno. DQ llegó ante ellos y se presentó, ofreció sus servicios y se solidarizó con la causa de su guerra contra sus enemigos, y dio un largo sermón e ilustración sobre su estado y patria del rebuzno, que volvió a sorprender a Sancho. Sancho aprovechó la pausa de su amo y siguió la presentación de DQ, que se llamó "Caballero de la Triste Figura" y ahora se llamaba "Caballero de los Leones", y siguió echando flores a su amo, y al final dio una muestra de lo bien que rebuznaba. Pero uno de los soldados viéndolo como ofensa, sacó su lanza y golpeó en la cabeza a Sancho, quien cayó al piso. DQ intentó atacar al atrevido, pero varios se interpusieron. Y al ver que le llovían piedras decidió huir con Rocinante. Los del escuadrón lo dejaron ir y montaron a Sancho sobre su jumento y le dejaron ir tras su amo. Los del escuadrón estuvieron toda la noche y como el enemigo no atacó, se volvieron felices a su pueblo.

(D.Q 2.27) #Cervantes2018


Día 82: DQ esperó a Sancho, que venía vapuleado sobre rucio. Al llegar donde su amo cayó a los pies de Rocinante. DQ aprovechó para regañarlo por rebuznar y ofender a los soldados del rebuzno. Sancho dijo que no estaba para discutir, que mejor se alejaran de ese lugar, que él callaría sus rebuznos, pero no en dejar de decir que los caballeros andantes huían y dejaban a sus escuderos molidos y en poder del enemigo. "No huye el que se retira", dijo DQ, y defendió no actuar con temeridad. Ayudó a Sancho a subir a su rucio y partieron. Sancho en el camino iba adolorido y de vez en cuando se quejaba del dolor. DQ dijo una obviedad, que debía de ser por los palos recibidos, lo que desencadenó la furia de Sancho que arremetió contra DQ nuevamente, por haberlo dejado abandonado, y al final con lenguaje caballeresco presenta una diatriba contra los caballeros andantes. DQ dijo que si gritaba tanto era porque se sentía mejor, así que le dejaba seguir diciendo impertinencias, y le dijo que si quería regresarse, bien podía hacerlo, ya que tenía su dinero, de donde se pagaba él mismo. Discutieron sobre las condiciones de su salario, las incomodidades, la comida, la promesa de la ínsula, y acordaron subir el sueldo de Sancho. Sacaron las cuentas desde que salieron a la nueva aventura y DQ le dijo que se pagara él mismo de su dinero. Sancho aceptó y se lamentó de su ínsula, y cuando DQ preguntó que hace cuánto se la había prometido; "20 años", respondió Sancho. DQ se rió y dijo que apenas 2 meses, y terminó regañando a Sancho por sus demandas y avaricia, tratándolo de asno. Al final hicieron nuevamente las paces y siguieron el camino.

(D.Q 2.28) #Cervantes2018


Día 83: Dos días después llegaron al río Ebro, y DQ maravillado por la hermosura del río recordó lo visto en la cueva de Montesinos. Al ver un pequeño barco sin remos, atado a la orilla, y sin dueño alguno, DQ no dudó en abordarlo. Al preguntarle Sancho la razón, dijo que podía haber un caballero u otra persona necesitada y atrapada en alguna grande cuita. Sancho insistió que el barco debía ser de pescadores de la zona, pero siguió a su amo, quien le ordenó amarrar a los caballos y al abordar, cortar las cuerdas. Poco a poco fueron entrando al río y apartándose de la orilla, Sancho se llenó de pánico y los caballos amarrados en tierra rebuznaban y forzaban con soltarse. DQ consoló a Sancho, y siguió soltando sus conocimientos de navegación y geografía, hasta el sistema de Ptolomeo y la línea equinoccial. Siguieron en el río, con curso calmado, pero Sancho seguía aterrado, y encontraron en la mitad del río grandes aceñas (molinos emplazados dentro del cauce), y a DQ le pareció ver una ciudad o castillo. Sancho insistió que eran molinos. Los molineros vieron que un barco se acercaba hacía la corriente que hacía girar las ruedas, y salieron con varas a detenerlos, con los rostros cubiertos y llenos de harina, lo que le dio la impresión a DQ de enfrentar a un peligroso enemigo. Empezó a amenazar a los molineros con que soltaran a la persona cautiva. Sancho de rodillas rogó al cielo que lo libraran de ese aventura. Los molineros lograron hacer caer a DQ y Sancho al río, pero fueron en su ayuda. Sancho al salir del agua siguió rogando al cielo que lo sacarán de esa aventura. Y llegaron los pescadores dueños del barco, y al ver que las ruedas de las aceñas se habían roto, desnudaron a Sancho y pidieron a DQ que pagara los daños. DQ dijo que pagaría pero deberían soltar a los cautivos. Los pescadores y molineros seguían sin entender, pero DQ pagó 50 reales por el barco, que Sancho pagó de mala gana. Siguieron sin entender lo que decía DQ, y teniéndolo como loco les dejaron y recogieron sus aceñas y los pescadores a sus ranchos. DQ y Sancho nuevamente a tierra con sus bestias. Y así terminó la aventura del barco encantado.

(D.Q 2.29) #Cervantes2018


Día 84: Siguieron Sancho y DQ su camino, luego de la aventura del barco, cada uno en sus pensamientos. Otro día, vieron a unos cazadores de altanería, y al acercarse más, vieron a una señora muy fina vestida de verde. DQ envió a Sancho a que le hablase a la señora y le hiciese una introducción a lo grande. Sancho ni corto ni perezoso, aunque no tenía buen antecedente en llevar recados a damas, fue a donde la señora y le ofreció los servicios del Caballero de los Leones. La señora dijo que ya había escuchado de tal caballero, antes de la Triste Figura, y le dijo que lo llamara para que conociese a ella y su marido, el duque, en su casa de campo. Y preguntó también la señora, si su amo era el mismo de la historia llamada 'El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha", Sancho afirmó orgulloso. DQ se presentó y gallardeó frente al duque y la duquesa, que ya habían leído la primera parte de las aventuras, y tenían conocimiento del humor y el gusto por los libros de caballería, sobre los cuales hablaron. Al intentar bajarse de Rocinante, DQ tuvo un accidente y desequilibrio con Sancho, cayendo al piso. El duque mandó a sus hombres a levantarlo, y DQ iba a hincar las rodillas antes ambos señores, pero el duque se lo impidió y le dio un abrazo. Disculparon la torpeza de Sancho, hablando también de su larga lengua. El duque los invitó a un castillo suyo cercano, y cuando se refirieron a DQ como el caballero de la Triste Figura, Sancho corrigió que era ahora de los Leones, porque ya no había triste figura. Y todos fueron camino al castillo.

(D.Q 2.30) #Cervantes2018


Día 85: Sancho iba contento al castillo de los Duques, imaginando las atenciones que recibiría. El duque se había adelantado y dio orden a todos los criados sobre cómo tratar a DQ. Lo trataron tan bien, que fue realmente el primer día en que DQ se sentía como un verdadero caballero andante. Apareció una reverenda dueña (mujer al servicio de casa noble), llamada Doña Rodríguez de Grijalba. Sancho le ordenó que pusiese a su rucio en la caballeriza para que no estuviese solo. La dueña de mala gana le dijo que lo hiciera él mismo, porque las dueñas de esa casa no estaban acostumbradas a tales haciendas. Sancho insistió recordando versos de las novelas andantes, e inició una discusión con insultos con Doña Rodríguez, llamando la atención de la duquesa. Sancho explicó la situación, y DQ lo regañó por mencionar al burro en las conversaciones dentro de la casa. Pero el duque intervino, diciendo que rucio recibiría las atenciones. Luego DQ en privado le llamó la atención a Sancho, diciendo que la imagen del escudero también habla del caballero. Se cambiaron las ropas, y se describe la majestuosidad de la casa, y luego en la cena, Sancho pidió la palabra para contar un cuento; DQ se asustó al instante, pero Sancho lo tranquilizó. Sancho contó un cuento sobre un hidalgo de su pueblo, dando los datos verídicos para que DQ los contrastara. Al final el cuento resultó siendo un retrato o parodia de su misma situación actual, con el hidalgo sentado a la cabecera de la mesa, riñendo con un labrador. DQ estaba rojo de la ira, y los Duques reían disimuladamente por la malicia de Sancho con su amo. La duquesa calmó la situación tratando otros temas. El eclesiástico, presente en la cena, escuchando todo, decidió intervenir, reprendiendo al duque por leer los disparates del tal Don Quijote de la Mancha, y los caballeros andantes que no existían. Al final de la diatriba, DQ se puso de pie dispuesto a confrontarlo, sin importar la presencia de los duques.

(D.Q 2.31) #Cervantes2018


Día 86: Se sigue la acción desde el capítulo anterior, donde DQ se levanta furioso tras las infamias del eclesiástico en contra de él y la caballería andante. Entonces en la primera parte, DQ hace un extenso discurso contra el eclesiástico, la iglesia, la religión y a favor de la caballería y él mismo. Al final del discurso, Sancho alabó a su amo, pero el eclesiástico soltó enseguida si él era el famoso escudero Sancho, a quién le habían prometido una ínsula? Sancho afirmó y confirmó las razones por las que la merece. Entonces el duque le ofreció una de sus ínsulas porque tenía de sobra. DQ dijo a Sancho que se le arrodillara y agradeciera a su Excelencia. El eclesiástico, enojado se levantó de la mesa y se retiró. Lo que les da pie para hablar de las ofensas y los agravios. Mientras Sancho hablaba, la duquesa reía y disfrutaba con sus intervenciones, teniéndolo como el más gracioso. De repente entró una corte de 4 doncellas, con fuentes de plata, toallas y jabón napolitano, e iniciaron un ritual de lavatorio a DQ, ante la mirada de todos. El duque para que DQ no fuese el único en burla, también pidió el ritual para él. Sancho sorprendido por el lavado de barbas, quedó con ganas que se lo hiciesen, y la duquesa se lo prometió. La duquesa pidió a DQ que le describiese a la bella Dulcinea, y DQ se explayó y hasta contó el reciente encantamiento que la dejó convertida en labradora. La duquesa entonces, habiendo leído ya la 1ra parte del libro, le preguntó sobre lo que se decía, que la bella Dulcinea nunca la había visto y era un invento de su entendimiento (un recurso genial). DQ defendió a su amada, y siguieron hablando de Dulcinea, su figura, su linaje y contrastando la versión del libro, como cuando Sancho fue a buscarla por primera vez y la había encontrado limpiando un costal de trigo. DQ sigue su discurso sobre el mal de encantamientos que lo persiguen, y hasta hablan del buen Sancho y sus virtudes. De repente los interrumpió un alboroto de Sancho seguido por una corte liderada por el barbero, que intentaban hacerle el lavatorio. Pero Sancho se negaba porque no eran las doncellas, la fuente ni el agua que habían usado con DQ. La duquesa se divirtió con la escena pero al final defendió a Sancho. Sancho agradeció a la duquesa, quien le felicitó por aprender de DQ las buenas maneras al hablar. Al final la duquesa invitó a Sancho a ver la tarde con sus doncellas, y el duque dio más órdenes de cómo tratar a DQ, como caballero andante.

(D.Q 2.32) #Cervantes2018


Día 87: Sancho fue con la duquesa y las doncellas a ver caer la tarde. Apenas se sentaron, rodearon a Sancho y la duquesa empezó a hacerle preguntas sobre la versión ya impresa de la primera parte de la aventura. Le preguntó, ya que no estaba DQ, sobre la carta que no entregó a Dulcinea, y cómo mintió en haberle visto. Sancho le confesó que el tenía a su señor DQ como loco rematado, aunque a veces fuese tan lúcido que ni el mismo diablo pudiese expresarse mejor. Pero en su mayor parte era mentecato, por eso había preferido seguirle la corriente, y se atrevía hacerle creer cosas tan locas como lo de la respuesta de la carta, y dijo el tiempo que demoró (que aún no salía en esa historia impresa). La duquesa le preguntó si el que le seguía no era al fin tan loco como el amo, y si era capaz de gobernar una ínsula, cuando no se gobierna a sí mismo. Sancho inmediatamente hizo un discurso en su defensa, apelando a lo bueno que era DQ, y que sobre todo que él era fiel. Y que si era capaz de llevar una ínsula, con sus refranes incluidos. Doña Rodríguez, que escuchaba, hizo un comentario que hizo reír a la duquesa, que también disfrutó las razones de Sancho. Y le confirmó que su esposo, el duque, si le daría la ínsula. Y siguió hablándole sobre la historia publicada y de Dulcinea, que interesaba particularmente a la duquesa. Sancho siguió y dijo que quizás si era cierto que esa labradora era Dulcinea, que DQ volvió a ver en la cueva de Montesinos con las mismas vestimentas. Ya que él no consideraba tener tanto poder persuasivo o como los encantadores para imponer esa idea a su amo. Contó un poco más sobre la cueva, porque esa aventura no aparecen en la primera parte. Siguieron hablando y pasando buena tarde, hasta que cada uno fue a dormir. No sin antes tener otro desencuentro con Doña Rodríguez por rucio. La duquesa fue a contar al duque sobre todo lo conversado y entre los dos planearon una burla a DQ, que fuese famosa y con estilo caballeresco, para que fuese digna de aparecer en posteriores aventuras.

(D.Q 2.33) #Cervantes2018


Día 88: Vuelve el teatro, de parte de los Duque, quienes planean hacer una burla a DQ, que pareciese una aventura digna de aparecer en sus historias. Los llevaron a caza de montería, y los vistieron para la ocasión. Cazaron un jabalí, aunque Sancho sufrió por inexperiencia, y no se mostró contento con la actividad. El duque le mencionó la importancia de la caza, ya que era una imagen de la misma guerra, y era buena actividad para reyes y gobernadores de ínsulas. Sancho mencionó cuáles serían sus actividades como gobernador, y DQ lo regañó por hablar con sus refranes, pero la duquesa se manifestó feliz. Anocheció y seguían en el bosque, hasta que escucharon un sonido, y fueron a buscar su origen. Encontraron un hombre que se presentó como el diablo y encantador, y que estaban en búsqueda de DQ, y les habló de la cueva de Montesinos y de Dulcinea encantada. Siguió un desfile encantado, que intentó simular lo contado en la cueva de Montesinos. Se fueron presentando y apareciendo los encantadores, que traían su identidad y discurso, con los respectivos toques de novela de caballería. Las burlas de los Duques y el espectáculo teatral seguirá en el próximo capítulo.

(D.Q 2.34) #Cervantes2018


Día 89: Siguió el impresionante acto teatral, liderado por un diablo y muchas figuras disfrazadas, como las de la cueva de Montesinos. Hasta la misma muerte estaba en el grupo, causando impresión y espanto en DQ y Sancho, mientras los Duques fingian terror. La figura de la muerte se puso en un lugar alto y comenzó un discurso, presentándose como el mago Merlín, quien también anunció una profecía para DQ y Sancho, diciendo que se había enterado de la transformación de Dulcinea, y les daría el remedio para curarla. Y dijo que era necesario que su escudero se diese 3.000 azotes, y 300 en ambas posadera, y que con ello se acabarían los encantamientos. Sancho saltó enseguida en contra de Merlín, pero DQ le ordenó que aceptara la misión. Pero Merlín dijo que debía ser con voluntad propia. Sancho saltó diciendo que jamás aceptaría, y que renunciaba. Apareció una mujer vestida con un velo, diciendo que era el alma de Dulcinea atrapada. Pero Sancho seguía reacio a aceptar tal designio. El duque interrumpió diciendo a Sancho, que lamentaba que su futuro gobernador de ínsula no se conmoviese al llanto de una doncella ni a los ruegos de los sabios. Sancho pidió tiempo para pensar, pero Merlín dijo que debía decidir en ese momento o sino Dulcinea regresaría a la cueva de Montesinos. Finalmente, aunque al inicio indeciso, Sancho aceptó la penitencia. Se escuchó la música de chirimías, y DQ agradeció a Sancho por su sacrificio. Los Duques estaban alegres y la caravana siguió su paso, con la Dulcinea con velo despidiéndose con reverencia.

(D.Q 2.35) #Cervantes2018


Día 90: Los personajes de Merlín y Dulcinea con velo habían sido representados por el mayordomo y un paje de los duques. La duquesa preguntó a Sancho el día siguiente, si había iniciado la penitencia. Sancho dijo que sí, que en la noche con 5 azotes con la mano. La duquesa le dijo que no estaba cumpliendo bien la penitencia con semejante blandura, y le sugirió una rama seca. Sancho ofreció mostrarle a la duquesa una carta que había escrito a su esposa Teresa, donde contaba las nuevas aventuras con los duques, la penitencia y su futuro puesto de gobernador. La duquesa contenta se ofreció a revisarla, y le dijo que se mostraba codicioso al decir que se enriqueceria como gobernante, porque el gobierno codicioso hace la justicia desgobernada. De repente llegaron dos hombres de luto con velo negro y se presentaron ante el duque, anunciando que eran escuderos de la condesa Trifaldi, que abandonó el reino de Candaya cuando se enteró que famoso caballero, jamás vencido, Don Quijote de la Mancha, se encontraba en su castillo. El duque dijo que pasara, la condesa a la que también llamaban: "la dueña dolorida", y que encontraría al famoso caballero que curaría sus males. DQ contento respondió al duque, que ojalá hubiese testigos para comprobar la importancia de los caballeros andantes.

(D.Q 2.36) #Cervantes2018


Día 91: Sigue la historia con la entrada de otro peculiar personaje, dentro del teatro de los Duques, la Condesa Trifaldi, "Dueña Dolorida", quien entró al castillo para conocer al caballero de los Leones. Y DQ hizo un comentario sobre las condesas que son dueñas, y sirven a las reinas y otras señoras de alta alcurnia. Doña Rodríguez, que estaba escuchando, comentó sobre la diferencia entre dueñas, condesas y los niveles de las doncellas. Sancho un poco confundido con el tema y la explicación, dijo que era mejor no seguir hablando del tema, ante la molestia de la doña, que dijo, que siempre los escuderos eran sus enemigos. La duquesa salió en defensa de doña Rodríguez. Volvieron a sonar los tambores, anunciando la entrada de Dueña Dolorida. La duquesa preguntó si sería bien ir ella a recibirla, pues era condesa. Sancho dio su opinión, no pedida, antes que el duque, diciendo que por lo de "dueña" no se lo recomendaría. Y DQ le reprendió por su impertinencia. El duque dio razón a Sancho y dijo, que según la apariencia de la condesa, verían la cortesía que se merecía.

(D.Q 2.37) #Cervantes2018


Día 92: Se describe la imponente entrada de la condesa Trifaldi, dueña Dolorida, que va vestida con finísimas prendas, un vestido de luto con 3 faldas (de ahí el "trifaldi" y no el "lobuna o zorruna, que podía acoger, por la abundancia de tales animales en su condado). Venía con 12 dueñas, todas de luto. Apenas se presentó ante los Duques, preguntó por DQ y Sancho. Cada uno se presentó e inmediatamente la condesa se arrojó a los pies de DQ, dando gracias y rogando que la ayudara, y luego a Sancho, mientras los Duques no podían aguantar la risa. Finalmente la condesa habló, y empezó a contar con detalles de novelas caballerescas la historia que la llevaba a esos lugares, causante de sus males. Hasta que Sancho la corta y le dice que se dé prisa en terminar la historia porque ya tenía hambre... y la terminará en el próximo capítulo.

(D.Q 2.38) #Cervantes2018


Día 93: La condesa Trifaldi siguió narrando su historia. Y DQ también pidió que acelerará, porque aún no había llegado a lo amargo de la dulce historia. La condesa confirmó y dijo:
"quis talia fando temperet a lacrimis?"
(¿quién al narrar tales cosas podrá contener las lágrimas?)
(Cita de "La Eneida" de Virgilio, que curiosamente inicia pronto su lectura colectiva)
Dentro de su relato fantástico, que seguía mencionando a personajes de novelas caballerescas y datos aparentemente reales, contó que las dueñas del palacio fueron castigadas y condenadas a muerte, y en un momento sintieron agujas en los poros de su cara, que las dejaron de la forma que estaban ahora. Y se subieron sus velos, dejando ver distintas barbas ante cada mujer, cada una de un color distinto. Quedando todos impresionados. Se lamentó de su suerte y la de sus dueñas y dio muestras de desmayarse.

(D.Q 2.39) #Cervantes2018


Día 94: El traductor, se supone, toma la voz narrativa y alaba a Cide Hamete por contar las minucias de esta historia, y felicita al autor, a DQ, a Dulcinea, a Sancho, y da gracias por su existencia. Retoma la historia, donde Sancho se lamenta por la historia de la condesa desmayada y pregunta a las dueñas si no tenían a nadie que le afeitase las barbas. Una de ellas respondió que no, a pesar que en Candaya había mujeres que iban casa a casa a quitar los vellos. Y dijeron que si DQ no las ayudaba, con barbas irían a la sepultura. La condesa se despertó y volvió a pedir a DQ. DQ preguntó sobre lo que tenía que hacer para ayudarlas. Y la condesa Dolorida volvió a hablar sobre el terrible Malambruno, al que DQ debería enfrentar, al mago Merlín y un caballo que podía volar por los aires. Sancho preguntó el nombre del animal, y la condesa dio el nombre de todos los caballos famosos, y finalmente dijo: Clavileño el Alígero. Sancho dice que los escuderos no tienen que ver con estas historias, y que su señor puede ir solo mientras él se queda con la duquesa, y en ratos ociosos darse los azotes. La condesa suplicó nuevamente, con lenguaje caballeresco, mezclando historias, e invocando a Malambruno que le enviara a Clavileño. Todos se conmovieron y nuestros héroes aceptaron la misión.

(D.Q 2.40) #Cervantes2018


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Día 95: Estaba DQ esperando que el encantador Malambruno enviara al famoso caballo Clavileño. Hasta que entraron por el jardín 4 salvajes arrastrando un caballo de madera. Los salvajes animaron a DQ y Sancho que subieran para que el caballo volara porque Malambruno los esperaba. Pero Sancho renegaba en montarse en semejante animal, pero el duque intentó convencerle. DQ lo llamó aparte y también le dijo que era una nueva aventura, y que mejor subiera a su aposento y se diese los azotes que le faltaban. Sancho dijo que fueran a ayudar a rapar a esas dueñas y luego cumplía su penitencia. Se subieron sobre Clavileño, y DQ siguió hablando: "Si mal no recuerdo, yo he leído en Virgilio aquello del Paladión de Troya, que fue un caballo de madera que los griegos presentaron a la diosa Palas e iba preñado de caballeros armados, que fueron la ruina de Troya". Y dijo que habrá que ver lo que Clavileño trae en su estómago. DQ y Sancho sobre el animal, siguieron hablando y Sancho soltando insultos del susto. Les taparon los ojos a ambos, y empezaron a sentir el aire golpeando sus rostros. Se sentían volar. Pero los Duques habían planeado todo, tenían grandes fuelles y estopas haciendo aire. Sigue el Teatro. Mientras hablaban, los duques, las dueñas y todo el mundo en el jardín los escuchaban divertidos. Hasta que para rematar la aventura, por la cola del caballo pegaron fuego y salieron cohetes tronadores, lo que hizo que los héroes volaran por los aires y aterrizaran en el piso medio chamuscados. Todos desaparecieron del jardín. Cuando se levantaron encontraron una lanza, que tenía un mensaje con el resumen de la aventura. Los Duques confirmaron que el encantamiento se había roto y las dueñas ya no tenían barba y se habían transportado a su hogar. Los Duques siguieron preguntando sobre la aventura, para descubrir las maravillas que salían de su imaginación, tanto de DQ y Sancho. Increíblemente DQ fue menos entusiasta que Sancho en la descripción de la aventura, y dio argumentos para invalidar lo que contaba haber visto. DQ también impresionado por todo lo que contaba Sancho, le dijo: "Sancho, si quieres que te crea lo que viste en el cielo, yo quiero que me creas lo que vi en la cueva de Montesinos". Caso cerrado. Así acaba la aventura, que dio a los Duques para reír por años.

(D.Q 2.41) #Cervantes2018


Día 96: Los Duques estaban tan contentos y se habían divertido tanto, que siguieron su promesa, y dieron órdenes a sus criados y vasallos sobre el nuevo gobernador de ínsula: Sancho. El escudero se deshizo en halagos y agradecimientos a los duques, y prometió ser un buen gobernante. El duque le dijo que iría vestido como hombre letrado y capitán, porque en la ínsula que le iba a conceder son menester las armas y las letras. DQ entrenándose de la celeridad del ascenso de Sancho, lo llevó a su aposento y lo hizo sentar. DQ empieza a hablarle sinceramente, lo felicita y sigue un discurso con consejos sobre cómo debe comportarse en su nuevo papel; tener a Dios, conocerse a sí mismo ("nosce te ipsum" del templo de Delfos), hacer gala de la humildad del linaje, adoctrinar a su mujer, no juzgar con la ley del encaje, descubrir la verdad entre las promesas de los ricos y los sollozos del pobre, apartar la injuria, ser justo, entre muchos otros. Termina diciendo que si los sigue, su fama será eterna, y que esos eran los consejos para adornar el alma, y ahora les daría unos para adornar el cuerpo.

(D.Q 2.42) #Cervantes2018


Día 97: Siguieron los consejos para ser buen gobernante de DQ a Sancho. En esta oportunidad, con los que adornaran su cuerpo. Sancho escuchaba atento. Entonces le dijo, que fuese limpio, se cortara las uñas, no andase desceñido y flojo, que se vistiese bien y vistiese a sus criados; que hablase con reposo, que comiese poco, bebiese poco, ni eructar delante de nadie. Que no mezclase sus pláticas con esa cantidad de refranes, como solía hacer. Sancho dijo que se sabía muchos, y DQ dijo que eran buenos pero no tantos de seguido. Montar bien a caballo, ser moderado en el sueño, y que jamás se pusiese a discutir linajes. Por ahora eran esos y que le hiciese saber el estado en que se encontrase. Luego hablaron sobre la incapacidad de Sancho de leer y escribir, pero sabía firmar su nombre. Volvió a usar refranes al hablar, y DQ lo reprendió. Y Sancho siguió soltando refranes, a lo que DQ abatido dijo que hiciese lo que quisiera, pero esperaba lo hiciera bien. Cumplió en dar sus consejos y esperaba que no lo avergonzara. Y Sancho dijo que prefería ir Sancho al cielo que gobernador al infierno. DQ dijo que por eso merecía ser gobernador, por ser buena persona. DQ le deseó lo mejor y fueron a comer.

(D.Q 2.43) #Cervantes2018


Día 98: Al inicio del capítulo, Cide Hamete sigue jugando con el lector sobre el narrador/narradores de la obra. Y el caso de la 1ra parte de incluir dos novelas apartes dentro de la novela, como fueron El curioso impertinente y El capitán cautivo, para salir de la monotonía del Quijote y Sancho. Y que en esta 2da parte no habrán novelas sueltas sino algunos episodios que lo pareciesen (como el de los Duques)... esta descripción de Hamete, muestra que Cervantes tuvo en cuenta detalles de recepción de la primera parte para la segunda... Siguiendo la narración, los Duques mandaron a Sancho al lugar de su ínsula. El encargado de llevarlo fue el mayordomo de los Duques, que había hecho el papel de la condesa Trifaldi en los anteriores capítulos. A Sancho le pareció conocida su cara, pero DQ le dijo que no dijera tonterías. Salió Sancho con una comitiva y vestido de letrado, y rucio escoltaba la caravana. El narrador nuevamente interrumpe diciendo al lector que se prepare para reír en los próximos capítulos sobre cómo le fue a Sancho gobernando. Mientras DQ sintió nostalgia por la perdida de Sancho, y se quedó momentáneamente con los Duques en un aposento, donde pidió que nadie le sirviese. Salió a cenar pero pronto regresó a su aposento cargado de melancolía, y recordando a Sancho. Desde su aposento DQ escuchó una conversación, donde una tal Altisidora, hablaba con otras sobre cantar a su amado, a ese nuevo Eneas (nuevo guiño a #Virgilio2018). De repente, sintió tocar un harpa, y DQ quedó pasmado, al recordar todas aquellas historias donde sonaba tal instrumento... y Altisidora cantó una canción/serenata a nuestro caballero andante, y un homenaje que en su letra repasaba sus aventuras. DQ estaba encantado con esta declaración de amor, pero inmediatamente pensó en Dulcinea, y dijo que él sólo era de ella. Cerró abruptamente la ventana y se acostó a dormir.

(D.Q 2.44) #Cervantes2018


Día 99: Nuevamente el narrador interviene, dando una introducción jocosa al episodio donde Sancho toma posesión de su ínsula y empieza a gobernar. Llegó Sancho a la ínsula Barataria, un lugar de hasta mil vecinos. Lo recibieron con alegría y música, lo llevaron a la iglesia a dar gracia a Dios y le dieron las llaves del pueblo, y se posesionó como perpetuo gobernador de la ínsula Barataria. El mayordomo le informó a Sancho de un tradición en que el gobernador debía responder una pregunta dificultosa para que el pueblo tome el pulso del ingenio del nuevo gobernante. Sancho se distrajo viendo detalles de su silla, pero le respondió que hiciera la pregunta. Para la pregunta entraron dos hombres, un labrador y un sastre; ambos tenían un conflicto que llevaron para que el gobernador solucionara. El sastre habló, contando que el día anterior el otro hombre había llegado con un pedazo de paño para hacer una caperuza, y le preguntó si alcanzaría. Viendo el labrador que el sastre quería hurtar la parte sobrante del paño, le preguntó si saldrían 2, 3, 4, hasta llegar a 5 caperuzas, y el sastre respondía afirmativamente. El sastre alegaba que cuando el labrador fue a buscarlas, no quería pagarlas. Pidieron que mostrase las 5 caperuzas. Sancho dio su veredicto, y dijo que era de muy fácil solución, hizo que el sastre perdiese la hechura y el labrador el paño, y con sus caperuzas ambos fuesen presos a la cárcel. Y se hizo lo que ordenó el gobernador. Luego entraron dos ancianos que traían un problema de incumplimiento de pago de un préstamo. Aceptaban que el préstamo se había hecho, pero uno decía que no le había pagado y el otro que sí. Sancho le dio el báculo del deudor al prestamista, y ordenó que lo rompiese, e increíblemente dentro salieron los 10 escudos de la deuda. Desde ese momento consideraron a Sancho como un nuevo Salomón. Luego explicó lo que le permitió inferir que dentro del báculo estaba el pago, por su astucia. Luego entró otro caso, una mujer asida fuertemente por un ganadero rico. La mujer alegando violación por parte del ganadero, y la versión del ganadero decía que volviendo a su aldea se encontró con esta dueña, acordaron acostarse, pero como el hombre no pagó lo suficiente, ella alegaba la violación. Sancho analizó bien y ordenó que el ganadero diese el dinero que traía a la mujer, que era una bolsa con 20 ducados. El ganadero lo dio dudoso y la mujer lo arrebató y agradeció al gobernador. Cuando iba saliendo, Sancho ordenó al ganadero que fuera y le quitase nuevamente la bolsa y volvieran. Los presentes estaban en suspenso. El ganadero volvió peleando con la mujer, quien se sobre puso y no se dejó quitar la bolsa. Sancho le dijo que si con tanta fuerza hubiese defendido su cuerpo, y la puso en evidencia, y ordenó que abandonara el lugar y el ganadero quedó con su bolsa. Así los juicios y sentencias del nuevo gobernador fueron admirados, y el duque fue avisado, quien esperaba noticias con ansias.

(D.Q 2.45) #Cervantes2018


Día 100: Mientras tanto en casa de los Duques, DQ seguía pensando en la melodía de la serenata. El día siguiente salió con los Duques, y al pasar por una galería estaba Altisidora esperándolo con una amiga, y al ver a su amado se desmayó. DQ le dijo a su amiga que la invitaba a consolarla tocando un laúd y cantándole. Altisidora y su amiga, claramente ambas trabajando para la duquesa fueron a contarle, y la duquesa consiguió el laúd y preparó una nueva burla para DQ. DQ en la noche encontró una vihuela en su habitación y cantó una canción sobre caballeros andantes y doncellas, para los Duques, Altisidora y casi toda la gente del castillo. De repente, al terminar la canción, se escuchó un ruido, se descolgó un cordel y cayó un saco de gatos con cencerros amarrados a la cola. Aunque era parte de la broma de los Duques, éstos también estaban asustados. DQ sacó su espada y comenzó a espantar, pensando que era obra de los malignos encantadores. Y lanzado cuchillos a los gatos, uno de ellos empezó a rasguñarle su cara. Los Duques escuchando los gritos de DQ, intervinieron y pensaron poner fin a la broma. DQ terminó rasguñado en todo el rostro y Altisidora le curó las heridas. Y le confesó su amor a DQ. DQ pasó varios días en cama y los Duques preocupados.

(D.Q 2.46) #Cervantes2018


Día 101: Sancho sigue en su gobierno. Se describe la solemnidad en que vivía, en honores y comensales. Mantiene una charla con su médico, que le asesora sobre las mejores comidas para su salud. Pero el doctor Pedro Recio de Agüero, se fue muy lejos en sus prohibiciones alimenticias a Sancho, que éste lo amenazó en que se fuera si no quería que le estrellase la silla en la cabeza y le dieran de comer todas las delicias. De repente llegó un mensaje con una nota del duque, y su secretario le leyó la carta, en donde le advertía de un posible ataque a la ínsula de uno de sus enemigos, y de unos infiltrados que tenían como objetivo quitarle la vida por su ingenio. Sancho quedó atónito con le mensaje, y pidió al mayordomo que metiesen preso al médico, que si alguien quería matarlo tenía que ser él, que quería matarlo de hambre. De repente anunciaron la llegada de un labrador pidiendo audiencia al gobernador Sancho. Sancho molesto por esta interrupción, al final lo recibió. El labrador se presentó como un pintor, su ofrecía pintarlo, y le pidió distintos favores para con él, desde una carta de favores hasta varios ducados. Sancho enojado lo echó a patadas y a insultos por su insolencia.

(D.Q 2.47) #Cervantes2018


Día 102: La acción pasa nuevamente a DQ y el castillo de los Duques. DQ pasó 6 días sin salir de su aposento por las heridas de los gatos. Y cuando escuchó que abrían su puerta, se imaginó a Altisidora que venía a acusarlo y a abusar de él. Pero era doña Rodríguez, una de las dueñas de la duquesa. DQ pensó que tras ofrecerle reinas y condesas, ahora le ponían una dueña para engañar a su Dulcinea. Pero doña Rodríguez le dijo que esperara. DQ se sentía acosado y recordó la cueva donde el traidor y atrevido Eneas gozó a la hermosa y piadosa Dido (nueva referencia a #Virgilio2018). Cide Hamete interviene en la narración tratando de imaginar esa situación de intimidad entre los dos personajes. Al final DQ se metió en la cama e invitó a doña Rodríguez a contar aquello que tenía dentro de su cuitado corazón y lastimadas entrañas. Doña Rodríguez empezó a contarle su historia a DQ. Contó sobre su infancia, cómo sus padres se empobrecieron y le tocó trabajar como dueña para señoras de alta cuna, y cómo se enamoró una vez de un escudero mayor, con quien se casó y tuvo una hija. Pero el marido murió tiempo después. Contó que su marido tuvo un inconveniente con doña Casilda, su antigua ama, a quien su marido dejó caer, causando su despido. Y cómo luego, por su habilidad en la costura, la duquesa se la llevó a vivir a su casa junto con su hija, que creció con muchas virtudes. Pero la hija se enamoró de un labrador, quien la burló y prometió casamiento para yacer con ella, y luego de conseguirlo no quería comprometerse. Y le contó todo esto a DQ, para que le ayudase a deshacer ese agravio. De repente sintieron un golpe que abrió las puertas del cuarto de DQ, y alguien cogió por la garganta a doña Rodríguez, y luego empezó a azotarla; mientras a DQ lo pellizcaban. No se veía nada, y DQ pensó en los encantadores. La sombra salió y doña Rodríguez salió sollozando sin decir palabra alguna.

(D.Q 2.48) #Cervantes2018


Día 103: La acción continúa con Sancho en la Gobernación de su ínsula. Luego de leer la carta del duque, volvió a entrar el médico Pedro Recio Agüero a la sala, mientras Sancho da un discurso, como los de DQ, que deja impresionado a los presentes. El médico prometió darle lo que quería de comida. Llegada la noche, y luego de un banquete, Sancho salió a hacer ronda con su comitiva: mayordomo, secretario, maestresala y el coronista que documentaba todos los hechos. En el camino escucharon una trifulca y fueron a ver. Eran dos hombres peleando, y Sancho pidió que contaran la razón del conflicto. Eran problemas de dinero, por un dinero ganado en una casa de juego por uno de ellos, y el otro reclamaba su parte por darle suerte y estar a su lado. Sancho dio su veredicto, mandando a dar 100 reales y más al hombre de la suerte y desembolsar otros 30 para los pobres de la cárcel, y al otro hombre que tomara los 100 reales y abandonara mañana esa ínsula, desterrado por 10 años, y si lo incumple sería colgado. Y que nadie le replicase su decisión. Pensó enseguida en quitar esas casas de juego, que eran perjudiciales. Se fue encontrando más casos en la ronda nocturna, como el mozo que no quería dormir, o una doncella vestida con hábito de hombre, que confesó ser hija de un conocido hombre local, que la había mantenido encerrada durante todos estos años. Sancho le dijo que apurara en contar la historia. Contó que su hermano la ayudó a escapar, vistiendo de hombre, y dijo que su único deseo era ver el mundo. Sancho dijo que los regresaría a casa de su padre, y con sus refranes siguió: "De aquí en adelante no se muestren tan niños, ni tan deseosos de ver mundo, que la doncella honrada, la pierna quebrada, y en casa, y la mujer y la gallina, por andar se pierden aína, y la que es deseosa de ver, también tiene deseos de ser vista. No digo más".

(D.Q 2.49) #Cervantes2018


Día 104: Cide Hamete nuevamente interviene y nos cuenta que cuando doña Rodríguez fue al aposento de DQ, la siguieron otras dueñas que se dieron cuenta. Avisaron a los duques, quienes dieron permiso de espiar la conversación. En medio de la charla íntima, Altisidora y otras dueñas entraron e hicieron todo lo que pasó al final del capítulo anterior, atacando a doña Rodríguez y DQ. Mientras la duquesa mandó un mensaje a llamar a Teresa Panza. El mensajero llegó y le entregó una carta de su marido, el gobernador, y un presente de la duquesa, quedando Teresa y su hija sorprendidas. Pidieron al hombre que les leyera la carta. Teresa se emocionó con la carta y la noticia, pidió a Sanchica que diera de comer al paje mientras ella iba a dar la noticia a los vecinos con las prendas que había mandado la duquesa. El cura y el bachiller Sansón Carrasco escucharon y fueron a indagar más. Sanchica hablaba llena de refranes como su padre, manifestando su alegría. Sansón manifestaba su incredulidad sobre esa situación, y el paje lo invito a que lo acompañase de regreso y lo viera con sus propios ojos. El cura se llevó al paje para indagar más sobre DQ y sus hazañas. Y Teresa pagó para que le escribiesen las cartas de respuesta a Sancho y la duquesa, rechazando la propuesta de Sansón en escribirlas.

(D.Q 2.50) #Cervantes2018


Día 105: Sigue la acción en la ínsula de Sancho, donde luego de la ronda descansó y se levantó con un desayuno especial del doctor Pedro Recio, que no gustó mucho a Sancho y le dejó con hambre. Llegó un forastero que le ofreció una pregunta y adivinanza, que Sancho respondió con sabiduría, y recordó los consejos de su amo DQ. Llegó una carta de DQ a Sancho, que el secretario aprobó y leyó gustosamente, diciendo que debía estar escrita en letras de oro. En la carta su amo lo felicitaba por su buen gobierno, del que estaba enterado, y aprovecha y da más consejos sobre su higiene y el vestir, sobre visitar a la gente de la ínsula, no ser mujeriego. Le contó que la duquesa había escrito a su mujer Teresa, y que le contara si el mayordomo tenía que ver con lo de la Trifaldi como sospechaba. Sancho inmediatamente le dijo a su secretario para dictarle una carta de respuesta a su amo, donde le saluda con afecto, "señor mío de mi alma", y dice que no había escrito por lo ocupado y que estaba pasando más hambre que cuando andaban por las selvas y senderos. También mencionó la carta del duque donde advertía de un asesino, pero que por ahora el único villano era el doctor que lo mataba de hambre, Pedro Recio, y contó sobre él. Y le sigue contando algunos eventos de su gobierno. Y finaliza la carta con un "criado de vuestra merced, Sancho Panza el Gobernador". Y luego de responder a su amo, salió animado para impartir justicia y su papel, por lo que hizo unos cambios sobre el precio de algunos elementos, sobre los ciegos que cantan y creó un alguacil de los pobres... tantas medidas tan buenas que hasta hoy se guardan en "Las constituciones del gran gobernador Sancho Panza".

(D.Q 2.51) #Cervantes2018


Día 106: DQ recuperado de los rasguños pensó en decir a los Duques que se marchaba a Zaragoza. Cuando estaba apunto de informarles en la mesa, entraron dos mujeres de luto y llorando, quienes se pusieron a los pies de DQ. Los Duques estaban extrañados porque no lo habían organizado. Las mujeres se descubrieron el velo, y se vio a doña Rodríguez, la dueña de la casa, junto con su hija, la que fue engañada por el labrador. Doña Rodríguez enterándose de la partida de DQ, fue a pedirle que le ayudase a defender el honor de su hija antes. Se disculpó ante los Duques, pero el duque aceptó y además añadió que él prestaba las instalaciones del castillo para que se llevara a cabo el duelo, y citarían al mancebo. DQ aceptó. En ese momento llegó el mensajero con las cartas de respuesta de Teresa Panza, a la duquesa y Sancho. La duquesa emocionada abrió las cartas. En una Teresa le daba las gracias, contando el revuelo generado en el pueblo y algunos incrédulos que no le creían. Pidió que le dijera a su marido que enviase dinero. Pidieron a DQ permiso para abrir la de Sancho, y el mismo DQ la abrió. En ella repetía el deseo de ir a visitarlo con Sanchica, y fuese recogida por un coche, que vieran sus vecinos. También volvió a mencionar la incredulidad del cura, el barbero y el bachiller. Y aprovechó a contar chismes del barrio. Los Duques rieron con las cartas, y llegó enseguida la que Sancho mandaba a DQ, que también se leyó públicamente. La duquesa se fue con el paje mensajero, quien contó más detalles y le hizo entregas de las bellotas y un queso de Teresa.

(D.Q 2.52) #Cervantes2018


Día 107: Cide Hamete inicia con una reflexión sobre lo poco que las buenas cosas han de durar... estaba Sancho en la séptima noche de su gobierno en su cama, no harto de pan y de vino sino de juzgar y gobernar. Cuando de repente escuchó un alboroto, y al abrir la puerta de su aposento vio a más de 20 personas con antorchas encendidas y espadas desvainadas gritando que los enemigos los estaban atacando. Pedían a su líder que se armara y los liderara, pero Sancho pensaba que eras cosas eran de su amo DQ, pero siguió adelante. Sancho desesperado dio discursos, fue atropellado entre gentío, pidió vino y que le quitasen el sudor, hasta desmayarse del temor. Claramente todo seguía siendo una broma y parte del teatro, pero al día siguiente que Sancho se levantó del desmayo, todos lo observaban atentamente. Se vestía con prisa, y cuando terminó se acercó a su rucio y le abrazó y le besó, y con lágrimas dijo palabras a su asno y luego dirigiéndose a los demás dijo que le dejaran regresar a su antigua libertad, a buscar su vida pasada para resucitar de esa muerte presente. El doctor Pedro Recio le dijo que se quedara y que sería más flexible con las comidas. El mayordomo también lo despidió con pesar. Sancho dijo que iría directo a darle la noticia al duque. Pidió para el corto camino pocas provisiones, y todos lo abrazaron y lloraron... los dejó admirados, sus razones y su determinación tan resoluta y tan discreta.

(D.Q 2.53) #Cervantes2018


Día 108: Los Duques, como el mozo que había engañad a la hija de doña Rodríguez estaba en Flandes, decidieron hacerlo pasar por otro, que les ayudara a hacerle una nueva broma a DQ. El narrador hace una pausa a esta historia y pasa a la de Sancho, quien ya iba en su viaje de regreso tras abandonar su puesto de gobernador. En el camino se encontró con 6 peregrinos. Entre ellos estaba un vecino de Sancho que no reconoció al inicio, Ricote el morisco, tendero del lugar. Pararon en el camino para comer, y Ricote le dijo que le contaría su historia y por qué andaba disfrazado de esa forma. Ricote cuenta y ambienta sobre el problemas de los descendientes musulmanes en España, y un decreto de expulsión en el año 1610, que estuvo precedido por una disposición que permitía a los moriscos expatriarse voluntariamente. Y cómo fue desterrado junto a su familia, pero el deseo de regresar a su natal España nunca se había perdido, y regresaba también a sacar el tesoro que había enterrado antes de partir, porque a los expulsados se les impedía llevarse dinero alguno. Invitó a Sancho a que lo acompañara en su aventura con la promesa de pagarle 200 escudos. Sancho le respondió que no era codicioso y que peciso regresaba de abandonar un buen puesto como gobernador. Ricote pidió detalles, aunque le dijo que las ínsulas no estaban en tierra firme sino dentro del mar. Intentó convencerlo pero Sancho volvió a negar y dijo que quería llegar pronto donde su señor DQ. Se despidieron con afecto y se desearon suerte en sus respectivas empresas.

(D.Q 2.54) #Cervantes2018


Día 109: El encuentro con Ricote atrasó a Sancho en su camino, por lo que tuvo que parar al anochecer y buscó con Rucio un lugar para pasar la noche. Con la mala suerte de caer en una honda y oscura sima, entre unos edificios antiguos. Cayó sobre su Rucio y no se hizo daño. Sancho empezó a lamentarse de su suerte, de pasar de gobernador a sepultado en un hueco sin ayuda alguna. Y no creía que iba a ver lo mismo que su amo DQ en la cueva de Montesinos, sino vería sapos y culebras. Miró a su Rucio y le pidió perdón por no corresponder a sus buenos servicios. Pero entonces encontró un agujero, donde podía caber una persona y hasta su Rucio, y lo tomó por el cabestro, y sin dejar de lamentarse siguió el camino. El narrador pasa enseguida a DQ, quien se encontraba practicando para su duelo contra el robador de la honra de la hoja de doña Rodríguez. DQ salió a los alrededores, y se encontró junto a una cueva, de donde escuchó una voz pidiendo ayuda, y se le pareció a la de Sancho. Sancho confirmó que era él, y DQ se sorprendió, pensando que Sancho debía haber muerto y esa era la voz de su alma en pena. Y dio un discurso donde dijo que su labor no se limitaba a ayudar a vivos sino también a muertos, y que si era Sancho debía estar en el purgatorio antes de pasar a los infiernos, pero que él pediría por su alma cuando llegase a su hacienda. Sancho escuchando todo el disparate entendió que era su amo y pidió a ayuda. De repente Rucio rebuznó, lo que confirmó las dudas a DQ, y fue a casa de los Duques a pedir ayuda. Regresó con ayuda y los Duques sorprendido que Sancho hubiese abandonado su gobierno. Luego fue a donde los Duques a dar explicaciones. Sancho contó todo lo que le contaron, pero dijo que eso de gobernar no era para él, y que la dejó intacta como la encontró. Sólo había salido con su Rucio y pocas provisiones. Que pasaba del gobierno a servir nuevamente a su amo DQ, con quien pasaba además menos hambre. Los duques lo abrazaron y le agradecieron.

(D.Q 2.55) #Cervantes2018


Día 110: Los Duques seguían disfrutando de los males de Sancho y DQ con sus bromas. Y el mayordomo les fue a contar todos los detalles del abandono de Sancho. Hasta que llegó el día del duelo, y el duque advirtió a su lacayo Tosilos, la forma de luchar con DQ sin matarlo. En la plaza del castillo de levantó un escenario, con todo y maestro de ceremonia. Mientras se preparaban, el lacayo navegaba entre otros pensamientos distantes, y miró a la hija de doña Rodríguez, y cayó perdidamente enamorado. Y se preguntó si luchaba para casarse con ella o para no casarse. Le dijeron que sí. Entonces él se echó para atrás y dijo que se daba por vencido porque quería casarse con esa doncella. El lacayo fue donde las señoras y se descubrió el rostro. Vieron que era el lacayo del duque y no su amado que la había engañado, y la hija empezó a gritar indignada del cambio. DQ les dijo que debían ser los encantadores que cambiaron el rostro. El duque estuvo apunto de partir de la risa, pero se controló y dijo que encerraran al hombre 15 días y esperaran a ver si cambiaba de forma. Recordaron el caso del Caballero de los Espejos y el bachiller Sansón Carrasco, y el de la misma Dulcinea como rústica labradora. Finalmente Tosilos fue encerrado para esperar su transformación o "metamorfosis", DQ sumó otra victoria, y doña Rodríguez y su hija contentas de que todo terminara en casamiento. Preferirán un lacayo que burlada por caballero.

(D.Q 2.56) #Cervantes2018


Día 111: Finalmente DQ pensó que ya estaba bien partir y seguir su camino, y salir de tanta ociosidad con los duques (por fin!). La duquesa dio las cartas de Teresa a Sancho, quien lloró al leerlas e imaginar la reacción de su mujer al saber que había regresado a las aventuras con DQ, y abandonado el gobierno. DQ el día siguiente se presentó armado en la plaza del castillo. Sancho sobre su rucio, contento porque los Duques le dieron 200 escudos de oro para gastos. De repente, Altisidora empezó a declamar unos versos hacia DQ, por dejarla abandonada, "Cruel Vireno, fugitivo Eneas, Barrabás te acompañe, allá te avengas" (nuevamente con el guiño a La Eneida de #Virgilio2018) y además mencionó Troya, y hasta actuó de oráculo o pitonisa como Casandra, augurado que las aventuras se vuelvan desventuras. Y además lo acusó de robar tres tocadores y una liga del castillo. DQ preguntó a Sancho, y confesó tener los 3 tocadores. La duquesa complacida por la improvisada irrupción de Altisidora, y el duque reclamó a DQ por los hurtos. DQ respondió y aclaró que los tocadores los tenía Sancho, y que él nunca había sido ladrón. Y la liga si es un invento de la doncella, que se muestra enamorada y él no tenía culpa de ello. Todo aclarado. Los Duques despidieron y desearon éxitos a los viajeros. Altisidora se disculpó y Sancho le reclamó. Siguieron su camino a Zaragoza.

(D.Q 2.57) #Cervantes2018


Día 112: Ya estando lejos del castillo de los Duques, DQ y Sancho saborearon de nuevo la libertad: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre...". Sancho se conmovió por el discurso sobre la libertad de DQ, y le dijo sobre los 200 escudos de oro que le dieron los Duques para su camino. De repente en el camino vieron a un curioso grupo de una docena de hombres vestidos de labradores, quienes tenían unas mantas blancas con que cubrían algo debajo. DQ se acercó y preguntó sobre lo que aquellos lienzos cubrían. Respondieron que eran imágenes de relieves y entalladura que servirían para un retablo que hacían en la aldea. DQ insistió en verlas. Y al verlas, DQ fue identificando a distintos caballeros andantes del pasado, inmortalizados en el lienzo como santos caballeros. DQ los repasó uno a uno y daba detalles de ellos, y al final dijo que esos santos caballeros profesaron lo mismo que él, con la diferencia que ellos fueron santos y pelearon a lo divino y él era pecador y peleaba por lo humano. Los hombres admirados por lo que decía DQ, aunque sólo entendían la mitad, comieron juntos y luego se despidieron. Sancho también, como siempre, admirando los conocimientos de su amo. Luego siguieron hablando de las aventuras pasadas y hasta de los tipos de amor y de hermosura. Entre la charla iban entrando a una selva, donde DQ se vio enredado con unos hilos verdes, que rompieron pensando que eran tretas de la enamorada Altisidora. Pasando la selva se encontraron con dos bellas y jóvenes pastoras (o disfrazadas). Una de ellas dijo que habían sido autoras de los hilos verdes, y contaron que eran de una aldea que habían venido a ese lugar junto a otro grupo para formar una nueva y pastoril Arcadia (región griega de vida pastoril). Se habían estudiado las églogas de Garcilaso y Camoes. Y los invitaron a unirse a la comunidad de la Arcadia Fingida. Llegó un hermano de una de las pastoras, también vestido de pastor, y reconoció a DQ por haber leído ya la historia de la primera parte de sus aventuras. Ante ese elogio de encontrar otros lectores, los acompañaron a comer y aceptaron la invitación. En plena cena DQ se despachó con un nuevo discurso sobre uno de los mayores pecados, que no es la soberbia, sino el desagradecimiento. Sancho seguía admirado de su amo, y preguntó si alguno podía considerar loco a su amo con todas las cosas brillantes que decía. Pero a DQ no le hizo gracia el comentario sobre su juicio y lo insultó. DQ se levantó y siguieron el camino, donde se encontraron a varios hombres a caballos y con lanzas. Uno de ellos ordenó a DQ apartarse del camino, pero éste lo retó enseguida. Ni el vaquero ni DQ tuvieron tiempo de reaccionar porque la estampida de toros bravos pasaron sobre DQ, dejándolo apaleado. DQ esperó a que Sancho, Rocinante y Rucio llegasen, y partieron de la Arcadia fingida.

(D.Q 2.58) #Cervantes2018


Día 113: Se detuvieron a comer cerca a una fuente. Ante las pocas provisiones que quedaban, Sancho se mostraba cauto y esperando a que su amo empezara a comer, pero DQ lo animó a seguir y comer, y que no se preocupara por él. Luego buscaron la venta más cercana, donde Sancho tuvo una discusión con el ventero sobre la comida que ofrecía. Al final, un plato de uñas de vaca, manos de ternera cocidas con garbanzos, cebollas y tocino hizo la diferencia. Entonces DQ escuchó en un aposento cercano que alguien hablaba sobre leer otro capítulo de la 2da parte de Don Quijote de la Mancha (refiriéndose al famoso Quijote apócrifo de Avellaneda). DQ se alarmó y pegó más el oído para escuchar la conversación. Hablaban sobre las impresiones sobre la 1ra parte, y sobre la posibilidad que DQ olvidara a Dulcinea. Ante tal afirmación, DQ alzó la voz diciendo que jamás olvidaría a Dulcinea. Los dos caballeros salieron para ver quien les hablaban, y al reconocer al verdadero DQ, se lanzaron a su cuello en agradecimiento. DQ les arrebató el libro y empezó a hojearlo. Empezó a criticar lo que iba leyendo, entre ellos el prólogo ofensivo (donde carga contra Cervantes), el lenguaje y el nombre de la esposa de Sancho. Don Jerónimo, uno de los caballeros reconoció a Sancho, que salió apenas mencionaron a su esposa. DQ aceptó invitación de los caballeros a cenar con ellos, y Sancho se quedó comiendo con el ventero. Hablaron de Dulcinea, y les contó sobre el encantamiento. Luego de comer, Sancho se unió. Compararon la versión con aquella original de Cide Hamete Benengeli. DQ no pudo seguir leyendo el libro impostor, por la falta de invención, la pobreza de letras y su riqueza en simplicidades. Y respondiendo a los caballeros, dijo que se dirigían a Zaragoza, a sus fiestas. DQ pensó en desviar su camino, para no seguir la ruta de esa versión impostora y desenmascarar al historiador moderno. Se fueron a dormir, y los caballeros quedaron maravillados de conocer a los dos verdaderos DQ y Sancho.

(D.Q 2.59) #Cervantes2018


Día 114: Con la noticia de que el falso historiador que escribió la 2da parte e sus aventuras, había escrito que iba a Zaragoza, decidió cambiar la ruta e ir directo a Barcelona. En el camino a Barcelona, tuvieron que dormir varias veces al aire libre. En una de esas noches, DQ fue atormentado en sueños/pensamientos por los recuerdos de la cueva de Montesinos, de Merlín, de Dulcinea encantada. Y se despertó con la disposición de darle los 3.000 azotes que romperían el encanto. Cogió a Sancho desprevenido y lo ató con cintas. Sancho se quejó recordando que los azotes debían ser voluntarios. Sancho se abalanzó sobre DQ y lo puso contra el piso. Sancho le rogó y convenció que le dejara a él mismo decidir sus azotes. Cuando Sancho se levantó sintió que le tocaban la cabeza, y al tocar con la mano sintió dos pies de personas. Llamó a DQ y le dijo que todos esos árboles tenían pies humanos. DQ lo calmó diciendo que ese era el bosque de los ahorcados, donde los ladrones por esos lares era ahorcados por la justicia. Al amanecer, se vieron rodeados de más de 40 bandoleros vivos, que les decían que se quedaran quietos y esperaran a su líder. Los hombres empezaron a registrar a Rucio y Rocinante, y cuando iban a despojar a Sancho, llegó el líder y detuvo a sus hombres. El líder se sorprendió de ver una lanza arrimada a un árbol, un escudo en el suelo, y a DQ armado y pensativo, con la más triste y melancólica figura que pudiera formar la misma tristeza. Y le dijo que no estuviese triste, que el no era un cruel, sino que era Roque Guinart, que era más compasivo que riguroso. DQ respondió que no era tristeza por haber caído en su poder sino por haber sido descuidado y no haber estado alerta. Roque que había escuchado de DQ, se dio cuenta enseguida de su enfermedad que tocaba más la locura que la valentía. Pero en ese momento llegaron varios caballos y hombres armados liderados por una mujer, que se presentó como Claudia Jerónima, hija de Simón Forte, y contó brevemente a Roque lo que había hecho: había matado al hijo de Clauquel Torrellas, enemigo de Roque, porque la había engañado y se había casado con otra. Entonces pedía ayuda a Roque para que le ayudase a escapar y defendiese a su padre de la venganza del enemigo. DQ escuchando la conversación, dijo que él mismo se encargaría de hacer cumplir a ese joven su promesa, vivo o muerto, que le diesen sus armas y su caballo y lo esperasen. Roque no los escuchó y fue él mismo con Claudia. Encontraron al joven herido siendo llevado por sus criados. Llegaron a ellos y Claudia le decía al moribundo que si no la hubiese engañado eso no hubiese pasado. El joven le dijo que había sido producto de sus celos y que sólo iba a desposarla a ella. Entonces Claudia se desmayó junto al joven. Y al despertar, sólo ella logró hacerlo. Roque ordenó a los criados que llevaran el cuerpo a su padre. Claudia le dijo que se iba a internar a un monasterio. Roque le ofreció toda la ayuda y regresó donde sus hombres. Roque y sus hombres sacaron todo lo que habían robado últimamente y lo repartieron exactamente en partes iguales. Diciendo que era la única forma de convivir entre ladrones. Sancho estaba impresionado por el sentido de justicia entre ladrones. Los bandoleros se fueron a atracar otro grupo, y Roque se quedó hablando con DQ, donde hablaron largamente sobre la justicia, los robos y las motivaciones. Quedando ambos sorprendidos con sus respectivos discursos. Hasta DQ le propuso enseñarle a ser caballero andante, ante la risa de Roque. Los bandoleros llegaron con las nuevas víctimas, que traían a dos capitanes de la infantería española, con un cargamento de varios escudos y sus familias en los carruajes. Al saber el monto, Roque propuso que le dieran una parte de su cargamento para compartir con sus hombres. Todos estaban sorprendidos del sentido de justicia y detalle de Roque, se hasta los capitanes agradecieron. Roque se apartó y escribió una carta a un amigo en Barcelona, diciendo que había conocido al famoso DQ, del que tantas cosas se decían. Que era un hombre muy gracioso y muy entendido. Para que lo atendiese cuando llegase. Envió la carta con uno de sus hombres, que se disfrazó de labrador.

(D.Q 2.60) #Cervantes2018


Día 115 y 116: En el capítulo 61, DQ y Sancho llegan a Barcelona finalmente, desviando la ruta original a Zaragoza, para engañar la versión impostora de la 2da parte de Avellaneda. Se encuentran con plena celebración del día de San Juan en Barcelona, con un espectáculo pirotécnico y hombres con artillería. Y entre ellos llegó el avisado amigo de Roque Guinart, que recibiría a DQ y Sancho, quien le dio la bienvenida al verdadero DQ de la Mancha. En el capítulo 62 sigue contando, como el avisado de Roque, que se llama Don Antonio Moreno, los lleva a su casa en plena celebración, pensando Sancho que habían llegados a unas segundas bodas de Camacho y segundo castillo de Duques, por la abundancia de comida, bebidas, fiesta y la imponente presencia de un castillo. Mientras comían y don Antonio presentaba las delicias, Sancho le contó de su etapa de gobernador. Luego don Antonio llevó a DQ a un aposento para contarle una historia íntima y personal, que pidió no replicar. Le llevó hacia una cabeza de bronce en una mesa, y le dijo que tal cabeza había sido fabricada por uno de los mayores encantadores y hechiceros del mundo, y tenía la virtud de responder cualquier pregunta. Aquella tarde salieron con DQ a pasear, y a Sancho lo mantuvieron entretenido en el castillo. DQ llevaba un balandrán, que a las espaldas llevaba cocido un pergamino en letras grandes que decía: "Éste es Don Quijote de la Mancha". En el paseo DQ se admiro de cuántos le admiraban y le reconocían. Pero entre uno de ellos, salió uno diciendo que era un loco y no sabía cómo seguía vivo después de tantos palos recibidos. Don Antonio salió en defensa de DQ y dijo al agresor que siguiese su camino. Volvieron a la casa, donde siguieron celebrando a sus huéspedes y amigas de la señora de la casa. Un día volvieron donde la cabeza mágica para hacerle preguntas. En su turno, DQ le preguntó por la cueva de Montesinos, si fue verdad; sobre los azotes de Sancho y el desencanto de su Dulcinea. La cabeza respondió con rodeos y generalidades. Sancho también le preguntó si volvería a gobernar y si volvería a ver a su mujer e hijos. La cabeza le dijo que gobernaría en su casa. Sancho insatisfecho dejó en manifiesto que la cabeza decía obviedades. Y DQ lo regañó. Cide Hamete interrumpe la narración para explicar que tal cabeza era una broma o truco que Don Antonio había visto en Madrid y la replicó. Y el que respondía escondido era sobrino de don Antonio. Otro día, Sancho y DQ salieron de paseo con dos criados de don Antonio, y vieron el letrero de "Aquí se imprimen libros". DQ emocionado porque no conocía la imprenta aún, entró al local. DQ habló de los libros con el encargado, que le explicó detalles de la imprenta. Y luego vio que estaban corrigiendo un libro. DQ preguntó el título, y le dijeron: Segunda parte del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. DQ se mostró despectivo con dicho libro, y dijo que pronto le llegaría su San Martín a esas historias fingidas. Luego, pidió a don Antonio que le llevase a ver las galeras.

(D.Q 2.61 y 2.62) #Cervantes2018


Día 117: Luego de las preguntas a la cabeza encantada, DQ pidió a don Antonio Machado que le llevase a las galeras, y fueron. En las galeras estaban avisados de la visita de los famosos DQ y Sancho, por lo que prepararon un gran recibimiento y hasta una entrada de honor. DQ estaba sorprendido con Barcelona, por la diferencia a la recepción en otros lados, y la aceptación de la magia en la vida, como lo de la cabeza encantada, y la aceptación de su figura de héroes y caballero andante. Incluso, la primera ve que ven y se montan en una galera, también les sorprende, a ambos, y hasta a Sancho le parece mágico. En un momento llegaron otras galeras, y traían un problema con una nave musulmana que terminó con el enfrentamiento y la baja de dos soldados. El capitán quería tomar venganza del arráez del bergantín, que era un joven con visible belleza. Venía entrando el Virrey en ese momento y conoció el caso, y pidió al joven que se presentara. El arráez sorprendió diciendo que no era turco de nación, ni moro, ni renegado. Era una mujer cristiana. Y dijo que antes de perder la vida le dejasen contar su historia. Así inició a contar su historia Ana Félix, quien contó sobre su origen y la travesía que la llevó hasta esos puertos. Contó sobre su pretendiente Gaspar Gregorio, joven hermoso, que se disfrazó de mujer, por correr peligro, porque según los bárbaros turcos tienen en más estima a muchachos hermosos que a una mujer, por bella que fuese. Y como llegaron a ese puerto, resultando en las actuales condiciones, sólo rogando que le dejaran morir como cristiana porque no era culpable de los pecados de su nación. Todos estaban conmovidos por el relato, entre ellos el Virrey y un anciano peregrino que observaba, quien se acercó a ella y se arrojó a sus pies, diciendo que él era Ricote, su padre. Y contó quien era su hija y su versión de la historia. El general le perdonó la vida. Don Antonio Moreno, también conmovido se llevó a la morisca y su padre.

(D.Q 2.63) #Cervantes2018


Día 118: La mujer de don Antonio Moreno recibió con afecto a Ana Félix, y admirada por su belleza, varias personas de la ciudad iban a verla. DQ se ofreció a rescatar a don Gregorio y devolver su libertad para reunirse con Ana. Pero Sancho saltó enseguida a protestar por tal locura. Don Antonio dijo que esperasen y si salía mal el caso daría permiso a DQ de ir a Berbería. Un día DQ se paseaba, armado como siempre, por la playa, y vio venir hacia él a un caballero también armado, con una luna en su escudo. Llegó y se presentó ante DQ, al que llamó por su nombre, como el Caballero de la Blanca Luna, y dijo que había ido a enfrentarse con él para probar sus fuerzas, y para comprobar que su dama era más hermosa que su Dulcinea; y en caso de vencerlo, quedaba a su merced. DQ se quedó sorprendido, pero le respondió severamente que nunca había escuchado de él, por lo tanto se quedaba con sus propias hazañas, pero que aceptaba el reto y que escogiera su lugar en el campo. En eso, en el castillo de don Antonio se enteraron del enfrentamiento y salieron todos a ver, incluso el visorrey. El visorrey se puso en la mitad tratando de entender las causas de esa imprevista batalla, y preguntó a don Antonio si era una burla, pero el de Blanca Luna le respondió sus dudas. El de Blanca Luna con un caballo más joven y rápido lanzó a Rocinante y DQ al piso, y luego se acercó poniendo su lanza sobre su visera, ordenando que confesara que su dama era más hermosa. DQ se negó y pidió que le quitara la vida antes que tener que decir esa mentira. El Caballero de la Blanca Luna disfrutó su victoria y se despidió lentamente al pisotear el orgullo de DQ, mientras don Antonio y el visorrey mandaron a seguir al caballero para conocer su identidad. Sancho triste al ver a su amo abatido en su peor derrota hasta la fecha.

(D.Q 2.64) #Cervantes2018


Día 119: don Antonio Moreno siguió con sus hombres al misterioso Caballero de la Blanca Luna para conocer su identidad. Al verse perseguido, el caballero decidió sentarse con don Antonio y contarle. Para los que no lo habían intuido, era el mismo bachiller Sansón Carrasco, que páginas atrás se le había aparecido a DQ como el Caballero de los Espejos, pero en esa ocasión DQ lo había vencido. Sansón prometió venganza, y la cumplió a cabalidad, al derrotar a DQ. Le contó además, que él lo hacía para pedirle y exigirle que volviese a su casa, para recuperarse de su locura por un año, sabiendo que nadie más respetaría los códigos como caballero. Y pidió que no revelara a DQ su identidad. Don Antonio le dijo que la enfermedad de locura de DQ era prodigiosa y le hacía un ser brillante y divertido, y él no quería que curase, pero que aún así no le revelaría su identidad. Don Antonio le contó al visorrey la historia del bachiller, y tampoco le gustó. Mientras, DQ adolorido en cama era consolado por Sancho, que le pedía que volvieran a casa a recuperarse. DQ dijo que su reclusión y retirada era por un año solamente, por perder la batalla, y luego volvería y tendría oportunidad de darle el reino a Sancho. Don Antonio interrumpió para darle una buena notoria, que sus hombres habían rescatado a don Gregorio, y ya se encontraba en casa. Todos en la casa estaban contentos, y fue el encuentro de don Gregorio con Ana Félix. Luego del encuentro, todos se despidieron, don Antonio iría con el bello y joven Gregorio a ver a sus padres, Ana Félix se quedaría con la esposa de Antonio y Ricote con el visorrey. DQ y Sancho también se despidieron. "DQ desarmado y con ropa de camino, y Sancho a pie, por ir Rucio cargado de armas".

(D.Q 2.65) #Cervantes2018


Día 120: Al salir de Barcelona y pasar por el sitio donde fue vencido, DQ dijo: "¡Aquí fue Troya!", en nueva alusión a la Eneida #Virgilio2018. DQ y Sancho iban hablando y filosofando en el camino sobre las victorias, las derrotas y la impredecible Fortuna. Sancho propuso dejar las armas en algún lado para librar a Rucio de la carga y él dejar de caminar. DQ aceptó y las dejarían bajo un árbol y dejarían un mensaje como el de Roldán en Orlando furioso. En el camino, 5 días después de caminata, se encontraron con mucha gente de fiesta y un labrador se acercó a ellos para que fuesen jueces de una apuesta, donde el hombre más flaco y el más gordo hicieron una apuesta para hacer una carrera, pero ambos llevando el mismo peso. Sancho, apelando a su experiencia de gobernante decidió dar la sentencia, diciendo al gordo que también debía aligerar en carnes y no sólo el flaco añadirse peso. Aquella noche pasaron amo y mozo a mitad del campo, y vieron que venía un hombre con alforjas en el cuello y un chuzo en la mano. El hombre se lanzó a las piernas de DQ y le agradeció de volver a casa de los Duques, y se identificó como Tosilos, el lacayo del duque que no quiso pelear con él sobre el casamiento de la hija de doña Rodríguez. Tosilos confesó que no hubo encantamiento, y el duque le hizo darle 100 palos por desobedecer, y doña Rodríguez y su hija ya no estaban en el Castillo. DQ desconfiado por los encantamientos, pensó que ese era otro truco y dijo a Sancho que él seguiría el camino y él se podía quedar comiendo con las provisiones del caminante. Tosilos se quedó hablando y comiendo con Sancho, quien no hizo esperar mucho a su amo, que le esperaba a la sombra de un árbol.

(D.Q 2.66) #Cervantes2018


Día 121: Mientras DQ esperaba bajo la sombra del árbol, pensaba en el desencanto de Dulcinea y en lo que haría en su forzosa retirada. Cuando Sancho llegó hablando de Tosilos, DQ le recriminó que aún lo creyese el verdadero lacayo, y le recordó sus sucesos de encantamientos, entre ellos los azotes que aún no se había dado. Siguieron hablando, hasta que llegaron al lugar donde fueron atropellados por los toros, y DQ recordó a los pastores que querían imitar a la pastoril Arcadia, por lo que le dijo a Sancho que se volvieran pastores, al menos en tiempo de su retirada. Él compraría ovejas, y se llamarían: "Quijótiz" y "el pastor Pancino". Y les pusieron sus respectivos nombres a aquellos que les aguardaban en casa, el barbero Nicolás, el bachiller Sansón Carrasco (ignorando que fue el vil caballero de luna blanca) y el cura. Sancho también nombró a su mujer e hijos con sus pastoriles. Sancho se emocionó y empezó a soltar refranes pastoriles, y DQ lo reprendió y le explicó el uso correcto de los refranes: "los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios, y el refrán que no viene a propósito antes es disparate que sentencia". Y se fueron a dormir al aire libre.

(D.Q 2.67) #Cervantes2018


El regreso forzado a casa de DQ y Sancho, pasando por los sitios de sus anteriores aventuras y evaluando lo que harán y qué serán en su año de retiro... está lleno de una nostalgia, que acompaña al lector, a punto de despedir a sus héroes. (A.S.B) #Cervantes2018


Día 122: Estando dormidos, DQ despertó en su 2do sueño y vio que Sancho seguía profundo. Lo despertó impresionado de su condición, y le insinuó que se diera 300 o 400 azotes a buena cuenta del desencanto de Dulcinea, porque no quería pelear con él. Sancho dijo que lo dejara dormir, porque no era religioso para que lo levantaran a azotes en medio del sueño, y le dio un discurso sobre su derecho al sueño, con alusiones a la Eneida: "Solo una cosa tiene mala el sueño, según he oído decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia". Seguían discutiendo hasta que escucharon un sonido que los asustó. El sonido se acercaba, y se dieron cuenta que eran unos hombres que llevaban a vender a una feria más de 600 puercos, que eran tantos, que el sonido era atronador y pasaron por encima de DQ, Sancho, Rocinante y Rucio. DQ mandó a Sancho a dormir, pasada la embestida, y él cantaría una canción que había compuesto. Al otro día, vieron los desastres de los cerdos y retomaron su camino, pero de repente vieron a lo lejos a varios hombres armados y a caballo que se les acercaban. Los rodearon y amenazaron, y los apresaron. Se sorprendieron al ver que llegaron de vuelta al castillo de los Duques.

(D.Q 2.68) #Cervantes2018


Día 123: DQ y Sancho fueron conducidos al castillo de los Duques, y al llegar al patio vieron levantado un túmulo como dos varas del suelo, cubierto con un terciopelo negro, y en sus gradas ardían velas sobre cien candelabros de plata. Encima del túmulo estaba el cuerpo muerto de una doncella. Junto al patio estaba un teatro armado, una tarima con dos sillas y dos personas con corona, y junto a ellos otras dos sillas reservadas para Sancho y DQ. Luego subieron el duque y la duquesa, y vieron que el cuerpo muerto era de Altisidora. Luego sonó una suave melodía y un joven cantó una canción sobre Altisidora muerta por la crueldad de DQ. Al terminar, hablaron los seres coronados, que resultaron siendo Minos y Radamanto, dos de los guardianes del infierno, y para revivir a Altisidora anunciaron cahetadas, sobos y pellizcos a Sancho, quien saltó enseguida a protestar, diciendo que no los iban a engañar. Entraron 6 dueñas con la intención de iniciar las acciones contra Sancho, pero éste protestó. DQ lo calmó diciendo que colaborara para resucitar a los muertos. Iniciaron las cosquillas, manoseos y pinzadas de alfiler y Sancho saltó quejándose. De repente, Altisidora, que debía estar cansada de estar postrada, revivió. Altisidora fue donde Sancho y le rogó recibir azotes para el desencanto de Dulcinea. DQ apoyó. Y todo se preparó para los esperados azotes. Sancho pidió que le dejaran la ropa.

(D.Q 2.69) #Cervantes2018


Día 124: Sancho durmió en el mismo aposento que DQ, contra su voluntad, pues sabía que su amo no dormía, y le haría constantes preguntas. Y no tardó DQ en preguntarle cosas, en especial sobre el suceso con Altisidora. Sancho contestó de mala gana y dijo que le dejara dormir si no quería que se lanzara por la ventana. DQ dijo que durmiera, si es que los alfilerazos, pellizcos y mamonas lo dejaban. Mientras dormían, nuestro omnipresente narrador, Cide Hamete, nos cuenta la nueva motivación de los duques. Y nos dice que los Duques planearon incluso la intervención del bachiller Sansón Carrasco, lo buscaron y armaron como el Caballero de la Blanca Luna para que se vengara por la previa derrota como Caballero de los Espejos, con la promesa que les informara de todos los detalles. Al saber que DQ volvía derrotado con la promesa de regresar a casa, decidieron hacer una nueva broma y con ayuda de sus hombres los llevaron al castillo a presenciar ese teatro. Cide Hamete duda de la misma cordura de los Duques antes estas absurdas bromas. Entró Altisidora al aposento y se sentó a la cabecera donde nuevamente se confiesa ante DQ. Sancho la interrumpe, preguntando qué vio al estar muerta. Altisidora dijo que no llegó al pleno infierno pero si llegó a la puerta, donde los diablos jugaban la pelota (las almas de condenados según imaginario medieval), y siguió describiendo, y en un punto mencionó algo que la admiró en el infierno, donde habían muchos libros, entre ellos estaba la "Segunda parte de la historia de Don Quijote de la Mancha", no la de Cide Hamete, sino por un aragonés, natural de Tordesillas. Contó que el diablo mandó el libro a los abismos del infierno por malo. DQ confirmó que esa debía ser la versión impostora y volvió a decirle a Altisidora que lamentaba no corresponderle. Altisidora enojada los llamó "don vencido y don molido a palos" y les dijo que todo lo que habían visto esa noche era fingido. Sancho confirmó la versión. Y entró un músico, admirador de DQ, que a la vez fue interrumpido por los Duques que entraron también para charlar con los héroes. DQ les pidió que les diesen licencia para irse ese mismo día porque los vencidos como él no debían estar en palacios. Los Duques lo concedieron. Altisidora siguió insultando a DQ, y el duque citó: "Porque aquel que dice injurias, cerca está de perdonar". Y se quedó llorando. DQ y Sancho se despidieron y partieron.

(D.Q 2.70) #Cervantes2018


Día 125: DQ y Sancho volvieron a su camino de regreso, luego de salir del castillo de los terribles Duques, y en el camino siguieron hablando de Altisidora, y su promesa de darle unas camisas a Sancho. DQ le propuso a Sancho que le pagaría por cada azote que se diese, y que se pagara él mismo, que guardaba su dinero. Sancho hizo las cuentas y llegó a 825 reales, que descontaría de los dineros de DQ, quien agradeció enormemente. Sancho quedó en empezar los azotes esa misma noche. Al llegar la noche, entraron a unos árboles y Sancho empezó con su penitencia, y DQ hacía el conteo. En medio del dolor, Sancho dijo que cada azote debía ser más caro, y DQ dijo que doblaría el pago, y Sancho resignado siguió. DQ temeroso por la vida de Sancho le propuso que siguiese otro día los que faltaban, pero Sancho insistía en seguir. Hasta que DQ lo convenció de aplazar los azotes. El día siguiente, siguieron el camino, y llegaron a un mesón donde tenían varias sagas (telas con lienzos), con imágenes del rapto de Elena, y en otra estaba Eneas y Dido #Virgilio2018 y luego hablaron de los próximos azotes faltantes. Propuso DQ terminar al llegar a la aldea, y Sancho dijo que le gustaba en el campo acompañado por los árboles, que le daban fuerzas. Y terminó con una serie de refranes, que no hicieron gracia a DQ.

(D.Q 2.71) #Cervantes2018


Día 126: DQ y Sancho siguieron en el mesón, esperando la noche, donde seguirían con la penitencia de Sancho. De repente entró al mesón un caminante a caballo con sus criados, uno de los cuales le llamó, Álvaro Tarfe. DQ recordó ese nombre y dijo a Sancho que según cuando hojeó aquel libro de la 2da parte de sus aventuras (Avellaneda), en Zaragoza se encontró con ese hombre. Al que luego DQ se cruzó fuera en el portal e iniciaron una charla. Álvaro le dijo que DQ era gran amigo suyo y por él había salido de su tierra a Zaragoza. DQ le preguntó si él se le parecía al famoso DQ, y Álvaro dijo que no y añadió: "aunque tenía fama de muy gracioso, nunca le oí decir gracia que la tuviese". Sancho saltó en seguida y confrontó a Álvaro Tarfe, diciendo que él y su amo eran los verdaderos DQ y Sancho Panza, y cualquier otro era burlería y cosa de sueño. Álvaro se ríe y confirma que ellos son los verdaderos y este Sancho era mucho más divertido, y dijo que los encantadores habían querido que lo persiguieran los DQ y Sancho falsos/malos, y dijo que le dejaría metido en la Casa del Nuncio (manicomio de la época donde al final se interna al Quijote de Avellaneda). DQ le dice que nunca ha estado en Zaragoza, y cuando vio que el otro Quijote iba a Zaragoza, él cambió su rumbo a Barcelona, pero le dijo que notificará al alcalde del lugar que nunca antes había visto al verdadero DQ, hasta ese momento. Precisamente entró el alcalde del pueblo al mesón, y firmó una declaración afirmando lo que decían. DQ y Sancho estaban alegres e hicieron amistad con Álvaro, que se vio desengañado. Al llegar la tarde, se despidieron de don Álvaro y se metieron nuevamente entre árboles para pasar la noche y Sancho seguir su penitencia. DQ no perdió la cuenta y contó 3.029 azotes. Al amanecer siguieron su camino. DQ feliz de ver a Dulcinea desencantada. Subieron una cuesta arriba y vieron su aldea. Sancho se arrodilló y dijo:

"Abre tus ojos deseada patria, y mira que vuelve a ti Sancho Panza, tu hijo, si no muy rico, muy bien azotado. Abre los brazos y recibe también a tu hijo DQ, que, si viene vencido de los brazos ajenos, viene vencedor de sí mismo, que, según él me ha dicho, es el mayor vencimiento que desearse puede. Dineros llevo, porque si buenos azotes me daban, bien caballero me iba".

DQ lo regañó y dijo que siguieran, a entrar a su hogar, donde darían vado a sus imaginaciones, y la traza que en la pastoral vida pensaban ejercitar. Bajaron la cuesta y llegaron a su pueblo.

(D.Q 2.72) #Cervantes2018


Día 127: Entrando a su aldea, DQ y Sancho tuvieron una serie de malos agüeros y extraños sucesos: dos muchachos riñendo que mencionaron una frase que parecía vaticinar que DQ no vería nunca más a Dulcinea, también una liebre huyendo de unos galgos. Sancho atrapó la liebre y le dijo a DQ que no era muy cristiano creer en esos agüeros. Entrando se encontraron al cura y al bachiller Sansón Carrasco, quienes lo recibieron con abrazos, y también varios niños rodearon a los recién llegados evaluándolos. En la casa de DQ se encontraba su ama y su sobrina, y también Teresa Panza y Sanchica. Teresa dijo que no esperaba verlo llegar en fachas del que había sido gobernador, y Sancho le dijo que traía dinero y se fueron a su casa, dejando al pobre DQ a merced del ama, su sobrina, el cura y el bachiller. DQ le contó al bachiller y el cura la historia de su derrota y su promesa de quedarse en casa un año, y también expuso sus proyectos pastoriles para entretenerse en la soledad de los campos y dar rienda suelta a sus pensamientos, y les dijo que lo acompañaran, que él se llamaría Quijótiz; el bachiller, el pastor Carrascón; y el cura, Curiambro; y Sancho, el pastor Pancino. Se quedaron pasmados con la nueva locura, pero con tal que no saliera de la aldea aceptaron. El bachiller animado dijo que él compondría poemas y versos pastoriles. El ama y la sobrina escucharon la conversación y entraron a criticarla porque no contemplaba el descanso, y DQ las reprendió y pidió lo llevaran a su lecho porque no se sentía muy bien, y dijo que como caballero andante o pastor por andar, no dejaría de acudir a lo que hubiéredes menester, como lo demostraría con sus obras.

(D.Q 2.73) #Cervantes2018


Día 128: Por cosas de la vida, DQ cayó mal en cama. No se sabía si era por la melancolía que causaba la derrota, o por simple voluntad divina. DQ estuvo con fiebre seis días en cama, en los cuales era visitado por el cura, el barbero, el bachiller, sus amigos, y de la cabecera nunca se separaba su buen escudero, Sancho Panza. Intentaron animarle por todos los lados, promesas de la vida pastoril, pero DQ seguía mal. Durmió un buen rato y luego se levantó y pidió a su sobrina que llamara a sus amigos, porque sentía la muerte cerca y quería confesarse y hacer su testamento. Se llamó así mismo Alonso Quijano, y que ya no era Don Quijote de la Mancha. Y todos se admiraron al percatar que Alonso Quijano estaba muy cuerdo. Primero, asegurar el pago de Sancho por sus servicios de escudero en su locura, y pidió perdón a Sancho por hacerse parecer loco. Sancho le rogó que no se muriese, que la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más. Le habló de las próximas aventuras juntos, y si era melancolía por la derrota, dijera que había perdido por su culpa, por no ensillar bien a Rocinante. Y de sus libros de caballería, donde siempre el que es vencido tiene oportunidad de redimirse. Sansón Carrasco apoyó lo que dijo Sancho. Siguió leyendo la voluntad de su testamento, a su sobrina Antonia Quijana, a su ama, hasta al cura y el bachiller. Y apuntó que su sobrina quería casarse, y se averiguara que el prometido sabe lo que son los libros de caballería, perdiese automáticamente lo que le había dejado. Hasta dejó una petición por si encontraban al autor de la 2da parte falsa del Quijote. El cura pidió al escribano certificar que el verdadero Don Quijote, Alonso Quijano, había muerto para evitar que otros autores le resucitasen falsamente; y como el mismo Cervantes dijo en el prólogo de su 2da parte, adelantando que dejaba a su héroe muerto y sepultado, también para evitar que lo resucitasen impostores. Cide Hamete no especificó el lugar de la Mancha donde murió, para que todas las villas y lugares de la Mancha lo tuvieran por suyo, así como las 7 ciudades de Grecia por Homero. Como epitafio en su sepultura, Sansón Carrasco puso:

"Yace aquí el hidalgo fuerte
que a tanto extremo llegó 
de valiente, que se advierte 
que la muerte no triunfó 
de su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo en poco,
fue el espantajo y el coco
del mundo, en tal coyuntura,
que acreditó su aventura
morir cuerdo y vivir loco".

Hasta Cide Hamete deja su epitafio en las letras.

Y así termina la historia del famoso caballero andante y su autor, que auguró el enorme éxito y la inmortalidad de su obra en sus páginas. Gracias a Sancho, Gracias al Quijote, y gracias a Cervantes. Y... "vale" ("Adiós, que estés bien", fórmula latina de despedida, y la última palabra de la novela).

Fin de las aventuras del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.

(D.Q 2.74) #Cervantes2018


#Cervantes2018




"Adiós Sancho, Adiós Quijote, Adiós Cervantes"... Gracias por 128 días mágicos, de risas, dramas, melodramas, reflexiones, dudas, amistad, locura, cordura... y sobre todo de pura literatura y eterno homenaje al arte de narrar, a los libros y la literatura. Pronto publico mi post recopilatorio de todas las reseñas y resúmenes de los 128 días y un comentario general. Y "vale". (A.S.B)

#Cervantes2018




Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)


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