lunes, 28 de noviembre de 2022

Reseña Completa y Análisis de la película: Aftersun (Charlotte Wells) - 2022 / UK / MUBI

 
 
Una de las joyas del 2022, de las mejores películas del año (quizás la mejor hasta ahora) y desde que la vi estoy pensando en ella como una posible obra maestra. Es la ópera prima de la joven directora, guionista y productora escocesa, Charlotte Wells, quien de forma increíble y austera toma una historia aparentemente sencilla y la eleva en nivel de complejidad y de profundidad, gracias a una estructura, una dirección, un guión, una fotografía y un montaje brillante y original. La directora nos introduce de forma sutil en una grabación, en una serie de imágenes intimistas y un collage de recuerdos (y reflexiones) de una mujer, Sophie, quien recuerda las vacaciones de verano que tuvo con su padre 20 años atrás. La pequeña Sophie viaja a pasar el tiempo con su padre, un joven de unos 30 años, quien se separó de la madre y lidia con dificultades económicas, con problemas de depresión, que son sugeridos en varias escenas, y con traumas de infancia, sugeridos a la vez, por medio de escenas intermitentes, fugaces y oníricas en medio de una pista de baile abarrotada en una discoteca, donde se atisba en el medio al niño y al hombre atormentado. Y en esa discoteca también se logra ver de forma intermitente a la niña adulta, quien se funde con la identidad del padre, como símbolo de esa búsqueda psicológica y personal del personaje.
 
 

 
 
Me encanta que a pesar de apelar al pasado y a contruir toda la película a base de los recuerdos, no recurre a meros flashbacks baratos, sino que nos sitúa en el subconsciente de Sophie, quien a través de la perspectiva de una niña de 11 años que adora, extraña y se preocupa por su padre, comparte con el espectador fragmentos de sus recuerdos (reales e imaginarios), de vistazos grabados de un vídeo y también en ese proceso se expone ante el espectador como la pre adolescente que se encuentra atravesando por distintos cambios físicos, explorando la curiosidad y el deseo por los otros cuerpos, y que también es consciente de los problemas silenciosos de su padre, al que intenta entender y descubrir en este viaje intimista.  
 
 

 
 
La película es bellísima, rodada con una sensibilidad y un detalle en los gestos, las miradas, los enfoques y los planos, que completan un cuadro intimista tan poderoso, único y original como pocas veces he visto en una pantalla, además de una narración profunda, poética, visceral y rica en elementos. Está llena de ternura, de dolor y de mucha humanidad. Además de mucho talento y recursos creativos para dirigir, escribir y producir esta estupenda película, que al parecer contiene algunos ecos biográficos de la misma autora.
 
 

 
 
Aunque pueda tener un cariz realista y casi documental, la directora nos deja pistas que nos llevan a una inminente ambigüedad en la interpretaciones de los hechos y recuerdos, pero unas preguntas e indagaciones muy bien hiladas e ingeniosamente bien llevadas, que nos llevan por caminos tantos oscuros como luminosos y grises, y depende del espectador el tipo de enfoque que le quiera dar. Aunque algunas pistas que deja parecen dar una mayor luz sobre un enfoque determinado. Como el mismo título, “Después del sol”, indicando oscuridad y penumbra, y al que el padre hace alguna que otra referencia en indicación a la depresión que sufre. Esta interpretación nos lleva a desconfiar incluso del final y hasta qué punto determinado en su último tramo solo estamos presenciando fantasmas.
 
 

 
 
Finalmente, la película explora magistralmente la relación entre padre e hija (sobre todo el caso de padre joven e hija pre adolescente), la exploración del deseo y la entrada a la adolescencia, la consciencia, el amor, los traumas, las frustraciones y los bellos momentos que permanecen en la memoria, así como las preguntas y la incapacidad de entendimiento en las relaciones parentales, entre otros temas. Posee esa sensibilidad inherente que a veces menciono que encuentro en el cine asiático, en el cine hecho por mujeres (y algunos hombres), que para mí las etiqueta inmediatamente como joyas, y también debo confesar que me conmovió profundamente hasta casi las lágrimas, siendo la primera en hacerlo en todo el año. Y eso para mí es un indicador muy confiable y que siempre busco en cada película. 
 
 

 
 
Y si ya pensaba que la película era brillante, llega ese final que pone la cereza del pastel, con unas transiciones entre escenas que dirigen al espectador hacia una despedida, a la materialización de un recuerdo incompleto, hacia un duelo y una catarsis. Me sorpendió la originalidad y la maestría en cerrar esta función por todo lo alto, con toda la ambigüedad, toda la emoción y como un engranaje perfecto que hace click finalmente. Además de todos, creo que no he mencionado la banda sonora y la música utilizada en la película que es muy buena, y por supuesto, el excelente trabajo del reparto, sobre todo los dos brillantes protagonistas, padre (Paul Mescal) e hija (Francesca Corio), quienes se apropian y viven sus personajes, y permiten que todo lo demás funcione a la perfección. En fin, una de las películas que no pueden dejar de ver. Se encuentra en la plataforma de cine indie, Mubi, y se ha hecho un estreno limitado esta semana en algunas salas del país.   

 
 
 

Reseña Completa y Análisis de la película: Aftersun

 

 

martes, 22 de noviembre de 2022

Reseña Completa y Análisis de la película Tár (Todd Field) - 2022 / U.S.A.

 
 
El regreso de Todd Field tras más de 15 años de ausencia con Tár es tremendo. La película es muy compleja y brillante. La vi hace pocos días y no me atreví a publicar un comentario instantáneo sino que sentí la necesidad de seguirla procesando. La película, ambientada en los tiempos que corren, nos sitúa en el entorno de una famosa compositora, Lydia Tár, quien además de talentosa tiene un carácter fuerte y dominante, que en ocasiones intimida a sus estudiantes, colegas y empleados. Lydia vive con su pareja, Sharon, y la hija adoptiva de ambas mujeres: Petra, pero pronto saltará a luz pública un escándalo que amenaza con acabar la carrera de Lyidia. La película se ha comentado y vendido de forma masiva como una película sobre la cultura de la cancelación, y aunque tiene mucho que ver con el tema, Todd Field construye una película que va mucho más allá y nos sumerge en terrenos pantanosos, grises e incómodos que llevarán al espectador a pensar y reflexionar sobre distintos matices alrededor de este tema, sin ningún tipo de sesgo o predica. Field, quien ya nos ha regalado dos películas excelentes, demoledoras e incómodas: In the Bedroom (2001) y Little Children (2006), con Tár nos enfrenta a los entresijos y tentaciones del poder, a la estandarización del abuso, al poder destructivo e inquisitorial de las redes sociales y la tecnología, a la venganza, entre otros temas, pero de trasfondo de todo se atreve a escarbar entre los vericuetos del proceso creativo y de la crisis del artista ante las limitaciones ideológicas y éticas de la sociedad actual.
 
 

 
 
Me gusta que al inicio de la película nos muestren una entrevista donde el presentador enumera los innumerables logros de Lydia, el ídolo, que además representa una elección interesante como mujer en el centro de poder, porque se hace visible su aura de ser intocable y superior (como figura masculina), pero a la vez se manifiesta la fragilidad de su estatus (como mujer), cuando cae en el ojo de huracán por comportamientos que sus pares masculinos mantenían de forma institucionalizada por décadas, y éstos le dan la espalda, como lo hace la misma sociedad. Es muy complicado y superfluo buscar y señalar a los personajes de víctimas o villanos, como el mismo cine nos ha acostumbrado, porque Lydia es de todo al mismo tiempo, pero más allá de ello es una artista creadora brillante con una inteligencia que cautiva y seduce, quien se encuentra en proceso de crear una sinfonía para cerrar un ciclo de Mahler, y ve su fuente de inspiración trabada. Es una mujer apasionada que busca el amor, la admiración, el sometimiento y el deseo a través de sus distintas relaciones con otras mujeres (musas), en un proceso espiritual y casi místico que adquirió en su tiempo de aprendizaje en el Amazonas, lo que le hace consumir a sus musas y aprovecharse claramente de su posición. Eventualmente, encuentra la inspiración en su pequeña hija adoptada, con rasgos distintos a los de ambas mujeres, lo que le generan problemas de bullying en la escuela, pero ya ha realizado un daño irreparable en otras personas en el camino, lo que le trae consecuencias en su vida y su carrera.
 
 

 
 
La película está muy bien dirigida y escrita, con el director apoyándose de forma incondicional en el magistral trabajo de su actriz principal, Cate Blanchett, quien se apropia de este personaje complejo y le da todos las matices, los micro gestos, las miradas, los roces, que terminan de dibujar el perfil de la compositora y nos lleva a navegar con ella este camino donde en cierta forma se convierte en objeto de expiación de otras personas, de otros poderes y de otras fuerzas. Un sacrificio.
 
 

 
 
Es por esto que es reduccionista definirla o etiquetarla como una denuncia, porque durante el metraje observamos distintas dinámicas en las relaciones de poder que se trasladan fácilmente a distintos campos y entornos. Es más un espejo, una proyección y una exposición que desentraña con frialdad, contundencia y a la vez sutileza una realidad muy actual, en donde a diario se señalan y se invitan a los actos de fe y a la lapidación de personas. Y no solo habla o señala, sino que también hace y deja preguntas, como en el tema de la creación, ¿Se está limitando actualmente? ¿Lleva de forma inherente algo tan luminoso como oscuro? ¿Intentando crear un ideal moral que en realidad no existe, y que lleva inevitablemente a la muerte del arte, del artista y los creadores?
 
 

 
 
Aunque Lydia se nos muestre al final como la representación el ocaso de un ídolo, a la gran artista condenada y relegada, eso en ningún momento indica una redención, una lección o una moraleja, sino que nos dibuja un personaje de una enorme complejidad, en donde creo que sobresale su pasión y su espíritu creador, el cual refirmo que me parece que es el motor de la película. Así que creo que si hay algo que quizás señale el autor podría ser la estandarización moral del arte y del artista, la reducción de sus posibilidades de elección y la resignación a nuevos moldes sobre lo que es mejor y bueno de mostrar. Una dictadura del pensamiento que se extiende cada vez más a otras vertientes del conocimiento y el arte. Y es probable que el autor, quien llevaba muchos años sin hacer películas, con distintos proyectos fallidos que no lograron luz verde, no esté denunciado nada porque simplemente expone una realidad que ya se encuentra entre nosotros y que aparentemente es irreversible. Un canto de resignación. ¿Un adiós? Y muchas cosas más que podríamos interpretar, y de las que seguro seguiré pensando y cavilando, como ando haciendo desde que la vi (por lo que no quise publicar algo instantáneo o ligero), y celebro que aún hayan películas así hoy en día. Espero que todos la puedan ver y que también les deje mucho en qué pensar. Y no debo olvidar resaltar los excelentes trabajos de Nina Hoss o Noémie Merlant, pero es Blanchett la que como su personaje y su fuerza coordina el tiempo, los silencios, el ritmo y le da armonía a todo el engranaje de Field, quien evidentemente escribió el guión pensando en ella. La película logró la Copa Volpi a la Mejor Actriz (Blanchett) en el Festival de Venecia, y quizás estamos ante la mejor actuación del año, y una de las mejores películas de la temporada.   
 
 

Reseña de la película Tár

 

 

viernes, 18 de noviembre de 2022

Reseña de la película: Everything Will Be Ok (Rithy Panh) - 2022 / Camboya

 
 
La película más reciente del reconocido director camboyano, Rithy Panh, sigue su particular estilo, narrando una historia a través de voz en off e ilustrada con figuras pintadas y talladas a mano. Podríamos decir que la película pertenece a la misma categoría del documental “Flee”, que bien puede ser nominada a los rubros de película internacional, animación y documental. 
 
 

 
 
En esta ocasión, Panh se centra en el drama de Myanmar, que inició con un golpe de estado a principios del 2021 y trascendió a distintas protestas por parte de la población civil, quienes han sido reprimidos de muchas formas violentas, registrados en vídeos como los que aparecen en el documental. 
 
 

 
 
“Everything will be ok” es la frase que tenía la camiseta de un adolescente asesinado en las protestas, y a partir de allí realiza una reflexión sobre las dictaduras, los dictadores, la democracia, la represión, la descomposición de la sociedad (en espíritu y su medio ambiente) y la autodestrucción histórica del ser humano. 
 
 

 
 
Mezcla las imágenes de las figuras, con sus escenarios también creados manualmente en miniatura e imágenes de archivo que emulan y refuerzan el mensaje. Y en esta ocasión, su reflexión sobre los dictadores me recordó mucho a la que hizo el mismo George Orwell en “Rebelión en la granja”, al comparar y relacionar a los líderes de entonces con la figura de animales, como cerdos, etc. Y se asemeja también a la novela de Orwell en ambientar una distopía, pero con una pequeña luz al final del camino. Otra excelente propuesta, bella, dura y creativa del director. Ganadora del Oso de Plata en el reciente Festival de Berlín 2022.

 
 
 

Reseña de la película: Everything Will Be Ok

 

 

jueves, 10 de noviembre de 2022

Reseña de la película: La Roya (Juan Sebastián Mesa) – 2021 / Colombia / Estreno Salas de Cine

 
 
Pude ver “La Roya”  por primera vez en la edición del FICCI 61 a principios de este año, y ahora se ha estrenado en carteleras de cine del país (en Cartagena en Plaza Bocagrande). Fue la película de inauguración del festival, del mismo director de la película “Los Nadie”, que también inauguró el FICCI en ediciones anteriores. La película cuenta la historia del joven Jorge, quien es el único de su generación que decidió quedarse a trabajar en el campo (en una finca cafetera heredada de su padre), pero pronto se reencuentra con sus viejos amigos y su antigua novia, quienes visitan el pueblo para disfrutar de las festividades locales y hacen que Jorge replantee muchas cosas de sus decisiones de vida.
 
 

 
 
La película sigue la tendencia de varias de las películas que vi en esa edición del festival, en donde se presenta el contraste entre la vida rural y la urbana, y su inevitable choque, sobre todo cuando el reencuentro se hace en personas de la misma generación. Jorge es un joven sensible, quien además siente una conexión con la naturaleza, los animales y hasta los bichos, que quizás le hayan hecho rehuir a escapar a la ciudad, pero también se encuentra solo en un trabajo de campo que cada vez menos tiene relevo generacional, lo que le hacen mover muchas fibras cuando convive con sus amigos, su ex novia y reviven viejos tiempos.
 
 

 
 
Pero en ese tiempo también confirma quizás lo que le hace reafirmar su decisión mientras se sumerge en una experiencia sensorial a través de sustancias psicoactivas con sus compañeros, en lo que es una escena onírica y sensorial muy bien rodada y ambientada. Y a la vez que Jorge es tentado con las experiencias citadinas de sus amigos y su ex, los cafetales son invadidos con la plaga de La Roya, que va afectando silenciosa y lentamente cada una de las hojas. Ese paralelismo es bellísimo y poético, lo que lleva a Jorge a reflexionar nuevamente sobre todo, tomar decisiones y tener una visión completamente nueva de su papel de resiliencia y resistencia en el campo.
 
 

 
 
La película está muy bien rodada y retrata muy bien este choque, el contraste de los entornos y el conflicto interno del personaje. Es muy sencilla, diáfana y no tiene un gran drama que haga que explote la emoción de forma extensiva en algún momento, lo que para mí hace que sume puntos, pues esa traslación de la cotidianidad le dota de humanidad e intimismo, y no queda libre de emoción, pues al igual que ocurre con su protagonista, quedan contenidas en el tiempo. Muy bella película.  

 
 

Reseña de la película: La Roya