martes, 22 de noviembre de 2022

Reseña Completa y Análisis de la película Tár (Todd Field) - 2022 / U.S.A.

 
 
El regreso de Todd Field tras más de 15 años de ausencia con Tár es tremendo. La película es muy compleja y brillante. La vi hace pocos días y no me atreví a publicar un comentario instantáneo sino que sentí la necesidad de seguirla procesando. La película, ambientada en los tiempos que corren, nos sitúa en el entorno de una famosa compositora, Lydia Tár, quien además de talentosa tiene un carácter fuerte y dominante, que en ocasiones intimida a sus estudiantes, colegas y empleados. Lydia vive con su pareja, Sharon, y la hija adoptiva de ambas mujeres: Petra, pero pronto saltará a luz pública un escándalo que amenaza con acabar la carrera de Lyidia. La película se ha comentado y vendido de forma masiva como una película sobre la cultura de la cancelación, y aunque tiene mucho que ver con el tema, Todd Field construye una película que va mucho más allá y nos sumerge en terrenos pantanosos, grises e incómodos que llevarán al espectador a pensar y reflexionar sobre distintos matices alrededor de este tema, sin ningún tipo de sesgo o predica. Field, quien ya nos ha regalado dos películas excelentes, demoledoras e incómodas: In the Bedroom (2001) y Little Children (2006), con Tár nos enfrenta a los entresijos y tentaciones del poder, a la estandarización del abuso, al poder destructivo e inquisitorial de las redes sociales y la tecnología, a la venganza, entre otros temas, pero de trasfondo de todo se atreve a escarbar entre los vericuetos del proceso creativo y de la crisis del artista ante las limitaciones ideológicas y éticas de la sociedad actual.
 
 

 
 
Me gusta que al inicio de la película nos muestren una entrevista donde el presentador enumera los innumerables logros de Lydia, el ídolo, que además representa una elección interesante como mujer en el centro de poder, porque se hace visible su aura de ser intocable y superior (como figura masculina), pero a la vez se manifiesta la fragilidad de su estatus (como mujer), cuando cae en el ojo de huracán por comportamientos que sus pares masculinos mantenían de forma institucionalizada por décadas, y éstos le dan la espalda, como lo hace la misma sociedad. Es muy complicado y superfluo buscar y señalar a los personajes de víctimas o villanos, como el mismo cine nos ha acostumbrado, porque Lydia es de todo al mismo tiempo, pero más allá de ello es una artista creadora brillante con una inteligencia que cautiva y seduce, quien se encuentra en proceso de crear una sinfonía para cerrar un ciclo de Mahler, y ve su fuente de inspiración trabada. Es una mujer apasionada que busca el amor, la admiración, el sometimiento y el deseo a través de sus distintas relaciones con otras mujeres (musas), en un proceso espiritual y casi místico que adquirió en su tiempo de aprendizaje en el Amazonas, lo que le hace consumir a sus musas y aprovecharse claramente de su posición. Eventualmente, encuentra la inspiración en su pequeña hija adoptada, con rasgos distintos a los de ambas mujeres, lo que le generan problemas de bullying en la escuela, pero ya ha realizado un daño irreparable en otras personas en el camino, lo que le trae consecuencias en su vida y su carrera.
 
 

 
 
La película está muy bien dirigida y escrita, con el director apoyándose de forma incondicional en el magistral trabajo de su actriz principal, Cate Blanchett, quien se apropia de este personaje complejo y le da todos las matices, los micro gestos, las miradas, los roces, que terminan de dibujar el perfil de la compositora y nos lleva a navegar con ella este camino donde en cierta forma se convierte en objeto de expiación de otras personas, de otros poderes y de otras fuerzas. Un sacrificio.
 
 

 
 
Es por esto que es reduccionista definirla o etiquetarla como una denuncia, porque durante el metraje observamos distintas dinámicas en las relaciones de poder que se trasladan fácilmente a distintos campos y entornos. Es más un espejo, una proyección y una exposición que desentraña con frialdad, contundencia y a la vez sutileza una realidad muy actual, en donde a diario se señalan y se invitan a los actos de fe y a la lapidación de personas. Y no solo habla o señala, sino que también hace y deja preguntas, como en el tema de la creación, ¿Se está limitando actualmente? ¿Lleva de forma inherente algo tan luminoso como oscuro? ¿Intentando crear un ideal moral que en realidad no existe, y que lleva inevitablemente a la muerte del arte, del artista y los creadores?
 
 

 
 
Aunque Lydia se nos muestre al final como la representación el ocaso de un ídolo, a la gran artista condenada y relegada, eso en ningún momento indica una redención, una lección o una moraleja, sino que nos dibuja un personaje de una enorme complejidad, en donde creo que sobresale su pasión y su espíritu creador, el cual refirmo que me parece que es el motor de la película. Así que creo que si hay algo que quizás señale el autor podría ser la estandarización moral del arte y del artista, la reducción de sus posibilidades de elección y la resignación a nuevos moldes sobre lo que es mejor y bueno de mostrar. Una dictadura del pensamiento que se extiende cada vez más a otras vertientes del conocimiento y el arte. Y es probable que el autor, quien llevaba muchos años sin hacer películas, con distintos proyectos fallidos que no lograron luz verde, no esté denunciado nada porque simplemente expone una realidad que ya se encuentra entre nosotros y que aparentemente es irreversible. Un canto de resignación. ¿Un adiós? Y muchas cosas más que podríamos interpretar, y de las que seguro seguiré pensando y cavilando, como ando haciendo desde que la vi (por lo que no quise publicar algo instantáneo o ligero), y celebro que aún hayan películas así hoy en día. Espero que todos la puedan ver y que también les deje mucho en qué pensar. Y no debo olvidar resaltar los excelentes trabajos de Nina Hoss o Noémie Merlant, pero es Blanchett la que como su personaje y su fuerza coordina el tiempo, los silencios, el ritmo y le da armonía a todo el engranaje de Field, quien evidentemente escribió el guión pensando en ella. La película logró la Copa Volpi a la Mejor Actriz (Blanchett) en el Festival de Venecia, y quizás estamos ante la mejor actuación del año, y una de las mejores películas de la temporada.   
 
 

Reseña de la película Tár

 

 

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