Inició y siguió adelante el festival de cine para la alegría de todos los cinéfilos que lo esperamos con ilusión cada año. Este inicio se ha visto marcado por la amenaza del coronavirus, lo que ha generado un gran sentimiento de paranoia colectiva, y eso que hablo solamente de mi caso personal. Y estas reacciones no las veo negativas, creo que precisamente ha hecho que se extremen medidas de seguridad, no solamente en el festival sino en los asistentes (porque todo pasa por el autocuidado). Las personas que deciden no asistir por edad, por su estado inmune, por prevención, etc., creo que lo que hacen está bien, como también los que han decidido asistir (he visto varias personas mayores) y están cumpliendo con las normas de precaución e higiene, que el festival también se está encargando de hacer cumplir con sus mensajes antes de las películas, la disponibilidad de antibacteriales, y la cancelación de eventos que aglomeren un mayor número de asistentes. Creo que con ese trabajo y responsabilidad conjunta podemos seguir desarrollando y disfrutando del festival, que con esfuerzo sacó adelante esta edición 60. Difundir el autocuidado y la auto responsabilidad, y no tanto de la paranoia, porque muchas personas son muy frágiles y se pueden enferman solas con estos sentimientos colectivos. Incluso yo también desde hace dos días me sentía un poco inseguro por todos esos comentarios alrededor y el primer caso que se dio en Cartagena, pero decidí finalmente asistir, disfrutar del cine y seguir muy estrictamente las recomendaciones de cuidado.
No siendo más, inicio con mis diarios sobre las jornadas del FICCI 60.
Documental "Se sufre pero se aprende"
Día 1:
La cordillera de los sueños (Patricio Guzmán)
Uno de mis recomendados del FICCI60, este nuevo documental de Patricio Guzmán, fiel a sus anteriores, sigue mezclando el tema de la naturaleza, la memoria, el desarrollo y la política. Aunque quizás sea este el más político de todos. La cordillera se erige como gran protagonista e hilo conductor del documental, que se aborda desde el pasado de Chile y la etapa oscurantista de la dictadura hasta los problemas actuales del sistema económico, las protestas y la tierra alquilada de la cordillera, donde funcionan otras empresas extranjeras que explotan el preciado cobre chileno. Un testimonio de afuera, pero de un eterno amante de su país. Muy recomendado de ver, así como los dos anteriores documental del director que con este conforman una especie de trilogía (aunque el cine de Guzmán se ha centrado siempre en Chile): Nostalgia de la luz (2010) y el Botón de nácar (2015). Preciso, estrenados cada 5 años cada uno.
O Reflexo do Lago (Fernando Segtowick)
“El reflejo del lago” es otro documental dentro de la sección “Algo que declarar”. Es un interesante documental sobre las únicas comunidades que quedan en Tucuruí, en Pará, al norte de Brasil, lugar en donde queda una de las represas hidroeléctricas más grandes del mundo. No es un documental convencional porque como el mismo director explicó, aunque inicialmente estaba programado hacer un documental con entrevista a los habitantes que quedan en la zona, poco a poco el mismo material le hizo cambiar el formato, involucrando más a la naturaleza y a él mismo y su relación con la Amazonía. Hay muchas escenas contemplativas donde se observa la cotidianidad de la gente, del río y el paisaje en un blanco y negro que evoca la atemporal y también una especie de luto. Al inicio se muestran unas declaraciones de tv del presidente de turno en la década de los 40, que promovía la explotación del Amazonas. Imágenes que a la vez contrastan con las últimas, que también son más actuales y apocalípticas: los recientes incendios en el Amazonas. Una idea también atemporal que siempre ha estado presente en distintos gobernantes del Brasil, como el actual. Es un documental muy interesante, que expone la depredación del ser humano y su intervención sobre la naturaleza.
A vida invisível de Eurídice Gusmão (Karim Aïnouz)
Una de las películas que más tenía ganas de ver de este FICCI60, y una de las que no se pueden perder. Ambientada en el Río de Janeiro de 1950, nos muestra el interior de una conservadora familia portuguesa, centrada en la relación de dos hermanas: Eurídice y Guida, quienes se ven obligada a luchar juntas e individualmente en un entorno opresivo y machista, que las aleja de sus propios deseos y aspiraciones. La relación de ambas es un refugio contra ese ambiente, hasta que la vida de ambas toma rutas aparentemente distintas y alejadas, lo que las lleva a seguir sus vidas de formas independientes pero unidas por el recuerdo y el amor: una vida invisible. Bello título que recoge mucho de la esencia del filme, que es muy original y huye constantemente de los tópicos en los que uno creería que pudo haber caído. Es una película bella, dura, dolorosa y luminosa al tiempo. Una joya. Ganó el premio a Mejor película en la sección Una cierta mirada de Cannes 2019.
This Is Not a Burial, It's a Resurrection (Lemohang Jeremiah Mosese)
Otra de las películas que esperaba ver. Es la ópera prima del director Mosese de Lesoto, quien además estrenó otra película: “Mother, I Am Suffocating. This Is My Last Film About You”, también en el FICCI. Y reciente ganadora del premio especial del jurado en Sundance (World Cinema). Es una película muy curiosa, distinta y original que nuevamente trata un tema recurrente en esta edición del FICCI, el del desplazamiento y la explotación de la naturaleza por el hombre. Pero el tratamiento es distinto, pues hay una narración o contextualización de los hechos realizada por un personaje, que en ocasiones es poética y contrasta con la siempre bella fotografía de la película. Nos muestra a una viuda de 80 años que se enfrenta al drama de tener que abandonar su casa, debido a la decisión del estado de inundar esa área para construir una presa. Ese espacio para los habitantes es importante porque entierran a sus propios muertos en esa tierra, y ellos mismos están destinados a morir en esas tierras. Todo esto ocurre también cuando la mujer descubre que su hijo ha muerto, entonces en medio del dolor decide organizar su propia muerte y funeral. En la película vemos un sutil velo entre los vivos y los muertos, y por esto no es un entierro sino una resurrección, porque con sus acciones la mujer deja un mensaje ante la vista de los más jóvenes que la observan. El tema de las tradiciones y la identidad de la comunidad también está muy bien tratado. En ocasiones el lenta y el relato se hace monótono, pero vale la pena hacer el esfuerzo y prestar atención.
Beanpole (Kantemir Balagov)
Drama impresionante visualmente, por su atmósfera, sus colores, la temperatura y la iluminación tan cuidados, que dibujan constantemente escenarios preciosos, fríos y cálidos, que se mueven a la par del desarrollo de los personajes. El verde y el vinotinto muy presentes. Además de eso y su estupenda fotografía, la película se ambienta en Leningrado (1945). Tras la Segunda Guerra Mundial la ciudad está en ruinas junto con el espíritu de sus ciudadanos. Entre ellas dos mujeres, Iya y Masha, que deberán cargar la fuerza para salir adelante con los hijos y reconstruir la ciudad. También es una película que habla sobre el amor no correspondido, la miseria y la desesperación cuando todo se ha perdido. Es demoledora y todos los elementos trasmiten muy bien el sentimiento de nostalgia y tristeza.
¡Hoy seguimos la jornada!
Y acá recuerdos mi post con las 25 películas recomendadas del #FICCI60:
Recomendadas FICCI 60
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)
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