La segunda película del ex diseñador de moda, Tom Ford (A Single Men), ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia 2016, es hasta ahora su mejor película, y me ha encantado. Ford, quien desde su ópera prima mostró grandes destrezas y un estilo muy marcado con una narrativa llena de matices, elegancia y sutileza, acá sigue expandiendo y mejorando ese estilo, alcanzando nuevas cumbres.
En esta ocasión, en un thriller apasionante, emocionante e intrigante de principio a fin, con un guión escrito por el mismo Ford, en una adaptación de la novela de Austin Wright. Con una curiosa y original estructura narrativa, acorde a la historia orignal. Una mujer de clase alta, casada y triste, Susan Morrow, recibe un día el manuscrito de la primera novela de su ex esposo, próxima a salir, y que además le ha dedicado a ella.
La trama transcurre entre la vida de Susan, quien lee el manuscrito con apasionamiento mientras recuerda su propia historia con su ex marido, y la historia de la novela, que está sutilmente ligada a la vida de ella y de su pasado. Un ejercicio interesante, pero sobre todo un gran manejo del tiempo y del nervio, que mantiene al espectador expectante en cada segundo.
La película tiene una gran dirección, fotografía, diseño de producción, y excelentes actuaciones por parte de todo el elenco, destacando a Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Aaron Taylor-Johnson y Michael Shannon, con otros secundarios de lujo como Laura Linney y Armie Hammer, completan un excelente elenco.
Es una historia sobre el amor, el desamor, la venganza, la creación literaria, la imaginación, los miedos, el pasado y sus heridas. Toda la historia sigue el estilismo del director, y deja un muy buen sabor en la boca sobre sus próximos proyectos. Una de las películas del año. Imperdible.
8/10