viernes, 14 de octubre de 2022

Reseña de la película: Los Reyes del Mundo (Laura Mora Ortega) - 2022 / Colombia

 
 
Finalmente ha llegado a salas de cine del país la segunda película de Laura Mora Ortega, tras su muy buena ópera prima, "Matar a Jesús", y reciente ganadora del premio a Mejor Película (Concha de Oro) en uno de los festivales más importantes de la industria: San Sebastián. La película cuenta el viaje de un grupo de jóvenes amigos huérfanos y habitantes de las calles de Medellín hacia la búsqueda de una tierra, un hogar, un espacio de libertad. Uno de los chicos recibe la carta donde se le avisa que se le hará restitución de la tierra que pertenecía a su abuela, víctima del conflicto armado, como parte de los resultados del proceso de paz. El joven avisa a sus amigos, hermanos de la calle y todos se ilusionan con ese lugar, para cambiar su reino en las calles por uno más legítimo y aparentemente seguro. 
 
 

 
 
Se van de auto stop, enganchados a tractomulas que les permiten encaramarse, deambular y saltar sobre ellas,a la vez que dos de ellas van amarrados en sus bicicletas en la parte trasera, en una escena bastante nerviosa y muy bien rodada, pero que mantiene al espectador con mucha intriga por lo peligroso que son esas maniobras en plenas carreteras. Pero ellos van felices y libres, como en esas escenas de “Matar a Jesús”, en donde los protagonistas también se reflejan libres y humanos cuando van sobre una motocicleta. Acá además de libres, lucen felices y reflejando lo que son aún: niños y jóvenes, que se han visto también despojados de su infancia.
 
 

 
 
El viaje como road movie (o viaje en carretera) está muy bien rodado y nos muestra la bella relación entre los chicos, quienes se han convertido en familia ante la ausencia de adultos, sin autoridad visible  y algunos conflictos que deber sortear en su camino. En otra de las escenas del viaje llegan a un burdel donde se divierten y cada uno termina bailando con una de las mujeres trabajadoras sexuales, quienes son mayores y evidentemente madres que han perdido a sus hijos en el conflicto, lo que la hace una de las escenas más bellas de la película, en esa danza entre ausentes, entre anhelos y tímidas lágrimas. 
 
 

 
 
En el camino también reciben advertencias sobre el sitio a donde dirigen, porque sigue siendo peligroso o zona caliente aún en disputa. Pero ellos siguen esperanzados en su ruta, y en medio del camino tienen algunas pérdidas, conflictos y problemas con otras personas y entre ellos mismos, que los enfrenta a una difícil realidad fuera de las calles de la ciudad, en los pueblos y tierras que fueron y siguen permeadas por el conflicto. 
 
 

 
 
Antes de llegar a su destino, encuentran a otra pareja que también ha sido restituida, y al parecer conocía a su familia, a su abuela y a su madre, que el chico parece desconocer, y en un breve repaso por la casa de la familia, vemos que a pesar del regreso a sus casas, todo ha cambiado y no es el mismo lugar, y quizás son más espejismos del pasado. Los chicos que quedan siguen y llegan finalmente a su tierra, y a pesar del estado en que la encuentran para ellos representa un enorme logro y una gran felicidad, que no está excenta de nuevos problemas. La película me ha parecido preciosa, dura, muy lírica y simbólica, en mostrar en estos jóvenes lo que representa el gobierno y el desgobierno de uno mismo y lo que se posee o lo que alguna vez se poseyó o se heredó. Una visión crítica y poética al conflicto armado, al proceso de restitución, a la violencia, a la paz y nuevamente a nuestra propia humanidad. También habla de la amistad, del amor, del dolor, de la ausencia y la impotencia. Tiene una muy buena dirección, un buen guión, dirección de actores, fotografía, música y trabajo de producción en general, en donde además son visibles  los puntos de referencia en cineastas colombianos y foráneos que exploraron el surrealismo y el neorrealismo, pero que la autora sigue construyendo y consolidando en una voz propia y mirada única para contar las realidades de nuestro país. Otra película notable, con muchas virtudes y me parece un premio muy merecido. Y no dejen de verla en cines de su ciudad. En Cartagena en Bocagrande Plaza y Procinal en La Plazuela.

 
 
 
 
Laura Mora y parte del reparto y productoras de la película recibiendo la Concha de Oro

Reseña de la película: Los Reyes del Mundo

 

 

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