domingo, 6 de noviembre de 2016

Memorias (Leni Riefenstahl)

Leni Riefenstahl



Hace varios meses que empecé a leer las “Memorias” de la gran directora, actriz, bailarina, guionista, editora, fotógrafa y productora alemana, Leni Riefenstahl. Si bien, aunque sus casi 1.000 páginas parecen muchas, lo que me llevó a leerlo lentamente fue para disfrutar, asimilar y sufrir poco a poco de su historia y vida, que creo que es una de las historias más fascinantes, a la vez que tristes y trágicas de la historia del cine y del arte en general. 

Son tantas cosas por decir, que ni sé por dónde empezar. Especialmente, después de haber leído los últimos capítulos dedicados a la posguerra, y la estigmatización que sufrió increíblemente durante toda su vida. E incluso, creo que hoy en día, aunque ya haya muerto en el año 2003 con 101 años, todavía se mantienen recelos hacia su persona y su obra. Precisamente, ella dudó durante mucho tiempo escribir sus memorias, para no revivir viejos y desagradables recuerdos, pero ante la evidencia de que aún siendo una mujer mayor se seguían escribiendo mentiras sobre su vida, y habían manifestaciones en los homenajes que le hacían, decidió enfrentarse a sus recuerdos y abrirse hacia el público para que conocieran su versión desde su misma pluma. 

Leni Riefenstahl nació en el año de 1902, desde muy joven se inclinó por las artes e inició su carrera como una bailarina, que en poco tiempo se logró consagran y alcanzar gran fama y reconocimiento. Lo que le abriría las puertas al mundo del cine, inicialmente como actriz. 

Precisamente el libro de memorias se divide en 4 grandes capítulos: Danza y cine, En guerra, La posguerra y África

En “Danza y cine”, Leni inicia desde el principio, desde su infancia. Y como se transforma en artista, bailarina y posteriormente actriz. Desde el punto de vista cinematográfico es increíble leer y conocer cómo fue su desarrollo como realizadora de cine. Cómo poco a poco se fue dando cuenta de su verdadera vocación tras las cámaras y en la sala de montaje. Tengo muchos fragmentos que me gustaría compartir, pero sólo he seleccionado algunos que me parecieron muy importantes para ir contextualizando lo que voy diciendo, y hay otros que dejaré hacia el final. 

(Fragmentos donde menciona el Proyecto de su ópera prima La Luz Azul, donde mostró su gran talento y utilizó su gran innovación, sin precedente en el cine de la época. Acá una conversación con el Doctor Fanck, un veterano realizador alemán, con quien Leni colaboró en sus inicios):

“De nuevo finalizaba un gran proyecto, y otra vez me preguntaba si estaba satisfecha. No podía decir que sí, pues ser actriz no era lo único que me interesaba. Empezaba a gustarme trabajar con la cámara; me atraían los objetivos, el material fílmico y la técnica de los filtros.

También había observado a Fanck mientras montaba las películas. Estaba fascinada por los efectos que se podían conseguir cortando las imágenes para editar la película. El estudio de montaje se convirtió en un taller mágico, y mi interés se orientó cada vez más hacia la creación de películas. Al principio, me resistía, ya que era actriz. Pero no podía cambiar el hecho de que lo observaba todo con una perspectiva cinematográfica. Espacios, rostros… los transformaba en imágenes y movimiento. Me dominaba un intenso deseo de crear algo”. 

(Sobre La Luz Azul. Su ópera prima)

"(…) Finalmente se la di a mi realizador. Esperaba su dictamen ansiosa. Dijo que el argumento no era malo, pero que requería grandes sumas de dinero.
- ¿Por qué tanto dinero?- le pregunté sorprendida-. Casi todo puede filmarse en la naturaleza y además se necesitan pocos intérpretes.
- Pero es que tú imaginas la película en la forma de una leyenda o de un cuento. Para realizarla, deberían estilizarse todas las tomas de la naturaleza, como hizo Frtiz Lang en “Los nibelungos”. Él construyó el bosque en un estudio, y sólo así pudo crear una naturaleza de efecto irreal. 
- Precisamente eso es lo que yo quisiera evitar, nada debe recordar al estudio. También veo estilizados los movimientos de la naturaleza, pero no mediante decorados artificiales, sino con el empleo de la iluminación; la luz convierte la cámara en un instrumento mágico, y si se usan filtros de color es posible estilizar la naturaleza”. 


La Luz Azul tuvo un enorme éxito y fue aclamada por público y colegas. Se consideró un hito cinematográfico. Y recibió felicitaciones de Charles Chaplin que había visto una copia en Hollywood. Durante sus inicios y posteriormente siempre estuvo rodeada de los más grandes del cine, incluso aprendió del realizador Josef von Strenberg, con quien mantuvo también una amistad.  




Leni Riefenstahl



Luego de su éxito como realizadora en su primera película, Leni viajó por las ciudades de Alemania en su promoción, y fue cuando escuchó por primera vez el nombre de Adolf Hitler. Cuando el nombre de Hitler generaba divisiones pero empezaba a coger fuerzas por su compromiso por el desempleo y por la promesa de una nueva Alemania. Leni lo escuchó por primera vez es una de sus intervenciones públicas, y quedó fascinada por su discurso, por lo que decidió conocerlo y le escribió sin esperar una respuesta. Respuesta que le llegó casi de inmediato, y así fue como tendrían su primer encuentro, del que también he extraído unos fragmentos: 

(Primer encuentro con Hitler. Aún no había llegado al poder)

Se expresó con entusiasmo acerca de mi danza a la orilla del mar y dijo que había visto todas las películas en las que yo actuaba.

- La Luz Azul me causó una gran impresión, sobre todo porque no es frecuente que una mujer joven haya podido superar los prejuicios de la industria cinematográfica –dijo.

El hielo ya se había roto. Hitler me hizo muchas preguntas, de modo que me di cuenta de que estaba bien informado acerca de las películas que se proyectaban en aquellos momentos. Empecé a contarle cosas y él me escuchaba con gran atención.

De pronto dijo directamente: 
- Si alguna vez llegamos al poder, deberá usted hacer mis películas. 
- No puedo hacerlo –le respondí de manera impulsiva; Hitler me miró sin manifestar reacción alguna-. Realmente no puedo hacerlo. Hace solo dos días que he decidido declinar un ofrecimiento de la Iglesia católica. Nunca podré hacer películas por encargo, no poseo talento para ello; necesito tener una relación muy personal con el tema, de otro modo no puedo ser creativa. 

Hitler guardaba silencio. Tras una pausa, me animé y añadí:
- Por favor, no malinterprete mi visita, no estoy en absoluto interesada en política. Nunca podría ser miembro de su partido. 

Hitler me miró sorprendido.
- Yo no obligaría a nadie a ingresar en mi partido. Quizás dentro de unos años, cuando sea más madura, entenderá mis ideas –dijo. 
- Pero es que usted tiene prejuicios racistas –dije titubeando-. Si yo hubiera nacido india o judía, ni siquiera habría hablado conmigo. ¿Cómo podría trabajar para alguien que hace tales diferencias entre los seres humanos?
- Como me gustaría que los que me rodean me hablaran con la misma franqueza que usted –respondió. 

Mientras tanto, Brückner y Shaub ya se habían acercado algunas veces y advirtieron a Hitler que debía acudir a su asamblea electoral. También era mi intención despedirme, porque quería partir para Hamburgo aquella misma noche. Pero Hitler dijo:

- Por favor, quédese usted un poco más. ¡Es tan poco frecuente que pueda hablar con una verdadera artista!


Y es así como posteriormente sigue el capítulo de la guerra, cuando Hitler llega al poder. Durante todo ese tiempo, luego de su primer encuentro Hitler insistía en encontrarse con Leni y seguir alimentando su amistad, que no gozaba de la aprobación de su mano derecha y Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, con quien Leni tuvo muchos problemas, que describe en varios capítulos. 

También entre el primero y este segundo capítulo salen a la luz los polémicos proyectos cinematográficos de propaganda que Leni hizo para Hitler. El criticado pero a la vez alabado documental “El Triunfo de la Voluntad”, que muestra un congreso del partido Nazi en Nuremberg en 1934. Este documental, a pesar del contenido propagandístico, está magistralmente filmado. Y muestra el gran talento de Riefenstahl, que pudo hacer de un congreso monótono y aburrido, una experiencia visual y cinematográfica, que ha influido enormemente en la historia del cine. En el libro se describe cómo Leni concibió la grabación de ese documental, la ubicación de las cámaras y absolutamente todos los detalles que permitieron crear esos efectos. Es simplemente alucinante observar la gran visión que tenía del cine. El documental fue premiado, y posteriormente se convirtió en un archivo valioso histórico tanto para el cine, como para países que se pelearon los derechos y la propiedad de las cintas, a costas del desprestigio de su realizadora. 

Igual suerte tuvo su otro trabajo, que ha marcado referente y se considera que aún no se ha podido superar: la filmación de los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, el documental “Olimpiada”, que constó de dos partes. Y Leni transformó los escenarios olímpicos en un enorme set de filmación, logrando grandes tomas y capturando momentos históricos. Uno de ellos tan conocido, como las grandes victorias del gran atleta norteamericano y afroamericano, Jesse Owens. “Olimpiadas” ganó el León de Oro en el Festival de Venecia, y también se convirtió en un documento de gran valor histórico, que se pelearon entre distintos países. En el libro también se describe en detalle las estrategias que utilizó Leni para realizar la filmación. 

En un momento, Leni Riefenstahl estaba en la cima profesional y social, y luego de estos proyectos quería dedicarse a otros proyectos personales en el cine. Durante ese tiempo Leni ignoraba lo que pasaba en Alemania, por sus constantes viajes y compromisos, sólo empezó a identificar los síntomas cuando algunos de sus amigos judíos estaban empezando a abandonar Alemania y migrar a otros países como Estados Unidos. De hecho, Leni rememora como ayudó a escapar a uno de sus amigos. Ya no veía mucho a Hitler, y cuando lo podía ver, él evitaba temas políticos. Pero vino la Posguerra, y el siguiente capítulo del libro…

Los últimos capítulos son los más duros. Ya que es la caída y desprestigio mundial de Leni Riefenstahl. Se inventaron historias sobre su relación con Hitler, y miles de historias nuevas que salían año tras año, y que incluso la acompañaron hasta el día de su muerte. Ella y sus amigos pudieron hacer que varias publicaciones se rectificaran, mostrando pruebas que mostraban su inocencia, pero el daño que hicieron esas publicaciones fue mortal para su vida y su carrera. Luego de leer todo lo que le pasó y padeció, no sé sinceramente cómo pudo vivir tanto. ¡Cómo pudo aguantar tanto!. Traiciones de sus amigos, para poder ganar dinero a costa de ella, la cancelación constantes de sus próximos proyectos, y su aparición en la lista negra de todos los lugares a donde iba. 

De hecho, no pudo realizar ningún otro proyecto cinematográfico. Me sentí impotente cuando leía sobre sus proyectos, los diversos guiones que escribió, y hasta incluso las escenas que llegó a grabar, pero cómo cada proyecto era trancado y no podían ver la luz, por su pasado y su nombre. Creo que nos perdimos varias películas de una gran cineasta.  

Leni se mantenía con la esperanza de que algún día tenía que parar ese sabotaje a su trabajo y su persona, pero se equivocó. Pero la mantuvo esa esperanza, la pre producción de sus proyectos, aunque no vieran la luz, y su madre. Y África, como se titula el capítulo final. 

Riefenstahl encontró un nuevo impulso para seguir con vida, con distintos proyectos en África. Muchos fallaron y no vieron la luz. Pero ella seguía intentándolo, especialmente porque se encariñó con los habitantes locales de una tribu. Con lo que llegó a la fotografía, la oportunidad que encontró para seguir trabajando. Su trabajo como fotógrafa también tuvo sus percances, pero por su calidad salieron a la luz y tuvo diversas publicaciones exitosas. 

Con el tiempo, y con la demostración a través de los años de que no tuvo nada que ver con los crímenes de los Nazis, fue apoyada por varios de los grandes artistas de la época, y alabada por su persistencia y capacidad de aguante. Pero aún así, seguían las publicaciones difamatorias, las trabas a sus proyectos, etc. Ya cuando Leni encontró cierta libertad nuevamente para realizar el proyecto cinematográfico que quisiera, ya era una mujer mayor de más de 80 años. Pero aún así siguió sumergida en sus proyectos fotográficos, y 48 años después de su última película, estrenaría el documental “Impressions of the Deep” (2003), sobre su experiencia en la nueva actividad con la que encontró pasión: el buceo. Y celebró sus 100 años de vida con la publicación de ese documental, y a esa misma edad se zambullía para grabar esas escenas. Una demostración de su inmutable y admirable espíritu de lucha.  

Cuando fue invitada para recibir un homenaje, con una proyección especial de uno de sus filmes, ante la inminente señal de una posible protesta, Leni decidió no asistir al homenaje y dedicarse a empezar a escribir sus memorias. Un proyecto que le tomó 5 años, una travesía larga, exhaustiva y dolorosa para ella, pero que consideraba necesaria para aclarar ciertos aspectos sobre su vida. Años atrás, uno de los colaboradores de Hitler, que conoció a Leni, escribió unas memorias también y le pasó el manuscrito para que ella le diera sus apreciaciones, y si le tenía alguna corrección o aporte adiconal. Leni cuenta en el libro que le respondió que los hechos eran muy fieles, pero que hacia esquiva a un asunto muy importante, y era el retrato personal de Hitler. Ella pensó que lo retrataba como un villano y una mala persona, y ella pensaba que una persona así no podía haber logrado lo que consiguió hacer. Leni Riefenstahl planteó una de las grandes preguntas que ella misma intentaba responder, y que pensaba que todos los que vivieron esa época debieron responder: ¿Qué había en Hitler para que no solo el pueblo alemán, sino también otros extranjeros quedaran tan impresionados, incluso embrujados por él?

Y en uno de los fragmentos del libro, ella menciona: 

“Hitler marcó profundamente mi destino, que todavía guardo en la memoria cada palabra de las conversaciones que mantuve con él o con las personas más importantes de su entorno. ¡Cuán a menudo tuve que hablar con colaboradores y amigos acerca de esos encuentros, cuántas veces tuve que repetir aquellas conversaciones después de la guerra, ante autoridades estadounidenses y francesas, tanto militares como civiles, en los continuos interrogatorios durante mis largos años de prisión!”


“Memorias”, es una confesión muy valiosa, triste y sentida, de una de las grandes directoras y artistas de la historia del cine. Un retrato informativo y satisfactorio, por dar a conocer de primera mano el conocimiento y visión que tenía sobre el cine, además de conocer sus técnicas de filmación, edición y montaje; también es un retrato triste y desgarrador, por la maldición que la persiguió de por vida y le impidió hacer lo que más amaba; pero especialmente, es una historia de fortaleza y de voluntad inquebrantable ante las adversidades… y un gran recordatorio, que el arte puede ser el bálsamo que nos da esperanzas para seguir viviendo y mantener la esperanza en la humanidad. 

(A.S.B)

10/10




Leni Riefenstahl



Otros fragmentos del libro:


1

"(...) Querida señora Riefenstahl, olvídese de su película. La situación es desesperada: para concedernos la refinanciación el gobierno tendría que dimitir. Hay tanta oposición contra usted que, perdone mi sinceridad, nunca más podrá ejercer su profesión mientras viva.
- Leni, ahórrate nuevas decepciones. No encontrarás a nadie que financie ese guión ni ningún otro. ¿No sabes que es Estados Unidos estás en la lista negra?
- Lo sé por mis amigos norteamericanos, pero ese boicot terminará algún día. 
- Eres ingenua.
Encontré algún sosiego en las sesiones de cine a las que iba por la noche. Estaba hambrienta de cine y devoraba películas. Recuerdo el gran efecto que me causó Días sin huellas, de Billy Wilder, así como la película francesa Juegos prohibidos, de Clément; Los olvidados, de Luis Buñuel; El salario del miedo, de Clouzot; La strada y Las noches de Cabiria, de Fellini; las obras neorrealistas de De Sica; Todos somos asesinos, de Cayette; el filme japonés La puerta del infierno, y Solo ante el peligro, de Fred Zinnemann.

(Memorias, de Leni Riefenstahl)


2

"Un día después de la visita al notario, me invitó el director Vittorio de Sica. Yo admiraba sus películas. Él habló de las mías con tal entusiasmo que casi me sentí avergonzada. En los estudios de Cinecittà, en una pequeña sala de proyección, me mostró la película aún incompleta Umberto D. También mis proyectos cinematográficos le interesaron. Cuando se enteró de que no ejercía mi profesión desde el final de la guerra, se quedó tan conmovido que reunió a todo el personal del estudio, me presentó a ellos y pronunció un encendido discurso ante los operarios.
También Rossellini, a quien conocí al día siguiente, era de una cordialidad que me emocionó profundamente, sobre todo si pensaba en mis colegas alemanes. Conocía mis películas, y asimismo le impresionó de un modo especial La Luz Azul. 
-Nosotros los italianos - dijo entusiasmado- , la hemos imitado a usted en algo, porque fue la primera que filmó en exteriores escenas que solían rodarse en estudio. 
Mi corazón latía más fuerte al oír estas palabras. Animada e impulsada por nuevas energías, abandoné Roma para buscar un nuevo socio alemán para nuestra producción de la Iris Film".

(Memorias, de Leni Riefenstahl)


3

"Por 《cinematográfico》entiendo sobre todo las imágenes en movimiento, algo que ningún otro arte puede ofrecer; sólo el cine es imagen en movimiento. Tiene sus propias leyes, y en una película artística todo se debe crear según esas leyes: el argumento, la dirección, la fotografía, el sonido, el montaje. [...] El director de una película debe tener sentido de la dinámica, la construcción y el ritmo. [...] Las secuencias de las imágenes se pueden alterar de muchas maneras en el proceso de montaje. Si el realizador, que en realidad debería ser también el montador de la cinta, es una persona con dotes musicales, entonces compone con las imágenes y los sonidos como un músico según las leyes del contrapunto.
El montador puede hacer danzar las imágenes a un ritmo desenfrenado o que desfilen a cámara lenta como en un sueño; puede convertir las imágenes en una orgía de absurdos caprichos o construir una trama clara y lógica. 
El realizador -configurador del conjunto- debería en el caso ideal dominarlo todo. Un cuadro no puede ser pintado por muchas manos, una sinfonía no puede ser compuesta por varios músicos. El dominio de todos los medios es el primer requisito para crear una obra artística. 
El realizador de una buena película muda debe poseer dos dones: primero, saber transformar visualmente todo lo que percibe con los ojos; y, en segundo lugar, tener un sentido innato para el ritmo y el movimiento. Además, debería ser musical, no especializado en un campo cualquiera, sino musical cinematográficamente, lo cual tiene poco que ver con la musicalidad normal. 
Resulta muy difícil alcanzar la perfección en el cine en color, puesto que aquí se requiere todavía un cuarto talento. Un sentido para los colores o talento para pintar únicamente no basta, como muchos creen. El realizador que se siente capacitado para hacer una película en color artística, debería poseer, además de la cualidades mencionadas antes, el don de manejar el color de un modo 《cinematográfico 》. Con ello puede aumentar el efecto dramático, puesto que los colores suscitan diversos sentimientos. Por ejemplo, el azul es un color femenino, romántico; en oposición a ello, el rojo expresa alegría de vivir, vitalidad y pasión. Pero asimismo hay que tener en cuenta que demasiados colores o colores abigarrados pueden destruir el efecto de las imágenes".

(Leni Riefenstahl, Memorias) 
En una conferencia en París sobre el tema 《Cómo hago mis películas》


4

"El cine mudo tenía a menudo más ambiente que una película sonora, porque en esta generalmente el diálogo se convertía en el medio decisivo de la acción. Así, películas sonoras que solo empleaban el diálogo de un modo mesurado y daban valor a la configuración artística, acabaron siendo obras maestras; las dirigieron figuras como Josef con Sternberg, Luis Buñuel, Elia Kazan, René Clément, Vittorio de Sica, Federico Fellini, Akira Kurosawa, por mencionar solo a algunos de ellos"... 

(Leni Riefenstahl, Memorias)



Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)
@alejo_salgadoB
@alejandros17.89




Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)



2 comentarios :

  1. Interesante articulo sobre esta artista. Un libro que es necesario leer por ser un testimonio del siglo XX con su tragedia y el talento de esta directora.

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    1. Así es Fernando! Muchas gracias por dejar tu comentario y pasarte por mi blog!

      Saludos!
      A.S.B

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