El primer largometraje del director, Simón Mesa Soto, quien ganó la Palma de Oro en Cannes con su cortometraje “Leidi” (2014). La película tuvo un estreno limitado en el Ficci y también se estrenó posteriormente en algunas salas del país en abril.
Ambientada en la Colombia de los años 90, nos muestra a una joven madre soltera, Amparo, quien vive con esfuerzo el día a día tratando de sacar adelante a sus dos hijos. Pero un día, el joven varón es capturado por el ejército y lo asignan a una zona peligrosa del país para prestar el servicio militar obligatorio (Caquetá). Amparo inicia una travesía para intentar salvar a su hijo de su destino, lo que la llevará a enfrentarse a una serie de inconvenientes que evidencian una sociedad patriarcal y corrupta.
La película es muy buena, y uno de los detalles que más me llamó la atención fue la elección dominante de las tomas de perfil sobre los personajes, especialmente a Amparo, eludiendo un poco la ya tradicional toma de espaldas, lo que tiene un efecto similar de acompañamiento, pero sin perder la mirada de la protagonista, quien mantiene siempre un semblante mixto entre la desesperación y la resiliencia, que trasmite y contagia al espectador. Esto, junto con el uso del formato de pantalla clásico cerrado (4:3), logra mayor intimidad con la protagonista y los personajes.
La película evidencia y trata muchos temas de forma central y periférica, entre ellos el de la familia, la maternidad temprana, la corrupción, el abuso de poder y el fracaso. La vida de Amparo es percibida como un fracaso desde su familia, mientras la sociedad y el sistema se lo recuerdan a diario. Solo sus hijos parecen ser el soporte e impulso ante la adversidad, y por ello se entiende la determinación en hacer lo imposible para salvar al varón, al quien ella misma percibe que no podrá soportar la dureza del servicio militar. Mientras tanto trabaja, vive para otros y saca su espacio para desfogar sus necesidades sexuales con un hombre casado, fiel arquetipo de la pila de amores fallidos, que descenderán desde el mismo padre, ausente.
Es una película muy bien medida y pulcra desde su apartado técnico y artístico. Muy buena dirección, guión y trabajo del reparto. A la vez, es muy sutil y emotiva, con momentos de tristeza, impotencia y algo de luz dentro de la oscuridad, como aquel oasis pasajero al que deben aferrarse los desposeídos para sobrevivir un día más. También es una oda a la mujer y a la madre, quienes no solo originan sino que amparan muchas otras vidas bajo su ala, anteponiéndolas a sí mismas.
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)