Bellísima película que vi en la edición del FICCI (Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias), siendo una de las que más esperaba ver. Ambientada en la Italia de 1900, donde se nos presenta desde el inicio, en una escena muy hermosa, a una mujer embarazada que recibe un ritual por parte de otras mujeres. La joven mujer lamentablemente pierde al bebé en el momento del parto, y según la creencia de la comunidad su alma quedaría atrapada en el Limbo, al no haber alcanzado a dar el primer respiro en el mundo, y por lo tanto no recibir el bautizo.
Entonces la madre inicia una ardua travesía. Decide ir en la búsqueda del alma de su bebé en las montañas con la caja de su cadáver en sus manos, en donde, según la misma tradición, quedaría atrapada el alma del bebé, mientras no se libere. En el camino encuentra a un misterioso personaje que le ayudará en su labor, al darle la esperanza de que aún pueden hacer que la bebé vuelva a la vida por un segundo, en el que deben lograr que respire, sea bautizada y digna de un nombre.
Como ven, todo un relato envuelto con la magia de un cuento tradicional y del folklore, de misticismo y de religión primitiva, rodada con mucha sensibilidad y delicadeza de parte de su directora, lo que le da un aura de pureza y una atmósfera etérea. Un mezcla de historia, mito, misticismo y fantasía, que aunque son muy diferentes, me hizo recordar a la película “Petite Maman” de Céline Sciamma, también del 2021. Una bella e imperdible película, que representa toda una experiencia sensorial. Fue presentada en la Semana de la Crítica en Cannes 2021 y ganó el premio a la Mejor Ópera Prima (Nuevo director) en los premios David di Donatello.
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)
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