Sigo con mi repaso de las películas que vi en el pasado FICCI 63 (Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias 2024), con esta que precisamente ayer se estrenó en salas de cine del país. En Cartagena en Bocagrande Plaza.
“Malta” es el segundo largometraje de la joven directora y guionista, Natalia Santa, quien me sorprendió personalmente con su ópera prima, “La defensa del dragón” (2017), película sobre la que escribí en este blog (dejo link al final del post), y que al compararla con “Malta”, puedo notar una tendencia de la autora a dibujar o trazar una muy personal geografía narrativa sobre Bogotá, con personajes que tienen conflictos internos y con la misma ciudad en sí. Ya sea como los tres amigos de “La defensa del dragón”, quienes anhelan que nada cambie en su entorno cercano, mientras la joven Mariana, la protagonista de “Malta”, quiere que todo cambie.
Me ha parecido una bella, dolorosa y luminosa propuesta de Santa, quien en esta segunda película se aleja de su sobresaliente ópera prima y se detiene en la vida de una familia llena de cicatrices y heridas aún abiertas. Mariana es una joven agobiada por traumas y carencias emocionales, que intenta sobrellevar el día a día, a través de la indiferencia, el trabajo y el sexo. Se ve como víctima de las malas decisiones de su madre, quien abandonó a su esposo por su jefe, para ser luego abandonada por el jefe y quedar encargada del cuidado de sus tres hijos. Por lo que la relación con la madre es compleja y está muy bien retratada, así como las relaciones esporádicas que tiene (en su mayoría con hombres mayores) buscando el afecto del padre y la posibilidad de escapar de la jaula de decepciones, que es su vida en la ciudad de Bogotá. Hasta que conoce a un joven de su universidad que muestra un auténtico interés en ella, que se ve interesado en conocerla más allá y la lleva a bajar un poco sus defensas.
Malta, el país del Mediterráneo, representa simplemente un punto en el mapa distanciado de todos sus problemas en la capital colombiana, y una oportunidad de cambiar de aires, de perspectiva y de darse otra oportunidad a sí misma. Es una historia sencilla, llena de detalles y capas emocionales que te van desvelando parte de las fracturas del hogar y de cada miembro. Me parece una pequeña joya, dolorosa, bella y catártica. Muy buen trabajo del reparto, especialmente de Estefanía Piñeres, Emmanuel Restrepo y Patricia Tamayo. No dejen de verla en salas de cine y apoyar al cine colombiano.
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)