La
película más reciente del director danés Nicolas Winding Refn, el director de “Drive”,
estrenada en el Festival de Cannes 2013, aunque no le tenía altas expectativas,
ha resultado ser una de las peores películas que he visto en lo que va del año
2013. Es un ejercicio sin sentido, con mucha preocupación en el estilismo pero
con un enorme vacío en el fondo. Al minuto 40 (faltaban otros 50 más), ya
quería que terminara, pero tomé fuerzas y terminé de verla. Y nada mejoró, éste
despropósito de Refn resultó siendo totalmente insoportable, prescindible y
desechable.
Dirigida
y “escrita” por el mismo Winding Refn, la película que transcurre en Tailandía,
cuenta la historia de Julian, un joven norteamericano que escapa de su país por
líos judiciales y se traslada a Tailandia, donde dirige un negocio de luchas de
boxeo, al tiempo que funciona su negocio de tráfico de drogas. Un día, el
hermano de Julian es brutalmente asesinado por abusar de una niña, lo que
genera que su madre Crystal viaje desde los Estados Unidos para exigirle a
Julian que tome venganza por su hermano.
Esa es
en forma general la base de la historia, que abarca el tema de la venganza, la
culpa, la sangre, los lazos perversos y los fantasmas del pasado. Todos estos
ingredientes son los que se mezclan en esta historia, que estoy seguro que con
un tratamiento menos grandilocuente y con un mejor trabajo en el guión, hubiese
sido mucho mejor.
Lo
bueno, el aspecto técnico y la dirección, tiene excelentes planos y el director
demuestra con creces su enorme talento visual, que lo llevo a conseguir el
premio al Mejor Director en el Festival de Cannes 2011 por Drive. Aquí realiza
un trabajo más impecable y estilístico. Todo esto no lo puedo negar, y ni lo
pongo en duda. Pero…
Lo
malo, lamentablemente, el director sufrió de ese mal tan perjudicial causado
por el ego de los cineastas, llamado “delirio de autor”, quien pone mucha o
excesiva atención en la construcción de los planos y los movimientos de cámara,
que la forma termina absorbiendo el fondo. Y aunque había un fondo
identificado, Refn prefiere ser trascendente y maximizar la forma. Creo que
esto le hubiese dado mejor resultado si tuviese un guión sólido, pero es tan
evidente la superioridad de la forma sobre el fondo, que terminas sintiéndote asfixiado
y ofendido, aunque estés viendo bellas tomas.
He leído
que este es el verdadero estilo del director, yo sólo he visto Drive que me
gustó, pero si los otros trabajos del director son de este estilo, no tengo el
más mínimo interés en adentrarme en su mundo. Creo que tal vez, el director
debería recapacitar y avanzar en su cine, mantener su estilo pero sin dejarse
absorber por su propio ego en ser trascendente y estilizar cada toma.
También
he leído algunas explicaciones sobre el “fondo” del filme, y la verdad no me
dicen nada nuevo, porque todo es muy evidente. El fondo en realidad es muy
sencillo, los símbolos son muy obvios e identificables, muy lejos del nivel de
otros directores que manejan con maestría los símbolos, como por ejemplo David
Lynch. Por lo tanto, cuando la simbología es tan evidente, que prácticamente no
requiere de una profunda interpretación, se hace casi que intrascendentes. Y
vuelve a jugar en contra de las pretensiones ya antes mencionadas. Tal vez el
hecho de que el mismo director haya escrito el guión, pudo ser el problema. En
fin, quien sabe.
Aunque
no puedo negar las cualidades artísticas, tampoco puedo negar sus enormes
carencias argumentales, por lo que lo primero que pensé al terminar de verla,
es que pudo ser un muy buen corto de 5 o 10 minutos. Creo que pudo ser más
efectivo y acorde en longitud a lo que cuenta.
En cuanto
a las interpretaciones, Ryan Gosling, sigue encasillándose en estos papeles de
hombres de apariencia inmutable y mirada ida con fantasmas del pasado, lo que
ya está aburriendo un poco. En esta oportunidad, a diferencia de en Drive, no
me ha gustado mucho, o mejor dicho no me genera ni frío ni calor. Por el
contrario, la siempre notable Kristin Scott Thomas, creo que protagoniza las
partes que más me gustaron del filme, es todo un deleite verla, pero aún así,
tampoco puede hacer nada con el filme. El oficial Chang, aunque hace una
correcta labor, su personaje me pareció ridículo.
En síntesis,
un filme de gran despliegue visual pero con enormes flaquezas y vacíos que
quitan cualquier encanto en su forma. No la recomendaría, porque yo no la
volvería a ver, me quedo con el tráiler. Aunque imagino que los fans del
director la disfrutarán mucho. Por todo esto:
2/10
Frases de la película