jueves, 31 de mayo de 2012

Pinocho: La Verdadera Historia y Simbología

He recordado a Pinocho, porque en los últimos días le he puesto la película de Disney a mi pequeño primo y le ha gustado bastante. Recuerdo que era una de mis películas favoritas de Disney. Pero al final hablaremos de la película, el cuento de Pinocho al contrario de los otros cuentos infantiles, tiene origen italiano. Fue un cuento escrito por Carlo Collodi, entre 1882 y 1883, por medio de un periódico, en donde se iban publicando los capítulos. La historia principalmente titulada: “Las Aventuras de Pinocho”, ilustradas por Enrico Mazzanti.

El cuento de Collodi contiene 36 capítulos, en donde vemos casi la misma historia que nos contó Disney, pero claramente por algunos cambios marcados. Entre ellos:

En el cuento original no es Geppetto el que tiene el primer contacto con Pinocho, sino un carpintero llamado Cereza, que un día encontró un pedazo de madera que lloraba y reía como niño. Cuando pensaba utilizarlo para hacer una pata para una mesa, el pedazo de madera le pide que no le haga daño. Por lo que Cereza se asusta. Entonces decide regalárselo a su amigo Geppetto que va a pedirle madera para fabricar una marioneta extraordinaria.

Mientras Geppetto hace a Pinocho, este va observando como el carpintero lo va tallando y dando forma. Cuando le hace las piernas, este se escapa. Con esto, empiezan las travesuras de Pinocho.

Otro de los personajes entrañables de la película es Pepito Grillo, la conciencia de Pinocho. En el cuento original, cuando Pinocho llega a la casa después de haberse escapado y después de que se llevarán a Geppetto a la cárcel por haberlo regañado públicamente, él se encuentra con un Grillo que habla y le dice que tenga cuidado y que lo que ha hecho no está bien. Pinocho enfadado, le tira un martillo de madera al Grillo y lo mata, aunque posteriormente aparece.

Después de eso, Pinocho sigue siendo un “niño” muy travieso y continúa dándole dolores de cabeza a Geppetto. Luego se ven los episodios que aparecen en la película, como el del titiritero y cuando se encuentra con el Zorro y el Gato. También se ven los encuentros con el Hada Azul, y el famoso en donde le crece la nariz por decir mentiras.

Pinocho sigue con sus aventuras, en donde pasa un tiempo en la cárcel y un tiempo es perro guardián en un gallinero. Luego de que es liberado por el campesino, vuelve a su casa en donde no encuentra a nadie, hasta que una paloma se le acerca y le cuenta lo sucedido. Que Geppetto lo había ido a buscar al mar. Luego Pinocho vive otras aventuras, en donde promete al Hada cambiar, y luego se va al País de los Juguetes en donde se convierte en burro. Hasta que la historia finaliza tal y como la conocemos.

En la historia original, Collodi no pensaba en su historia como una obra de literatura infantil, ya que Pinocho es duramente castigado por sus innumerables faltas, y sólo en versiones posteriores se establecería que se convertiría en un niño de verdad.

Más allá del argumento, hay una relación tanto en la versión original del cuento y la película de Disney, y es su marcada simbología, específicamente simbología masónica. Iniciemos remitiéndonos al autor del cuento original, Carlo Collodi, quien al igual que muchos literatos de su época ingresó a la Masonería a mediados del siglo XIX. Por lo que en su obra cumbre: “Pinocho”, se encuentran interesantes simbolismos de la logia, además de una forma superficial se puede encontrar apología a la educación del pueblo y una denuncia a los vicios.

Según, el cuento de Pinocho representa la historia del alma humana en su viaje de evolución espiritual. Pinocho es creado bajo la influencia de dos personajes, uno femenino (Hada) y otro masculino (Geppetto), que representa la dualidad.

Pinocho tenía vida, pero carecía de libre albedrío, pues se encontraba dormido. Desconocía el sendero de la virtud y la liberación, pues era un “muerto viviente”. Una actitud muy común hoy en día en muchas personas.

Pinocho es un esclavo de sus “agregados psicológicos” o “yoes”, y sus mentiras y malos actos hacen que le crezca la nariz y luego le salen orejas de burro, lo que significa un retroceso involutivo en su desarrollo espiritual.

Pepito Grillo, es la conciencia de Pinocho, o se puede entender como un ángel que siempre se encuentra aconsejando a todos los humanos, ya que en el proceso de creación, cada uno tiene el suyo por asignación.

Cuando Pinocho sale por primera vez a la escuela, inspirado por todo lo que le ha prometido al Hada, Geppetto y Pepe Grillo, con el anhelo profundo de convertirse en un ser superior (un niño de verdad). Pero cuando se enfrenta al mundo real, surgen los problemas. Haciendo uso de su “libertad” recién descubierta, Pinocho toma algunas decisiones equivocadas.

Cuando se une al circo con el titiritero y es aclamado por su espectáculo se siente feliz, pero luego lo encierran en una jaula hasta el próximo espectáculo. Lo que quiere decir, que al dejarnos llevar por el “yo” y el orgullo, puede darnos placer, pero a la larga siempre causa dolor, porque esclaviza al alma.

Luego, cuando vuelve a dejarse llevar por Juan, y van a la Isla de los juguetes o del placer, y permanecen mucho tiempo en ese lugar, empiezan a convertirse en burros y a olvidarse de lo que han aprendido. Al igual que el alma humana, cuando se deja llevar por la satisfacción permanente del deseo y la satisfacción, se olvida de quién es y de cuál es su misión.

Luego cuando Pinocho vuelve a casa a buscar a su padre, y se da cuenta de que él ha salido a buscarlo, una paloma le indica que podrá encontrarlo en el fondo del mar, en el vientre de una ballena que se lo tragó. La ballena es un antiguo símbolo de la reconciliación o del espíritu y la materia. El mar es un símbolo del inconsciente. Por lo que podemos decir que encontraremos nuestra inspiración espiritual, nuestra verdadera naturaleza, en nuestro propio inconsciente, en el fondo de nosotros mismos.

Cuando se reencuentran en el interior de la ballena, se ponen muy alegres, pero de pronto se dan cuenta de que deben escaparse para seguir juntos a la luz del día. Lo que quiere decir que el viaje espiritual no termina cuando empezamos a reencontrarnos con nosotros mismos, sino que hay que llevar ese estado superior a la consciencia de la vida diaria.

El interior de la ballena representa la cámara de reflexiones masónica, el descenso al centro de la tierra. Importante recordar las palabras de Mateo12:40, relacionado con el episodio a Jonás. El Hijo del Hombre que también –al igual que Pinocho- era hijo de un MAESTRO carpintero.

La Muerte Mística. A luz de la vela, Pinocho medita sobre su suerte y decide cambiar, dejando atrás su pasado de inconsciencia. Finalmente el muñeco es expulsado del cuerpo de la ballena y sale al mar abierto, actuando el agua como un elemento purificador, limpiando interna y externamente a Pinocho. Cuando alguien es sumergido en una corriente de agua, renace a una vida nueva. Costumbre muy común en muchos cultos religiosos. Y que llegó a nosotros, como el famoso bautismo.

Pero Pinocho no sobrevive a la furia del océano y finalmente se ahoga. La muerte del muñeco, es la “Muerte Mística” del profano al ser iniciado. Esta acción se repite en otro cuento cuentos infantiles (Blancanieves, Bella Durmiente, etc.) Al volver a la vida, Pinocho pasa a un estado superior.

La adaptación del cuento de Carlo Collodi al cine, fue realizada de forma magistral por otro masón: Walt Disney. Quién mantuvo la esencia del cuento, sólo haciendo unos pequeños cambios a la personalidad Pinocho. La película de Disney, es uno de los más grandes de sus clásicos, y una obra maestra indiscutible de la animación.

Blancanieves y los Siete Enanitos: La Verdadera Historia


Blancanieves es uno de los cuentos más famosos de los Hermanos Grimm. Sobre los orígenes de la historia hay varias versiones, a continuación repasamos algunas:


Primera Versión

Tras diecisiete años de investigaciones, un grupo de estudiosos alemanes llegaron a la conclusión de que Blancanieves y sus siete enanitos no es un simple cuento como siempre hemos creído.


Maria Sofía Margarita Catalina Von Erthal nacida el 15 de junio de 1729, hija del príncipe Philipp Cristoph Von Erthal y Eva Maria, de Soltera Bettendorf. Su castillo es hoy un museo, tres siglos después de que lo ocuparan los príncipes y su bella Blancanieves, Maria Sofía, una de las principales atracciones del castillo es la estancia del espejo parlante, de quien dice Paolo Valentino (en Corriere Della Sera), se trataría de “un refinado juguete acústico muy en boga en la época, fabricado precisamente en Lohr, ciudad que se hizo célebre en Europa por la manufactura de espejos y cristales”. Aegura Paolo Valentino que, aun hoy el espejo de Blancanieves repite cada palabra que quien le habla mirándole. Dicho espejo mágico - asegura el investigador bávaro - era un sofisticado juguete propiedad del príncipe, y posteriormente entregado en regalo a su segunda mujer, Claudia Isabel Von Reichenstein, la madrastra de la heroína del cuento de los hermanos Grimm.

Esa segunda esposa, y sus siempre difíciles relaciones con Maria Sofía, completarían el rompecabezas: de ahí la leyenda de la princesa envidiosa, la madrastra malvada. Pero quizá la historia real de Blancanieves supera al cuento, porque va y resulta que la bella Blancanieves (Maria Sofía) tuvo una infancia desgraciada, reducida casi a la ceguera tras enfermar de varicela. Y de esa misma fatalidad, unida a su belleza y a su solidaridad con los aldeanos, cimentó la leyenda de la princesa bondadosa e infeliz, haciendo, por contraste, mucho más perversa de lo que pudo serlo a la madrastra.

Los siete enanitos del cuento quizá tampoco son del todo puro cuento: el trabajo en las angostas minas de cobre y plata de la vecina ciudad de Bieber exigia trabajadores de corta estatura y que solían endosar capuchones y prendas de vivos colores para facilitar su identificación en caso de derrumbes e incidentes, por lo demás tan habituales en las minas.

Segunda Versión:

Según el historiador alemán Eckhard Sander, Blancanieves era una joven condesa que se llamaba Margarethe Von Waldek que vivió en Alemania en la primera mitad del siglo XVI, en la misma época en la que el entonces príncipe Felipe II viajaba por esta zona del continente europeo para conocer los límites de su futuro reino y dicen también que buscando mujeres que satisficieran su deseo.

Margarethe era una joven de una belleza extraordinaria que murió envenenada por intrigantes de la corte del imperio, que evitaron así que se casara con el rey Felipe II de España.

Lo único que se quedo como cabo suelto debido a que Sander no explica es si el envenenamiento se produjo con una manzana, como se dice en el cuento, o se utilizó algún que otro brebaje.

Cuentan que el rey español, de facciones nobles, ojos azules y pelo rubio, era un joven introvertido al que casaron a una edad muy temprana con su prima María de Portugal, una joven que murió de parto poco después. Posteriormente, y por motivos políticos, su padre, el rey Carlos V, le obligó a contraer matrimonio con una tía suya once años mayor que él.
Fue entonces cuando Felipe II, hombre inteligente y aficionado a la belleza, tuviera una apasionada «historia de amor» con la condesa alemana, pero que fue truncada por intereses «políticos». Es un hecho real que tras viajar en su juventud por Flandes y Alemania, volvió a la península y no volvió a salir de ella, lo que de alguna forma demuestra que es una fantasía que reviviera a la princesa con un beso.

Los siete enanitos de la famosa historia también existieron, según Sander. El historiador afirma que todos eran niños desnutridos y envejecidos que trabajaban en las minas de hierro de las propiedades de los Von Waldek. Debido a su pobreza, vestían largos abrigos y gorros muy parecidos a los que siempre nos describieron o vimos en la película. Sander dice también que a la condesa le gustaba jugar con estos niños de rostro envejecido por culpa del trabajo, lo que hacía que parecieran enanos.

Más por conocer…

Ahora busquemos un poco en la historia que crearon los famosos hermanos Jacob y Wilhelm Grima, Blancanieves no fue el primer nombre literario de esta princesa. El “Pentamerote” contiene un cuento en el que una hermosa niña de siete años, llamada Lisa, cae sin sentido al clavarse un peine entre sus cabellos. Depositada en un sarcófago de cristal (como Blancanieves), Lisa sigue creciendo (como Blancanieves, que también cuenta siete años al ser abandonada) y se hace cada día más hermosa. Una pariente, envidiosa de la belleza de lisa, jura acabar con ella (tal como la reina celosa decide matar a Blancanieves), y con este propósito abre el sarcófago. Pero al arrastrar a lisa por los cabellos, se desprende la peineta y la bella muchacha vuelve a la vida.


Según el presidente de la sociedad europea de cuentos, Heinrich Dickerhoff, la verdadera villana en la primera versión de Blancanieves era su madre biológica y no su madrastra, como precisó durante el congreso internacional que reunió a cerca de 400 filólogos, cuentistas e investigadores de este género en la ciudad alemana de Postdam. Según Dickerhoff, en la primera edición del cuento, titulado “la pequeña Blancanieves”, y publicado en 1812, la madre de la heroína desea tener una niña “blanca como la nieve”, su deseo se vuelve realidad, pero cuando su hijita se convierte en rival de su belleza y el espejo mágico declara que Blancanieves es mil veces más hermosa que la reina, los celos la consumen y ordena una espantosa muerte para su propia hija. Como para la sociedad europea de principios del siglo XIX la idea de una madre malvada y asesina no era aceptable, por lo que los hermanos Grimm, que nos trajeron hasta nuestros días ese cuento, decidieron autocensurarse y “reconvertir” la figura de la mala de la historia. En la versión de 1857, la hermosa y bondadosa reina muere en el segundo párrafo después del nacimiento de Blancanieves y su padre se casa de nuevo, dando paso a la figura legendaria de la madrastra que todos conocemos.


Pero en esta versión original no solo la madre mata a la hija, sino que lo hace de una manera digna de Lecter. La reina no sólo ordena la muerte de Blancanieves, sino que exige además que, como prueba, le presenten el corazón de la víctima. En el cuento alemán, la reina, creyendo que el corazón que le presenta el cazador es el de Blancanieves (en realidad pertenece a un jabalí) lo sala y llega a comérselo. Y en el cuento original la reina es obligada, al final, a calzarse unos zapatos de hierro al rojo vivo: presa de un espantoso frenesí, baila hasta morir.

En la actualidad, se han realizado documentales, basados en las investigaciones que se han venido realizando por años, a manera de una “arqueología del cuento popular”, se recogen datos, hechos históricos de lo que pudo ser el antecedente para un determinado cuento popular, es muy interesante el poder determinar las verdaderas historias de los famosos cuentos trasmitidos por generaciones y que se transformaron en parte de nuestra cultura.

En 1937 Walt Disney adaptó el cuento de los Hermanos Grimm, el primer de todos los clásicos de Disney. Considerado equivocadamente el primer largometraje animado de la historia del cine, sin embargo la película de Disney fue la primera en generar un enorme impacto mundial, por sus innovaciones técnicas y artísticas. Nominada al Oscar a Mejor Banda Sonora Original, y Walt Disney fue premiado con un Oscar especial, acompañado de 7 pequeños Oscars (pueden ver la imagen más abajo)






La Bella Durmiente: La Verdadera Historia


La Bella Durmiente es uno de esos cuentos populares que todos conocemos... o tal vez no. Primero tracemos un resumen del cuento, y luego entremos en detalles:
Una Reina da a luz una niña. El Rey anuncia una gran fiesta. Siete hadas son convocadas para ser madrinas de la niña. En agradecimiento por el honor (y por los regalos del rey) las hadas le entregan a la niña siete dones.

1: Ser la más bella de todas las mujeres.
2: Tener la bondad de un ángel.
3: La gracia de las gacelas.
4: Bailar con perfección.
5: Cantar como las aves.
6: Tocar con maestría todos los instrumentos.
7: Una gran inteligencia.

De pronto, una hada maléfica entra en el recinto. Furiosa por no haber sido invitada a la fiesta, maldice a la niña diciendo:

-¡El día de tu cumpleaños número quince te pincharás con una aguja y morirás!

Una de las hadas buenas dice:

-La niña no morirá, dormirá cien años y un príncipe la despertará.

Pasa el tiempo. Cuando la niña cumple quince años encuentra a una anciana cosiendo en una habitación del castillo; es el hada maligna que mediante esta estratagema logra que la joven se pinche el dedo con una aguja, y duerma. El Rey, abatido, manda a llamar al hada buena, que dice:

-Para que vuestro dolor no sea inmenso; y para que la princesa no se encuentre sola, dormirán todos, y no despertarán hasta que termine su largo sueño.

Todos duermen una siesta descomunal. Un bosque mágico cubre el castillo. Pasan cien años y un príncipe pasa por el lugar. Su caballo se niega a avanzar. Como por arte de magia, vé el castillo e ingresa. Encuentra a la princesa y, excitado por su belleza, la besa suavemente y la joven despierta, así como el resto de los durmientes. Al día siguiente comienzan las fiestas por el casamiento entre la princesa y su salvador.

La verdadera historia de la Bella Durmiente:

Antes de ser un cuento de hadas, la Bella Durmiente fue un cuento popular medieval, heredero de un pasado aún más oscuro y grandioso. En 1697, Charles Perrault lo publicó como: La Bella Durmiente del bosque (Belle au Bois Dormant). Años después, y tras profundas investigaciones folklóricas, los Hermanos Grimm volvieron a publicar la historia, esta vez en Alemania, bajo el título: Bella Durmiente (Dornröschen).

Estas son las versiones que circulan normalmente, y sobre las que se construyó el imaginario del cuento -incluido Disney y su inagotable capacidad de aniquilar monumentos tradicionales-. Son similares en casi todo, salvo en el número de hadas. Los hermanos Grimm suavizaron la historia para darle el encanto de la sencillez, Perrault, en cambio, aprovecha el cuentopara despotricar contra la mujer y dar rienda suelta a su machismo. Por ejemplo, insiste en que el príncipe se burla de las ropas antiguas de la princesa, e incluye a la inteligencia como uno de los dones ofrecidos por las hadas, como si ésta sólo pudiese existir sobrenaturalmente en la mujer. Luego se ceba en la madre del príncipe, una especie de ogro insaciable que intenta devorar a los hijos de la joven pareja. Los Grimm, mucho más sutiles, eliminan la entrega del don de la inteligencia, y aclaran en varias ocasiones que la princesa ya lo poseía.

Lo cierto es que, a pesar de los esfuerzos de los hermanos Grimm para no mostrarse machistas, la versión medieval de la Bella Durmiente nos habla de una princesa bastante estúpida. Leída fuera de un contexto mitológico, la maldición del hada sólo es entendible en términos de profunda misoginia. Supongamos que alguien nos envía una maldición análoga, es decir, que dentro de un tiempo caeremos en un sueño de un siglo luego de pincharnos con una aguja. Lo más razonable es que nos mantengamos alejados de tales herramientas textiles, pero esto no sucede en el cuento. Incluso el rey, hombre sabio y prudente, queda escandalizado ante la profecía, a la que considera perfectamente realizable. Vale señalar que en la edad media, y mucho más acá, la mujer estaba íntimamente relacionada con la confección y mantenimiento de las ropas, por lo que siempre había una aguja a mano para ellas. En este sentido el temor del rey es doblemente insólito, pues sabe que su hija, como mujer, está obligada a las tareas textiles, pero jamás se le ocurre que las abandone, hecho que la dejaría a salvo de la maldición.

Pronto veremos que todas estas anécdotas han sobrevivido por el simple hecho de que poseen un fuerte arraigo mitológico. No están allí en vano, ni su utilidad es meramente narrativa; están allí porque son el único vínculo con la verdadera historia de la Bella Durmiente.

Viajemos desde las alcobas de las niñas románticas y victorianas, y, por qué no, de las jovencitas de nuestro tiempo, y volemos hacia el pasado remoto de Europa Occidental. Atravesemos la edad media, a la que imaginamos cubierta por una nube sombría (e igualmente brillante), pasemos sobre el Beowulf, monumento inglés a la antiquísima mitología de aquel país, perdida para siempre, dejemos atrás al primer merovingio y a todos los reyes del continente; sigamos hacia atrás, lejos en el tiempo, mucho antes de que el Galileo ascienda al madero; sumerjámonos en una oscuridad arcaica, cuando los Señores del Valhalla aún eran temidos y adorados por las tribus indoeuropeas; entonces si, allí encontraremos la razón de que un cuento aparentemente imbécil sobreviva en nuestra era; iluminando la esencia escondida de la Bella Durmiente.

Nuestro vínculo con aquella época oscura es la Saga Volsunga (Völsungasaga), escrita en Islandia en el siglo XIII sobre historias que preceden el auge romano, y que se remontan, tal vez, al 800 a.C, cuando se produjo la llamada Völkerwanderung (migración de pueblos); época de cambios y exilios, donde civilizaciones enteras migraron a lo largo y ancho de Europa. Entre otras narraciones notables, la Saga Volsunga cuenta la historia de Sigurd (Sigurðr) y Brunilda (Brynhildr), cuyos cimientos son incluso anteriores a las migraciones, en una época tan antigua como el año 1000 a.C.


Brunilda era una Valkiria, esto es, una semidiosa que recogía a los héroes muertos en el campo de batalla, escoltándolos a los amplios salones del Valhalla. Ella es, a todas luces, la mujer en estado salvaje, honorable y terrible a la vez. Su silueta ambigua protagonizará épicas nórdicas como Nibelungenlied, e inspiraría a Richard Wagner en su obra capital: El anillo de los Nibelungos (Der Ring des Nibelungen). La Saga Volsunga cuenta que Odín, el gran dios nórdico, le ordena a Brunilda que decida sobre el destino de una batalla entre dos reyes, Agnar y Hjalmgunnar. Ella decide por Agnar, y Odín, enfurecido por no haberse inclinado por su favorito, Hjalmgunnar, la condena a un sueño eterno, es decir, a dejar de lado su condición de diosa y vivir en el mundo espeso de los sentidos. En otras palabras, Odín condena aBrunilda a vivir como una mujer mortal, y la encarcela en el monte Hindarfjall, oculto en los Alpes. Para ello la clava al duro suelo de una caverna utilizando agujas de fuego.

Sigurd, un caballero de noble estirpe, descubre la entrada a una oscura caverna en aquel monte, y la describe como un castillo de roca rodeado por un bosque espeso. Allí encuentra a Brunilda, presa de un sueño tan profundo que, en un principio, nuestro héroe la considera muerta; aunque sabe que no lo está. Su rey, Gunnar, le ha contado la tragedia de Brunilda, y lo ha enviado en una misión suicida, conseguir la mano de esta Valkiria caída. Para ello, Sigurd se disfraza con las ropas de Gunnar, ya que Brunilda solo se casará con quien pueda derrotarla en combate singular. El joven la despierta con un beso en la mejilla, detalle que algunos señalan como metafórico, sosteniendo que aquel beso fue, en realidad, un roce con el filo de su espada; y se entrelazan en un combate feroz.

Sigurd vence. Brunilda se entrega mansamente a su destino, pero antes de volver deben pasar la noche en la cueva, ya que una fuerte tormenta golpea los flancos de Hindarfjall. Yacen juntos, pero Sigurd coloca su espada entre ambos, para que sus cuerpos no se toquen. Él se mantiene fiel a su promesa al rey; pero Brunilda, encandilada por la fuerza del joven, intenta acariciarlo y se corta un dedo con la espada, cuya manufactura era tan perfecta que su punta era tan diminuta y afilada como la punta de un alfiler.

Reconocer estos jirones mitológicos no es sencillo, tampoco es particularmente necesario para disfrutar de una buena historia; pero su peso es el que decide la inmortalidad de un cuento popular. Quizás no sepamos el por qué, ni el cómo ni el cuándo, pero todos los cuentos que aún entretienen a nuestros niños poseen un pasado asombroso, algo que entra por los oídos pero que florece en el inconsciente, que se ramifica en la vasta herencia psicológica de los pueblos, ajeno a los avatares del cine y los cambios, inmóvil, como el sueño de algunas princesas, fijo, como la mirada aguda de los príncipes que vagan por bosques ya olvidados.

Walt Disney adaptó la historia en el año 1959, en una película que fue nominada al Oscar a Mejor Banda Sonora.


Hansel y Gretel: La Verdadera Historia


Todos conocemos la historia de Hansel y Gretel. Ha sido reproducida, en mayor o menor medida, en casi todas las literaturas, de modo que sólo repasaremos la versión conocida, sumergiéndonos luego en la verdadera historia de Hansel y Gretel.

El cuento de Hansel y Gretel, amén de algunas variaciones locales, es el siguiente:

Hansel y Gretel eran hijos de un leñador. La familia era tan pobre que la madre convence al padre de abandonar a los niños en el bosque, ya que no tenían cómo alimentarlos. Los dejan en el bosque, pero Hansel marca con piedras el camino a casa. Regresan, y al día siguiente el padre los lleva aún más lejos, pero Hansel, lúcido, vuelve a marcar el camino. El tercer día el leñador los lleva al corazón mismo del bosque. Hansel marca el camino, esta vez con migas de pan, pero rápidamente advierte que los pájaros se las han comido. Los hermanos pasan dos días deambulando por el bosque, hasta que encuentran una casa construida con azúcar, caramelo y pan de jengibre. Comienzan a devorar los muros. Diariamente la bruja que vive en la casa saca un dedo por la ventana para comprobar que los niños han engordado, ya que su propósito es comérselos, pero Hansel, astuto, la hace palpar un hueso que ha encontrado. Hastiada, la bruja los hace ingresar a la casa con la promesa de una gran comida. Le pide a Gretel que observe si el horno está lo suficientemente caliente. La niña advierte la trampa, y mediante una estratagema hacen que la bruja caiga dentro del horno, donde queda atrapada y muere. Los niños regresan a casa, no sin antes llevarse los tesoros de la vieja, donde se les informa que su madre ha muerto. Se quedan con el padre y, gracias a los tesoros robados, ya no pasan hambre.

Esta es la estructura de la historia conocida de Hansel y Gretel. Ahora pasemos a la historia real.

El cuento de Hansel y Gretel proviene de tierras germanas. Fue recopilado por los Hermanos Grimm y publicado en 1812. Para mayores datos técnicos, fue clasificada como Clase 327 en el sistema Aarne - Thompson.

La historia de Hansel y Gretel pertenece un grupo muy peculiar de cuentos populares de la edad media. En primer lugar, mantiene los elementos de iniciación de casi todos los pueblos indo-europeos, que indican el pasaje a la madurez mediante una incursión a lo salvaje, que en algunos casos duraba meses, e incluso años. La estudiosa del folklore medieval Maria Tatar observa algunas similitudes entre los horrores del Tercer Reich y la trama de Hansel y Gretel, señalando que el abandono de los niños por parte de los padres es una especie de Solución Final, y que la incineración de la bruja, que en el cuento original conserva todos los estereotipos del judío, es una prefiguración del genocidio en los campos de concentración.

Menos ominosa, Tatar sugiere luego que los pájaros representan los aspectos salvajes de la naturaleza, la cual se asegura la permanencia de los niños en sus dominios comiéndose el camino de migas trazado por Hansel. Los niños, por otro lado, no tienen reparos en saquear las riquezas de la bruja, ya que la adquisición de tesoros y la posterior remisión a la autoridad era una muestra clara de madurez. Por otro lado, la madre de los niños, a menudo suavizada bajo la figura de madrastra, está vinculada a la bruja, o bien es la bruja, ya que la muerte de ambas se produce al mismo tiempo, hecho que no es casual, como nada que sobrevive durante siglos en una narración.

Ahora bien, todos estos interesantes estudios parten de la versión de los hermanos Grimm, la cual conserva muchísimos elementos y olvida otros, tal vez poco adecuados para el niño victoriano. Hoy sabemos que el cuento, tal y como lo presentan los hermanos Grimm, es una variante desinfectada, inocua, de los horrores arquetípicos del original. La verdadera historia de Hansel y Gretel nos habla de las duras condiciones medievales, donde el hambre y la falta de recursos hacían del infanticidio un horror habitual.

Si alguien nos preguntase si Hansel y Gretel es un cuento para niños no dudaríamos en responder: "si". Ahora bien, ¿pensaríamos lo mismo si ese mismo alguien nos preguntase si una historia sobre abandono parental, infanticidio y canibalismo, es un cuento para niños?

La pregunta, por cierto, capciosa, elude las cuestiones fundamentales del cuento popular, a menudo esterilizado para el consumo masivo. En primer lugar, los oyentes del cuento de Hansel y Gretel no eran niños, sino adultos, muchos de los cuales podían identificarse con la dura decisión de los padres al abandonar a los hermanos. Pero ni siquiera esta identificación logra penetrar en el misterio del cuento, que yace en lo profundo de la psiquis colectiva, pues todos los análisis caen sobre un error fundamental: creer en el narrador.

Los hermanos No son abandonados a su suerte y No existe una bruja. En estas dos aseveraciones reside la resistencia del cuento y su proliferación en distintos países. Siguiendo el razonamiento de un estudioso anónimo, podríamos seccionar la historia en los siguientes términos.

El hambre lo domina todo, se adueña de la voluntad más férrea y pervierte todo lo que consideramos humano y civilizado, pero nunca estigmatiza el futuro. Es decir, el Hambre nos obliga a realizar las mayores atrocidades, pero siempre tiene en cuenta el futuro, el día después. De este modo, los acongojados padres de Hansel y Gretel no los abandonan a su suerte, sino que los separan simplemente porque siendo sus padres no podrían comérselos. Iniciarlos en la madurez los libra de sus responsabilidades como padres. En su concepción, ya no son "niños", y, por lo tanto, el canibalismo es perfectamente aplicable en condiciones de extrema necesidad. Dejarlos en manos del bosque es, en primer lugar, aceptar que no son niños. En consecuencia, ellos ya no son padres, pero la culpa subyace como un ente inclaudicable, impidiéndoles actuar deliberadamente. Es aquí en donde entra a jugar el "disfraz" de bruja, un remedo carnavalesco que oculta la verdadera identidad del asesino: la propia madre de Hansel y Gretel.

No deja de ser curioso que sea Gretel, hasta entonces un personaje más bien secundario, quien resuelva el misterio y decida aplicar una suerte de justicia generacional sobre la madre. Hansel siempre se muestra lúcido, astuto, salvo cuando debe enfrentarse a la bruja, es decir, su madre. Y es que el hombre puede caer en muchas miserias, en miles de circunstancias horribles y ominosas, pero difícilmente se resista al pedido de su madre, casi como si devolver la hospitalidad uterina fuese una imposición genética. Gretel, en cambio, piensa con la imaginación. No razona lógicamente, sino con el corazón; y eso es lo que salva a los hermanos del fuego y el canibalismo.

Hay un ejercicio muy sencillo para comprender la verdadera historia de Hansel y Gretel. Refieran el cuento a un niño de cinco años o menos, y luego pregúntenle su opinión. Lo primero que dirá es, con más o menos detalles: "La madre es mala". Su mente se detendrá en el abandono, y el episodio de la bruja será una cuestión menor, anecdótica. Y es que si la madre es mala, deja de ser madre, deja, en la mente infantil, de encarnar el ideal de madre, por lo que la resolución de Gretel queda prolijamente justificada.

Hansel y Gretel son reflejos de una situación tan espeluznante como cotidiana en las aldeas medievales, y ambos, gracias a un artístico juego de espejos, llegan hasta los oídos de nuestros niños como un presagio de lo que fue, o de lo que podría ser, si las circunstancias fuesen las adecuadas.



La Bella y la Bestia: La Verdadera Historia


La Bella y la Bestia es uno de los cuentos folklóricos más inciertos. Ha circulado durante siglos sin cambios significativos, aunque con discrepancias que sirven para apuntalar aquello que en una región resulta irrelevante, y en otra se vuelve esencial.

La primera versión pertenece a Giovanni Francesco Straporola, y fue publicada en una antología de nombre cándido: Le piacevoli notti, es decir, Las noches agradables, en 1550. Más de un siglo después, en 1697, Charles Pearrault integró una versión tosca de La Bella y la Bestia en su colección Cuentos de mamá ganso (Contes de ma mere l’oye). Pero la degradación absoluta llegó con Madame d´Aulnoy y su cuento La oveja (Le Mouton), quien junto a Giambattista Basile finalmente demolieron el pasado mitológico del relato.

Sobre estos cimientos se publicó una olvidada noveleta de Gabrielle-Suzanne Barbot, editada en 1740, que sirvió para construir la actual versión de La Bella y la Bestia que todos conocemos. El mérito de su popularidad pertenece a la aristócrata francesa Jeanne-Marie Le Prince de Beaumont. Exiliada en Inglaterra, comenzó a trabajar como profesora, y, en paralelo, a organizar una antología de relatos folklóricos europeos. Utilizando la antología de Barbot, nuestra noble y aristocrática traductora publicó un cuento que eliminaba por completo el trasfondo genealógico de La Bella y la Bestia, tomando únicamente los elementos centrales del original, y omitiendo los orígenes escabrosos que dan como resultado la transformación del caballero en Bestia; detalles que, para la época, podían sonar un tanto... subversivos.

Lo mágico quedó excluido de La Bella y la Bestia, en consecuencia, lo mítico desapareció como barrido por un viento súbito y voraz. Todo lo siniestro fue cubierto por una crónica directa, sobria, sin adornos ni estridencias. Lo legendario pasó por el tamiz de lo racional, y el sentido primigenio del relato folklórico se vio mutilado de sus premisas fundamentales. Los pobres y los desdichados se convirtieron en reyes y princesas, los pastores en caballeros, los magos en sacerdotes, lo mágico en banal.

Antes de continuar se impone un resumen de La Bella y la Bestia tal como ha llegado a nuestros días. A causa de una total falta de interés en esta versión nos proponemos dar un resumen taquigráfico.

Un mercader tiene tres hijas. Dos de ellas eran odiosas, pero la menor, que por su aspecto delicado llamaron Bella, era la encarnación de la bondad. El mercader pierde su fortuna, y con ella los pretendientes de sus hijas. Pero Bella continúa recibiendo ofertas como de costumbre. Cierto día, el mercader se embarca en un viaje de negocios, y les pregunta a sus hijas qué desean recibir como regalo: las hermanas odiosas piden ricos vestidos, mientras que Bella sólo le solicita una rosa.

El viaje termina en desastre. Perdido, el mercader se refugia en un castillo aparentemente abandonado. En el jardín de entrada encuentra un rosal. Se acuerda de Bella y arranca una rosa. Una vez dentro del castillo se encuentra con una criatura abominable, un ser bestial que habla como un hombre educado y le recrimina al mercader su actitud ofensiva. El anciano suplica que desea volver a ver a sus hijas. La Bestia le concede el deseo, pero lo obliga a jurar que regresará, o bien enviará a alguien para reemplazarlo.

Al regresar, Bella se ofrece a ir al castillo ya que fue su deseo el que hizo que su padre arranque la rosa, incitando de este modo la ira de la Bestia.

Bella llega al castillo. La Bestia perdona a su padre, pero le pide a la joven que se quede una temporada con él. Eventualmente, la Bestia se enamora, pero Bella se mantiene indiferente. Cierto día llegan noticias sobre la enfermedad del mercader. Bella le solicita a la Bestia que la deje partir, pero éste se niega. Luego de unos días, el engendro reflexiona y le permite volver con la condición de que regrese en una semana. Ya en la aldea, las hermanas odiosas planean una estratagema para que la joven se quede más de siete días. Lo logran, haciendo que Bella rompa su promesa. Cuando ésta retorna al castillo encuentra a la Bestia agonizando de tristeza. El monstruo muere, y la muchacha, comprendiendo que fue su falta la que causó el desastre, besa el cadáver deforme y le dice que lo ama y que desea casarse con él

La Bestia resucita y se transforma en un príncipe. Luego explica, a grosso modo, que una bruja lo ha transformado en monstruo hasta que una mujer hermosa quiera casarse con él.

Hasta aquí, la versión "oficial". Ahora repasemos la verdadera historia deLa Bella y la Bestia...

El mercader no existe. Sólo existen tres hermanas. Dos de ellas, brujas y hechiceras que obligan a su hermana menor a servirles como mucama y realizar tareas que la prudencia exige omitir. La joven es atada todas las noches para que contemple aquello que nunca tendrá: libertad.

Cierto día, un pordiosero leproso se asoma por la ventana y ve a la joven envuelta por nudos, sogas y cadenas; y le pide si puede darle algo de comer. Sabiendo que sus hermanas la castigarán, Bella igualmente accede a que el hombre pase y se sirva lo que necesite, sin siquiera pedirle a cambio que afloje las ligaduras que la retienen prisionera. El hombre ingresa por la ventana y sacia su apetito con un gran pedazo de queso. Luego se retira sin decir palabra. Las hermanas regresan, y al ver el faltante de comida acusan a Bella de ladrona. La encadenan al sótano y la azotan con brutalidad, provocándole una muerte atroz.

El leproso vuelve al día siguiente, se asoma por la ventana, pero Bella ya no está. Le pide entonces a las hermanas si pueden darle algo para comer, pero éstas no sólo se niegan, sino que insultan al pobre hombre. Entonces el leproso, de rostro deformado, una verdadera "Bestia", les revela que, en realidad, es hijo de un acaudalado noble. Las hermanas le ofrecen pan, y el hombre ingresa en la casa. Una vez saciado su apetito, les confiesa que su padre no es rico, y que él mismo no es otra cosa que la Muerte encarnada, una entidad fugitiva que ha tomado posesión del cadáver de un leproso, ya que al inframundo llegó la noticia de una mujer tan desdichada que la Muerte le resultaría, en definitiva, una bendición.

La Muerte entonces desgarra los jirones putrefactos de sus ropas, toma a las hermanas del cabello y frota sus rostros horrorizados sobre su pecho cubierto de pústulas y excrecencias fétidas.

Acto seguido, el leproso se echa a morir junto al cadáver de Bella. Previamente, lleva a las hermanas al sótano y las ata para que contemplen aquello que no tendrán: una muerte pacífica.

El romance está ausente de la versión original, sin embargo, temas como la hospitalidad, la cortesía, la reducción de la mujer a un estado servil, están intensamente presentes. Será que algunas Bestias no ocultan príncipes ni acaudalados caballeros, sino hombres cuya única riqueza era la esperanza de una muerte piadosa; y Bellas que reflejan una hermosura que no se traduce en facciones simétricas y siluetas voluptuosas, sino en bondad y comprensión por el dolor ajeno.

También fue adaptada por Disney, en el siguiente enlace pueden ver información sobre la película:


Comentario sobre la película (A.S.B Virtual Info)



El Flautista de Hamelin: La Verdadera Historia


Otro de los cuentos folklóricos conocido por todos, El flautista de Hamelin.

Antes de comenzar, repasaremos superficialmente la historia y a partir de allí construiremos nuestro análisis, acaso más superficial.

Resumen de El flautista de Hamelin:
Año 1284. La ciudad alemana de Hamelín se encuentra infestada de ratas. Cierto día, un viajero ofreció eliminar a las ratas a cambio de una recompensa. Los pobladores aceptaron, el viajero extrajo su flauta y comenzó a tocar una extraña melodía. Todas las ratas salieron de sus escondrijos y comenzaron a seguir al músico, que se dirigió al río Weser, donde las ratas se precipitaron a las aguas y murieron ahogadas.

Concluida su tarea, el flautista retorna a Hamelin a reclamar su recompensa, pero los pobladores, ya librados de las ratas, se negaron a abonarle sus servicios. El flautista, casi sin perturbarse, se retiró del pueblo con la promesa de volver.

Regresó un 26 de junio. Mientras los buenos cristianos de Hamelin estaban en la iglesia, el flautista volvió a entonar su instrumento, pero esta vez fueron todos los niños de Hamelin quienes lo siguieron, como presas de un encantamiento. Ciento treinta niños y niñas siguieron al músico, que los llevó hacia el interior de una cueva, y jamás se les volvió a ver por Hamelin.

Análisis de El flautista de Hamelin:
Los primeros en documentar la leyenda de El flautista de Hamelin fueron, cuando no, los Hermanos Grimm; bajo un título que excluye de plano las habilidades musicales del viajero: Der Rattenfänger von Hameln (El cazador de ratas de Hamelín). Más adelante, el poeta inglés Robert Browning escribiría un poema notable sobre esta leyenda, llamado The Pied Piper of Hamelin (El Flautista de Hamelin).

El origen de la leyenda del Flautista de Hamelin, al igual que el de otros cuentos populares, es poco claro. Los estudiosos del folklore alemán señalan que el núcleo de la historia tiene que ver con la desaparición de los niños, y que el episodio de las ratas fue agregado mucho después, acaso para dejar una moraleja ante un hecho absurdo. Estos mismos sabios añaden que el rapto de los niños simboliza la expansión hacia el este de los pobladores de la Baja Germania entre los siglos XII y XV. En este sentido, los niños de Hamelin representarían a los jóvenes de la ciudad que se lanzaron a la conquista del este.

La primer mención sobre la leyenda del Flautista de Hamelin no proviene de la literatura, ni de la tradición oral, sino de un vitral del siglo XIII, ahora perdido, que narraba la historia de un músico que raptó a los niños de Hamelin y los introdujo en las entrañas de un monte.

Lo cierto es que no hay una interpretación única para la leyenda del Flautista de Hamelin. Algunos sugieren que, debido a una plaga o peste, muchos habitantes de Hamelin fueron exiliados fuera de los muros de la ciudad. Otros, que los jóvenes del pueblo se lanzaron en una peregrinación o expedición militar, y nunca regresaron a Hamelin. Esta última es la teoría más aceptada, ya que para esa época florecieron nuevos poblados al este de Hamelin. Además, recordemos que la palabra kinder, mencionada en numerosas ocasiones en el relato, no significa únicamente "niños", sino "niños del pueblo", es decir, jóvenes socialmente aptos para el trabajo y la guerra.

Lamentablemente, los folkloristas modernos rara vez salen de sus bibliotecas, hecho que les ha evitado conocer otras leyendas dentro de la leyenda principal.


Un tal Decan Lude (deformación de Diácono Ludwig) informó en 1384 sobre un misterioso libro que narraba un acontecimiento atroz en la ciudad de Hamelin. El libro se perdió a mediados del siglo XVII, pero uno de sus versos, acaso el más importante, se conserva en perfecto estado tallado sobre una roca del pueblo.

El poema dice lo siguiente (sepan disculpar la traducción apresurada)


Anno 1284 am dage Johannis et Pauli
war der 26 junii
Dorch einen piper mit allerlei farve bekledet
gewesen CXXX kinder verledet binnen Hamelen geboren
to calvarie bi den koppen verloren.

(En el año 1284, en el día de Juan y Pablo,
siendo el 26 de junio,
por un flautista vestido con muchos colores,
130 niños nacidos en Hamelin fueron encantados
y se perdieron en el calvario, cerca de las colinas)


Recordemos que el día en que el Flautista retorna a Hamelin para esgrimir su venganza es el 26 de junio, día de San Pedro y San Pablo, momento en que todos los mayores se encontraban en la iglesia.


Para dar cuenta de la profunda significancia de esta leyenda, y de una tragedia que probablemente fue real, en la ciudad de Hamelin, incluso hoy, está prohibido cantar o tocar música en la calle llamada Bungelosenstrasse, sitio donde el Flautista se ubicó para elaborar su encantamiento musical.

Como bien señala Jacob Grimm, algo sucedió en Hamelin, algo tan terrible y abominable que jamás pudo ser olvidado del todo, y que sobrevivió, como muchas tragedias, bajo la superficie de un cuento, en apariencia, infantil.




La Cenicienta: La Verdadera Historia


La historia de La Cenicienta adquiere popularidad global luego de que Charles Perrault trascribiese su leyenda oral en 1697. La publicó bajo el título Cenicienta, o el pequeño zapato de cristal (Cendrillon ou La petite pantoufle de verre). Pero éste es apenas un relanzamiento, si se quiere, de una historia ampliamente conocida desde la antigüedad.

En las islas británica se la conoce como Cinderella, Aschenputtel en Alemania, Assepoester en Holanda, Cenerentola en Italia, Stachtopouta en Grecia,Hamupipőke en Hungría, Askungen en Suecia, Soluschka en Rusia; y la lista podría estirarse infinitamente.

Tras el redescubrimiento de Perrault llegaron los Hermanos Grimm. En 1812 relanzaron la historia de Cenicienta, logrando un impacto aún mayor que el de su predecesor. La versión de Cenicienta que todos conocemos desde la infancia es, en realidad, una adaptación moderna que poco tiene que ver con la tradición original, que carece por completo de hadas madrinas y carros que se convierten en calabaza a la medianoche; y ofrece, en cambio, asombrosos ejemplos de automutilación y cultos ancestrales.

A continuación daremos un resumen de La Cenicienta, basado sobre todos los detalles de la historia que se repiten en diversos países y culturas, acaso el único modo "seguro" de rozar la esencia del relato.

Cenicienta es la única hija de un hombre rico, que enviuda trágicamente. Eventualmente, su padre vuelve a contraer matrimonio. Su nueva esposa tiene dos hijas, ambas muy hermosas, pero ásperas y envidiosas. Cenicienta es despojada de sus vestidos por su madrastra y hermanastras, y recluida a la tarea de limpiar el hogar. En resumen, se la esclaviza. Su aspecto cambia radicalmente; y el contacto permanente con la suciedad le gana el epíteto burlesco de Aschenbrödel, "Burbuja de ceniza", para nosotros, Cenicienta.

Cierto día, el Padre se dirige a la feria del pueblo. Todos en la casa le piden regalos. Las tres malvadas mujeres le piden joyas y vestidos, pero Cenicienta solicita una rama de roble, que luego plantaría en la tumba de su madre, regándola diariamente con sus lágrimas. En tres años esa rama se convirtió en un árbol inmenso, en una de cuyas ramas aparece un extraña paloma, quien le asegura ser capaz de cumplir cualquier deseo que pidiese.

En otra parte, el rey organiza tres fiestas para que su hijo, el príncipe, conociese a alguna joven digna de ser su esposa. Las hermanastras obligan a Cenicienta a ayudarles con sus vestidos, aunque la madrastra le impide asistir. Sola, Cenicienta se dirige a la tumba de su madre, y le solicita a la paloma un vestido y zapatos. El ave concede su deseo y Cenicienta se encamina al baile. Su aspecto estaba tan cambiado que nadie la reconoció, ni siquiera las tres arpías. El príncipe, atónito, sólo tiene ojos para ella, y baila con Cenicienta durante toda la noche. Para no ser descubierta, Cenicienta se retira antes del baile, temiendo que su madrastra y hermanastras lleguen a casa y no la encuentren. La segunda noche se repite la escena. El príncipe y Cenicienta bailan y se enamoran, y ella huye del salón antes de las celosas hermanastras se retiren. La tercera noche, obsesionado, el príncipe unta las escaleras del palacio con barro. En su huída, Cenicienta pierde uno de sus zapatos.

El príncipe decide encontrar a la poseedora del zapato. Para ello, visita todas las casas de la comarca buscando el pie que calce en el diminuto zapato. Al llegar a la casa de Cenicienta, el padre manda a llamar a las hermanastras, pero no a su "verdadera hija". La mayor, bajo los consejos de su madre, se corta dos dedos del pie para que le entre el zapato. Dos palomas advierten al príncipe de la estratagema, y la joven celosa es rechazada. Luego llega la menor de las hermanastras, quien se había rebanado el talón para calzarse el zapato perdido, pero de nuevo el príncipe se entera de la trampa. Cansado, le pide al padre que mande a llamar a todas las mujeres de la casa, criadas incluidas. Cenicienta aparece en la habitación, el zapato calza perfectamente en su pie delicado, y el príncipe la arranca de su destino infame. Las hermanastras, por su parte, son atacadas por una bandada de palomas, quienes les arrancan los ojos dejándolas perfectamente ciegas.

La estructura de Cenicienta proviene de la noche de los tiempos, y encuentra eco en varias decenas de historias de la antigüedad. Los egipcios, por ejemplo, narraban el Rhodopis, que luego pasaría al Imperio Romano, un cuento prácticamente idéntico a la Cenicienta de Perrault. En Persia se conocía la increíble historia de Nezami y sus Siete Bellezas, asombrosamente similar a Cenicienta. Algunos eruditos aseguran que, de hecho, el cuento de Cenicienta está basado en la historia de Yeh Shen, cuento chino muy popular en la Edad Media, cuya influencia queda reflejada en los pies diminutos de la protagonista, un detalle pédico que obsesiona a los orientales incluso en nuestros días.

Para que un cuento sobreviva debe tocar algo íntimo, algo mítico, en sus oyentes. Cenicienta es un caso paradigmático de la banalización del mito, de la reducción de la esencia mítica hacia cierta variante del romanticismo, casi siempre, pueril. El espíritu del cuento, su alma, si se quiere, no se encuentra en la relación de Cenicienta con el príncipe, ni en la pérdida y hallazgo de su zapato de cristal; mucho menos en el hada madrina o encarros que se convierten en calabaza a la medianoche. Laverdadera historia de Cenicienta oculta algo que el cine ha considerado oportuno omitir, acaso por verse incapaz de reflejar al mito en toda su grandeza.

La Cenicienta es, en definitiva, un eco de Afrodita, la diosa del amor, cuyo nombre deriva de la espuma marítima, a menudo citada por los poetas griegos como la "ceniza del mar". La jornada de Afrodita también tiene sus reveses; ella es el amor, pero ligado a la locura y la obsesión, algo que debe ocultarse, velarse bajo un manto ceniciento, ya que contemplarlo directamente conduce al abandono de la razón. Cenicienta no es huérfana, al igual que el amor; su madre habita en la tierra, es la Tierra, y desde su útero terroso encamina los pasos de su hija para que su espíritu divino se revele a su debido tiempo. Aquel zapato de cristal es hijo de la arena donde Afrodita durmió por primera vez al salir del océano, comprimida y refinada por su madre en el inframundo. Su tamaño poco tiene que ver con el pequeño pie de Cenicienta. No es sobre ella donde debe calzar, sino en el alma de quien se atreva a amarla.

Buscar el amor es muy simple. Lo verdaderamente difícil es no aceptar lo aparente, así como el príncipe deshecha a las hermanastras, cuyos pies, mutilados, es cierto, calzan en el zapato de cristal, es decir, se adaptan a él. Por el contrario, el verdadero amor está oculto, es, en definitiva, un secreto. Los zapatos son una excusa, calcen o no. Lo único que importa es la búsqueda, y la seguridad de que la verdadera belleza suele adoptar formas modestas, humildes, cenicientas, si se quiere, que velan su esencia celestial hasta la llegada de quien se atreva a contemplarla.

Y para terminar una imagen de la película realizada por Walt Disney en 1950, película claramente que borró varios detalles del cuento original y lo hizo más accesible. El filme que estuvo en la competencia oficial del Festival de Berlín en 1960, en donde la película ganadora fue "El Lazarillo de Tormes" de César Fernández Ardavín. Y fue nominada a 3 Premios Oscar en 1950.




domingo, 27 de mayo de 2012

Festival de Cannes 2012: Palmares. Haneke Triunfa!


Llegó a su fin la 65° edición del evento más importante del cine mundial. Durante todos estos días que duró desfilaron varias películas en las distintas secciones que llamaron la atención del público. Aunque la edición del año pasado donde la Palma de Oro fue ganada por Terrence Malick por “El Árbol de la Vida”, fue una edición memorable, la presente edición aunque no alcanzó es nivel, no se quedó muy distante. Hay muchos filmes interesantes, entre ellos la ganadora de Palma de Oro 2012: “Amor” (Amour) de Michael Haneke. El gran cineasta austriaco gana con esta su segunda Palma de Oro, luego de que en el 2009 la ganara con la excelente “La Cinta Blanca”. Consolidándose definitivamente (aunque ya lo es), como uno de los grandes directores de la historia del cine.

Sin más preámbulos los ganadores de la 65° edición de Cannes y los respectivos comentarios:



Palma de Oro

Amour, de Michael Haneke

La gran favorita de la crítica. La segunda palma para Haneke. Y una de las películas que más deseo ver. Merecida Palma de Oro para este gran cineasta. Como sus protagonistas también eran grandes favoritos para triunfar, se dudaba de que la película ganara la Palma. Además de amenazas de la película Holy Motors o el posible homenaje a Alain Resnais, al concederle la palma por su trayectoria. Pero al final, la de Haneke fue la triunfadora. No sé porque sospecho que Moretti (el presidente del jurado) no votó por Haneke, sino que más bien fue unanimidad del resto del jurado. Pude notar algo extraño cuando mencionó el triunfo de Haneke y como lo miraba. O son sólo ideas mías… Pero gran triunfo de Haneke.



Gran Premio del Jurado

Reality, de Matteo Garrone


Una de las películas que más me interesa por su contenido, no se esperaba mucho de ella por su tibia recepción por parte de la crítica, pero dio la sorpresa. Yo había augurado un premio para la película, posiblemente el de guión, pero me alegra su triunfo en el segundo premio más importante del festival.



Mejor Director

Carlos Reygadas, por “Post Tenebras Lux”

Uno de los premios más polémicos, por los abucheos que generó la película y la actitud del director. Pero era una de las película que pensaba que iba a capturar algún premio, precisamente el de dirección. Se ve que el trabajo de Reygadas tras la cámara es muy bueno, como en sus anteriores filmes.



Mejor Actor

Mads Mikkelsen, por “The Hunt”

Era uno de los grandes favoritos y me alegró mucho su triunfo.



Mejor Actriz

Cosmina Stratan y Cristina Flutur, por “Beyond the Hills”

Una de las sorpresas, ya que se esperaba que el premio cayera en manos de Marion Cotillard o Emmanuelle Riva.



Mejor Guión

Cristian Mungiu, por “Beyond the Hills”



Premio Especial del Jurado

The Angel´s Share, de Ken Loach

Para mí fue la gran sorpresa. No me imaginaba a la película de Loach en el cuadro final de ganadores. Un premio que pudo haber quedado para Resnais o Carax, sobre todo este último uno de los olvidados.



Cámara de Oro: Mejor Ópera Prima:

Beasts of the Southern Wild, de Benh Zeitlin

Un premio disputado por distintas operas primas interesantes, pero la ganadora fue este filme que parece va a ser una de las sensaciones del año. Ha arrasado en todos los festivales donde se presenta, fue la gran ganadora del Festival de Sundance a la Mejor Película y Fotografía.





Entre los otros premios que ya fueron entregados el día de ayer:

FIPRESCI (Premio de la Crítica Internacional) en la Selección Oficial:

In The Fog, de Sergei Loznitsa




FIPRESCI (Premio de la Crítica Internacional) en Un Certain Regard:

Beasts of the Southern Wild, de Benh Zeitlin



FIPRESCI (Premio de la Crítica Internacional) en Semana de la Crítica:

Aquí y Allá, de Antonio Mendez Esparsa.




UN CERTAIN REGARD: Mejor Película

Después de Lucía, de Michel Franco

En esta sección quedaron muchos títulos interesantes para visionar, como la ya mencionada Beast of the Southern Wild, La Playa D.C., Laurence Anyways, Student, Elefante Blanco, Gimme the Lot, entre otras.



Un Certain Regard: Premio Especial del Jurado

Le Grand Soir, de Benoít Delépine y Gustave de Kervern



Un Certain Regard: Mención Especial del Jurado

Children of Sarajevo, de Aida Begic



Un Certain Regard: Mejor Actriz

Suzanne Clément, por Laurence Anyways

Émilie Dequenne, por Loving Without Reason




PREMIO DE LA QUINCENA DE REALIZADORES

“No”, de Pablo Larraín

En esta sección hubo varios títulos muy interesantes también.



PREMIOS DEL JURADOS ECUMÉNICO:

Premios Signis: The Hunt, de Thomas Vinterberg

Mención Especial: Beasts of the Southern Wild, de Ben Zeitlin



Beast of The Southern Wild, se consolida como uno de los filmes de visión obligatoria. Según es la “The Tree of Life” de este año. Esperemos a verla.

Ahora sólo nos queda esperar a ver todos estos filmes. Ojalá se puedan conseguir pronto. Esperar la Mostra de Venecia, donde seguro habrán filmes interesantes, la temporada de premios y el Festival de Cannes del próximo año.