En el primer día del FICCI 59 se presentaban dos películas inaugurales. “Niña errante” de Rubén Mendoza, inaugurando el festival, y “El Piedra”, inaugurando el programa de Cine en los Barrios, desde el barrio de Canapote. Yo me decidí ir a ver “El Piedra”, porque la de Mendoza tenía otras proyecciones en los otros días.
“El Piedra” me ha parecido una película muy emotiva, inspirada en una historia real, que retrata el estado de varios boxeadores de la ciudad de Cartagena; una ciudad donde se respira el boxeo, y donde así como lo representa en otros países, es una vía de escape de la pobreza para muchos jóvenes. Yo personalmente conozco varios ex boxeadores, salgo a trotar con algunos, y algunos de ellos que fueron campeones mundiales.
Reynaldo “El Piedra” Salgado es uno de esos boxeadores cartageneros, pero que tiene la particularidad de arreglar los encuentros para perderlos de antemano, aguantando algunos asaltos y obtener un beneficio económico. Pero un día aparece Breyder, un niño que dice ser su hijo y quiere que lo entrene para ser boxeador. Entre ellos empieza a formarse un lazo y a efectuarse un descubrimiento mutuo, donde ambos aprenden a valorarse y a reconocerse por lo que son.
La película tiene buen ritmo, tiene un buen guión, y adapta varios elementos de las películas de boxeo al contexto y la realidad de la ciudad de Cartagena. Se siente muy íntima, cercana e incluso personal. Porque aunque el tema visible sea el boxeo, y casi en su culminación encontremos una pelea decisiva como todas las películas de boxeo, la película trata más el tema de las relaciones humanas, de las relaciones filiales, de la paternidad, y la relación padre e hijo. Sin olvidar dejar planteado el tema de la realidad social de la ciudad, que está muy bien representado y fielmente desde distintas formas.
También hay un correcto retrato sociocultural, dentro de las imágenes y el lenguaje utilizado, haciéndola aún más cercana y más respetuosa con los personajes que homenajea y lleva a la pantalla, que como en el buen cine, siempre son símbolos representativos de algo más.
Y gran parte de ese trabajo se debe al excelente trabajo que hacen sus actores y su reparto general, con actores naturales que seguramente fueron muy bien dirigidos. Logran ser naturales y evocar auténticas emociones. El gran termómetro fue el público del barrio Canapote, conformado en gran parte por niños, quienes disfrutaron la película de inicio a fin, y que según los comentarios que hacían, se notaba que se veían identificados, y que la trama logró involucrarlos emocionalmente con los personajes y la historia. Es una historia efectiva, emotiva, bien narrada y distribuida, lo que muestra un buen hacer y un conocimiento del oficio de su director, que también compone planos muy buenos y significativos, que resaltan su talento como narrador visual.
Esperemos que películas como “El Piedra” sirvan para que se siga explorando más a la ciudad desde el lente cinematográfico, rescatando historias y personajes, con los que su población se pueda ver y sentir representada y reflejada. Pero en ningún momento desde el punto de vista de la representación de la miseria y la pobreza, esa sería una visión reduccionista y donde la película no cae, sino en la representación y valoración de los personajes y seres que por cuestiones de la vida nacen y mueren en difíciles condiciones, pero que sobreviven a diario de distintas formas, así como tantos cartageneros. Y por supuesto, sus historias merecen también ser contadas.
Seguiremos las jornadas del FICCI esperando más sorpresas!
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)
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