Hace
tiempo tenía ganas de ver este documental, desde que vi su promoción en el
2011. Ya que el tema me interesa, sobre todo por el especial que hice el año
pasado sobre la Violencia en las Aulas en el Cine.
Al fin
he podido verlo, y aunque me ha parecido un documental valiente y que trata el
tema desde distintos puntos de vista (como debe ser) e internándose en cada uno
de los agentes que intervienen en el conflicto: Familia, Escuela y Sociedad,
los pilares en la educación de los niños.
A pesar
de que me ha gustado el tratamiento y lo que muestra el documental, me ha
faltado algo de contundencia, crítica directa y acciones sobre el problema, que
como bien se encargan de decir la mayoría de los adultos entrevistados en el
documental “es un problema complejo”. Desde ese punto de vista, de enviar un
mensaje contundente y directo, el documental me ha decepcionado un poco.
Sin
embargo, tiene muchos detalles positivos, que me encargaré de resaltar a continuación:
El la
sinopsis del filme se enuncia, que en año 2011 más de cinco millones de niños
estadounidenses serán intimidados en la escuela, online, en el autobús, en sus hogares,
a través de teléfonos móviles o redes sociales y en las calles de la ciudad.
Este documental
tiene el precedente de ser uno de los primeros que trata el tema desde
distintos puntos de vista de interés, y no sólo de un afectado. Para lograr
esto, el documental se divide en varias historias.
En una
de ellas, tenemos el caso de un joven que se ha suicidado por los continuos
acosos, y sus padres reclaman y empiezan a movilizarse para hacerse escuchar y
que tomen conciencia del problema en la escuela y el estado.
En otro
vemos a una chica lesbiana que vive en un pequeño pueblo, y que se ha atrevido
a salir del closet públicamente. A pesar de la marginación, no sólo de sus
compañeros sino de los adultos, los profesores y las personas del común, ella
decide quedarse en la escuela, porque piensa que puede cambiar algo en ese
lugar. Sólo piensa que si se va, ellos ganarán, y que a veces solamente hace
falta persistir. La chica reconoce que ha sobrevivido por los amigos que no la
han abandonado y su novio, pero al final de dará cuenta de la realidad y el
alcance de su lucha, desde un pequeño pueblo conservador.
En
otra de las historias vemos el caso de una joven afroamericana, que tras los
acosos de sus compañeros en el autobús y ver como lastiman a sus otros
compañeros, decide tomar el revólver de su madre para asustar a sus compañeros,
lo que tiene como consecuencia que sea encerrada en una correccional, sin haber
emitido ningún disparo.
Y finalmente,
tenemos otra muy interesante, la historia de un niño que es acosado a diario
por sus compañeros en el autobús y la escuela. Este caso es especial, porque es
el único al que la cámara sigue en su rutina diaria, y somos testigos de todos
los abusos que padece, sus sentimientos de tristeza por no tener amigos y su
deseo de convertirse en acosador. El espectador se siente impotente frente a
los maltratos del chico, y la cámara nos hace participar como los espectadores
pasivos, que tanto daño hacen en estos casos. Al final, le mostrarán los vídeos
a los padres del chico, que nunca se imaginaron que esto le estuviese pasando a
su hijo.
En todas
estas historias observamos distintos casos, y dentro de ellos como se
desprenden algunos. Los problemas dentro de casa, la indiferencia de los
adultos, la de los profesores y directivos, que se niegan a afrontar el
problema. Cómo la escuela le echa la culpa a los padres, los padres a la
escuela, y ambos a la sociedad. Y en una reunión de padres, es una de las
madres la que lo menciona, ninguno de estos entes es el total responsable, cada
uno de ellos aporta en algo y tiene relativa mayor incidencia en lo que ocurre
con los chicos.
La comunicación
es importante, y el hecho de que no veamos a veces daños físicos o golpes, no
quiere decir que el alma de esos chicos y su espíritu no esté golpeado. La educación
no es fácil, los chicos y los jóvenes asimilan todo, cuando los regañan por
hacer algo, y los mayores lo hacen unas horas después, aunque crean que no los
ven o no tiene importancia. El chico que creía que los otros compañeros que lo
molestaban y lo golpeaban eran sus amigos, porque era único contacto que tenía
con otros niños. Lo que hacía del dolor, algo sin importancia o pasajero.
Son
muchas cosas, y me ha gustado que el documenta se haya atrevido a aventurar en
varios de los casos, haciendo algunas críticas sin mencionarlas, sólo dejando a
la cámara correr y dejando que el espectador vea las respuestas de los adultos,
los padres, los directivos y los mismos jóvenes. Me gusta que en esos momentos,
no salga una voz en off explicando o dando su versión de lo que ocurre, sino
que la dejan corriendo un momento, en el aire. En ese momento donde el
espectador está esperando que pase algo o que alguien diga algo, pero es
inútil, porque así son las cosas en realidad y es la actitud de muchas de las
personas.
Pero la
comunicación es importante, de los padres con sus hijos, al mismo tiempo que
darles confianza para que puedan confiar y ejemplo. Comunicación entre los
mismos estudiantes, que sepan que todos tienen problemas, que todos sufren en algún
momento rechazo, y que no es el fin del mundo cuando eso pasa. Sonreír a la
otra persona, al chico nuevo que acaba de llegar al colegio, así como conseja
uno de los padres al final a un grupo de jóvenes.
Todos
estos detalles importantes y relevantes me gustaron, pude ver muchos de los
temas que abordé en mi especial sobre el tema. Pero aún así me faltó algo de
fuerza y contundencia, o un poco mayor compromiso con la causa. Espero que este
sea el primero de muchos documentales, que vayan documentando el desarrollo y
superación del problema poco a poco. Porque como bien lo dicen en el
documental, todo inicia desde pequeños, es lo que traza nuestra personalidad a
futuro. Y necesitamos trabajar en generar conciencia, dar apoyo a los que estén
siendo víctimas y decirles que deben ser fuertes. A veces sólo falta una
palabra de apoyo o un abrazo, sentirse comprendido y no sufriendo solo. Y
capacitar a los mismos adultos, profesores, padres a detectar los síntomas y
todo lo que causa este problema, tanto del acosador como acosado. Muchas veces
ellos son los que principalmente necesitan la orientación. No podemos cambiar
el mundo en el que vivimos, la tecnología y que toda información de expanda de
forma rápida en apenas segundos, pero si se necesita educación para utilizar
estos medios. Y no sólo compromiso de una de las partes y de los agentes, sino
de todos.
Mientras
tanto, sólo espero que los chicos que sufren de cualquier tipo de abuso, físico
o psicológico encuentren en estas experiencias y en la de los filmes que traté
en el especial, fortaleza, las causas y el origen de estos comportamientos, y
que después de saberlo y analizarlo, puedan utilizarlos a su favor, canalizarlo
e irlo superando poco a poco. Muchos se ven obligados a madurar a temprana edad
y consiguen una motivación o una fortaleza para salir adelante, y eso es lo que
espero que por el momento se pueda lograr. Y que no repitamos esos errores en
el futuro, enfrentemos los prejuicios, la publicidad, la sociedad de consumo,
los fantasmas de nuestro pasado y el de los adultos que nos rodean, y tratemos
de crear algo diferente para nuestro futuro. Es la única forma de ir
combatiendo estos problemas tan “complejos” para los adultos de hoy en día.
En síntesis,
el documental aunque no cumplió todas mis expectativas, me parece un buen
trabajo, que aborda varios temas importantes sobre el tema. Tiene sus virtudes cinematográficas
y cumple con su intención y envía un mensaje. Por todo esto.
7/10
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