En los
últimos días nuevamente se volvió a remover el tema del maltrato animal, cuando
observábamos esas crudas escenas en donde dos hombres maltrataban a un
indefenso caballo que no podía continuar con la carga que la había sido impuesta.
Si
revisamos las noticias en los periódicos locales, podemos observar que a diario
se ven este tipo de atropellos contra los animales. En los últimos meses desde
septiembre, muchos casos han salido a la luz.
Es
alarmante la noticia que salió publicada el pasado 23 de Octubre, en donde
salió a la luz que varios jóvenes utilizaban a algunos animales para
“practicar” puñaladas y perder la sensibilidad en el acto de causar daño. En
donde además de puñaladas, propinaban golpes, quemaduras y machetazos, entre
otras torturas equivalentes al de cualquier campo de tortura.
Si
estos son los jóvenes, que han sido identificados en barrios como Torices,
Nariño, Daniel Lemaitre y otros cercanos al cerro de la Popa, que se están
preparando para ser los delincuentes del mañana, no sé qué se puede esperar en
ese futuro cercano.
Históricamente
los animales han estado al servicio del ser humano, y para mantener el
equilibrio entre ambas especies, aunque actualmente sea más para mantener la
sobrepoblación del planeta tierra, muchos animales son sacrificados. Lo
conocemos como el ciclo de la vida, la cadena alimenticia, etc. Pero, ¿de dónde viene esa crueldad? ¿Dónde
están las autoridades? Y sobre todo ¿Dónde están los padres?
Hace
poco estuve leyendo un libro de la india titulado “El cazador y el sabio” de Su
Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada. En uno de los diálogos, el
cazador que se encuentra masacrando a todos los animales por su camino, se
encuentra al gran sabio Narada. Cuando llega el gran sabio todos los animales
huyen del lugar, el cazador reclama a Narada de por qué se le ha aparecido y
espantado a los animales que cazaba. Él le responde: “Abandoné el camino y he
venido a ti, para resolver una duda que hay en mi mente”. Y prosigue: “Me estaba preguntando si todos
los jabalíes y demás animales que están a medio matar te pertenecen”. El
cazador responde afirmativamente. El sabio entonces le dice: “¿Por qué no
mataste a los animales por completo? ¿Por qué los mataste a medias, traspasando
con flechas sus cuerpos?”.
El
cazador responde: “Mi querida persona santa, me llamo Mrgari, el enemigo de los
animales. Mi padre me enseñó a matarlos de esa manera. Cuando yo veo sufrir a
animales a medio matar, siento un gran placer”.
A
pesar de que cada vez el tiempo transcurra más rápido, que vayamos
“evolucionando” en muchos sentidos, aún prevalecen arraigadas ideas
tradicionales y arcaicas, que por más que se enfrenten, nunca se llegan a
erradicar por completo. Es una marca en nuestro subconsciente que se hace presente
en los momentos en los que menos nos imaginamos. En esos momentos, en donde
nuestra llamada “verdadera naturaleza” sale a flote.
(A.S.B)
Pueden encontrar el artículo publicado en la Revista La Urraka, en el siguiente enlace:
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