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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Nader y Simin, Una Separación (Asghar Farhadi)


Nader y Simin, Una Separación, es una excelente película, con un ritmo imparable y arrollador, que mantiene al espectador al hilo de este drama muy humano en un contexto particular y universal al mismo tiempo. Una indiscutible Obra Maestra, que se ubica dentro lo mejor del año.

La película narra la historia de Simin y Nader, una pareja iraní que deciden abandonar el país, en busca de mejores oportunidades en el extranjero. A último momento, Nader abandona la idea de salir el país por la enfermedad degenerativa que sufre su padre. A raíz de ese acontecimiento, Nader se ve obligado a quedarse y cuidar de su padre. Simin no acorde con la decisión de su marido, decide irse a vivir a casa de sus padres e iniciar un proceso de divorcio. Pero todos estos sucesos llegan a un punto de ebullición, cuando Nader se ve obligado a contratar la ayuda de una mujer para cuidar a su padre.

Esta es la base de la historia, escrita por el mismo Farhadi, un guión impecable, con diálogos muy bien trabajados, una estructura narrativa efectiva, coherente e hilada con gran maestría. Todo estos, acompañado con la mayoría de las tomas de gran calidad y detalle, que colocan al filme en una categoría superior. Aunque el argumento pueda parecer sencillo (y lo es), siempre he admirado a los directores que logran tomar historias o melodramas sencillos y convertirlos en grandes obras, con su pulso e ingenio.

La historia es muy humana, inicialmente Farhadi se encarga de mostrarnos las causas de la separación de Nader y Simin, y posteriormente iremos encontrando pequeños detalles de esta curiosa y particular cultura, que reprime muchas cosas. Además de presentar algunas incongruencias entre el islám y el sistema judicial iraní. Un ejemplo de ello, es el personaje de la mujer que es contratada por Nader para cuidar a su padre. Una mujer que incluso llama a una línea “especial” para preguntar si algún acto que se ve en la necesidad de hacer, representa un “pecado”. Así como este, hay otras escenas que ambientan esta historia, y le dan en ocasiones una dirección de drama judicial. Además de algunos indudables dilemas éticos.

Todos estos detalles condimentan esta gran película, que aunque dura dos horas, nunca pierde el ritmo, y eso me sorprendió bastante. Hubo escenas en las que incluso quedaba sin respirar por lo emocionante y la carga emocional que se trasmitía en pantalla. Gran parte de esta labor es un logro de los actores, en donde todos brillan con luz propia, resaltando a Nader (Sareh Bayat) y Simin (Sarina Farhadi), ambos premiados en Berlín. Pero absolutamente los otros secundarios también aportan muchísimo: la mujer contratada para cuidar al padre de Nader, su hija, el esposo de la mujer e incluso la maestra de la hija de Nader y Simin, y la propia hija, todos hacen unas interpretaciones tan reales, que en ningún momento parece que estuviésemos observando un largometraje sino un documental. Y ese es otro gran logro del director, el realismo con que filma este grandioso drama social y humano.

Como mencioné anteriormente, inicialmente vemos la contextualización en la cultura iraní, pero poco a poco y con la profundidad de los personajes, somos espectadores de un panorama general y universal del comportamiento humano.

Otro dato curioso, es que gran parte de la película no sabía cuál de los personajes tenía la razón, cuál era sincero, cuál ocultaba algo, etc. Y es que todos los personajes son puestos en una misma línea, y esa era una de las grandes intenciones de Farhadi.

El final, me encantó. Y realmente, no hubiese perdonado un final cerrado, y que la hija tomara una decisión. Al contrario, Farhadi en una simbólica, simple, y a la vez ingeniosa ambientación, cierra un filme que planteará grandes preguntas y reflexiones a cada uno de los espectadores que se atrevan a verla. Y totalmente merece la pena su visionado.

9/10

Trailer de Nader y Simin, Una Separación

Frases de la película



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