Esta semana se estrenó en carteleras de cine del país la película más reciente de Pedro Almodóvar, “The Room Next Door”, con la que ganó el León de Oro a Mejor película en el Festival de Venecia 2024 (frente a otros títulos potentes). El director español hace poco contó que entre los títulos que barajó para hacer su primera película en inglés, estuvieron adaptaciones literarias como The Hours o The Reader, que fueron adaptadas de forma magistral por otros directores. Finalmente decidió adaptar para su primera película en inglés una novela de Sigrid Nunez. Y bueno, tengo sentimientos encontrados con la película porque hay cosas que me gustan y otras que no tanto.
La película tiene muchos detalles de su particular estilo, como la posición de las tomas, la paleta de colores, la música distintiva de Alberto Iglesias, etc., pero a la vez la siento alejada de su esencia. Si hay un elemento donde poco falla Almodóvar, es en la construcción de sus guiones y los diálogos tan finos, que casi siempre destacan. Acá, sigue habiendo una estructura general interesante, pero encuentro por momentos a las grandes actrices que contrató (Tilda Swinton y Julianne Moore) vociferando slogans de publicidad o panfletos sobre los grandes males que afectan el mundo. Y eso no está mal pero la inclusión la siento forzada y nada orgánica. Literalmente, sentí por muchos momentos, en especial en esa primera parte, a las actrices recitando palabras y no les podía creer ninguna palabras, porque me resultaban forzadas y nada orgánicas. Y eso me ocurre en varias partes de la película. Pues se siente que Almodóvar hizo una lista de todos los males del mundo contemporáneo, los temas de tendencia y luego decidió incluirlas en varias partes de la película. O no sé si esos problemas vienen de la novela adaptada.
Todo lo anterior me chocó por varios momentos. Por otra parte, sentí que por momentos intentó emular el cine de Hong Sang-soo, que es tan minimalista, conversado y bello, pero a la vez, natural y orgánico. También esa constante alusión al relato "Los muertos" de James Joyce, y a su adaptación cinematográfica por John Huston, por momentos me parece exagerada e innecesaria (pensé que bueno, dos están bien pero ya a la tercera fue demasiado y pierde importancia). Todo esto me lleva a pensar que hubo un buen planteamiento pero torpeza en la ejecución, además de pensar en las posibles dificultades del director en filmar su primera producción en inglés.
Pero bueno, por otro lado, me gustaron las interpretaciones de Swinton y Moore, quienes sostienen la película, y ya llega un momento tras pasar la parte inicial, en donde ya sientes fluir la película de forma más orgánica, natural y fluida, y sientes que el mejor Almodóvar aparece. Entonces allí tenemos ese complejo acercamiento a la muerte, al sufrimiento, el miedo y las dudas que rodean la decisión de querer abandonar el mundo en el momento que uno decida para no seguir sufriendo físicamente algún padecimiento. Me gusta toda la interacción cuando llegan a la casa elegida para morir, las referencias a Hopper (ésta sí muy sutil y bella) y toda esa tensión y convivencia en torno a la muerte cercana. Creo que es de lo más bello de la película. Y luego, el tramo final estuvo bien, aunque retoma aspectos no tan naturales de esa primera parte, y pierde un poco de fuerza. Por lo tanto, no considero que sea una mala película, pero tampoco es una gran película, y dudo que haya sido justa merecedora de tan importante premio. Igual, vale la pena ir a verla.
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)
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