El director de “Blancanieves” (2012) regresa tras varios años de su anterior película con un largometraje animado, adaptación de una novela gráfica de Sara Varon. La historia se encuentra ambientada en la Manhattan de los años 80, y nos muestra a Dog, un perro solitario que vive sumergido en una rutina que lo absorbe y poco a poco lo consume. Anhela la compañía, la interacción y el amor. Un día ve la publicidad de un robot y decide comprarlo, armarlo con sus propias manos y finalmente convertirlo en su amigo y acompañante.
Poco a poco, la relación de Dog y Robot se vuelve más íntima, con una rutina compartida y un complemento que los llena a ambos y los satisface por parte iguales. Comparten espacio, problemas y hasta una canción. Pero un día llega el Verano, y en una ida a la playa Dog se ve obligado a abandonar a Robot en la playa. Luego pasará el tiempo, junto con la angustia y la relación de ambos cambiará drásticamente.
La forma en que he resumido parte de la sinopsis de la película nos hace pensar en una especie de fábula que evoca las mismas relaciones de pareja, y en efecto lo es. Cuando leía que la película era una especie de “Past Lives Española y animada” no me imaginaba la veracidad de esa comparación, pero en efecto, la película recuerda mucho a lo presentado en “Vidas pasadas”, esa otra hermosa película que también nos habla de amigos, extraños y amantes frustrados que coinciden en su madurez también en Nueva York.
La película tiene una animación muy clásica y sencilla pero muy viva y colorida, además de que es una película muda, pues los personaje no hablan y todo lo expresan con sus expresiones, gestos, miradas y acciones. Me gustó esta inusual historia de amor, que finalmente nos habla de la madurez emocional, de saber dejar ir, de los azares del destino, y lo doloroso pero a la vez revitalizador, transformador y mutable que es el amor. También nos habla de los recuerdos, de la memoria y la felicidad como pequeñas fotografías nitidas en un album lleno de negativos fallidos, difuminados e imagenes borrosas. Una película preciosa, que aunque sea animada no creo que los niños entiendan, y que vale la pena ir a ver. Sigue en carteleras de cine del país. Está nominada al Oscar a Mejor película animada, y aunque no es mi favorita, es una notable nominada.
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)
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