Otra de las películas que vi en la pasada edición del FICCI es esta película muy interesante y potente, ambientada en una Ucrania desconocida a la que solemos ver en los medios recientemente. Nos muestra a un hombre (Pamfir) que regresa a visitar a su familia en un pueblo donde pronto se realizará un carnaval tradicional. Pamfir, como le dicen por una vieja historia que pone en evidencia su pasado delictivo, regresa y encuentra a su hijo ya convertido en un vivaz adolescente, quien exige y añora su presencia.
Pamfir trabaja en el extranjero por una mejor calidad de vida para su familia, y también como migrante que huía de una segura vida delictiva. Pero cuando está a punto de volver a abandonar el hogar nuevamente, el joven hijo desesperado en tratar de impedir su partida comete un delito, lo que genera una espiral de problemas y dramas de los que les será muy difícil salir.
La película tiene un ritmo tremendo en todo su metraje, con una notable dirección, fotografía, montaje y actuaciones. Pero en su tramo final siento que baja un poco o tiene un pequeño traspiés, por una situación un poco confusa, pero que a la vez es entendible, pero aún así me hizo bajar un poco el ritmo y la cadencia de la historia. Pero es un filme muy vibrate y potente, que mantiene en su mayor parte al espectador en vilo, mientras transita emociones tan diversas y temas como la nostalgia del hogar, la ternura, las relaciones parentales y ser extranjero en otro país, junto a la tensión, la venganza, la mentira, la corrupción y distintos problemas de la Ucrania profunda. La película estuvo en la sección Quincena de Realizadores del Festival de Cannes 2022. Y por alguna diversas razones me recuerda mucho a la excelente película rumana de Cristian Mungiu, “R.M.N.”, también del 2022, y mi película favorita del año.
Tráiler de Pamfir - (Link 1)
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