En estos días volví a ver “The Fabelmans” en cine y debo decir que mi opinión no cambió en nada. Pero creo que podré comentar algunos aspectos con más extensión en este post:
(Al final dejo enlace al post que ya había hecho con una breve reseña, más frases y diálogos de la película)
“Los Fabelmans” es una película semi-autobiográfica de la propia infancia y juventud del director Steven Spielberg, en donde intenta compartir con el espectador su personal e íntimo viaje al descubrimiento y enamoramiento del cine y por el arte de dirigir. Debo confesar que viendo la película de más de dos horas y media la sentí muchas veces difusa, porque como en todo biopic Spielberg intenta hablar de muchas cosas al mismo tiempo, aunque en la línea de tiempo solo se centre en la infancia y parte de la juventud.
Sentí que no había un centro claro en nada, pues te cuenta inicialmente cómo descubre el cine siendo un niño, la magia de la sala oscura, la cámara y la luz que proyecta sueños y genera emociones. En este descubrimiento inicial intervienen los puntos de vista de la madre y el padre, a quienes más adelante se refieren como una disputa constante entre la ciencia (padre) y el arte (madre). Spielberg claramente bebió de ambos, pues los inicios de su exitosa carrera se cimientan en prodigios técnicos que rompieron la taquilla y configuraron las bases del blockbuster moderno, acompañados con esa nueva configuración del cine familiar, con muchas emociones, bandas sonoras inolvidables que hacían emanar las lágrimas más reticentes, extraterrestres, dinosaurios, criaturas y seres excluidos por la sociedad, y toda una serie de ingredientes que fue mezclando en toda su filmografía posterior. Pero si hay un ingrediente o característica que ha brillado y se ha convertido en marca de su estilo, podríamos decir que es la perspectiva de la infancia y cómo logra retratar tan fielmente las emociones de los niños de sus películas. Me parece que en The Fabelmans sigue con esa tendencia, y creo que varias de las escenas de niño son de las mejores de toda la película. La curiosidad y la sorpresa del niño que empieza a entender el espíritu creador y trasformador de la realidad del cine.
Pero dejando atrás el tema de la infancia, de repente con la llegada de la juventud vamos evidenciando y se presenta otro de los temas, como es la presentación del drama de sus padres: la madre artista frustrada (excelente Michelle Williams, aunque en una que otra escena la encuentro pasada, aunque al parecer la madre de Spielberg era así) y el padre ingeniero, quienes a la vez representan esa tensión del joven entre seguir su pasión o seguir el camino planteado por su progenitor. Pero en medio de esa tensión, también empieza a poner la luz sobre el drama por ser judío, el primer amor, el tío o amigo del padre, infidelidad, adulterio, bullying, en fin son muchas cosas ocurriendo en un momento, y no me parece mal que estén presentes pero la forma en que son presentados me parece muy poco natural y fluida.
Y aquí llegamos a un problema que encuentro en la película, como es la falta de naturalidad y de cadencia porque muchas veces siento todo muy planeado, muy efectista y resultista. Y he pensando un poco en esa sensación, y quizás sea un problema que tengo con la perspectiva que presenta y observa cada escena en el tiempo. Pues veo que hay escenas de la etapa de la juventud, que por momentos tienen la perspectiva infantil del niño, que también podría ser intencional, y que juega precisamente con la ruptura de la imagen idealista de la madre, del padre y del núcleo familiar, pero esa transición o ese detalle en la perspectiva no se presenta o no hace un quiebre evidente que me haga percibir que existe una intención artística en señalar esos puntos. Y al contrario, que el director se acoge a un esquema y una estructura narrativa muy clásica y tradicional que me choca con las posibilidad tan amplias que percibo en el subtexto de la obra. Así que podríamos sintetizar la idea en que me hubiese gustado un poco más de riesgo en abordar este tema que menciono, sobre el quiebre y el juego de la perspectiva con la idealización de los progenitores y con la misma realidad en la juventud. Y en este conflicto veo y se hace evidente otro eterno conflicto en la carrera del director, que se divide entre el Rey Midas de Hollywood, que toda producción genérica con sus ingredientes de siempre resultan en grandes éxitos de taquilla, y ese director más serio, autoral y más artístico, que busca el reconocimiento de la crítica y los premios. Pero sigamos con la película…
Siguiendo con su etapa de juventud, aunque el actor Gabriel LaBelle hace un buen trabajo, hay varias partes que sufren de eso que menciono anteriormente (la naturalidad, etc.), aunque rescato algunas partes, como aquella en donde el joven presenta un producto escolar audiovisual sobre una tarde en la playa, y retrata en el filme a uno de sus acosadores como un héroe, lo que lo lleva a descubrir el poder transformador del cine en la imagen de las personas y en la sociedad. Y eso también es algo constante en el cine de Spielberg, quien siempre ha sido de los expertos en manipular emociones y crear experiencias inolvidables para el espectador. Entonces en forma de síntesis, debo decir que veo elementos muy valiosos, junto a escenas y momentos de gran fuerza y belleza en esta película en donde se evidencian las intenciones muy claras del director, pero finalmente me parece una mezcla (mix) no muy bien cohesionado ni hilado, con varias escenas sueltas de mucho poder, un lujo de anecdotario y de regalo del director, como esa gran escena final donde conoce al gran John Ford y corrige el plano final de acuerdo a las nuevas enseñanzas del maestro, pero como película y dentro de su filmografía no me parece que ocupe un lugar muy alto. Pero no deja de ser una película muy interesante de ver, que seguro emocionará y conmoverá a muchos, como pude evidenciar en la sala de cine. Yo en el segundo visionado me llegué a conmover en un par de escenas con la madre, así que quizás en el tercer visionado vaya bajando las defensas, aunque ese visionado no creo que sea por ahora.
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)
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