Esperada película del director argentino Gaspar Noé, que tuve la oportunidad de ver en el FICCI (Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias) 2022.
La película me impresiónó gratamente. Si bien, con solo leer la sinopsis, me di cuenta que iba a ser un trabajo distinto a todo lo anterior que había hecho el director Gaspar Noé, no me imaginaba hasta qué punto iba llegar o proponer en los límites de su tan identificable estilo. Sobre todo, después de sus más recientes películas (Climax, Love, y las siempre presentes, Irreversible y Enter the Void). Pero la película, aunque es distinta a sus anteriores trabajos, sigue manteniendo en varias partes su estilo, y deja su marca impresa en varios momentos.
La película cuenta la historia de una pareja de ancianos, que se encuentran distanciados por sus respectivas enfermedades y deterioros físicos y mentales. Él sufre del corazón, y ella sufre de los primeros esbozos de la demencia. Y en medio de ellos, su único hijo, quien también vive su propio infierno, y aunque lo intenta, es incapaz de ayudarlos.
La película desde el inicio separa la pantalla en dos cuadros, en donde vemos cambios de perspectivas, de lugares, de miradas, entre los tres personajes y su cotidianidad, mientras enfrentan este drama conjunto, que es la misma familia. La película se toma su tiempo y avanza lentamente, pero poco a poco va envolviendo al espectador en la trama, y logra mantenerlo (o al menos al que acepte la propuesta) por más de dos horas pendientes de lo que ocurra en este drama, que se catapulta hasta la tragedia.
Me parece una película muy bien hecha y concebida, y creo sin dudas que podría ser su mejor película hasta la fecha, pues en cada plano (dividido) hay reflexiones, ideas, emociones, miradas, silencios, y todo en plural. Sin dudas es una película ambiciosa, y algunos la comparan con Amour de Haneke, pero se le podrían encontrar solo algunos puntos de encuentro, porque la propuesta es totalmente distinta. Y por supuesto, hay algunos momentos específicos donde el Noé de siempre sale a la luz, y preciso se presenta en las escenas más fuertes y quizás grotescas, donde además vemos esa iluminación rojiza con claroscuros o el neón, que también forman parte de su estilo.
Y sin mencionar al reparto que está muy bien, liderado nada más y nada menos que por el emblemático director italiano, Dario Argento, como el esposo, además de Françoise Lebrun y Alex Lutz, como el hijo. Solo entre los tres mantienen todo el peso de la película, intercalándose entre los cuadros, y nos dan un bello pero sobre todo doloroso retrato de la familia en descomposición, de la vejez, la enfermedad y la perdición. La película ganó el premio a mejor película en la sección Zabaltegi, en el Festival de San Sebastián 2021. Y está dedicada a “Aquellas mentes que se descomponen antes que sus corazones”. ¡Estupenda!... Aunque al final sentí que se estiraba mucho y no quería terminar, jeje y puede dar la impresión de tener varios finales, aunque quizás también tenga su intención.
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)
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