Finalmente vi la más reciente, esperada y segunda película del joven director húngaro, László Nemes, director de la alabada y ganadora del Oscar y Grand Prix en Cannes "Son of Saul" (El hijo de Saul). Y vaya que es otra propuesta exigente y arriesgada. Me ha gustado pero no es de fácil digestión, sobre todo porque acá usa muchos símbolos (incluso los personajes lo son) para ambientar la narración, el metraje y trasmitir una idea. Fiel a su propio estilo, usado en su ópera prima, acá usa mucho la cámara en mano y las tomas de espalda a los personajes en un acercamiento que nos lleva a experimentar estar siempre detrás de la nuca de la protagonista y seguir de cerca su travesía. Aunque el formato no es tan opresivo como el usado en Son of Saul, ni el fondo del plano se encuentra difuminado, igual vuelve a trasmitir por el movimiento y la música un sentimiento de opresión que incomodará al espectador.
También la temática es distinta. Si en "Son of Saul" mete al espectador al corazón del terror del nazismo en la segunda Guerra mundial, en "Sunset", se ubica en los inicios o en el preludio de lo que haría estallar la I Guerra Mundial. Ambientada en 1913, nos cuenta la historia de Irisz Leiter, una joven de 20 años que creció en un orfanato, y se dirige a Budapest, que en ese momento era la segunda ciudad del Imperio Austrohúngaro, con la esperanza de trabajar como sombrerera en la antigua empresa de sombreros de sus padres, que ahora está dirigida por un hombre misterioso de dudosa reputación. Irisz es recibida con dureza por el dueño y sus empleadas, al conocer su apellido, Leiter, nombre que aún mantiene la empresa. Pero en medio de todo se entera que tiene un hermano que nunca conoció, quien en parte es culpable del odio del actual dueño. El hermano es líder de un grupo o secta nacionalista que tiene como objetivo la caída de los poderosos, del imperio y de esa empresa Leiter, que oculta muchos secretos terribles. Desde que se entera que tiene un hermano, Irisz se sumerge en su búsqueda en contra de las recomendaciones de todos los demás. Y esa búsqueda también se convierte en el hilo conductor de la historia, porque en gran parte del filme perseguimos junto a la cámara a Irisz caminando, corriendo, escapando, safándose del peligro en su búsqueda.
Siempre con el seguimiento de cerca de la cámara, que intercala entre las tomas de espalda y los primeros planos. La actriz Juli Jakab hace un gran trabajo porque debe sostener la película en muchos espacios y sostener unos largos primeros planos. Su rostro trasmite la desesperación, la confusión y el terror. Porque la película en un momento empieza a ser una búsqueda de la identidad, del pasado, que la lleva a descubrir la peste de la ciudad y la sociedad, incluso de su misma familia.
Mencionaba que puede resultar difícil para quien no tenga un mínimo conocimiento de lo que ocurría en ese momento en el imperio austrohúngaro, porque la película en cierta forma también retrata a través de sus personajes la caída del imperio, lo que generó y contribuyó en parte las condiciones para el inicio de la Gran Guerra. Por eso acá unos detalles importantes: los nombres son importantes tanto el de Irisz Leiter como el de su hermano, que se conoce después que se reconoce como Kálman, porque esos eran los nombres de los gobernadores de Croacia que fueron de los primeros que lograron la autonomía del imperio. Y preciso Kálman era el líder de ese grupo nacionalista, como aquel que recordemos que asesinaron al archiduque Francisco Fernando de Austria, desencadenando la guerra, así como ocurrió en otros lados en ese período de inestabilidad dentro del imperio.
La película muestra la caída del imperio austrohúngaro, lo podrido que estaba, y en la película también la ciudad de Budapest es retratada de forma lúgubre (sólo iluminando la empresa Leiter), con esas voces en distintos idiomas que escuchamos, que representan a los hombres de distintas nacionalidades (de las minorías separatistas) que también influyeron en la precipitación de esta caída. Y este contexto no se da en la película ni tampoco es muy claro, porque es más que todo simbólico. Pero teniendo eso en cuenta, creo que podemos apreciar otra gran muestra de cine de parte del director húngaro, discípulo directo del maestro húngaro Béla Tarr. No alcanza el nivel de "Son of Saul" pero es una película notable y distinta. La película ganó el FIPRESCI en el Festival de Venecia.
8/10
Trailer de Sunset
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)
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