Como siempre he resaltado, cada vez que veo una película de Ciro Guerra, ésta en compañía y codirección de su compañera y productora, Cristina Gallego, me gusta su mirada y su insistente estudio sobre la geografía nacional. Siempre atento, repasando y recorriendo las historias locales de distintos lugares del país, logrando atrapar la esencia de cada lugar, de acuerdo a la historia que decide narrar. Desde la lúgubre y fría Bogotá de La sombra del caminante hasta la magia y el misticismo del Abrazo de la Serpiente, que me sigue pareciendo su trabajo más logrado.
En "Pájaros de Verano", narra la historia real de una familia indígena Wayuu, liderada por Rapayet Abuchaibe y su suegra Úrsula Pushaina, que manejaban el tráfico de marihuana en La Guajira y que los enfrentó, no solo con las autoridades, sino también con su propio clan, que los acusaba de perder muchos de sus valores ancestrales. Vuelve el tema de la perdida de valores ancestrales, tradiciones, y la identidad difuminada.
La película dividida en varios cantos (capítulos), como un poema épico, realiza un estudio fiel sobre los orígenes de la Bonanza Marimbera, que abrió las puertas a la exportación de drogas a USA, a finales de los 60, por la alta demanda, inicialmente de los soldados traumatizados de Vietnam. Pero aunque es un tema importante y de contexto, la película mantiene especial foco a los cambios que sufren las poblaciones y familias índigenas locales, que cambian completamente su estilo de vida, y poco a poco por la ambición pierden su esencia, hasta la imagen premonitoria del final, que refleja el estado actual de dicha cultura, relegada y condenada a vagar sin sentido sobre el desierto.
Me gustó esa parte y ese enfoque, porque es precisa y poco explorada en el cine, contrastando con la enfoque tradicional que se le ha venido dando desde hace años al tema del narcotráfico. Aunque creo que tuvo algunos problemas de montaje y en el guión, al incluir o extender tramas que al final no aportan mucho al filme y su objetivo, sino que funcionan para reforzar clichés, como el que menciono más adelante.
La factura y el formato del filme varía entre la propuesta artística, que remite a símbolos y elementos oníricos (que me hubiese gustado que tuviese más presencia, por la misma estructura poética de la película), pero prevalece el formato muy tradicional de la narración lineal y episódica, lo que no es de todo negativo, ya que a veces es adecuado al ritmo del entorno y la cultura que analiza.
Pero percibo también intenciones de llevar la trama y el desarrollo de sus personajes, hacia unas influencias reconocibles, dentro del cine de mafias, gangters, familias, como el Padrino, entre otras. Lo que quizás por momentos hace que pierda un poco de originalidad y autenticidad. Pero en general, es un trabajo y un estudio notable sobre parte de nuestra cultura y nuestra historia. Y que nadie debería perderse. Y gracias a los directores por seguir contando estos relatos, que nos ayudan a buscar y comprender nuestra propia identidad y nuestra historia.
7.5/10
Trailer de Pájaros de Verano
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