Ópera prima del joven director y guionista húngaro. Estrenada por primera vez en el prestigioso Festival de Cannes, donde cosechó las críticas más entusiastas, y se llevó el segundo premio en importancia, el Gran Premio del Jurado y el FIPRESCI, el Premio de la Crítica Internacional, a la mejor película del certamen. También es la primera película de Hungría en ganar el Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera, y llega a la ceremonia de los Premios Oscar, siendo la gran favorita en la categoría.
Nemes inició su carrera desde muy joven, muy encaminada al cine, luego de sus estudios de historia, relaciones internacionales y de guionista. Empezó a trabajar como asistente de producción en distintas películas entre Francia y Hungría, de los cuales, trabajó durante dos años como asistente de producción del emblemático director de cine húngaro, Bela Tarr, durante el rodaje de The Man from London. La influencia en su trabajo de Tarr, más la de los otros directores que menciona entre sus favoritos, Michelangelo Antonioni, Andrei Tarkovsky, Ingmar Bergman, Terrence Malick y Stanley Kubrick, son notables, y le han ayudado a encontrar su propia voz.
En su primer cortometraje “With a Little Patience” (2007), muestra rasgos y parte de sus inquietudes como contador de historias. Y es esa determinación de contar las historias desde distintas perspectivas. En ese primer cortometraje, que sería un pequeño esbozo de lo que años después haría en Son of Saul, también aborda el tema del holocausto de forma muy sutil, con grandes tomas, que seguiría desarrollando en los años con otros cortometrajes.
Hasta Son of Saul, la ópera prima que deslumbró en su estreno en Cannes. Me sorprendió gratamente y cumplió con todas mis expectativas. En definitiva, es una visión y perspectiva distinta sobre el holocausto. Saúl es un prisionero judío húngaro, que pertenece al grupo de los 'Sonderkommando', que era los encargados de incinerar los cadáveres de los prisioneros en los campos de concentración. En la monotonía y crudeza de su trabajo, que parece haberlo despojado de su humanidad, Saúl encuentra el cuerpo de un niño, que toma como hijo y se propone cuidarlo para darle un entierro digno. Saúl parece aferrar lo que le queda de humanidad en el cuerpo de este niño, llevándolo a enfrentar distintos obstáculos para llevar a cabo su misión.
Dirigida y escrita por Nemes, y rodada en 35 mm, en formato de 4:3, lo que en definitiva es un acierto, ya que Saúl casi siempre se encuentra en primer plano, y en ocasiones lo que pasa a su alrededor queda difuminado con clara intención de Nemes en lo que quiere contar y trasmitir con la historia. Este acercamiento literal con el personaje principal, interpretado de gran forma por Géza Röhrig, puede perturbar y asfixiar al espectador, pero que permite a la vez la conexión directa con el drama interno del personaje. Porque de forma inteligente, Nemes no enfoca lo que pasa alrededor, y las tradicionales escenas de sufrimiento y matanzas en los campos de concentración, nada de eso, acá el drama lo vivimos desde el drama interno de un hombre, que ante el horror se aferra a la humanidad.
Nemes, además de presentar una perspectiva inusual sobre un tema común, como el holocausto, muestra gran y destreza en la propuesta visual, con movimiento de cámara en mano caóticos y en primeros planos, que permiten un acercamiento íntimo y psicológico con el personaje de Saúl.
Sin dudas, se percibe gran cine y buenas propuestas de este director, del que seguramente seguiremos escuchando. Por el momento, gran ópera prima y ovación de mi parte. ¡Imperdible! De las mejores películas del 2015, y vistas desde hace tiempo. Yo le daría el Oscar compartido con la película colombiana El Abrazo de la Serpiente, jeje. Ya veremos!
(9.5/10)
Tráiler de Son of Saul
László Nemes recogiendo el Gran Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes
Obra maestra que se estrena en México la próxima semana y volveré a ver!
ResponderEliminarAsí es! Imperdible Arthur! Excelente película!
EliminarSaludos!
A.S.B
Sólo me imagino a este director dándole vueltas a la idea, pensando en un personaje envuelto en un lodazal de muerte. Me lo imagino dándole forma a un hombre que no tiene otra salida que su propia imaginación. Un hombre en medio de una pesadilla, en medio de una oscuridad infernal. Un hombre muerto, alguien insignificante que ni siquiera cree en su salvación. Un hombre que no espera sobrevivir, sólo piensa en encontrar una manera de hacer menos desesperante la espera de su propia muerte.
ResponderEliminarEste personaje ya no es parte del mundo de los vivos, y de la nada encuentra una motivación, una excusa lo suficientemente grande para evadirse, lo suficientemente humana para aferrarse a ella y luchar hasta la demencia para mantenerse dentro de sí mismo, alejado de la llamas infernales que lo rodean.
Es un hombre que ya no es tirado como uno de los miles de cadáveres que lo rodean, ahora tiene una misión, ahora su andar es vigoroso, debe salvar un alma, un cuerpo que aún tiene un rescoldo de humanidad. Y la bestia que habita el lodazal donde se mueve no lo detendrá…
Así veo El Hijo de Saúl. No veo una película sobre el holocausto, no veo una historia de nazis, veo la realización exitosa de una idea. Donde el uso de la cámara y el formato de la cinta no es un capricho técnico, es una necesidad.
Y al final de la película se atan los cabos: ya Saúl es arrastrado como un cadáver más: se le ha escapado de sus manos la única fuerza que lo mantenía en el mundo. Pero un minuto antes de llegar su turno, sus ojos muertos ven un posible motivo para continuar.
Excelente Julio! Me encantó tu comentario, y completamente de acuerdo. Captaste y plasmaste de manera perfecta, varias de las intenciones del director, y de la esencia de la película en sí. :)
EliminarSaludos!
A.S.B