El quinto trabajo de Xavier Dolan a sus 25 años, donde dirige, escribe, produce… y donde sabiamente no actúa, aprendiendo lecciones del pasado y quedándose detrás de cámaras en la dirección de actores y de todo el proyecto, que es donde siempre ha mostrado mayor dominio y talento. Sin embargo, es curioso que a pesar de su concentración fuera de escena, esta sea la película más austera en cuanto a su siempre exacerbado manejo del lenguaje cinematográfico, donde la extravagancia y la pretenciosidad siempre están presentes. Eso sí, mantiene su sello personal y el estilo que ha ido desarrollando en los últimos años, y ya lo sentimos reconocible y en las medidas adecuadas.
Desde Laurence Anyways (2012) empezó a mostrar destellos de maduración en su cine, tanto en la técnica como en el argumento y el guión, que honestamente nunca ha sido su fuerte. Y a pesar de que el año siguiente, 2013, tuviese un tropezón con “Tom at the Farm”, el 2014 fue redimido y estrenó uno de sus mejores trabajos, “Mommy”. La figura de la madre que tanto obsesiona a Dolan, desde su ópera prima “Yo maté a mi madre” (2009), finalmente tiene un curioso homenaje directo en su última película.
“Mommy”, ambientada en una Canadá ficticia, que en forma general cuenta la difícil relación entre una madre y su hijo con trastornos de conducta y afectivos, más la de una vecina con un drama interno que sólo se sugiere, son tres personajes con dramas personales e internos que encuentran cierta liberación en su inesperada unión, haciendo la vida un poco más sencilla y llevadera… aunque los problemas siempre estén dispuestos a regresar.
Este homenaje curioso de Dolan, digo curioso, porque creo que se mantiene una ambigüedad en cuanto al accionar de los personajes, los vemos a todos en su miseria, en su desesperación, en su impotencia, e incluso en sus destellos de felicidad, lo que la hace muy real, cercana y humana. Dolan utiliza diversos elementos para mantener la trama, pero el mismo formato cuadrado utilizado en la mayoría del metraje nos indica del foco de atención de la acción, que no son nada más que esos personajes que parecen en todo momento encerrados en sus propios dramas, alcanzando dos momentos de expansión, literalmente, de expansión de formato cinematográfico, no siempre reales… lo que refuerza cierto pesimismo y ambigüedad en la propuesta final de Dolan.
Ya la he visto varias veces y me ha gustado mucho, me parece acertado el formato, el uso de la banda sonora y la música dentro del filme, que ya se sabe que es un maestro en su coordinación con las escenas, la composición de las imágenes, y en general todos esos elementos que ya forman parte de su estilo y universo personal, que sigue ahondando en cierta forma sobre el universo de las mujeres. Y hablando de mujeres, destacar la presencia de dos de sus actrices fetiche, con las que ha trabajado desde su ópera prima, y aquí ambas están en estado de gracia, Anne Dorval y Suzanne Clément, se meten dentro de sus personajes, los viven y los sufren… junto a ellas, el joven actor Antoine-Olivier Pilon, quien seguramente interpreta el papel que al mismo Dolan le hubiese gustado haber interpretado… afortunadamente no lo hizo, y dejo que Steve fuera personificado por este joven con gran potencia y fuerza en escena. Y estos triangulo de seres lastimados por los azotes de la vida, logran una química fascinante que se traslada a escena, y es magnificada de gran forma por su virtuoso director.
En síntesis, una obra de gran calidad, hermosa, poética, triste, salvaje y compleja, que aunque no es perfecta y aún no una obra maestra, podemos sentir que ya Dolan está cerca, y sólo podemos esperar ansiosos sus próximos trabajos.
8/10
Trailer de Mommy
Frases y Diálogos de la película
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