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domingo, 20 de julio de 2014
Limónov (Emmanuel Carrére)
Llegué a Eduard Limónov a través de Emmanuel Carrére, y llegué a Emmanuel Carrére a través de “El Adversario”, una de sus novelas más conocidas, tras una búsqueda de escritores franceses contemporáneos. Luego de leer por medio de distintas fuentes los enormes elogios a su novela “Limónov” y algunas recomendaciones, me dio una enorme curiosidad por leerlo. Todo esto ocurrió en el año 2013, el año en que después de 2 años antes de haberse publicado en Francia, era traducido finalmente al español y publicado en España. Cuando a inicios del 2014 me enteré de que Emmanuel Carrére era uno de los invitados especiales al “Hay Festival”, el festival de literatura que se realiza en mi ciudad (Cartagena de Indias) y otras ciudades del mundo, me embargó una enorme emoción. Especialmente porque el libro no había llegado a Colombia. Afortunadamente, luego de los dos primeros días del Hay Festival pude finalmente encontrar y comprar el libro, había adquirido entradas a la presentación de Carrére en los últimos días del festival, y prácticamente estaba todo listo. El día de la presentación de Carrére, era como a las 3 o 4 p.m., había llegado con unos minutos de retraso, cuando me encuentro con la lamentable noticia de que el escritor había cancelado la presentación por un problema personal que le obligó a abordar un vuelo a su país ese mismo día en horas de la mañana. Naturalmente sentí un poco de decepción, y salí sin ganas de asistir a ninguno de los otros eventos. Toda esta introducción “triste” y “melancólica” y con algo de resentimiento con el autor, jeje, no podía imaginarme que serviría de buen antecedente para sumergirme en la historia de Limónov. Y obviamente al terminar el libro, tanto Carrére como Limónov, quedaron redimidos, y su simple firma o verlo y escucharlo por unos minutos quedaron en el olvido.
Menciono que el resentimiento con el autor fue buen antecedente, porque Emmanuel Carrére confiesa en su libro que antes de empezar a escribirlo detestaba la figura de Eduard Limónov, por lo que temía sesgarse mucho en la narración. Afortunadamente en el proceso de investigación sobre la vida del escritor y político ruso, testimonio de conocidos y del mismo Limónov, pudo reconciliarse un poco con él hasta sentir compasión y admiración. Como queda sustentado en un fragmento del libro donde vemos un diálogo entre los dos escritores:
(…) El caso es que soy su biógrafo: le interrogo, él responde, cuando termina de responder se calla, se mira los anillos y aguarda la pregunta siguiente. Decido que no estoy por la labor de chuparme varias horas de entrevista así, que me las apañaré muy bien con lo que tengo. Me levanto, le voy las gracias por el café y el tiempo que me ha dedicado y en el umbral de la puerta me hace finalmente una pregunta:
- Es extraño, de todos modos. ¿Por qué quiere escribir un libro sobre mí?
Me coge desprevenido pero le respondo sinceramente: porque tiene –o porque ha tenido, ya no me acuerdo del tiempo del verbo que empleé- una vida apasionante. Una vida novelesca, peligrosa, una vida que ha arrastrado el riesgo de participar en la historia.
Y entonces él dice algo que me deja de una pieza. Con su risita seca, sin mirarme:
- Sí, una vida de mierda.
“Limónov no es un personaje de ficción. Existe y yo lo conozco”, menciona Carrére, quien realiza una biografía novelada donde se sumerge en la vida de Eduard Limónov, desde Ucrania en 1943-1967, lugar donde nació y creció en medio de una guerra, pasando por Moscú, Nueva York, París hasta Lefórtovo, Sarátov, Engels en los años de 2001-2003 donde sufre una condena en prisión por cuatro años, por supuesto intento de golpe de estado. Hasta el presente, donde Carrére menciona apartes de sus conversaciones y de cómo ha seguido la vida de Eduard.
Carrére, con verdadera maestría construye esta novela biográfica, con una narración en tercera persona, combinado con sus intervenciones en primera persona, en apartes donde él aparece en la historia y la vida de Limónov, o para declarar su opinión e ideas sobre el personaje. Desde el inicio atrapa al lector con su prosa y su rigor periodístico, tendiendo en ocasiones a la crónica, como en la introducción donde menciona el asesinato de una mujer, Anna Politkóvskaia, en el espacio temporal entre 2006 y 2007, para en el siguiente capítulo retroceder décadas hasta el nacimiento de Limónov, y el inicio de la mayoritaria narración en tercera persona.
Y ya con la vida del escritor ruso, Carrére explaya esa fascinante historia que parece una novela de ficción, con mucho cuidado, detalle, respeto y sin contemplación de abordar los momentos más dramáticos y tormentosos dentro de la vida de Eduard, que podrán constatar que son la gran mayoría de los casos. Limónov, un escritor, político y activista ruso, polémico, detractor, temerario, orgulloso, ambicioso y enemigo de Putin, entre otros adjetivos, que le permitieron llevar una vida muy activa y llena de aventuras, dramas, tragedias y distintas experiencias que le permitieron estar presente y partícipe en la acción política de los últimos años en Rusia, entre ellas por la creación del Partido Nacional Bolchevique. Algo realmente interesante, en estos momentos donde Rusia sigue siendo protagonista en el panorama mundial, y donde Vladimir Putin, enemigo de Limónov, sigue en el poder. Por esto, Carrére parodia en varias ocasiones la relación entre ambos personajes, con la frase al inicio del libro, a cargo de Putin, y la comparación al final que hace entre los dos personajes, resaltando sus semejanzas.
Pero el gran protagonista de la novela, lo sabemos desde el inicio, “Limónov”, un personaje surreal y tan fascinante, un hombre cualquiera que se prometió a sí mismo ser un héroe, un gran escritor, una gran personalidad, pero en general un personajes tan bien construido, por Carrére y el mismo Limónov, que el lector se siente embrujado por su historia, y en muchos momentos identificado y asombrado ante tanta irreverencia y temeridad, hasta incluso llegar a sentir en otros momentos repulsión y odio por el mismo personaje. Algunos lectores deambularán entre el amor/odio, otros lo secundarán en todas sus acciones o se mantendrán casi neutrales como su biógrafo. Sin dudas, también puede representar una prueba de tolerancia la lectura del libro. Pero personalmente, es precisamente su ambigüedad y contradicciones la que me encantan, porque es la verdadera naturaleza del ser humano puesta en evidencia.
Personalmente, he disfrutando enormemente de este libro, lo he degustado lentamente, y cuando ya veía que llegaba a las últimas páginas trataba de leer por capítulos, incluso a veces por páginas, para que no acabara. Como en la vida real de Limónov, hay una mezcla de todo en el libro, política, dramas humanos, romances tormentosos, fracaso, guerras, etc. Recuerdo vivamente con gran agrado la terrible relación con su primera esposa, y cuando se van juntos a Estados Unidos, buscando una mejor vida, y el episodio en la cárcel que también me pareció memorable, entre tantos otros. Quizás en una parte en el tramo final o en la mitad de la historia donde se ahonda en la política, el lector pueda sentirse apático y poco interesado, pero el mismo Carrére lo reconoce, confesándole al lector que de igual forma es necesario, porque como todo lo anterior forma parte de la vida del personaje central. Al final, he quedado muy interesado por buscar información sobre la vida de Limónov, y pueden encontrar en Google, que actualmente tiene 71 años y sigue siendo un importante activista político en Rusia y ver sus fotos, y sobre todo quedé muy interesado en leerme alguno de sus libros. Por lo pronto, lo recomiendo enormemente a todos aquellos que les guste la historia, la historia de los últimos años de Rusia, o simplemente a los amantes de la novela y la literatura, sin duda encontrarán una obra particular y valiosa con la que disfrutarán.
8.5/10
Acá dejo algunos fragmentos de la novela:
Fragmento de Diario de un Fracasado:
“Vendrán todos. Los gamberros y los tímidos; éstos saben pelear. Los traficantes de droga y los que reparten los anuncios de burdeles. Los masturbadores, los clientes de las revistas y de los cines porno. Los solitarios que deambulan por las salas de museos o consultan en las bibliotecas cristianas y gratuitas. Los que tardan dos horas en tomar a sorbitos su café en los McDonald's y miran tristemente por el ventanal. Los fracasados en el amor, el dinero y el trabajo, y los que han tenido la desgracia de nacer en una familia pobre. Los jubilados que hacen cola en el supermercado, en la fila reservada a los que compran menos de cinco artículos. Los gamberros negros que sueñan con tirarse a una blanca de alta sociedad y como no lo conseguirán nunca la violan. El doorman de pelo gris al que le encantaría secuestrar y torturar a la hija insolente de los ricos del último piso. Los valientes y los fuertes que llegan de todos los confines para brillar y conquistar la gloria. Los homosexuales unidos de dos en dos. Los adolescentes que se aman. Los pintores, los músicos, los escritores cuyas obras no compra nadie. La grande y aguerrida tribu de los fracasados, losers en inglés, en ruso nieudáchniki. Vendrán todos, tomarán las armas, ocuparán una ciudad tras otra, destruirán los bancos, las oficinas, las editoriales, y yo, Eduard Limónov, iré en cabeza de la columna, y todos me reconocerán y me amarán” (Limónov)
Ciega de rabia, se dijo y le dijo al bebé que era un camelo todo lo que quisieran contarle sobre la ayuda mutua, la solidaridad, la fraternidad. “La verdad, no lo olvides nunca, mi pequeño Édichka, es que los hombres son unos cobardes, unos canallas, y que te matarán si no estás preparado para golpear primero”. (Madre de Limónov)
Hola amigo, me alegra mucho recibir tu mensaje, y sobre todo que brindes tu visión de Limónov, desde Francia y de Carrére. Sin dudas, Limónov me ha parecido fascinante, y buscaré algunos de sus libros para descubrirlo. Me he pasado por tu página, y me ha gustado, sobre todo como la tienes dividida entre frases de él, etc. Voy a ir viendola poco a poco.
ResponderEliminarMuchas gracias!
Saludos!
A.S.B