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lunes, 24 de febrero de 2014
12 Years a Slave (Steve McQueen)
Drama
biográfico basado en la vida de Solomon Northup, un hombre negro libre que de
un momento a otro pierde su libertad y es sometido a la esclavitud en los años
de 1850, durante 12 años. Tercera película de Steve McQueen, luego de las
excelentes “Hunger” y “Shame”. En esta oportunidad con un duro retrato de la
esclavitud, que aunque resulta un poco decepcionante, debido a que aunque
molesta en algunas escenas explícitas, no emociona ni sorprende con ese pulso
al que el director nos tenía acostumbrados, cuenta con distintos elementos que
equilibran en cierta forma algunas de las carencias del filme.
La película
nos traslada a ese recorrido de dolor y sufrimiento, ya antes visto en el cine
en diversas oportunidades, pero que la misma historia y hechos actuales nos ha
demostrado que nunca es suficiente. Mucho se especulaba de que la obra de
McQueen, un director que con sólo dos películas había marcado un estilo
particular, llegando directo a las llagas y los abismos del dolor, había hecho
la película definitiva o más grande sobre el tema de la esclavitud. Teniendo
las grandes referencias del director y las críticas y premios que empezaba a
cosechar, los espectadores y seguidores del cineasta sólo podíamos esperar con
paciencia.
Es por
esto, que es lamentable cuando esperas un filme con tanta expectación y al
final quedas con un extraño sabor en la boca. Y eso fue lo que me pasó con el visionado
de “12 años de esclavitud”. Un gran inicio, desde donde en los primeros minutos
ya atisbas el gran trabajo de dirección, fotografía y la banda sónora
desgarradora. Sigue el metraje, y continuamos involucrados en la historia,
esperando lo que le espera a Solomon, y empiezan las distintas escenas
explícitas de maltrato y dolor. En muchas de esas escenas que abundan en la
cinta, siento quizás la necesidad de apartar la vista, pero no alcanzo una
verdadera emoción que me impacte, sólo el simple desagrado visual. Y esto es
uno de los elementos que más sorprende que no haya alcanzado McQueen (por
supuesto, desde mi perspectiva), ya que siempre lo había hecho tan bien. Posteriormente
, y ya cuando ya estamos un poco mareado de la melodía inicial que se extiende
en todo el metraje, llega la parte final, que te sorprende, y no porque sea
impactante, sino porque llega de un momento a otro sin ninguna fuerza, y cuando
ya observas los títulos de créditos, te das cuenta de que ya ha acabado.
Pero no
todo en el filme es decepcionante. Y precisamente a continuación nombró algunos
de los elementos que equilibran lo que pudo ser un desastre: Hay algunas
escenas muy buenas, como la de la horca, muy bien filmadas y otras cuantas
donde destacan algunos primeros planos de los actores. Y precisamente uno de
los elementos que más sobresalen son las excelentes interpretaciones que te
hacen mantener el interés en la trama, aunque al final eches de menos esa
sensación de gratificación que habías sentido en los anteriores filmes del
director. Pocas cosas se te quedan luego de verla, entre ellas la imagen de
Lupita Nyong´o, quién está excelente en cada una de sus apariciones, encarnando
el dolor de las mujeres que padecieron en esa época o cuando se encuentra
jugando en el campo con las muñecas que ella misma hace. Son imágenes que se te
quedan en la mente y te acompañan luego de ver el filme, y junto a ella, con la
personificación del mal que realiza Michael Fassbender. Todos son elementos que
rescatan un poco el resultado final del filme, pero que lamentablemente no
logran rescatarla del todo del desastre y la decepción. Por todo esto:
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