“- Lisa, ¿pero qué diablos sucedió ayer?
- Pues
sucedió lo que sucedió.
- ¡Eso
es horrible! ¡Qué crueldad!”
(Los Endemoniados, de Fiodor
Dostoievski)
Esta
es una de los fragmentos con que inicia el texto, fragmento de un autor del que
Murakami parece haberse inspirado mucho para esta ocasión y algunas de sus
obras anteriores.
En
este 2013, el escritor japonés Haruki Murakami tenía planeado publicar dos
obras. La primera salió hace unos meses “Después del Terremoto” y hace unos
pocos días apenas de publicó en Japón “El descolorido Tsukuru Tazaki y sus años
de peregrinación”. En esta oportunidad nos centraremos en la primera obra, que es
una recopilación de seis relatos, escritos en el año 2000, inspirados en el
terremoto que en el año de 1995 azotó a la ciudad japonesa de Kobe y cobró más
de cinco mil vidas.
Murakami,
al parecer afectado por esta tragedia, cinco años después publicó este conjunto
de historias, que curiosamente transcurren en el post-terremoto, mostrándonos
desde distintos puntos de vistas, diversas perspectivas sobre los estragos de
esta catástrofe, que si bien es vista desde una posición lejana por los
distintos personajes, no somos indiferentes ante el sentimiento general de la
población, el miedo, el sufrimiento, la tristeza, la añoranza, la pérdida, entre
muchos otros abordados en las seis historias.
“Un
Ovni aterriza en Kushiro”, es la primera historia. Cinco días después del
terremoto, la esposa de Komura, luego de quedar paralizada frente al televisor
con las noticias del suceso, se marcha definitivamente de la casa, abandonando
a su esposo. Komura, confundido y contrariado no encuentra explicaciones a la
decisión de su mujer, sin embargo al comprobar que su esposa no quiere a volver
a saber más nada de él, decide emprender un pequeño viaje para trasladar un
pequeño paquete encargado por un amigo. En ese viaje, Komura descubre muchas
cosas sobre su pasado y sobre sí mismo. Vemos uno de esos personajes tan característicos
de universo murakaniano: personajes grises y nostálgicos, que arrastran un gran
dolor y se desenvuelven en la caótica metrópolis urbana. Este cuento me pareció
muy simpático y evocador.
“Paisaje
con Plancha”, es la segunda historia. En todas las seis historias el terremoto
de Kobe no abarca un protagonismo central, incluso en algunas de las historias
sólo s ehace mención al suceso, pero sabemos de antemano que lo que ocurren en
absolutamente todas es parte del desencadenamiento de esa tragedia. Este es uno
de los casos, en esta historia tenemos a tres personajes Junko, Keisuke y el
Sr. Miyake. Una joven que suele acompañar a un señor en sus fogatas nocturnas
en la playa, y en ese fuego ancestral y eterno vislumbran el pasado doloroso
que se niega a desaparecer. En esta historia se mantiene el perfil de los
personajes del escritor, con la pareja de jóvenes y el Sr. Miyake, que arrastra
el dolor y el recuerdo del terremoto en la ciudad donde se encontraba su
familia, además del aire místico y fantástico, casi siempre presente en el
escritor nipón. Esta historia también me gustó mucho, y creo que es de los
mejores del sexteto. Además que es uno de los textos con referencias a otros
textos y autores, como en este caso corresponde a Jack London.
“Todos
los hijos de Dios bailan”, es la tercera historia. En esta historia sale a
relucir otro de los temas de Murakami, ya tratados sobre todo en su gran obra “1Q84”,
el de la alienación y los grupos religiosos, además del de la juventud y el
despertar sexual. Yoshiya es un joven que vive con su madre, quien es una mujer
que a pesar de su edad se mantiene en forma, la cual tuvo una juventud
descarriada y luego entró a los caminos del señor. La madre de Yoshiya es
obsesiva y dominante con su hijo, a quien desde pequeño dice que su padre es el
mismo Dios. El joven se enfrenta un día a su madre para que le revele la
identidad de su padre. Ella le cuenta la historia de su concepción, “casi
divina” y Yoshiya se embarca en la búsqueda de su progenitor. Esta historia
también me gustó, tiene ritmo y maneja temas muy interesantes.
“Tailandia”,
es la cuarta historia. Sin dudas, otro de los grandes textos de esta
recopilación. También con muchos temas recurrentes del escritor, cuenta la
historia de Tatsuki, una doctora japonesa que abandona su país decepcionada de
la relación con su ex esposo y desencantada de su vida. Viaja a Tailandia por
recomendación de un amigo, quien le recomienda a un chofer y guía llamado
Nimit, quien se encarga de trasladarla por ese viaje, en donde ella se enfrenta
a todos los sentimientos y emociones que la acechan a diario en su vida.
Tatsuki se entera que su ex esposo se encontraba en Kobe, el día del terremoto,
hace tan sólo unos días. Esta historia es realmente fascinante y una pequeña
joya que brilla con luz propia en el libro.
“Rana
salva a Tokio”, es la quinta historia. Este relato es el que contiene neta y
exclusivamente uno de los temas del escritor, como es lo fantástico y metafísico,
nuevamente dando autonomía y voz a un animal. Cuenta la historia de Katagiri,
un hombre normal, común y corriente, que un día es abordado por una rana, quien
le dice que tiene la misión de salvar al mundo y a Tokio de un terremoto, luego
del terremoto de Kobe. La historia es bastante particular pero muy interesante,
porque Murakami como siempre, utiliza lo fantástico para trasponer la realidad
y lo acompaña con episodios de gran dramatismo e intimismo. Este es el otro
relato donde hace alusiones a otros autores, como es el caso de Fedor
Dostoyevski, en donde menciona una frase supremamente hermosa y verdadera,
donde Rana describe la obra del escritor ruso:
“Fiódor
Dostoyevski describió con una ternura infinita a los hombres abandonados por
Dios. Él descubrió el valor de la vida humana en la terrible paradoja según la
cual el hombre que ha creado a Dios es abandonado por ese mismo Dios”.
Sin
dudas, este es otra de las historias que más me gustaron del libro.
Y
finalmente, “La torta de miel”, es la sexta y última historia. Es una historia
interesante, que relata la vida de tres jóvenes amigos de la universidad,
Sayoko, Juanpei y Takatsuki. Juanpei está enamorado de Sayoko, pero por azares
del destino y por sus propios miedos, Takatsuki termina casándose con Sayo. Lo que
desencadena una serie de eventos desafortunados. Aunque la historia no es de mis
favoritas, tiene su encanto.
En síntesis,
después de leer este segundo libro de cuentos de Murakami, luego de leer la
otra recopilación que hizo titulada “Sauce ciego, mujer dormida”, he llegado a
la conclusión de que Murakami es mejor novelista que cuentista. Pero ojo, no
quiero decir que sus cuentos sean malos, al contrario hay historias muy buenas
a la altura de sus novelas, pero creo que es normal que en un libro de varios cuentos,
siempre haya algunos mejores que otros. En lo particular, Murakami siempre
cimienta sus escritos en sus temas y obsesiones. En algunos alcanza la maestría
y demuestra su destreza con la pluma, aunque hay otros que no llegan a ser
trascendentes. En este caso, de los seis, hubo tres que me gustaron mucho,
otros dos simpáticos y otro con encanto pero regular. Más sin embargo, es un
libro recomendable para los seguidores del autor y también a los no seguidores,
para descubrir al que es sin dudas uno de los mejores escritores contemporáneos.
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