Última
película del prestigioso director iraní, luego de presentar “Copia Certificada”
en el 2010. El filme es un extenso poema visual sobre el amor y la ausencia de
este.
En
esta ocasión, Kiarostami dirige y escribe la historia de Aiko, una joven
estudiante que se prostituye para pagar sus estudios. Aiko se encuentra una
noche con un cliente que se encariña con ella y le da el cariño y la atención del
que al parecer ha carecido en su vida.
Como
casi todo el cine de Kiarostami, en esta continúa manteniendo un excelente
ejercicio visual, excelente fotografía y una dirección cuidada e intimista, con
planos que hablan por sí solos.
El
filme me gustó mucho desde el inicio, pero a medida que iba avanzando iba
perdiéndome un poco. La historia se extiende un poco, y te vas dando cuenta que
no ocurre nada de importancia o nada interesante que aporte a la trama.
Por lo
tanto, a pesar de que me encante visualmente, y hay partes de la historia
realmente bellas, la película no deja de ser una historia un poco lenta y
vacía, que se va desinflando poco a poco, con un final que tampoco me agradó
del todo.
Creo
que la intención de Kiarostami fue válida y la entiendo, pero en esta
oportunidad se ha perdido un poco.
Destaco
la labor de los actores principales, la bella Aiko y el profesor Takashi, hasta
el novio celoso de Aiko, que desequilibra un poco el ritmo de la trama.
En
síntesis, un filme interesante, una nueva propuesta del director iraní, en
donde sigue explotando su talento visual y su gran maestría tras las cámaras,
pero el filme resulta un tanto fallido.
(6/10)
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