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sábado, 7 de abril de 2012

Signatura 400 (Sophie Divry)


Acabo de terminar de leer este libro, que desde que salió el año pasado ansiaba leer. El libro es un poco particular, es corto y la estructura narrativa carece de puntos aparte, al contrario se encuentra escrito todo de seguido, sólo usando comas y puntos seguido. A pesar de este método, un poco arriesgado, la historia te mantiene al hilo y la escritora logra meterte de lleno en la obra y lograr que te identifiques con ella y lo que está contando, ya que inicia y termina hablándole directamente al lector.

La sinopsis dice:

“Ni siquiera tiene nombre. Y es que nadie habla con ella, como no sea para pedir libros en préstamo. Su consuelo: las buenas lecturas (siempre de autores muertos) y estar rodeada de seres incluso más tristes que ella.

Se pasa los días ordenando, clasificando, poniendo signaturas. No pensaba ser bibliotecaria, pero abandonó las oposiciones por un hombre. Ahora el amor le parece una pérdida de tiempo, un trastorno infantil. Claro que el deseo es muy traicionero, y ella guarda unos pendientes en el cajón. Preferiría la sección de historia a la de geografía, allí en el sótano de una biblioteca de provincias, donde lleva la mitad de la vida, donde ya empieza a ser vieja, pero el anonimato al menos le concede pequeñas venganzas. De las que quizás sólo ella se percata. Porque, además, en el orden de la biblioteca se cifran las jerarquías de la vida: la de los ricos y los pobres, los privilegiados y los subalternos, los que tienen un amor y los que no.

Pero cuando no hay nadie, cuando la biblioteca está cerrada, incluso puede – y sabe- darle voz a su neurosis, a sus angustias, al vértigo, al saber libresco. Y entonces descubrimos que los neuróticos pueden ser buenos narradores, cosa no tan evidente. Cosa que tal vez logran, sobre todo, los buenos fingidores, los escritores que dan vida a los buenos personajes.

Sólo le queda, pues, la literatura. Para llevarse, dice ella. Los libros, los buenos libros. Y quizá, también, los buenos lectores, que van a la biblioteca en busca de algo más que calefacción o aire acondicionado, y que dan vida a las grandes historias, como el breve monólogo de esta mujer insignificante, que relata su desencanto con acritud y humor ¿O es un diálogo? ¿O acaso la pregunta tiene sentido?”

Así es, este corto relato es precisamente un monólogo, en el que una bibliotecaria solitaria, lectora y triste cuenta y conversa con el lector sobre su cotidianidad, sus tristezas, deseos, en fin. Es un libro que llegará mucho más a los amantes de la literatura, que seguramente se identificaran con varias de las emociones y sensaciones de la bibliotecaria anónima.

Este tipo de literatura fresca, con filosofía, drama y comedia se ha convertido en un fenómeno interesante en Francia, recordemos a Muriel Barbery con su hermoso libro “La Elegancia del Erizo”. En este libro encontré muchas relaciones, entre ellas el personaje principal, una mujer de mediana edad que se aferra a la literatura y a los libros para sobrellevar su soledad, además del uso de la filosofía y comedia ambientada en una atmósfera muy contemporánea. Así como el de Barbery, este me ha simpatizado mucho y me ha hecho sonreír y obviamente emocionarme con la historia de la bibliotecaria.

También he aprendido algunas cosas interesante que no sabía con respecto a las bibliotecas, entre ellas el mecanismo de “Signaturas” o “Categorías”, que posiblemente si las hayamos visto cuando prestamos libros en bibliotecas, pero no sabemos de dónde viene, quien las inventó y el significado de cada una. Además hay diversas críticas sobre la literatura contemporánea, los miles de libros que cada mes y año salen a la venta, y en su mayoría con productos de consumo desechables. Creo que esta parte queda muy bien explicada en un mensaje final en el libro que dice:

“Este libro se terminó de imprimir justo antes del verano de 2011 en homenaje a su narradora, una bibliotecaria que, con razón, se lamenta por los libros innecesarios, productos de temporada que “se encargan, se escriben, se imprimen, se televisan, se compran, se retiran, se destruyen”, anti-saberes librescos entre los que esta pequeña joya está destinada a pervivir”

En síntesis, es una historia interesante y particular, atrapa al lector, y esto se hace más fácil si el lector es asiduo a la literatura. Además te identificas con el personaje, lo sientes. Solamente hubo una partecita que se me hizo pesada e innecesaria, pero afortunadamente la bibliotecaria se percató a tiempo que ya estaba hablando de más sobre el tema. Pero es un libro encantador, con varias frases interesantes y que termina con preguntas (lo digo tanto en sentido metafórico como literal).

7/10


2 comentarios:

  1. Me ha parecido interesante el libro, feo el título pero el escrito muy sugerente a pesar de que a priori no me atraía ni lo conocía sino que leyendo me has convencido en parte, lo voy a a tener presente. Si gustas además tengo una bitácora dedicada al arte con énfasis en el cine, para seguir compartiendo. Un abrazo.

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  2. Gracias Mario. Si he visitado tu blog, y he visto tus últimas críticas, entre ellas la de Medianeras, que te comenté en el grupo en Facebook. Saludos

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