El día de ayer observé la última película de Alexander Payne (About Shmidit, Entre Copas): Los Descendientes. Una de las granes favoritos a las premiaciones de lo mejor del 2011. Primera impresión: Sin dudas, una bella, dura y sobre todo humana película. Payne, como es habitual en su trabajo, es meticuloso, detallista y desnuda a sus personajes y a la vez al espectador, al enfrentarlo a una realidad muy humana. Y como siempre, esa mezcla tan ingeniosa entre el drama y la comedia, como la ha utilizado en sus filmes anteriores, y lo vuelve a hacer en este melodrama, donde el director y a la vez guionista, toma una historia bastante convencional (un melodrama) y lo transforma en una joya, sumándose a la lista de “Joyas del 2011”.
En “Los Descendientes”, Payne toma el argumento de la historia de Kaui Hart Hemmings, y cuenta la historia de Matt King, un hombre casado que además es padre de dos niñas, Scottie de 10 años y Alexandra de 17. Matt, un hombre de negocios, comedido en sus gastos, trabajador y descendiente de la realeza hawaiana y los misioneros, por lo que heredó junto con su familia unas tierras vírgenes de gran valor. Matt, debe enfrentarse al mismo tiempo a un terrible accidente que sufre su esposa y la deja en coma, por lo que Matt deberá afrontar la situación y encargarse de sus hijas. Además se enterará de una noticia que le llevará a replantear su vida.
Esa es la base de la historia. En ella, desde el inicio Payne nos traslada con su ambientación y la constante presencia de la música de fondo a Hawai. Desde el prinicpio Payne nos dice que no veremos una película convencional, cuando George Clooney en una voz en off, plantea que Hawai no es el paraíso que todos creen, y que al contrario todo lo malo del mundo, pasa igualmente allá.
Posteriormente, observaremos la relación de Matt con su familia y sus hijas, veremos su sufrimiento, y lo más importantes, es que nos creeremos la historia. Se siente sincera y real. Payne, como gran conocedor de los problemas personales, tanto externos como internos a los que se enfrentan los seres humanos, es capaz de llevar eso a la pantalla. Y en esta ocasión tiene la ayuda de un excelente reparto, donde destacan George Clooney en el papel de Matt, Clooney hace la que tal vez es la mejor interpretación de su carrera, trasmitiendo bastante, aunque hay unas cuantas escenas donde no le creo nada, pero son superadas por las convincentes. Y la joven Shailene Woodley, quien hace una destacada y sobresaliente interpretación de la hija mayor.
La dirección de Payne es excelente, es uno de los directores que sabe dónde colocar la cámara, sabe dirigir a sus actores y crear atmósferas. Acompañado de un buen guión, con una fotografía sobresaliente, que en algunas escenas nos muestra el hermoso paisaje hawaiano, en contraste con el sufrimiento de nuestros personajes. Payne se encarga a través de algunas herramientas visuales, durante casi todo el filme sugiere simbolismos, en relación con lo que ocurre en la trama.
En síntesis, creo que es una joya y sin duda una de las mejores películas del año pasado. Pero, personalmente no la considero la mejor, en algunos momentos pensé que lo que veía, ya lo había visto antes y la sub-trama de las tierras no sé qué tanto aporta, o que tan bien lo hace. Y honestamente aunque Clooney hace una gran actuación, no estoy seguro si es el mejor trabajo interpretativo del año, ya que no es constante, por esos momentos en que lo perdí y no le creía nada. Y aclaro, no tengo nada contra Clooney, creo que es muy talentoso y está madurando de la mejor manera, pero es molesto a veces las miles de flores que le quieren echar por las cosas buenas que hace, las sobrevaloran un poco (y me gustó su trabajo en Good Night and Good Luck, Up in the air, etc), y creo que le hacen más daño que bien. Sin embargo, es admirable el trabajo de Payne, sin duda uno de los mejores y más interesante realizadores de la actualidad. Muy recomendada.
7.5/10
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