Interesante historia, posee originalidad en el tratamiento de un tema tan trillado y fácilmente manipulable. Tiene mucho encanto, es muy cómica y a la vez dramática en cada uno de los momentos en la trama. Ese pasar constante entre el drama y la comedia, resulta muy identificable para el espectador que se sumergirá en este especie de tragicomedia, gracias en gran parte a la gran actuación de Joseph Gordon-Levitt, que aborda este tipo de personajes tan humanos, con tanta facilidad y naturalidad que sorprende.
50/50 (me gustó mucho el nombre), cuenta la historia de Adam, un joven de 27 años, que sufre la terrible noticia que tiene cáncer, por lo que sus probabilidades de vivir se reducen a un 50/50. Luego de la noticia, Adam, junto con su familia y su mejor amigo, tratan de llevar lo mejor posible todo el proceso del tratamiento para su enfermedad, haciendo que descubra muchas de las cosas que antes ignoraba.
El guión es sobresaliente, la dirección correcta, los personajes son muy buenos, el de Adam, su mejor amigo, que es el que aporta la gran parte de la comedia en el filme, la madre, interpretada por Anjelica Huston, me alegró verla nuevamente en una película y Anna Kendrick, que está encantadora. El personaje de Bryce Dallas Howard, la verdad no fue de mis favoritos.
Todos estos elementos, confirman a una notable película, que mientras la veía, pensaba que iba a incluirla en la lista de “Joyas Indies del Cine de USA del 2011”, pero lastimosamente tropieza al final, al caer precisamente en eso que esperábamos que no cayera, un final convencional, que en realidad o para mi le quitó mucha fuerza. No es porque esperaba que se muriera o algo parecido, pero si esperaba algo mejor, que compensara el tratamiento llevado en casi todo el largometraje.
En síntesis, una película notable, reboza honestidad y naturalidad, tiene sus toques dramáticos y muy cómicos, pero que pudo ser mejor. Aunque la mayoría del filme es muy bueno. Recomendada, muy por encima del promedio.
6.8/10
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