En poco tiempo hemos presenciado la noticia de la muerte de estrellas musicales y grandes iconos de la música (Facundo Cabral, Amy Winehouse y Joe Arroyo). Me gustaría centrar el texto en estos dos últimos. Ella, una gran artista de Jazz y Soul con una gran voz y él uno de los mejores artistas de Latinoamérica, y el mejor artista colombiano.
Ambos, tal vez la muerte ya les había visitado con anterioridad, advirtiéndoles sobre su prematuro encuentro. Todo ello a causa de uno de los mejores aliados de la muerte en su arduo trabajo: Los Vicios (la droga y el alcohol.)
Reconozco que antes de su gran noche, en donde ganó varios Premios Grammy, no conocía musicalmente a Amy Winehouse, todo lo que había escuchado sobre ella, era sobre su excesivo uso de drogas y alcohol, que fue la razón por la que le negaron la visa para viajar a USA a los Grammy. Me acuerdo perfectamente que estaba indignado cuando arrasó en estos premios, y decía: “¿Cómo es posible que premien a una drogadicta? ¿Qué clase de ejemplo es ese?”, todos estos pensamientos de indignación estaban inducidos por la preferencia que tenía hacía otros artistas nominados esa noche. Después que ganó, inevitablemente escuché su música y no pude negar su gran talento.
Lamentablemente, el rotundo éxito y reconocimiento posterior no sirvieron para nada a Amy, que con mayor dinero y reconocimiento mundial (a la vez más acoso), parece que no pudo controlar su fama ascendente. En sus últimos días era lamentable ver su estado físico deteriorado y sus presentaciones en vivo desastrosas.
Ahora dicen que Amy pasó a ser una leyenda y se venderán sus discos masivamente a los amantes de la música pasajeros, como decían con Michael Jackson que ya valía más muerto que vivo. Como vemos la muerte muchas veces engrandece a artistas, algunos mediocres de vida, otros no tanto, para seguir alimentando ese espíritu colectivo de que las grandes estrellas de la música deben morir jóvenes y ser drogadictas. Terrible estereotipo. La muerte muchas veces hace parte de las estrategias de Marketing de las disqueras. No quiero insinuar que a los artistas los hayan asesinado sus disqueras, sólo que muchas veces representan un mayor beneficio de esta forma.
Claramente, a veces los artistas no son conscientes de esto y caen redondos, acceden a consumir estos “estimulantes” para aguantar las grandes jornadas de conciertos y compromisos publicitarios. Se convierten en un producto cultural (con ciclo de vida y todo), y dejan de ser talentos culturales.
No quiero exonerar a los artistas tampoco, ya que hemos visto casos de estrellas con mucho mayor éxito que han sabido llevar su carrera por mucho tiempo. Por lo que la persona influye bastante, un pobre talento que no tenga la suficiente fortaleza para enfrentarse a los desafíos de la industria musical, puede considerarse una estrella fugaz, si es que alcanza a tener reconocimiento.
Ahora en nuestro segundo caso, vemos al gran artista colombiano Joe Arroyo, que también es un ejemplo de lo que he explicado anteriormente. Su legado musical es casi impecable, con canciones inolvidables y una gran voz. Conozco a muy poca gente que no le guste alguna canción del Joe. Pero lamentablemente su uso continúo y desenfrenado de drogas, y malas relaciones también llevaron a un final conocido de antemano. No quiero ahondar sobre las causas anexas de su muerte y datos históricos, en este la protagonista es otra, y no me refiero a Winehouse.
Hay que tener mucho cuidado con lo que vemos y escuchamos, podemos admirar las canciones de artistas, dependen de nuestro determinado gusto musical, pero ojo con admirar artistas, personalidades (prefabricadas) y estilos de vidas ajenos. Ya que muchas veces no nos damos cuenta, tras de que estamos totalmente expuestos y vulnerables a los mensajes subliminales en las canciones y cualquier medio de comunicación masiva, también debemos de lidiar con las personalidades en persona con pésimos hábitos, que venden inconscientemente estilos de vida desenfrenados, para incentivar el consumismo. ¿el consumismo? Se preguntarán, claramente no el consumismo en cultural, sino un consumismo en vicios (alcohol, drogas, cigarrillo etc.)
En esta parte final si tengo un gran conflicto con las películas. Soy muy admirador del cine, pero detesto ver a los actores fumando cada rato. Hay una terrible creencia de que los grandes actores deben fumar, o aumenta su nivel interpretativo o simplemente por influencias externas lo ponen en el libreto. Hay que analizar todo esto, para no ser víctimas inocentes de la manipulación mediática, después que seas consciente puede disfrutar sanamente lo que quieras, aunque sea un original bodrio, puedes seguir naturalmente a Marilyn Manson y estar seguro de que no adoptarás su estilo de vida.
Los estereotipos abundan y nos los venden masivamente diariamente, malos y ¿buenos?, claro que los buenos también, la creencia de la gente culta y arrogante es un estereotipo, claro que sí. Actualmente nos es difícil buscar nuestra identidad, pero no por eso es imposible. Los invito a reflexionar y dudar sobre todo, incluso lo que asumen como verdadero y real.
La muerte que tan ocupada pasa últimamente en todo el mundo, visitó en estos días al panorama musical, ¿fue invitada? ¿Contratada? ¿Anunciada? O siguió su ciclo natural en el mundo. Oh muerte, no sé porque tienes incluso tan mala fama, muchos te añoran y te veneran. Tal vez las mismas personas te han creado tan terrible fama y te han utilizado como herramienta para distintos fines, ¿Quién sabe?...
A.S.B
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